Las segundas partes no tienen por qué ser siempre malas, pero tienen en contra el inconveniente de qie hay una primera con la que compararlas. Así ocurri aquí. En fútbol, la adhesión de primeras figuras no garantiza ganar el partido. En cine, un buen director, dos grandes guionistas, un gran músico y unos excelentes actores no dan una obra maestra. A las pruebas nos remitimos.
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