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CRITICA
Por: PACO CASADO
La últimas películas de Imanol Uribe se han basado en obras literarias o de teatro, como es el caso de 'Bwana' (1996). A través de la puesta en escena de esta obra teatral, Uribe aborda abiertamente el candente tema de la xenofobia en nuestro país. A pesar de que presumimos de no ser racista siempre tenemos pegas con los gitanos y algo menos con los negros que nos llegan del continente africano a buscar trabajo.
Así lo plantea este film, en el que un matrimonio con sus dos hijos pequeños van a una playa solitaria de Almería a pasar el día y coger coquinas.
Dos hombres de color acaban de desembarcar en una patera y uno de ellos ha muerto. Los problemas que origina el idioma con la falta de entendimiento, el miedo, así como la intervención de unos cabezas rapadas racistas, van a constituir toda la trama.
Casi no se nota su origen teatral, a pesar del escenario único, la playa y su entorno, y el hecho de transcurrir en menos de 24 horas, con lo que conserva las unidades clásicas del teatro.
Todo ello se salva gracias a una interesante e inteligente puesta en escena, en un buen trabajo con los actores, tanto de Andrés Pajares en el papel de taxista madrileño, algo fanfarrón pero que se apoca ante su mujer, andaluza, como de María Barranco, que lleva la voz cantante pero sin contrariar a su marido.
O la relación con los dos hijos, sobre todo el mayor, así como con el negro, los cabezas rapadas y los contrabandistas que intervienen en la acción realizando su tráfico nocturno en la playa que creen que está solitaria.
Tiene la virtud de la denuncia, pero envuelta en el celofán de la comedia, ácida, negra, brutal incluso en su final, que hace pensar si no somos todos así, algo cobardes en el fondo.
Estamos dispuestos a ayudar al prójimo, pero siempre que no se trate de poner en peligro la vida o la seguridad de nuestra familia.
Bwana se ha visto envuelta en la concesión de una polémica Concha de Oro compartida y premio del Juraado a la mejor fotografía en el Festival de cine de San Sebastián, a lo que es totalmente ajena y que tal vez no sea para tanto.
Habría que conocer el resto de películas del certamen que, según las crónicas, han sido de calidad elevada. Premio Egret de oro a mejor director y actriz María Barranco en el Festival de Miami. Premio ACE a mejor actor Andrés Pajares. Nominada a tres Goya: película dirección y actor revelación Emilio Buale.
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