![]() |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Dicen los gitanos que no quieren a sus hijos con buenos principios.
Jane Campion no es gitana, sino australiana, y comenzó bien con 'Sweetie', 'Un ángel en mi mesa', 'El piano' flojeó en 'Retrato de una dama' y en 'Holy Smoke' ha dado la de arena.
Ruth, una chica australiana, ha quedado enganchada en las creencias de una secta en la India, enamorada de un gurú.
Su familia, para desprogramarla, contrata a un especialista que se encierra con ella durante tres días en una cabaña en el desierto australiano.
Al segundo día se han vuelto las tornas.
Ella, sabedora del poder del sexo y ante la fama de conquistador de su rival, se lo lleva al huerto.
Lo que en un principio comienza bien y se intuye un buen duelo entre ambos personajes, queda sólo para la rivalidad entre los dos grandes intérpretes que son Kate Winslet y Harvey Keitel. Ruth tiene mucho de la personalidad de la actriz que la interpreta con un carácter hosco y rebelde por lo que no le habrá sido difícil interpretarla.
En cambio Harvey Keitel cae en escenas que rozan el ridículo más espantoso, arrodillado ante su cliente vestido de mujer y hecho un guiñapo frente a tan exuberante hembra.
El guion, que tiene mucho de obra teatral por lo reducido de su escenario, está plagado de personajes sin definir, por lo que la película se le va totalmente de las manos a su directora Jane Campion siendo la peor de las suyas, sólo visible por el trabajo de la pareja.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE