| Título: | LOUISE-MICHEL | |
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Tit. Orig.: |
LOUISE-MICHEL | |
| Nacionalidad: | FRANCIA, 2008 | |
| Dirección: | BENOÎT DELÉPHINE, GUSTAVE KERVERN | ![]() |
| Guión: | BENOÎT DELÉPHINE, GUSTAVE KERVERN | |
| Fotografía: | HUGHES POULAIN | |
| Música | GAËTAN ROUSSEL | |
| Interpretes: | YOLANDE MOREAU, BOULI LANNERS, BENOÎT POELVOORDE, ALBERT DUPONTEL, MATHIEU KASSOVITZ | |
| Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
| Duración: | 94 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Estos dos directores franceses, Benoît Delépine y Gustave Kervern, debutan en la realización de un largometraje con "Louise-Michel", cinta que nos llega con dos años de retraso a las carteleras españolas, tras pasar por los festivales de Mar del Plata, Sundance y San Sebastián.
Para escribir el guión de esta película se han inspirado en la figura de Louise Michel, una anarquista francesa, que vivió entre 1830 y 1905, que luchó contra la tiranía del poder.
Los guionistas desdoblan este personaje en dos para llevar a cabo la defensa de la clase obrera: por una parte Louise, que es una ex-presidiaria, analfabeta, que tras cumplir 15 años de cárcel, trabaja en una fábrica que, de la noche a la mañana, ha cerrado sin comunicárselo a sus empleadas, dejando el local vacío y a las obreras en la calle.
Con la indemnización que han conseguido gracias a los sindicatos, Louise propone, que en lugar de montar un negocio, cargarse al jefe.
Ella se encarga de buscar al matón que lo lleve a cabo, que no es otro que Michel, un desastre de guardia de seguridad de un grupo de caravanas que presume de mucho y nada de ello es verdad. Ambos irán en busca del jefe de la manera más torpe, cometiendo un fallo tras otro.
El guión es de lo más extravagante, desde el inicio hasta el final, con diálogos absurdos, situaciones grotescas y escenas surrealistas que pretenden hacer reír, pero no tienen ni chispa de gracia.
Comedia social negra, que aboga por la lucha de clases, que se queda a mitad de camino en sus pretensiones a la hora de hacer un retrato de la miseria humana, de la monstruosidad social frente a un sistema sin piedad, filmada en planos fijos y sin complicarse mucho la vida a la hora de su puesta en escena.
A lo largo de la trama se deslizan algunas críticas en torno a la crisis, el paro, el cierre de fábricas, los bares cutres, etc. que componen un mundo absurdo e irreal, cuyo pretendido mensaje acaba por desaparecer. Con la intención no basta.
La enorme actriz Yolande Moreau hace un buen trabajo de su sobrio personaje que apenas mueve un músculo facial en su interpretación casi de dibujos animados.










































































