MARIO MONICELLI
15-5-1915 Viareggio / 29-11-2010 Roma, Italia
A los 95 años, nos dijo adiós Mario Monicelli, uno de los padres de la comedia a la italiana. Murió trágicamente, al tirarse por la ventana del hospital San Giovanni de Roma, donde se encontraba internado en el departamento de urología.
Naciò en Viareggio (Toscana) en 1915. El director de obras legendarias como "Los desconocidos de siempre" y "Amigos míos" estaba en el hospital debido a un tumor en la próstata. También su padre Tomaso, conocido escritor y periodista, se había quitado la vida en 1946.
La noticia del suicidio de Monicelli causó una conmoción en Italia. Muy querido, aunque nonagenario seguía teniendo una mente brillante, cínica e irónica, con la que seguía la actualidad, a la que veía muy críticamente. Hacía unos meses, había asistido al Festival de Cine de Venecia, donde había presentado una versión restaurada de "La Gran Guerra", a 50 años de haber ganado el León de Oro. Últimamente había denunciado los drásticos recortes impuestos por el gobierno de Silvio Berlusconi al mundo de la cultura y el espectáculo.
El hombre común, con sus sueños, sus alegrías, sus dramas y sus esperanzas, fue la constante preocupación fílmica de Mario Monicelli. El realizador italiano, sin embargo, dejaba de lado el simple melodramatísmo y observaba esas cotidianas existencias bajo la óptica de un humor teñido de patetismo y de una enorme poesía a la que él, agudo observador de la realidad circundante, sabía dotar de verosimilitud y candor.
Uno de sus primeros recuerdos de niñez fue la marcha sobre la capital italiana "con el espectacular desfile de los camisas negras con expresiones siniestras en sus caras", según solía recordar. Su padre, antimusolinista acérrimo, era director de un periódico que fue destruido por los soldados del Duce. Igual suerte corrió la casa en la que residía con su familia, que por entonces debió cambiar de ciudad.
Mario Monicelli y sus padres se trasladaron a Milán. Allí, tras cursar la escuela secundaria, el joven decidió seguir la carrera de medicina, la que poco tiempo después abandonó para inscribirse en la Facultad de Historia y Filosofía. Según él mismo confesó en varias oportunidades, nunca fue un alumno aventajado. Sus casi diarias escapadas a los cines de su barrio comenzaron a despertarle un enorme entusiasmo por ese arte que le descubría un mundo de nuevas sensaciones.
En sus comienzos, filmó una versión de "El corazón delator", de Edgar Allan Poe, y luego realizó el cortometraje "Los muchachos de la calle Pal", que obtuvo un premio en el Festival de Venecia. Estimulado por ese galardón y ya conquistado por las amplias posibilidades del cine, se convirtió en asistente de realizadores como Gustav Machaty, Augusto Genina y Giacomo Gentilomo, entre otros. En 1943, colaboró como guionista en varios films, pero su ambición era convertirse en director.
El oficio aprendido de la mano de tantos artesanos se concretó en plena efervescencia de la época neorrealista cuando, en 1949, dirigió con Steno "Al diablo la celebridad". Ese binomio se transformaría muy pronto en sello de comedias disparatadas y exitosas.
El humor y el patetismo fueron los caminos elegidos por Monicelli para desarrollar cinematográficamente las vivencias de su sufrido pueblo. Y así lo demostró en algunas cintas del año 1954, primeras producciones concebidas luego de su disuelta colaboración con Steno.
Incansable, en 2007 presentó" La rosa del desierto", su última película, en el Festival de Mar del Plata, donde recibió el Astor de Oro. En junio de 2010 realizó el corto "La nueva armada", junto a alumnos de una escuela de cine.
FILMOGRAFIA ESENCIAL: