INFORMACIÓN EXCLUSIVA
Se trata de una historia luminosa donde la amistad se convierte en refugio y lo personal se expande hasta volverse universal. Entre paisajes remotos y momentos de vulnerabilidad compartida, la película desvela la belleza —y también la dureza— de habitar un cuerpo en transformación en un mundo que apenas comienza a aprender a mirar.
Sobre el proyecto, cuenta Afioco Gnecco: "Crecí viendo relatos donde la identidad se narraba desde el tormento, como si la soledad y la muerte fueran el único destino posible para quienes nos atrevemos a ser.
Mi desafío como cineasta ha sido buscar otra mirada: narrar desde el amor y la luz, incluso cuando dentro de mí habitaba la oscuridad más densa. Hacer esta película ha sido renacer frente a una cámara, un acto casi suicida.
Este cuerpo mío nace de las entrañas. No pretende ofrecer respuestas ni moralejas, sino abrir un espacio donde acompañar, llorar, incomodar o simplemente estar presentes."
.
Para Carolina Yuste "Esta película documental ha sido mi primer proyecto como directora. Palabra que al escribir me pellizca. Mientras rodábamos no pensé nunca en la contundencia de lo que implica co-dirigir una primera película y fui caminando con la sensación de estar acompañando en el ejercicio de vulnerabilidad y apertura de Afi.
Este Cuerpo Mío nace como deseo de exploración y de reconocimiento propio pero no deja de ser una historia de amor. Del amor de alguien que se elige con coraje a pesar del ruido, pero también de dos amigues que se eligen para encontrarse y seguir existiendo. Porque después de todo. Después de la búsqueda, del desaliento, del miedo y del cansancio, lo que nos queda son aquellos que nos sostienen."
NOTAS DE DIRECCIÓN...
Afioco Gnecco...
La primera vez que vi a un hombre trans en el cine fue en Boys Don’t Cry. Brandon, su protagonista, interpretado por Hilary Swank, terminaba siendo violado y asesinado. Esa fue la imagen fundacional que me ofreció el cine sobre las vidas trans: existencias marcadas por la violencia, el castigo divino y el aislamiento. Crecí viendo relatos donde la identidad se narraba desde el tormento, como si la soledad y la muerte fueran el único destino posible para quienes nos atrevemos a ser.
Mi desafío como cineasta ha sido buscar otra mirada: narrar desde el amor y la luz, incluso cuando dentro de mí habitaba la oscuridad más densa. Hacer esta película ha sido renacer frente a una cámara, un acto casi suicida. Creo que en el desgarro, en lo inacabado y en lo visceral es donde aparece el metraje más honesto.
Este cuerpo mío nace de las entrañas. No pretende ofrecer respuestas ni moralejas, sino abrir un espacio donde acompañar, llorar, incomodar o simplemente estar presentes. Es una obra hecha desde la vulnerabilidad más radical, desde un deseo profundo de dejar un rastro de vida en la pantalla.
No es solo una película: es también un refugio, una tabla de salvación para quienes aún buscan reconocerse. Es un rayo de luz entre tanta oscuridad y, sobre todo, un legado para aquel niño que no me dejaron ser.
Carolina Yuste...
¿Qué implica ser otredad? ¿Cómo consigo verme como lo que soy? Si hay algo que define la existencia es la posibilidad de cambio. Si hay algo que nos define como seres humanos es el vínculo.
Esta película documental ha sido mi primer proyecto como directora. Palabra que al escribir me pellizca. Mientras rodábamos no pensé nunca en la contundencia de lo que implica co-dirigir una primera película y fuí caminando con la sensación de estar acompañando en el ejercicio de vulnerabilidad y apertura de Afi. Poco a poco empecé a encontrarme con mis propias incomodidades y mi propia disidencia. Esa es la capacidad que tiene el arte. Colocarte delante de tí misma para elegir la verdad.
Este Cuerpo Mío nace como deseo de exploración y de reconocimiento propio pero no deja de ser una historia de amor. Del amor de alguien que se elige con coraje a pesar del ruido , pero también de dos amigues que se eligen para encontrarse y seguir existiendo. Porque después de todo. Después de la búsqueda, del desaliento, del miedo y del cansancio, lo que nos queda son aquellos que nos sostienen. Aquellos que también son nuestro propio cuerpo.