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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hasta ahora el tema del rodeo en el cine americano no ha sido muy explotado.
Tan solo de ha tocado de forma ocasional, casi de pasada o de manera accidental cuando venía a pelo en la acción.
El único film titulado "Junior Boner", donde se exponía esta problemática a través de una familia que vivía exclusivamente de ello.
El nuevo director Stuart Millar ha tratado igualmente de ahondar en sus raíces, de exponer al mundo que subyace en su interior, el de las mil y una trampas de los hombres que dedican su vida a ello y obtienen pingües beneficios con las apuestas.
Pero no se puede decir que Millar haya copiado a Peckinpah, ya que le da un tono muy personal a su historia, contada a través de la vida de un joven indio que sale de la reserva para conocer el mundo exterior, el de los blanco sy hastiado vuelve al ver la pobredumbre que en él existe.
Todo el film es un canto valiente y audaz a la vida de estos hombres de los que pocos llegan a alcanzar las mieles del triunfo y muchos se dejan su vida o su integridad física a lomos de un potro salvaje para ganar unos dólares con los que poder vivir.
Sus penas, sus alegrías, sus días en blanco, los entrenamientos y las mil privaciones que han de padecer para lograrlo.
Una película en suma que si bien no es perfecta, al menos posee el don de la honradez, de haber querido hacer un film distinto, con algunos momentos bastante conseguidos.
Hay que destacar la formidable actuación del veterano Richard Widmark.
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