|
SINOPSIS
Wilson es un solitario misántropo de mediana edad, algo neurótico que va a reunirse con su ex esposa enterándose entonces de que tiene una hija adolescente de la que nunca fue informado. Ahora Wilson decide conectar con la chica...
INTÉRPRETES
WOODY HARRELSON, JUDY GREER, LAURA DERN, CHERYL HINES, DAVID WARSHOFSKY, JAMES SAITO, TOM PROCTOR, ISABELLA AMARA, SHAUN BROWN, BRUCE BOHNE, ROXY WOOD, KATIE ROSE LAW, MASON SHEEHY, CHRIS CARLSON
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BSO
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE
GALERÍA DE FOTOS
https://www.cineymax.es/estrenos/fichas/122-w/102058-wilson-2017#sigProId4f3c530a53
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
ACERCA DE LA PRODUCCIÓN...
Aclamado autor y guionista candidato al Oscar®, Clowes, que también fue autor de los guiones basados en sus libros 'Art School Confidential' y 'Ghost World', afirma que las aventuras, desquiciadamente disfuncionales, de Wilson no tienen nada que ver con la tranquila vida que él lleva en unión de su esposa y su hijo de cinco años.
Reconoce que la inspiración para imaginar el viaje de Wilson nació de una experiencia que comparte con el personaje. “Mi padre estaba hospitalizado, víctima de un cáncer terminal, como le sucede a Wilson al principio de la película”, explica. “Yo estaba sentado junto a su cama con la mirada puesta en el infinito, y sólo quería estar en esa habitación con él. Me traje mi pequeño bloc de dibujo y comencé a garabatear una breves tiras cómicas, ligeras y divertidas, para evitar sentirme abrumado”.
Al fin, un personaje comenzó a emerger; al principio, no era más que un muñeco hecho de palillos pero con la descomunal personalidad de un hombre que dice toda la verdad sin ambages, independientemente de que alguien quiera oírla o no. “Yo estaba tronchándome de la risa”, reconoce Clowes. “Wilson tiene algo de memo, pero también es un tipo solitario que intenta trazar su curso por la vida. Yo tuve en la universidad un amigo que hablaba constantemente de ese tal Wilson, al que yo nunca conocí. Hasta la fecha, no sé si ése era su nombre o su apellido, pero para mí adoptó una especie de carácter mítico”.
El realizador Alexander Payne adquirió en cierto momento los derechos cinematográficos del libro hace ya varios años y pidió a Clowes que lo adaptara para la pantalla. “Fue una gran oportunidad coger la historieta y darle nueva vida”, recuerda el escritor. “Yo tenía millones de tiras cómicas que eran pequeños fragmentos de la vida y, finalmente, encontré un relato en medio de todo ello. Al llegar al proceso de creación del guión, tenía la sensación de que ya disponía de un gran boceto para la película”.
Daniel Clowes se apresura a garantizar a la gente que este Wilson, antihéroe misántropo de caricatura, no es una versión de sí mismo ligeramente velada. “No creo en absoluto que me parezca mucho a Wilson”, dice. “Yo soy un tanto reservado y cuidadoso de lo que digo. En una página puedo ser muy directo y quizá hasta cruel de un modo que no pretendo, pero mi objetivo en mi trabajo no es filtrarme a mí mismo tal y como hago en la vida real”.
Por aquel entonces, Craig Johnson, director de la comedia negra de 2014, THE SKELETON TWINS, andaba en busca de su siguiente proyecto. Johnson ya era un incondicional de la obra de Clowes, del que afirma que coge a las personas que están en los bordes de la vida contemporánea y los pone en primer plano, retando al público a lidiar con ellos. “A Dan le interesan lo que podríamos denominar los bichos raros, los que son ajenos a lo que los rodea, los inadaptados: la gente a la que es más fácil dar por perdida”, dice el director. “Su trabajo gira en torno a los que no encajan en ningún molde y están al margen de la sociedad, y no le da miedo sacarlo a la luz con todos sus defectos, pero luego nos muestra una forma de respetarlos. Él capta lo que los hace raros e inhabituales, pero los presenta como seres humanos con una auténtica vida afectiva. Al principio podríamos reírnos de esa gente, pero Dan tiene un modo de levantar la capa que oculta la humanidad que hay en ellos”.
Después de haber visto THE SKELETON TWINS, interpretada por Kristen Wiig y Bill Hader en el papel de unos hermanos que acaban viviendo juntos después de una serie de cuasitragedias, Clowes afirma haber visto inmediatamente que Johnson tenía la sensibilidad adecuada para dirigir WILSON. La pareja se reunió en Oakland, donde vive Clowes. “Estaba claro que ambos estábamos en la misma onda en lo relativo a lo que queríamos que fuera esta película”.
Según el autor, la película amplía los acontecimientos recogidos en el libro, superando su estilo de viñetas de novela gráfica de una sola página, desarrollando más los personajes y rellenando los espacios en blanco. “En el libro yo estaba empeñado en que los lectores se imaginaran por sí mismos la acción que tiene lugar entre las imágenes. Pero, naturalmente, una película es algo muy diferente y esos vacíos están explicados”, dice Clowes.
WILSON, afirma Johnson, halla un equilibrio entre lo divertido y lo desgarrador que encaja con su forma de dirigir. “Me hizo reír en voz alta”, afirma el director. “Muy pocos guiones lo han conseguido. Por una parte, parecía la vida real y, sin embargo, era absolutamente desternillante. Siempre busco algo que sea divertido además de humano, y este guión reúne ambas características”.
