EL DERRUMBAMIENTO DEL BLOQUE ORIENTAL

‘El fotógrafo de la Perestroika’. Rusia. Dtor. Stephan Kühnrich.   Las fotos de Alexander Chumichov, que seguía a Mijaíl Gorbachov, transmiten una imagen particularmente viva de la conmoción que precedió el derrumbamiento del bloque oriental.    Diciembre de 1991: la bandera soviética que ondeaba sobre el Kremlin es arriada para siempre. Este gesto significó el fin de la Unión Soviética y el fracaso del presidente reformista Mijaíl Gorbachov. Sin embargo, su nombre sigue asociándose a los mayores cambios de la historia reciente. El entonces portavoz Andrei Grachov y el ex primer ministro Nikolái Rizhkov nos resumen las luchas de poder a las que debió enfrentarse Gorbachov para llevar a cabo una política reformista. Pero el testimonio más vivo siguen siendo las imágenes realizadas por Alexander Chumichov, su fotógrafo personal.

 ‘Henryka y el nacimiento de Solidarnosc’. Polonia. Dtora. Malgorzata Bucka.  En 1980, Henryka Krywonos y sus compañeros de Gdansk fueron los primeros ciudadanos europeos en atacar las bases del “sistema”.  El 14 de agosto de 1980, los 12.000 obreros de los astilleros de Gdansk se pusieron en huelga para reclamar aumentos salariales. Sus reivindicaciones fueron aceptadas enseguida, y Lech Walesa, el organizador del movimiento, estaba a punto de dar la huelga por terminada. Pero en empresas de menos importancia, las demandas de los obreros no fueron escuchadas y se reunieron delante de los astilleros pidiendo “solidaridad” a sus compañeros. Entre ellos se encontraba Henryka Krywonos, una joven conductora de tranvía que acababa de darse a conocer por una acción ingeniosa. Detuvo el tranvía en un cruce estratégico, bloqueó la circulación de la ciudad y consiguió que los pasajeros se unieran a la protesta…

 ‘El guardián del telón de acero’. Hungría. Dtor. Jürgen Ast.  En verano de 1989, numerosos húngaros reclamaron más democracia y mayor libertad. Incluso los dignatarios del Partido no vieron con malos ojos estas reivindicaciones en los tiempos de la glasnost y la perestroika. Atraídos por el espíritu renovador que soplaba en Budapest, miles de ciudadanos de la RDA se refugiaron en Hungría, desde donde esperaban poder cruzar al Oeste. El sueño se hizo realidad en 19 de agosto, cuando un antiguo puesto fronterizo con Austria se abrió durante unas horas. Un grupo de alemanes del Este, que habían tenido la oportuna idea de organizar – con la ayuda de reformadores húngaros – una comida campestre para “la mejor comprensión de los pueblos del Este y del Oeste”, aprovecharon para pasar en masa al otro lado. El oficial de servicio, Árpád Bella, decidió que nunca volvería a ordenar que se disparase contra los fugitivos sedientos de libertad.

 ‘La joven y el carro de combate’. Lituania. Dtores. Isabell Blöchl y André Meier.  En 1989, cincuenta años después del pacto germano-soviético y de su integración forzosa en la Unión Soviética, los países bálticos ponían toda su esperanza en la perestroika que había empezado Gorbachov. En Lituania, Stase Asanaviciute y su hija Loreta formaban parte del movimiento independentista. Pero Gorbachov lo consideró una amenaza para el futuro de la Unión Soviética. En enero de 1991 sacó los tanques de los cuarteles. El gobierno lituano se refugió en el Parlamento. La torre de televisión se convirtió en el símbolo de la libertad y los habitantes de Vilnius se turnaron para protegerla. Loreta era una de ellos. En la noche del 12 al 13, los carros de combate avanzaron hacía el edificio rodeado por una cadena humana…

 ‘El acusador de Ceausescu’. Rumanía. Dtora.Sylvia Nagel.  En Rumanía, el único país del antiguo bloque socialista que vivió una revolución sangrienta, la caída de Ceausescu fue el producto de un golpe de Estado perfectamente planificado.  Imágenes de diciembre de 1989: la muchedumbre, que supuestamente va a aclamar a Ceausescu, empieza a abuchearle; el dictador y su mujer huyen en helicóptero y, unas horas después, la pareja es ejecutada después de un simulacro de juicio en el que la acusación depende de Dan Voinea, un joven fiscal sin experiencia. Occidente, que llevaba tiempo apoyando a Ceausescu por su relativa independencia de la URSS, se queda perplejo. Empiezan a salir noticias acerca de las matanzas perpetradas el 17 de diciembre en Timisoara. Un clima de guerra civil reina en Bucarest. Balance final: más de un millón de muertos. Hasta que aparece un hombre “providencial”, Ion Iliescu, con su equipo. Llevaban varios meses tirando de los hilos para derrocar a Ceausescu.

  DE LA DIVISIÓN A LA UNIDAD – 60 AÑOS DE ALEMANIA

‘Las dos Alemanias en unas pocas canciones de éxito’ de Hans Sparschuh y Rainer Burmeister.  Entre las ruinas de la Alemania derrotada, las canciones de variedades que hablaban de amor e idilios endulzaban el corazón de los desencantados alemanes. Pero también reflejaban el espíritu del momento y, en el caso de Alemania, el lugar. Durante los años sesenta, mientras los alemanes del Oeste empezaban a viajar al Sur de Europa y cantaban a Capri, el sueño de los obreros del Este era La Habana o Saratov. Al contrario de los éxitos del mundo anglosajón, estas canciones nacidas a ambos lados del Muro no cruzaban las fronteras. El documental nos hace descubrir estrellas del Este y del Oeste llamadas Roland Kaiser, Frank Schnöbel, Gitte Haenning o Karen Gott…

 ‘Alemanias, Alemanias - ¿De verdad ha caído el muro?’ de Jan Peter.  Veinte años después de la caída del Muro, las huellas visibles de la división de Alemania se han borrado. En el Este, los edificios “gallineros” han desaparecido, el centro de las ciudades ha renovado sus fachadas, mientras que en el Oeste, los vestigios del Muro son tan pocos que se está barajando la posibilidad de reconstruir un trozo en Berlín para los turistas. En la cúspide del gobierno, una canciller de Alemania del Este dirige el gobierno federal, y el partido heredero de la RDA tiene representantes elegidos en los Länder de la Alemania del Oeste. Una nueva generación está a punto de alcanzar la edad adulta y solo conoce el Muro a través de los relatos de sus mayores o de los libros de historia. Pero en 20 años, uno de cada cinco alemanes del Oeste nunca ha ido a Alemania del Este. Los testimonios recogidos en el documental demuestran lo mal que se conocen los ciudadanos de ambas zonas del país y lo poco que han progresado en el conocimiento de aquellos con los que se supone que forman un único pueblo.