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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine de dibujos animados permite una mayor fantasía al no tener que limitarse a reproducir la realidad, por lo que tiene más margen de creativa, sin embargo no siempre se utiliza esa libertad.
Con 'El submarino amarillo' (1968) estamos ante un caso diferente al hacer una película fantástica, absurda, irreal, sin la menor lógica y tendente al absurdo, pero llena de imaginación, fantasía, humor y libertad inventiva, con una carga visual de notable calidad inspirada en las escuelas cromáticas del momento.
Es un film en la tradición surrealista de Alicia en el País de las Maravillas (1951), que es casi un caso aislado en su género y en su época, llena de creación en la composición y concepción del dibujo.
Aquí se cuenta una aventura de los Beatles en la que acompañan al Capitán Fred en su submarino amarillo para viajar a Pepperland para liberarla de los malditos Blue Meanies, unos personajes que odian la música.
La historia está impregnada de la filosofía de los chicos de Liverpool, en la que los buenos son amantes de la música y los malos los enemigos de este arte, pero sin quedarse en la simple superficie de este relato sobre la lucha entre el bien y el mal.
El desarrollo de la misma y de las canciones van cargando de densidad y de reflexión todo el contexto a través de una cinta intelectual, divertida y refinada, en cuyo fondo subyace una serie de ideas artísticas, políticas y filosóficas que son de lo más interesantes.
Se nos presenta así un mundo distinto en una obra densa y plena de posibilidades que, lamentablemente, no creó escuela a través de esos dibujos intelectualizados, más apropiados para el entendimiento de los mayores que para los pequeños espectadores, pero con una auténtica madurez, con un buen colorido y una excelente música del famoso conjunto de Liverpool.
'El submarino amarillo' (1968) es la película más directamente pop de la historia del cine en la que se reúnen las ideas de amor y de paz de ese movimiento cultural a través de una labor renovadora del dibujo animado, con la influencia del comic y de una serie de pintores de vanguardia que renovaron las artes plásticas de esos años.
El film utiliza la música como arma de paz y reconciliación entre los enemigos, desprendiéndose de él un mensaje de paz y esperanza de la juventud de esos años a través de una obra densa y compleja a la vez que divertida, la lástima es que una cinta de esta clase no haya tenido una continuación en el cine de animación.
Posee un buen colorido, con un banda sonora llena de estupendas canciones de unos maestros como los Beatles.
Premio de los críticos norteamericanos para el mejor largometraje de animación.
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