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SINOPSIS
Un humilde Charles Aznavour se sube por primera vez a un escenario en París a cambio de unas monedas. Dispuesto a arriesgarlo todo por su sueño llegará hasta la legendaria Édith Piaf quien dará un giro a su destino. Su voz, alejada de los estándares de la época, y su voluntad inquebrantable lo convertirán en leyenda...
INTÉRPRETES
TAHAR RAHIM, BASTIEN BOUILLON, MARIE-JULIE BAUP, CAMILLE MOUTAWAKIL, NARINE GRIGORYAN, HOVNATAN AVÉDIKIAN, ELLA PELLEGRINI, PETRA SILANDER, LUC ANTONI, NICOLAS CHUPIN, NORVAN AVEDISSIAN, AALIYAH KEREKDJIAN, TIGRAN MEKHIRATIAN
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ENTREVISTA A LOS DIRECTORES...
Su película es tanto un biopic como un homenaje teñido de admiración, como sugiere su título. ¿qué representa Charles Aznavour para ustedes? y ustedes que lo trataron, ¿qué recuerdo conservan de él?...
Grand Corps Malade: En el “Monsieur” de nuestro título, que queríamos sobrio, se escucha la grandeza de este personaje. Porque, sí, Charles Aznavour era un gran señor. Autor, compositor, intérprete, con una carrera internacional y duradera, es quizás el monstruo sagrado más grande de la canción francesa. Lo admiro mucho como artista y como hombre, a quien tuvimos la suerte de conocer, con quien tuve el honor de cantar, y con quien pasamos mucho tiempo. Su energía nos impulsó. Era muy Q&A con Mehdi Idir y Grand Corps Malade divertido, le gustaba bromear, hacer juegos de palabras. Era muy observador, curioso de todo y muy atento a los jóvenes talentos, a las nuevas tendencias, a las nuevas tecnologías; se interesaba por el rap, el slam…
Mehdi Idir: … ¡incluso por la moda! ¡Por todo! También era un hombre pudoroso, respetuoso, que trataba de usted a todo el mundo, excepto a las personas que conocía desde hacía mucho tiempo. “Monsieur” también se refiere al arraigo francés de este artista, hijo de refugiados, que se hizo conocido en todo el mundo; este título era imprescindible para esta película, que, esperamos, viajará a nivel internacional.
¿Cuál fue la reacción de charles aznavour ante la evocación de su proyecto?...
Grand Corps Malade: Él lo había apadrinado y fue nuestro consultor de lujo. Él y nosotros estábamos interesados en el mismo enfoque: tratar principalmente su etapa previa al éxito, sus años de dificultades, su periodo junto a Édith Piaf. Charles incluso hubiera querido que el relato terminara ahí.
Pero nosotros queríamos contar también su viraje hacia el éxito, su década mágica que fueron los años 60, donde escribió sus grandes éxitos, para que los espectadores también tuvieran el placer de escucharlos.
Mehdi Idir: A Charles le había gustado mucho Patients. Como se ve en la película, siempre se preocupó por dar una oportunidad a los más jóvenes. Resulta que falleció el día en que teníamos todos una cita para iniciar la producción de Monsieur Aznavour.
Pusimos el proyecto en pausa, realizamos La Vie scolaire, antes de retomarlo.
¿Cómo se las arreglaron ante tantos archivos para documentar este guion?...
Grand Corps Malade: Tuvimos que leerlo todo, empezando por sus dos autobiografías y los libros periodísticos; escuchar sus mil doscientas canciones, ver todos los documentales, todas las entrevistas, y luego hacer una selección. Para las canciones, queríamos que se pudieran escuchar sus clásicos, pero también títulos menos conocidos.
También tuvimos la suerte de tener acceso a sus archivos y de poder hablar con sus allegados y colaboradores, quienes nos dieron su confianza.
Luego, establecimos la cronología de su vida con sus principales acontecimientos.
Mehdi Idir: La primera versión de nuestro guion tenía más de doscientas páginas, ¡lo que sería una película de cuatro horas! Tuvimos que podar, aligerar, tanto en la escritura como en el montaje, centrarnos en la esencia de su trayectoria y asegurarnos de que el relato fuera rítmico.
La relación con el tiempo y el espacio en Monsieur Aznavour es mucho más amplia que en Patients y La vie scolaire. ¿Cómo construyeron la estructura y colocaron las elipsis?...
