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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la película de dos debutantes. Por una parte el director y actor Ben Stiller que interpretó 'El imperio del sol' (1987), de Steven Spielberg y 'Con su propia ley' (1989), de John Irving y dirigió un cortometraje. Tras encargarse de un programa de televisión ahora debuta en el largometraje.
También lo hace en este film su guionista, Helen Childress, de 23 años, que trata de reflejar en él los problemas de su generación, de la actual, de esa que se ha dado en llamar generación X, que por lo general está compuesta por unos jóvenes desorientados, cínicos y sin auténticos ideales en los que pensar y conseguir.
Es cierto que dado como están los tiempos y las perspectivas de trabajo, posiblemente no les quedan muchas otras formas de comportamiento o de actitud ante la vida, pero es verdad que algunos lo superan y lo logran.
La guionista nos da esto a través de la historia de cuatro chicos. Lelaina acaba de graduarse con brillantes notas y consigue un puesto en un programa de televisión, aunque no es eso exactamente lo que quiere. Ella desea hacer películas y mientras tanto rueda un video sobre sus amigos.
Su amiga se ha colocado en una tienda de ropa. Los dos muchachos no encuentran trabajo o lo pierden rápidamente.
Lelaina llega un momento en que duda si quedarse con el chico que le gusta o marcharse con un yuppi televisivo que le manipula sus cintas y las hace comerciales, o si quedarse con su amigo, músico frustrado y con poco porvenir.
Lo que en un principio se dijo que podía ser el film testimonio de la generación X, se ha quedado tan sólo en un documento de la desorientación de los jóvenes veinteañeros, sus dudas y amoríos, tocados de forma muy superficial, lo que suponen pocos mimbres para esta canasta.
Por otra parte el guion no aporta una historia sólida, sino que deambula de aquí para allá, como le ocurre a los propios personajes.
El inconformismo generacional que pudieran tener los jóvenes autores de esta cinta, por último no hacen como la protagonista, que escogen el camino más difícil, sino que se doblegan ante un final convencional y comercial, el típico happy end.
La banda sonora se ve inundada de canciones propias de esta generación para adornar las imágenes, más que otra cosa.
Y la dirección es tan floja y titubeante como el propio video que está haciendo la protagonista que ciertamente marea bastante al principio.
Por encima de todos está Winona Ryder, tal vez por su acumulada experiencia y mejor papel.
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