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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine comercial actual ha vuelto la mirada hacia los autores clásicos sean de cualquier época, medievales, renacentistas, etc.
Pero en esta ocasión se ha detenido en uno más antiguo, el griego Aristóteles y en concreto en su obra 'Lisístrata', cuyo argumento gira en torno a la huelga doméstica y amorosa de las mujeres en contra de sus esposos, haciendo huelga, para que dejen la guerra y las atiendan más a ellas.
De esta manera se adelanta bastante siglos a las reivindicaciones de la actualidad. llevadas a cabo por la feministas de manera más o menos pacífica.
Esta estupenda comedia clásica, que es 'Lisístrata', ya fue llevada anteriormente a la gran pantalla dirigida por la sueca Mai Zetterling situando la acción en el siglo XX.
La versión fue titulada en España, 'Las chicas' (1968), pero queda muy poco de ella en la mala copia que ha realizado la cinematografía italiana.
En la versión italiana retrasan la acción y la sitúan en la Edad de Piedra, en la que dos tribus rivales de hombres peludos y esculturales y bellas señoras, no dejan de pelearse y ellas protestan.
Aquí se cuenta el aburimiento de la cueva prehistórica cuyo dueño Ari gana a la encantadora y virgen Listra en un concurso de captura de cerdos.
Pero su intento de hacer ding dong (hacer el amor) con ella se ve interrumpido por las batallas entre su tribu y la de sus vecinos.
Ello enfada a la propia Listra que organiza a las mujeres de ambas tribus para que se pongan de acuerdo y dejen de hacer el amor con sus maridos.
Esta producción tan sólo pretende el hecho de darle al espectador una diversión fácil utilizando los medios más elementales para hacer reír al personal.
'Cuando los hombres usaban cachiporra y con las mujeres hacían ding dong' (1971) utiliza todos los tópicos posibles, como el del maricón, la mujer sexualmente insatisfecha, el galán guapo, viril y presumido, las luchas constantes de los hombres, lo más espectaculares posibles, además de una constante exhibición anatómica de las mujeres prehistóricas con maquillaje y peinado a la moda del momento..
Algunos de los diálogos están compuestos a base de ripios y pareados muy sencillitos.
La película supone un aporte más a ese prolífico cine comercial italiano que en esta ocasión está al frente en la dirección Bruno Corbucci, todo un profesional, habituado a este tipo de cine, en el que se preocupa mucho más de la calidad que de lo comercial que resulta de un puro encargo del que cumple como un profesional que es, pero cuyo resultado le obliga a ir por otro camino que no es otro que el de la taquilla.
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