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INFORMACIÓN
Titulo original: Miriam Miente
Año Producción: 2018
Nacionalidad: España, República Dominicana
Duración: 90 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 7 años
Género: Drama
Director: Natalia Cabral,  Oriol Estrada
Guión: Natalia Cabral, Oriol Estrada
Fotografía: Israel Cárdenas
Música: Ernesto Paredano
FECHAS DE ESTRENO
España: 30 Noviembre 2018
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Paco Poch


SINOPSIS

El tranquilo mundo de una familia pequeño burguesa comienza a desmoronarse a partir del momento en que Miriam, de 14 años, conoce a su novio de Internet. Mientras sus familiares y amigas preparan con entusiasmo una tradicional fiesta de quince años, Miriam no sabe cómo explicar que su novio es negro...

INTÉRPRETES

DULCE RODRÍGUEZ, CAROLINA ROHANA, PACHY MÉNDEZ, FRANK PEROZO, VICENTE SANTOS, ANA MARÍA ARIAS, MARGAUX DA SILVA, MARÍA CASTILLO, GEORGINA DULUC, BEATRIZ MACHUCA, CECILE VAN WELIE, ISABEL POLANCO

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- Festival de Gijón 2018

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NOTAS DE LOS DIRECTORES...
   A través de Miriam Miente, queremos confrontar a la audiencia con el conflicto universal que puede surgir cuando el deseo individual de amor y fraternidad se contrapone al deseo social de formar parte de una comunidad en la cual podamos sentirnos aceptados y amados.
  Ambientada en una celebración aristocrática kitsch, en una historia aparentemente simple, 'Miriam Miente' es un pequeño relato caribeño sobre razas y clases sociales condenada por las calamidades históricas no resueltas de su sociedad.

ENTREVISTA A LOS DIRECTORES...
¿Cuáles son algunas de las cosas que les influyen y la forma en que filman las diferencias de clase y raza en la República Dominicana?...
Natalia Cabral: nosotros hicimos dos documentales anteriores a Miriam Mienteque exploraron los conflictos de clase y raza en República Dominicana. El primero fue Tú y Yo, el retrato de una relación amor-odio entre una señora mayor, blanca y de clase media, y su joven criada negra. El segundo fue El Sitio de los Sitios una película coral que exploraba ambos lados de la construcción de un complejo turístico de lujo: por un lado, los turistas ricos, por el otro, los trabajadores pobres. No es difícil encontrar en República Dominicana imágenes, sonidos e historias que nos sitúen frente al desafortunado espectáculo de las diferencias entre las personas. Los blancos allá son la minoría, pero tienen todo el poder, y los negros tienen muy poco y tienen que usar uniformes para sobrevivir a merced de los ricos. Es muy visual y violento, como una película de Ulrich Seidl. Para las personas que visitan República Dominicana por primera vez, el paisaje desigual puede resultar incómodo, incluso alarmante, pero para nosotros los dominicanos es normal, la vida cotidiana. En estas dos películas anteriores Tú y Yo y El Sitio de los Sitios, tomamos decisiones formales más cercanas a un cine observacional, para generar cierta tensión, cierta incomodidad y ¿por qué no? cierta risa nerviosa. En Miriam Miente nos decidimos más por enfatizar el relato, no sin antes concluir ese relato con un final tenso e incómodo, que deje al espectador reflexionando con cierta emoción que el relato ha ido cocinando durante la película.

¿Qué les atrajo de esta historia? ¿Cómo concibieron la idea?...
Oriol Estrada: Nos gustan las películas que tratan los grandes temas de una manera sutil, pero sin concesiones, esas películas de lo cotidiano en las que parece que no esté ocurriendo aparentemente nada importante, pero que en la atmósfera se siente esa amenaza y desequilibrio en constante crecimiento. De la misma manera nos gustan las historias donde los personajes no son buenos ni malos y donde los protagonistas a veces se comportan moralmente de forma más bien cuestionable, creo que es la mejor manera de que los espectadores se identifiquen con el “héroe” ya que como seres humanos, es obvio que es prácticamente imposible que tengamos una conducta o experiencia de vida ejemplares y eso seguramente es lo que hace al ser humano tan interesante. Creo que al final eso es lo que resulta atrayente del arte, la posibilidad de vernos reflejados en él con todas nuestras complejidades.
A partir de esa forma de entender el cine que compartimos arrancó Miriam Miente. Todo empezó con una anécdota de juventud que me contó Natalia, yo automáticamente identifique una posible película debido a que la anécdota era política y socialmente terrible pero a la vez muy humana, común, y natural, así que la animé a realizar una película juntos partiendo de esa anécdota.
Ella empezó a escribir a partir de recuerdos y yo le iba dando forma al relato, buscando los puntos fuertes y eliminando los débiles. Poco a poco fueron apareciendo otras subtramas y los personajes empezaron a hablar por ellos mismos.
Sin darnos cuenta, la realidad se fue volviendo una trama de ficción con todo un mundo creado.

