Título: | ADIÓS MOSCÚ | |
Tit. Orig.: |
MOSCA ADDIO | |
Nacionalidad: | ITALIA, 1987 | |
Dirección: | MAURO BOLOGNINI | |
Guión: |
NICOLA BADALUCCO, LUCÍA DRUDY DEMBY, ROBERT BALCHUS, MAURO BOLOGNINI, ERIC BERCVICI. Argumento: ENRICO ROSEO, MARCELLO ANDREI |
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Fotografía: |
ENNIO GUARNIERI |
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Música |
ENNIO MORRICONE |
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Interpretes: |
LIV ULLMAN, DANIEL OLBRYCHSKI, AURORE CLÉMENT, FRANCESCA CIARDI, CARMEN SCARPITTA, SAVERIO VALLONE |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS | |
Duración: | 102 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Mauro Bolognini es un director italiano, no de los peores, ni tampoco situado entre los grandes maestros, al que siempre le ha gustado adaptar temas de época, aspecto éste en el que lograba sus cotas más altas al reproducir perfectamente los ambientes a través de decorados, vestuarios y elementos decorativos. No hay más que echar un vistazo a su filmografía para notar cómo abundan este tipo de películas entre sus obras.
En esta ocasión, sin embargo, no ha tenido que irse muy atrás, puesto que lo que nos cuenta es una historia real, que refleja la vida de una mujer, Ida Nudel, judía rusa, que por sus creencias y forma de pensar quiere emigrar de Rusia, a pesar de que ama y siente a su país como le ocurre a su hermana Elena y a un amigo poeta, Julio, con los que se identifica.
Una vez tomada la decisión de abandonar el país los tres juntos, a ella le es denegado el visado, ya que trabaja en un centro científico oficial y piensan que puede extraer secretos importantes para la Unión Soviética. Ella lo oculta y logra mediante engaño, que los dos se vayan, mientras ella se queda combatiendo por sus ideas y sufriendo incluso reclusión en un campo de prisioneros.
Este drama de Mauro Bolognini, nos relata pormenorizado el drama de esta mujer, a la que según parece se dejó en libertad a raíz de haberse hecho esta película y obtener el Premio David de Donatello de interpretación para Liv Ullman y el Premio del Jurado Ecuménico en el Festival de Montreal.
Un gran trabajo de Liv Ullman, una fotografía que a veces se le nota el grano, y una música adecuada de Morricone, componen el cuadro de valores de este film.