Título: | TENGO ALGO QUE DECIROS | ![]() |
Tit. Orig.: |
MINE VAGANTI | |
Nacionalidad: | ITALIA, 2010 | |
Dirección: | FERZAN OZPETEK | ![]() |
Guión: | FERZAN OZPETEK, IVAN COTRONEO | |
Fotografía: | MAURIZIO CALVESI | |
Música | PASQUALE CATALANO | |
Interpretes: | RICCARDO SCAMARCIO, NICOLE GRIMAUDO, ALESSANDRO PREZIOSI, ENNIO FANTASTICHINI, LUNETTA SAVINO, CAROLINA CRESCENTINI | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 110 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
De Ferzan Ozpetek, el director de origen turco afincado en Italia, donde ha hecho hasta ahora toda su producción, en coproducción con otros países, comenzamos a ver en España su filmografía desde su ópera prima, "Hamam, el baño turco" (1996) a la que siguieron "El último harén" (1999), "El hada ignorante" (2001) y "La ventana de enfrente" (2006), todas ellas bastante aceptables. A partir de ahí se ha producido un paréntesis de tres títulos y de nuevo retomamos su filmografía con "Tengo algo que deciros" (2010), esta vez producida por Italia en solitario.
Tomaso reside en Roma con su novio Marco y regresa a su pueblo para visitar a su familia. Piensa decirles que no ha estudiado Arquitectura sino Derecho, que le gusta escribir y que es gay. Su hermano Antonio, que dirige la fábrica de pasta de su padre, se le adelanta y confiesa su hasta ahora oculta desviación sexual y él no se atreve a decir nada. Se queda en su lugar, muy a su pesar, incluida la relación con Alba, la novia de su hermano, que le ayudará en su trabajo en la misma.
El cine de Ozpetek es muy bien recibido en Italia y con frecuencia sus películas son éxitos de taquilla como ocurrió con la primera y ha vuelto a suceder con ésta última, tal vez porque ha captado bien el carácter italiano, sus problemas, sobre todo en lo referente a la familia y sus hábitos sexuales.
Este caso trata del rechazo a la homosexualidad, como hace Vincenzo, el padre, con su hijo Antonio, al expulsarlo de casa. Éste ha reprimido sus instintos por no romper las relaciones con su padre como sucede cuando lo confiesa provocándole un infarto. Tomaso lo oculta también por no acabar de rematarlo. En este sentido la más comprensiva es la abuela.
El guion trata el problema en la clase media italiana de forma correcta, sin llegar al melodrama, con algunos apuntes de comedia para relajar la tensión, como en la vista de los amigos gay de Tomaso, que tratan de disimular su condición sexual, secuencia que bien podría haberse suprimido, ya que es de las menos creíbles.
El film pregona la tolerancia sobre este tema como al fin acaba admitiendo la familia, aunque para ello cueste algún sacrificio e incluso la muerte de un familiar.
La dirección de Ozpetek de esta cinta algo nostálgica sobre hijos que no se atreven a salir del armario, es funcional y casi previsible en algunos aspectos. Los actores asumen sus papeles con oficio sin que brillen en su trabajo.