¿Miriam Miente es una película autobiográfica, personal? ¿Qué tanto de sus vidas hay en la vida y las aventuras de Miriam?...
NC: La anécdota que comenta Oriol es una situación que sucedió cuando era adolescente. Conocí a un chico por Internet e inconscientemente, esperaba que fuera blanco cuando lo conociera. Luego, cuando acordamos vernos personalmente en un lugar público y vi desde la distancia que era negro, no acudí a la cita y nunca le volví a ver. Para mí fue una gran sorpresa esta reacción que tuve, porque hasta ese momento, yo pensaba que era una “buena persona”, que no era lo racista ni clasista que aseguraba que podrían ser algunos familiares o amigos. Pero con el pasar de los años, al reflexionar sobre lo que pasó, me di cuenta que podía ser como ellos, incluso peor que ellos y entendí que para empezar, para hablar de los problemas que nos incumben como sociedad la mejor manera es empezar por hablar a partir de uno mismo.

En la historia, el personaje de Miriam es negra, pero la aceptan quienes la rodean, mientras que otros personajes negros de las clases sociales más bajas son menospreciados. ¿Pueden hablar sobre esa dinámica?...
NC: Creo que cuando eres clase media eres más aceptado por los de clase media aun siendo negro que si eres un negro de clase baja. Si estás mezclado racialmente como Miriam, en la República Dominicana se trata de “arreglar la raza”. Es algo que la gente se dice de vez en cuando en forma de chiste o en forma de secreto pecaminoso. El integrante más oscuro de una pareja amorosa puede escuchar que le digan: “¡Felicitaciones! Estás arreglando la raza “. O si ese integrante es mujer y está embaraza, la gente a su alrededor puede anhelar y decirlo en voz alta, que ojalá y el bebé salga a su padre blanco. Son comentarios muy comunes de escuchar que no necesariamente se dicen para herir al otro, pero sirven de afirmación verbal de lo que ya vemos en el día a día en la forma en cómo está organizada la sociedad y cómo se perpetúa este orden.

¿Cómo encontraron a Dulce Rodríguez, la niña que interpreta a Miriam?...
Oriol Estrada: Lo primero que hicimos antes de rodar fue el cásting de las niñas protagonistas.
Sabíamos que la clave de la película, o una de las claves, era encontrar a las niñas ideales para interpretar estos papeles. Necesitábamos a dos niñas, de clases sociales distintas, una mulata y otra blanca y que en pantalla fueran grandes amigas.
Como sabíamos que debido al tema racial y de división de clases sociales en Dominicana esto iba a resultar difícil, tuvimos la idea de hacer el casting mucho antes del rodaje y una vez tuviéramos las niñas, trabajar con ellas durante meses, para que se fueran creando lazos entre ellas, para que una vez llegados al rodaje, ellas estuvieran cómodas y pudieran sencillamente ser ellas mismas y enriquecer a los personajes con sus propias personalidades.
Vimos más de 500 niñas, de todas las formas posibles.
Hicimos cásting por las redes sociales, fuimos a los colegios, visitamos los centros comerciales… Al final resultó que Dulce fue una de las primera niñas que vimos y realmente supimos que ella era Miriam en la primera entrevista. La que tardó más en aparecer fue Carolina, desde que conocimos a Dulce y hasta que no conocimos a Carolina, pasaron casi 3 meses.
Dulce no tenía ninguna experiencia ni en cine, ni en teatro, y de hecho ella no quería ni quiere ser actriz, por lo menos hasta ahora. Ella se apuntó al cásting por una apuesta con su hermana, que vio por las redes que estaban buscando una niña de sus mismas condiciones físicas y la retó a apuntarse al cásting. Desde que la conocimos, Dulce nos atrapó porque se parecía mucho al personaje de Miriam, era una niña muy inteligente, sensible, muy segura de sus capacidades y algo rebelde. 
También, comparte conflictos familiares similares al personaje de Miriam y lo que nos interesó más era esa capacidad e inteligencia emocional que posee para racionalizar todos esos problemas y sacar sus propias conclusiones. En esa primera entrevista nos habló con mucha seguridad sobre las contradicciones de su vida, y ya en las pruebas siguientes con las primeras escenas de guión en mano, ella comprendia mejor que nosotros el personaje de Miriam. Incluso nos sugería comportamientos o reacciones de Miriam que no habíamos pensado, pero que parecían totalmente lógicos. Ella siempre nos decía que ella era Miriam.

