Título:	SOLO LOS AMANTES SOBREVIVEN
Tit. Orig.:	ONLY LOVERS LEFT ALIVE
Nacionalidad:	INGLATERRA, ALEMANIA, GRECIA, 2013
Dirección:	JIM JARMUSCH
Guión:	JIM JARMUSCH
Fotografía:	YORICK LE SAUX
Música	JOSEF VAN WISSEM
Interpretes:	TOM HIDDLESTON, TILDA SWINTON, MIA WASIAKOWSKA, JOHN HURT, ANTON YELCHIN, JEFFREY WRIGHT, CARTER LOGAN, ALI AMINE
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS
Duración:	122 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

          El norteamericano director de culto del cine independiente, Jim Jarmusch, cuyas producciones nunca han sido comerciales, ha tardado siete años en hallar financiación para su duodécimo largometraje 'Sólo los amantes sobreviven' (2013), que costó más de siete millones y medio de dólares y ha logrado algo más de uno y medio en taquilla, lo que hará que los productores sigan desconfiando de sus productos.
 Con un sello cada vez más personal, nos presenta en esta ocasión, sorprendentemente, una de vampiros, que se desarrolla siempre de noche en la que la oscuridad como es natural tratándose de esos seres noctámbulos, la música y el romanticismo se cruzan en unos ambientes melancólicos y oníricos en torno al reencuentro de dos amantes, que vivían distanciados, Eve en la misteriosa Tánger y Adam, un enigmático músico underground profundamente deprimido que compone música fúnebre, en la decadente Detroit, cuya relación se verá afectada por una tercera persona, la incontrolable Ava, hermana menor de ella, que amenaza con romper su amor, que ha prevalecido durante varios siglos.
 Los héroes de su film, que no es de terror, ni sangriento, es sin embargo el más triste de los suyos, pero no obstante tiene algún interés, porque también es un ejercicio de estilo, sobre unos vampiros a los que se les ha detenido el tiempo.
 Es una historia de amor atípica ya que los amantes no son seres normales, aunque tampoco se comportan como los típicos vampiros chupasangre, sino que son refinados, sibaritas en su forma de vivir y sólo toman sangre de calidad, cero negativo, que adquieren a un elevado precio a un médico corrupto, ya que en el siglo XXI morder en el cuello de los humanos, a los llaman zombis, puede tener un gran riesgo de que su sangre esté contaminada, con tantas enfermedades contagiosas como el sida, por ejemplo.
 La parábola es atractiva, en su forma de leer el mito vampírico como nunca, en una historia atípica, comparando a la pareja con Adán y Eva, o al menos así lo dan a entender sus nombres, como si fueran los primeros vampiros o los últimos que quedan en este caso.
 La inspiración le vino a Jarmusch basándose en 'La vida privada de Adán y Eva', el último libro publicado por Mark Twain, aunque únicamente ha tomado de él los nombres de los protagonistas.
 A lo largo de la trama se repasa la historia de la cultura occidental, tratando a los autores más clásicos como colegas, ya que se atribuyen algunas de sus obras, como las de Shakespeare o de algún que otro compositor clásico caso de Schubert, ya que han vivido tantos siglos.
 A Jarmusch le interesa desarrollar sus obsesiones, sus preferencias literarias, cinematográficas o musicales, sin importarle el género en el que se enclave la historia, dirigida a un público minimalista, con estampas en cierto modo paródicas.
 Recuerda al cine clásico en el uso de su primitiva técnica, con un tiempo lento, con una pálida y delgada Tilda Swinton y Tom Hiddleston con aspecto de viejo rockero, sumergidos en una atmósfera densa, oscura, junto a Mia Wasikowska en una deliciosa y traviesa vampira juvenil, irresponsable y modernilla, y del veterano John Hurt en el personaje de Christopher Marlowe que según él es el autor de las obras de Shakespeare.
 Estamos seguros que entusiasmará a sus seguidores, pero nos parece que el guion tiene una anécdota corta que estira demasiado en un metraje excesivo, con muchos tiempos muertos, que hacen que su ritmo sea lento y hasta tedioso, sin que nos parezca una cinta redonda.
 Premio especial del jurado en Sitges. Pasó por el festival de cine de Cannes 2013.

Información exclusiva   Tráiler   Ficha

 Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
 A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
 El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
 Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.