| Título: |
MÁS FUERTE MUCHACHOS |
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Tit. Orig.:
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PIÚ FORTE RAGAZZI |
| Nacionalidad: |
ITALIA, 1972
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| Dirección: |
GIUSEPPE COLIZZI |
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| Guión: |
GIUSEPPE COLIZZI, BARBARA ALBERTI, AMEDEO PAGANI |
| Fotografía: |
MARCELLO MASCHIOCHI |
| Música |
GUIDO y MAURIZIO DE ANGELIS |
| Interpretes: |
TERENCE HILL, BUD SPENCER, CYRIL CUSACK, RENÉ GOLLDEHOFF, RICCARDO PIZZUTTI, CARLOS MUÑOZ |
| Censura: |
AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS |
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| Duración: |
105 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Adobar el estilo “Trinidad” con una cierta dosis a lo James Bond, con dinamismo aéreo incluido, más algún toque selvático a lo “El hombre de Río”, y siempre conservando a la pareja Hill-Spencer como dosis fundamental, no ha dado muy buenos resultados en “Más fuerte, muchachos” en la que se actualizan las peripecias de la desenfadada pareja y se le pone en nuestro mundo del siglo veinte.
Ciertamente la producción ha contado con más medios, los escenarios han sido variados, se ha desplazado el equipo a Colombia, se ha insistido en las peleas a todo ritmo y en el buen corazón de los protagonistas, pero ha existido una considerable pérdida de inspiración, desde el momento en que Giuseppe Colizzi ha asimilado sólo superficialmente el estilo anterior de la serie base, y se ha limitado a copiarla externamente.
Entonces, lo que en las dos películas del Oeste tenía una cierta coherencia y lógica, aquí se vuelve gratuita, funcionando los dos personajes más basándose en lo que ya sabe de ellos el espectador que en los datos que aquí se le suministran.
Un guion muy mal construido, con baches evidentes y carente de unidad, termina por ponerle las cosas cuesta arriba a Colizzi, que únicamente se salva por escenas aisladas de cierta efectividad y fuerza.
Un buen color, una actuación como siempre simpática y con soltura de los dos protagonistas, amén de la buena disposición del respetable y la fama considerable de los dos films precedentes podrán hacer que “Más fuerte, muchachos” se defienda a nivel comercial mucho mejor de lo que en sí parece.
Ganó el Nastro d’argento a la mejor música y el premio Golden Screen en Alemania. Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.