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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine americano vuelve a ofrecernos una racha de películas en las que la presencia del diablo se hace notar.
En 'Fallen' (1998) se nos cuenta la historia de un asesino en serie que, tras ser ejecutado, se vuelven a repetir los crímenes con las mismas características de los que cometió quien acaba de morir.
Antes ha tenido contacto físico con el policía que lo atrapó y ha pronunciado unas extrañas palabras en un idioma poco reconocible.
Casi con esos datos la investigación que se lleva a cabo, ya de por sí mueve al misterio y la intriga para el espectador, pero pensamos se complica absurdamente con la presencia intangible del diablo que se transmite de una persona a otra por el simple contacto.
En estos films, en los que se incluye en la acción el demonio ocurre como con los de ciencia ficción, en los que cada autor, cada guionista, pone las normas que quiere o que más le conviene, ya que no hay reglas escritas, para llevar la acción a su antojo, lo que hace que mientras el espectador se entera y las acepta le cuesta entrar en la historia.
Incluso hay momentos que pueden resultar ridículos.
Por más que el relato tiene un final imprevisible, ahí no está el mérito para mantener el interés.
A lo largo de la proyección nos preguntamos qué hubiera sido esta cinta sin la presencia diabólica.
Tal vez ganara en realismo y la hubiera aceptado mejor el público.
Hasta los actores parece que no se creen lo que están interpretando.
A la dirección la intriga y la vastedad del cine le quedan un poco grandes como igualmente resultan excesivas las casi dos horas de metraje.
Gregory Hoblit que acertó con 'Las dos caras de la verdad' (1996), no ha dado en el clavo en esta ocasión.
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