PAULA RAYMOND
era su nombre artístico, siendo el verdadero Paula Ramona Wright.
Era una actriz a la que quizás pocos recuerden.
Nació el 23 de noviembre de 1924, en San Francisco (California).
Gracias a su madre estudió ballet clásico y piano e intervino en algunas óperas.
Siendo aún una adolescente hizo su primera incursión en el mundo del cine, con 13 años, en la película Keep Smiling (1938), de Herbert H. Leeds.
Después volvió a su San Francisco natal, actuó en algunos grupos teatrales durante su estancia en la universidad, donde estudió Derecho, se casó y se separó en solo dos años.
Volvió a Hollywood, trabajó como secretaria y su nombre se hizo un hueco en los films de la prolífica serie B, durante los años cuarenta, para la Columbia hasta que fue cogiendo fama.
Intervino en un breve papel de la novia de David Wayne en la comedia La costilla de Adán (1949), de George Cukor, con Spencer Tracy y Katharine Hepburn.
Un año más tarde le dio la réplica acompañando a Cary Grant, que era un cirujano que tenía que operar a un dictador que hacía José Ferrer, en el thriller Crisis (1950), de Richard Brooks.
A las órdenes de Anthony Mann protagonizó La puerta del diablo, uno de los primeros westerns anti-racistas, con Robert Taylor.
En 1950 intervino en Serenata en el Valle del Sol junto a Esther Williams, donde hacía de la prometida de Van Johnson.
En 1953 dejó la MGM e hizo El monstruo de tiempos remotos, dirigida por Eugene Lorie, posiblemente su película más famosa en la que hacía de una paleontóloga.
Era un modesto relato de ciencia ficción que abrió caminos en el género donde unas pruebas atómicas resucitaban a una criatura prehistórica, que tomaba vida gracias a los efectos especiales de Harryhausen.
Hizo de esposa de Gig Young en La ciudad que nunca duerme (1953) o del policía Gary Merrill en La jungla humana (1954)
En 1962 encausó su carrera en la televisión, haciendo series como Los intocables o Perry Mason, y cuando de nuevo se encontraba en alza, sufrió un accidente de automóvil que le desfiguró la cara.
Una operación de cirugía estética le arregló el rostro, pero ya no sería lo mismo.
Paula Raymond falleció el 31 de diciembre de 2003 en Los Ángeles (California) a los 79 años de edad.












































