Mehdi Idir: Al establecer la cronología de la vida de Aznavour, la división en cinco partes se impuso de inmediato. También sabíamos que disponíamos de un presupuesto que nos permitía ser ambiciosos con los decorados, sobre todo. La abundancia que se ve en la imagen refleja la riqueza de la vida de Aznavour.
Nuestras dos primeras películas eran de factura más simple, y esta nos permitió pensar un poco más a lo grande en todos los aspectos de concepción.
Grand Corps Malade: La división en capítulos permitía gestionar las elipsis y no perder al espectador. También nos gustaba la idea de nombrar cada capítulo con el título de una de sus canciones para mostrar hasta qué punto estaban nutridas de su vida. El primero se titula Les Deux Guitares, que escribió en la edad adulta, por supuesto, pero que cuenta su infancia. Lo mismo ocurre con La Bohème, que escribió en los años 60 y que describe su juventud.
Mehdi Idir: También nos dimos cuenta de que todas sus canciones emblemáticas le llegaron una vez que tuvo éxito. De ahí también la intención de no detener el relato en sus años de dificultades, y de entrelazar los episodios de su vida con la escritura de sus canciones, que son tan personales que terminan encontrando un eco universal.
En las primeras escenas, filman la alegría de la familia Aznavour y la entrelazan con imágenes de archivo del exilio armenio. Ese montaje produce un fuerte contraste emocional…
Grand Corps Malade: Esa alegría que dominaba en la familia es un hecho relatado en las biografías sobre Aznavour. Para nosotros era importante yuxtaponer la escena de baile con archivos sobre un éxodo dramático. Eso habla de la fuerza vital de esa familia y de la personalidad de los padres de Aznavour, que les permitió superar las dificultades.
Su padre era un hombre muy extrovertido, jovial, que cantaba todo el tiempo. En su casa, la fiesta era permanente. Aznavour creció en un entorno donde la alegría superaba a la miseria.
Mehdi Idir: Desde el guion, queríamos utilizar imágenes del genocidio armenio, aunque creíamos que sería imposible encontrarlas. Se encargó a documentalistas esta búsqueda y volvieron con imágenes inéditas de todo el mundo. También usamos archivos proporcionados por la familia de Aznavour. Charles filmaba constantemente — su primera cámara se la regaló Piaf en 1948— y teníamos horas de material grabado por él. De ahí nació el documental Le Regard de Charles, que refleja su deseo de captarlo todo.
Hay otros contrastes en la película, como entre el entorno siempre lleno de Charles Aznavour y su tendencia a replegarse sobre sí mismo, que lo hace parecer cada vez más solo...
Mehdi Idir: A partir del momento en que Charles descubre la escritura, algo cambia. Es como un superhéroe que toma conciencia de su poder.
Desde entonces, se sumerge tanto en su mundo que se olvida de los que lo rodean. Admito que me identifiqué mucho con ese comportamiento. Grand Corps Malade: Esa soledad también está ligada a su búsqueda permanente, algo que intentamos comprender. Tahar Rahim también se centró mucho en ese aspecto más oscuro del personaje. Nos hacía muchas preguntas sobre ello.
En esa búsqueda, nadie podía seguirle el paso. Ni Pierre Roche, ni Édith Piaf, ni siquiera su familia.
Mehdi Idir: Eso también habla de cómo nada está fijado en la vida. Uno puede estar rodeado, luego solo, o viceversa. Su vida está llena de contrastes. La única presencia constante a su lado fue su hermana.
Eran extremadamente cercanos. De niños, incluso los confundían con gemelos. La relación con su hermana es el hilo conductor de la película: abre y cierra la historia.
Aparte del rodaje de “Tirad sobre el pianista” de François Truffaut, no mostráis su trabajo en el cine...
Mehdi Idir: Fue una elección. Charles Aznavour actuó en más de cincuenta películas, pero con todo lo que queríamos contar, hubo que recortar y sintetizar.
“Tirad sobre el pianista” es la más conocida, así que esa secuencia es un guiño, una evocación. Truffaut representa simbólicamente el cine.
¿Tahar Rahim fue siempre vuestra primera opción para interpretar a Aznavour?...
Mehdi Idir: Empezamos pronto a trabajar en el casting, porque había muchos personajes que requerían actores con parecido físico real. David Bertrand, nuestro director de casting, nos sugirió a Tahar Rahim, con quien además tenemos una relación cercana. Al principio, Tahar nos miró como si estuviéramos locos, pero tras varios días viendo documentales y entrevistas, nos llamó para decirnos que creía poder encontrar la voz adecuada y que quería hacerlo. Quedaba la cuestión de la edad.
