VENTA. Es el resultado de la iniciativa de la asamblea de trabajadores de la empresa de electrodomésticos Numax. Fundada por dos ex-nazis, está a punto de ser trasladada a Brasil. Los trabajadores, la mayoría mujeres, deciden encargar una película que documente su larga huelga y su proceso de autogestión. La fiesta que cierra la película, lejos de expresar una decepción, anticipa la visión de una sociedad en la que el trabajo de fábrica ha perdido todo sentido. La sociedad entera se ha convertido en fábrica. El gran Joaquín Jordá firma un film de auténtico culto para los aficionados al cine social. Un documental cuyo negativo se recuperó al cabo del tiempo y que Jordà decidiría completar con "Veinte años no es nada" (2004). Tras luchar por sus derechos creyendo que podían producir lo mismo trabajando menos y que los jefes no eran necesarios, los trabajadores de Numax no evitan la desaparición de su fábrica y explican sus planes. Los deseos eran muy diversos: unos querían irse al campo, otros decían que iban a estudiar para prosperar y otros querían encontrar su verdadera vocación, como por ejemplo el abogado laboralista que llevó el caso, que decidió que iba a dejar la abogacía porque quería ser cocinero.
El film se completa con otro rodado años más tarde y titulado "VEINTE AÑOS NO ES NADA". Presentado en la Semana Internacional de Cine de Valladolid dentro de la sección Tiempo de Historia y en el Festival de Cine Español de Málaga.