Crítica... Guerra y paz

INFORMACIÓN

Titulo original: War And Peace

Año Producción: 1956

Nacionalidad: EE.UU., Italia

Duración: 202 Minutos

Calificación: Autorizada para todos los públicos

Género: Aventura

Director: King Vidor

Guión: Bridget Boland, Robert Westerby, King Vidor, Mario Camerini, Ennio de Concini, Ivo Perilli. Basados en la novela escrita por Leo Tolstoy

Fotografía: Jack Cardiff, Aldo Tonti

Música: Nino Rota

INTÉRPRETES

Audrey Hepburn, Henry Fonda, Mel Ferrer, Vittorio Gasman, Anita Ekberg, Oscar Homolka, Herbert Lom, John Mills, Milly Vitale, Ana María Ferrero, May Britt, Tulio Carminati, Barry Jones

CRITICA

Por: PACO CASADO


   Cuando el cine en un momento en que está necesitado de salvar su prestigio y su preponderancia como espectáculo, en un momento de terrible lucha contra la competencia que le hace la televisión, ha de imponer su respeto, con frecuencia suele echar mano de los grandes éxitos de la literatura para hacer grandes películas que constituya un portentoso espectáculo.
   Este es el caso de 'Guerra y paz' (1956) de King Vidor al adaptar la novela de Leon Tolstoi, una obra extensa y gigantesca, que le llevó a su autor seis años conseguirla y donde de una forma amplia y en exceso dispersa, trata de todos los problemas de la Rusia del siglo XIX, a todos los niveles, sociales, políticos, religiosos, económicos e incluso bélicos.
   Adaptar esta monumental obra para el cine era una labor de auténticos titanes.
El mayor problema con el que se encontraban los seis guionistas que tuvieron el empeño de hacer la adaptación cinematográfica fue el de darle unidad a una obra que abarca tanto tiempo y con un gran número de personajes.
   Para ello tuvieron que elegir a una figura central, como es el caso de Natacha, darle consistencia y hacer que en torno a ella giren todos los demás.
Por ello es el único personaje que está mejor delineado, más profundamente tratado, mientras que los demás son meros comparsas, en mayor o menor grado que completan a éste.
   Nos volvemos a tropezar aquí nuevamente con el problema de las adaptaciones literarias.
Ya lo decíamos, que nos parece bien la versión que nos ha dado esta vez King Vidor, puesto que hemos ido a ver un film de King Vidor y no una novela de Leon Tolstoi que la podemos leer en nuestra casa.
   Al pasar de un medio a otro los elementos con que se cuenta son distintos y el lenguaje es totalmente diferente.
Vidor nos ha dado una buena versión de la obra literaria, ya que ha procurado conservar todo lo más posible, lo que quizás le haya perjudicado en algunos momentos, haciendo que por su larga duración tenga algún que otro bache de interés y de ritmo, cuando perfectamente se le podían haber suprimido algunos pasajes un tanto superficiales de la novela que en nada afectaría al conjunto de la obra, ni a la comprensión total de la misma.
   En la adaptación King Vidor y sus guionistas se han preocupado de darle el clásico toque norteamericano a la novela, despojándola de lo que pudiera ser folclórico y dándole un sello estadounidense, haciendo que algunos personajes se comporten más como americanos que franceses o soviéticos.
   El director ha tenido que jugar con este doble carácter que lleva dentro como realizador.
Por un lado es un buen creador de cintas espectaculares, por otra es el inquieto director preocupado por el aspecto social de la vida norteamericana.
   Como cineasta espectacular está muy comedido, dando lo necesario para que la película no desmerezca en ningún sentido, pero sin detenerse en exceso en ningún aspecto.
   Como cineasta preocupado por lo social, brilla más en la segunda mitad, aunque tampoco llegue a profundizar en exceso.
El ritmo del film se resiente un poco debido a la excesiva duración lo que parece que se le ha escapado un poco en cuanto al control del mismo.
   Un capítulo aparte hay que reservar para la interpretación, al ser el personaje de Natacha el mejor delineado y tratado, Audrey Hepburn tiene un mayor motivo para su lucimiento, gustándonos más en la primera mitad con esa Natacha pizpireta y alegre que en la segunda, más madura en su comportamiento y en su forma de ser.
   Es el personaje clave y central de la cinta y detrás le siguen en méritos la excelente labor de un Henry Fonda verdaderamente increíble en su papel de Pierre, mientras que a Mel Ferrer lo encontramos frío y distante.
   Muy bien también Herbert Lom como Napoleón, personaje difícil, que lo hace de forma muy convincente, incluso en el parecido físico, mientras que los demás cubren sus respectivos papeles.
   La música del siempre estupendo Nino Rota pasa desapercibida en esta ocasión, destacando la notable calidad de la fotografía de Jack Cardif y Aldo Toni en el uso del sistema VistaVisión de una gran fidelidad.