Hicimos pruebas de rejuvenecimiento digital para las escenas iniciales, y funcionaban muy bien. Tahar se puso de inmediato a tomar clases de canto, danza y piano para acercarse al personaje. Leíamos el guion con él en cada etapa, escena por escena. Fue la primera vez que trabajamos de forma tan estrecha con un actor. Tahar incluso nos sugería formas de interpretar que influían en el tono de nuestras escenas. Avanzamos de la mano.
Grand Corps Malade: Tahar tiene talento y es un camaleón, ideal para el papel. Lo habíamos visto en la serie El Serpiente, por ejemplo. Sabíamos que podía volverse irreconocible en pantalla, cambiar su forma de hablar y de moverse. Pocos actores son capaces de olvidarse de sí mismos hasta ese punto para encarnar a un personaje. Su capacidad de trabajo es impresionante: ¡habló como Aznavour durante meses antes del rodaje, incluso con su familia y amigos! Supo aportar humanidad al personaje, hacerlo entrañable incluso cuando descuida a su familia, porque Tahar lo encarnó con sus fallos y su fragilidad.
¿Cómo pensasteis el resto del reparto?...
Mehdi Idir: Junto a Tahar Rahim y Bastien Bouillon — ideal en el papel de Pierre Roche—, queríamos contar con actores profesionales pero poco conocidos por el público. Hicimos un casting largo para encontrar todos esos personajes.
Grand Corps Malade: Marie-Julie Baup nos deslumbró en el papel de Piaf. La habíamos visto en su obra Oublie-moi. Era un reto enorme: debía suceder a Marion Cotillard y lo logró aportando su propia versión, sin caricaturizarla. Además, incorporó el humor característico de Piaf, porque Charles decía que ella siempre soltaba bromas. Marie-Julie supo captar sus contrastes: podía dar una bofetada y una caricia en la misma frase.
Mehdi Idir: Camille Moutawakil, que interpreta a Aïda, la hermana de Aznavour, fue un hallazgo. Dio chispa a ese personaje de mujer audaz, valiente y muy unida a su hermano.
Grand Corps Malade: Para el resto de la familia, queríamos actores de origen armenio. Esa comunidad debía estar presente, más aún siendo Charles interpretado por un actor de origen argelino.
¿Cómo pensasteis los decorados y el vestuario?...
Mehdi Idir: Tuvimos un auténtico equipo de Champions League. En una película de época como esta, el trabajo de documentación es esencial y no se puede dejar nada al azar. ¿Cómo eran las cortinas en los teatros de la época? ¿Cómo se cerraban?
Tuvimos que consultar a especialistas y revisar muchos libros. Lo mismo con el lenguaje: ¿cuándo se empezó a decir “Okay”? Planteamos todas estas dudas y sometimos los diálogos al análisis de un historiador. El vestuario también requirió un enorme trabajo. Tenía que evolucionar con los personajes. Al principio, por ejemplo, Charles lleva ropa de segunda mano, por eso le queda grande. Cada accesorio contaba algo. Cada jefe de departamento hizo un trabajo muy preciso para que todo fuese auténtico, y para nosotros fue muy enriquecedor colaborar con profesionales de ese nivel.
Grand Corps Malade: Rodamos tanto en estudio como en localizaciones reales. Stéphane Rozenbaum y su equipo construyeron decorados con paredes móviles, teniendo en cuenta nuestros movimientos de cámara. Fue un verdadero lujo.
Al narrar su trayectoria como hijo de inmigrantes que terminó representando a Francia en el mundo, y su defensa de los homosexuales y los excluidos, ¿no es también esta película un gesto político?...
Grand Corps Malade: Eso es lo apasionante de Charles: nunca se afilió oficialmente a ningún partido, y sin embargo se posicionó a través de su obra, como muestran Ils sont tombés o Comme ils disent.
Para nosotros, empezar la película con imágenes del genocidio y terminarla con la voz de Claire Chazal diciendo que Aznavour, hijo de inmigrantes y apátridas, se convirtió en uno de los símbolos de la cultura francesa, es sin duda un gesto político. Esa frase no es un comentario periodístico que hayamos tomado prestado; es nuestra, y le pedimos a Claire Chazal —que ha hablado con tantos franceses durante tantos años— que la leyera.
GALERÍA DE FOTOS
https://www.cineymax.es/estrenos/fichas/112-m/185445-monsieur-aznavour-el-ascenso-de-una-leyenda-2024#sigProId24720d0a1a











