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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando un género llega a la cumbre y el público parece estar cansado de él, los productores y realizadores tratan de buscarle nuevos caminos.
Generalmente se recurre a darle la vuelta, a hacer su parte cómica.
Pero el género del Oeste es ya tan viejo que este recurso no vale.
Por ello últimamente se ha sacado el tema de la desmitificación, que es un darle la vuelta en definitiva, haciéndonos ver la otra cara, la del antihéroe, la del hombre vulgar que no hace nada que merezca la pena, ninguna hazaña grande, más que vivir y vivir como puede.
Ya los indios, cuando los hay, no son los malos y cuando no los hay, como ocurre en este film, los vaqueros no usan caballos ni pistolas, sino viejos coches y billetes como armas.
Esta moda, que en principio pudiera ser un hallazgo, no se puede revolver contra ella misma cuando su tratamiento no se hace adecuadamente, como ocurre en "Los indeseables".
Porque nada ocurre aquí y porque el tema parece haberse intelectualizado y haber sabido darle el tratamiento adecuado por un director que no ha pasado nunca de ser un mediocre cineasta, el resultado no ha sido todo lo brillante que hubiera sido de desear.
Así el ritmo de la cinta transcurre de forma lenta y cansina, aburriendo en muchos momentos al espectador de forma exasperante.
Hasta los propios editores, dos de los grandes, de fama reconocida, no hacen otra cosa que repetirse una y otra vez con viejos clichés manidos al no haber sido dominados por un director con ideas.
La canción de fondo de la película, de Carole King, parece decirnos en pocos minutos casi tanto como todo el esfuerzo intentando en los cien minutos que dura la película.
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