¿Cómo lograron que Miriam y Jennifer, interpretada por Carolina Rohana, finalmente parecieran mejores amigas de una forma tan natural?...
OE: Con Jennifer fue lo opuesto en cierta medida, necesitábamos una niña muy risueña, pícara e inocente a la vez, un poco insoportable a veces, pero al mismo tiempo muy amorosa y que se hiciera querer.
Creíamos que el perfil de Jennifer sería más fácil de encontrar que el de Miriam y resultó que fue mucho más complicado. A la hora de actuar, muchas niñas que vimos que se parecían mucho al personaje exageraban mucho sus actuaciones y les costaba entender lo que queríamos debido a la influencia de las telenovelas y al cine artificioso que estaban acostumbradas a ver. Con Carolina fue todo lo opuesto. Carolina realmente es muy buena, porque ella a veces parece que no esté actuando, ella juega mucho, y en las improvisaciones es tan natural que a veces parecía como si no se acordara de lo que tenía que decir y de repente lo decía a su manera, con un estilo muy suyo y completamente inesperado. Una vez las tuvimos a las dos, Dulce y Carolina, quedamos los 4 una o dos veces por semana durante casi un año, de esta manera logramos que se fueran acostumbrando entre ellas, que fueran creando lazos y nosotros las fuéramos conociendo. Al inicio, solo jugábamos y así de manera inconsciente se iban creando los roles; ya más adelante empezamos a improvisar situaciones inventadas y luego a improvisar sobre guión; todos esos ejercicios fueron tan productivos que llegados al rodaje, hubo escenas completamente improvisadas que salieron de su imaginación.

En la película también hay interpretaciones de actores profesionales. ¿Cómo fue trabajar con esa mezcla de actores no profesionales y actores profesionales?...
Natalia Cabral: Hicimos el cásting de los adultos con la premisa de que, aunque fueran actores profesionales, algo de sus personalidades se parecieran a los personajes de la película. Como el método de improvisación resultó ser tan efectivo y emocionante con las niñas, también lo empleamos con los actores profesionales. Queríamos que entendieran la intención de las escenas en el guión, pero que luego se dejaran llevar por las acciones y reacciones de los demás actores. Buscábamos algo orgánico, una cierta verdad que pudieras identificar en el momento del rodaje, eso era más importante para nosotros que respetar el guión o seguir los diálogos palabra por palabra. Las palabras tenían que venir de las personas vivas que eran los actores y todos ellos aportaron algo de sus vidas a su personaje.
Cuando los actores profesionales y no profesionales estaban juntos, les dábamos a ambos las armas de la imaginación y la improvisación, y un espacio de libertad para que pudieran impresionarse y retarse entre ellos.

¿Cómo creen que va a ser recibida la película por el público?...
Creemos que hasta la fecha, Miriam Miente es nuestra película más emocional, así que suponemos que para un público menos especializado, la película va a llegar con más fuerza e interés que quizá nuestros anteriores trabajos, los cuales tuvieron bastante éxito en festivales pero sin mucho éxito de público. De todas formas, eso de saber qué piensan y sienten los espectadores es siempre un misterio y nuestro encuentro con el público, una aventura llena reflexiones inesperadas, así que esperamos que la película no caiga desapercibida, que el público logre cruzar la frontera de la ficción con nosotros y que sientan alguna satisfacción, algún reto por haberla cruzado.

¿Cuál fue el mayor desafío al hacer la película?...
Oriol Estrada: Los desafíos fueron muchos. De entrada, hubo muchos desafíos económicos, pasamos cerca de 8 años para lograr levantar la película y aun así rodamos sin tener resuelto completamente el plan económico. De todas formas, durante esos largos años de búsqueda de financiación, tuvimos tiempo para enriquecer el guión y ganar experiencia filmando otros proyectos. Otro gran reto fue trabajar con un extenso equipo de profesionales, estábamos acostumbrados a trabajar con un equipo muy reducido, solo nosotros dos y algún que otro colaborador de mucha confianza, y en Miriam Miente tuvimos que abrirnos y compartir nuestras ideas, inquietudes e inseguridades con otros profesionales, a veces más experimentados que nosotros, lo que en efecto nunca es sencillo.
También hubo muchos retos personales. Hemos tenido que aprender a trabajar y convivir juntos en las buenas y en las malas. Somos pareja y hemos hecho hasta la fecha nuestra vida profesional juntos. Y cada día es un reto más de resistencia.

¿Cómo logran trabajar juntos en cine y vivir en pareja?...
OE: No creo que hayan fórmulas para eso, se requiere de esfuerzo mutuo, pasión y empatía, y aun cuidando esos elementos siempre hay una cierta tensión en la atmósfera como en el cine que nos gusta, ya que como personas que somos estamos cargados de sentimientos contradictorios. A veces, grandes decisiones se toman con sencillez, y otras veces los conflictos aparentemente más mínimos representan un gran desbarajuste emocional en la relación. Una de las ideas que a veces tanteamos es la de filmarnos a nosotros mismos haciendo una película. Si algún día ese proyecto echa hacia adelante, no sé si las personas que nos preguntan de qué manera conseguimos combinar una relación afectiva de pareja con una relación laboral, obtengan una respuesta satisfactoria a sus inquietudes, de lo que sí estoy más seguro es que se van a reír un rato.

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