Es un homenaje a la ciudad natal de Woody Allen, Nueva York, y a la vez una continuación de "Annie Hall", donde ya vimos algunas de las situaciones que se repiten de nuevo aquí. Esta vez la rodó en blanco y negro, no por snobismo, sino proque dice que él ve así a su ciudad, llena de polución, como cualquiera otra del mundo contaminado en que vivimos, y le pone la música de George Gershwin.
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