![]() |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El tema del terror ha cautivado siempre a los realizadores cinematográficos.
Casi desde los inicios del cine se han llevado esta clase de historias, ya que muchas veces lo que el espectador quiere o pide en el cine, es vivir aventuras que no son cotidianas, ni que ocurran todos los días y así experimentar nuevas emociones.
Dentro del terror el tema del vampirismo ha ocupado un buen lugar.
Ahí están clásicos como "Nosferatu" de F. W. Muranu, la etapa del cine de terror de la Universal o de la Hammer, en la que se podrían citar ilustres ejemplos.
También se ha tomado a broma, como hacía Roman Polanski en "El baile de los vampiros".
Lo que no es tan frecuente es ambientar la historia en la época actual y más exactamente en un grupo de jóvenes, que tan solo viven de noche, en discotecas y en un parque de atracciones.
Una mujer de treinta y cinco años, divorciada y con dos hijos, viven en una pequeña localidad, en la que comienzan a desaparecer algunos de sus habitantes, que parecen están advertidos de la existencia de vampiros. Dos chicos tratarán de acabar con ellos.
La película, a pesar del desplazamiento de época, sigue más o menos las reglas clásicas, con la utilización de ajos, estacas, etc, lo que en ocasiones da origen a escenas hilarantes, mezcladas con otras tomadas más en serio y tendentes a producir el terror.
Toda la originalidad del film está en lo dicho, ya que Joel Schumacher, a quien le conocemos una correcta película, también de ambiente juvenil, "St. Elmos, punto de encuentro" no pasa de ahí.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE













































































