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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos en el sexto capítulo de la franquicia de 'Destino final' que vuelve a la actualidad después de catorce años de la quinta entrega y no es necesario haberlas visto para contemplar ésta.
Stefani Reyes es una estudiante universitaria que está atormentada porque cada noche tiene la misma horrible y violenta pesadilla recurrente en la que un gran número de personas mueren durante la celebración de la inauguración de la elevada torre SkyView con un mirador y restaurante, que ocurrió en el año 1960.
Estas pesadillas provienen de su abuela Iris que salvó a un grupo de personas de la muerte y ahora va a por los miembros de su familia de manera inexorable.
Vuelve Stefani a casa decidida a romper con esa especie de maldición que persigue la muerte a su familia, desde el día en el que su abuela evitó que sucediera una tragedia mayor, hace algunas décadas que ese suceso ocurrió.
De paso trata de buscar a J.B. la única persona que quedó vivo de la tremenda catástrofe y salvar a su familia del horrible destino que inevitablemente les espera, porque la muerte no se deja burlar.
Únicamente enfrentándose al pasado podrá romper el círculo en el orden en el que debe morir cada uno y de esa manera evitar la muerte de los miembros familiares que inevitablemente les espera a todos.
Esta es la sexta entrega de una serie de terror que comenzó bien y que no todos sus capítulos han corrido la misma suerte en cuanto al nivel de su calidad.
La película se ha realizado con presupuesto de veintiún millones de dólares, cifra que ya ha duplicado sobradamente con las proyecciones de los países en los que ya se ha exhibido.
Sin embargo a pesar de que algunos de los capítulos anteriores eran muy flojos, sin embargo no era de esperar que llegada a esta sexta entrega se hiciera una de los mejores, si no es la mejor de todas ellas.
Tiene una primera secuencia inicial de unos treinta minutos aproximadamente, que son inmejorables.
Pero los aciertos no se detienen ahí, sino que a lo largo del metraje también hay alguna muerte que resulta un tanto original, y sangrienta por demás, porque la muerte no se deja burlar tan fácilmente.
Únicamente nos resulta un tanto defraudante el final, no obstante están bien utilizados los efectos visuales.
Últimamente parece que se ha puesto de moda la doble dirección y en este caso recae en Zach Lipovsky y Adam B. Stein, que hacen una puesta en escena bastante valiosa.
Como anécdota final el actor Tony Todd murió pocos días después de finalizar el rodaje de este film y a él está dedicado.
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