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CRITICA
Por: PACO CASADO
Puede parecer un tópico el que recurramos una vez más a la frase hecha de que el cine americano vuelve a echar mano de películas francesas como fuente de inspiración para sus comedias, pero es que es así, hasta el punto de convertirse casi en un subgénero. El día que se estudie este género habrá que hacer un apartado para la influencia, en un período determinado de su historia, del cine francés.
El film al que se recurre en esta ocasión es 'El socio' (1979), dirigido por René Gainville, en 1968, que estaba interpretado por Michel Serrault, Claudine Augier y Catherine Alric.
Al hacer la adaptación americana el protagonista se ha convertido en mujer y se le ha añadido la reivindicación femenina como tema adosado para que pueda tener otra faceta en que basar su interés, aparte de la de ser protagonizada por la actriz de color Whoopi Goldberg que, a decir verdad, no está teniendo mucha suerte ni mucho éxito con las últimas comedias.
Igual ha ocurrido esta vez, en donde encarna a una analista financiera que tiene buenas y originales ideas, está bien considerada en la empresa donde trabaja, pero cuando llega la hora de nombrar a un vicepresidente se prefiere para ello a un hombre.
Esto motiva que se despida y se monte por su cuenta, y dado que como mujer no se le considera, se inventa un socio inexistente que nadie conoce, ni ha visto y que se hace famoso en poco tiempo por el acierto de sus asesoramientos financieros.
Cuenta tan sólo con la ayuda de una antigua y humilde secretaria que, al igual que ella, no era considerada, a la que le da su sitio, tomando en cuenta su trabajo y atinados puntos de vista. En este sentido la cinta se asemeja a 'Jerry Maguire'.
El tema de las finanzas siempre es árido para el público no entendido, pero tomado a broma es un argumento más, sobre todo cuando se hace de forma tan superficial como en esta ocasión.
Comedia discreta, con algunos momentos cómicos en la que se apuntaba como un atractivo más el logro en la transformación de Whoopi Goldberg en un hombre blanco, pero es pura falacia. Dirección artesanal de Daniel Petrie y reconocida labor del veterano Eli Wallach y de la dos veces ganadora del Oscar, Diane Wiest.
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