Esta vez los guionistas se inspiraron en la historia real del príncipe heredero de Dinamarca y su novia australiana. Marta Coolidge se ve obligada en su convencional puesta en escena, a dar un paso más para que resulte el previsible final, como lo es toda esta romántica historia, algo lenta, y que atrapa poco al espectador, con unos actores protagonistas algo sositos..
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