Trasladar una novela gráfica a la pantalla viene con ventajas incorporadas, afirma Johnson, observando que las páginas de los cómics son una forma de arte estrechamente relacionada con el cine. “Ambos son relatos contados en imágenes, con diálogo, ángulos de cámara y montaje. Piensen en los guiones gráficos. Por ese motivo, creo que eso es lo que hace que los artistas creadores de cómics sean especialmente expertos en la confección de guiones. La versión de Dan ya era bellamente cinematográfica, yo sólo tuve que evitar echarla a perder”.
Observa Clowes: “Ambos tienen esa sinergia. Las imágenes inspiran el diálogo y viceversa. Todo ello cobra vida motu proprio”.
Johnson logró un material de mayor nivel; en parte, por su capacidad de hallar los actores adecuados para cada papel y, luego, guiarlos para conseguir actuaciones geniales. Clowes afirma que “fue un proceso largo pero que mereció la pena. Es un guión fuera de lo común porque hay varios personajes principales. Yo he tratado de escribir cada personaje, incluso si sólo tenía una o dos frases, como si tuviera una gran historia que explicase su presencia en el guión. Todos tienen un lugar y una finalidad en el mundo de Wilson”.
Jared Goldman, que fue productor ejecutivo de THE SKELETON TWINS, fue contratado como productor de WILSON. “Craig es una persona considerada y colaboradora”, dice Goldman, cuyo currículo también incluye AMORES ASESINOS y EL VERANO DE SUS VIDAS. “Valora la aportación de otras personas pero, al fin y al cabo, tomar una decisión no le supone problema alguno, lo que, en mi opinión, le convierte en un director ideal. Sabemos que en última instancia, él es quien lleva el timón”.
Admirador de Clowes desde hace mucho, Goldman afirma que su trabajo va mucho más allá de lo que uno esperaría de una típica novela gráfica. “Escribe de forma tan incisiva que las descripciones son casi quirúrgicas. Esa especie de habilidad de captar el lenguaje es inhabitual y es toda una alegría verla”.
Mary Jane Skalski, también productora de la película, se maravilla de la economía de Clowes como escritor. “Utiliza las menos palabras posibles y hace que cada una tenga su importancia”, afirma. “El guión parece sencillo, pero cada escena logra 10 cosas diferentes sin esfuerzo, y uno ni siquiera se da cuenta de cuántas cosas está haciendo a la vez”.
El perspicaz tratamiento que Johnson realiza de su protagonista hace que sea sorprendentemente fácil identificarse con el personaje central a pesar de su atroz comportamiento, según Goldman. “Es un extrovertido exagerado, pero también se siente muy solo. Él tiene no sólo un patetismo sino también una picardía que le convierten en alguien a quien queremos seguir. Es un desaliñado de gran corazón, un soltero solitario, un padre y esposo leal, un idiota, un sociópata, un fanfarrón que se hace falsas ilusiones y una flor delicada. No es posible superar eso”.
El público disfrutará de los numerosos momentos de humor de la película, pero también reconocerá la humanidad profundamente imperfecta de Wilson y eso le enternecerá, opina Johnson. “WILSON tiene un tono distinto a cualquier cosa que yo haya visto”, añade. “Tiene un perverso sentido del humor con un núcleo verdaderamente emotivo que tiene todo que ver con el propio Wilson. Tiene esperanzas y sueños como todos nosotros, aunque no deja de estorbarse a sí mismo y eso es parte de la gracia de la película. Es el tipo que se sentará ligeramente pegado a nosotros en un café, cuando sobran asientos. Y, sin embargo, nos acercamos a él”.
BIENVENIDO AL MUNDO DE WILSON...
En su primera reunión con los productores de WILSON, Craig Johnson lanzó la idea de que Woody Harrelson interpretara el papel del título. Hace más de 20 años que Harrelson es conocido del gran público; desde que en 1995 se abriera paso interpretando al corto pero adorable camarero Woody Boyd en la comedia de situación “Cheers”, de prolongada presencia en pantalla. Ahora, después de haber optado al Oscar en dos ocasiones, el actor ha llegado a ser, al menos, tan conocido por sus interpretaciones dramáticas en películas como THE MESSENGER, EL ESCÁNDALO DE LARRY FLINT, NO ES PAÍS PARA VIEJOS y la aclamada serie de HBO “True Detective”.
Según Johnson, el papel exigía que Harrelson recurriera a sus habilidades de actor dramático y cómico. “Woody aporta a cada papel una inherente simpatía”, dice el director. “Es uno de esos tipos con los que es imposible seguir enfadado por muy mal que puedan comportarse. Wilson hace algunas cosas francamente ofensivas, pero teniendo a Woody con su encantadora media sonrisa, simplemente se le perdona”.
Cuando surgió el nombre del actor, Clowes había visto recientemente a Harrelson en el papel del detective Marty Hart en “True Detective”. “Resultaba casi amenazante”, afirma el escritor. “Woody tiene una cualidad que casi da miedo. Entonces empecé a pensar detenidamente en su historia y recordé, naturalmente, que él es también muy divertido. Es un cómico brillante, dotado del poder y la tristeza que Wilson necesita. Me di cuenta de que me gustaba la idea de que Wilson tuviera una cierta capacidad de expresar emoción, además de ser simplemente un divertido zopenco”.
Después de haber visto a Harrelson interpretar a Wilson, cualquier duda que Clowes tuviera quedó inmediatamente eliminada. “Su postura y sus expresiones faciales son perfectas”, afirma el escritor. “Ver a Wilson y oír su voz tal y como yo los había imaginado es algo muy raro. Es como hacer que proyecten tus sueños en una pared para que todos los vean”.
La productora Skalski describe al personaje como un “cascarrabias optimista”. “La obra de Dan tiene muchas capas y Woody lo comprendió”, añade. “Aportó un gran espíritu de optimismo a un personaje al que sería fácil interpretar simplemente como un gruñón. En manos de Woody, se convirtió en una persona entusiasta y comprometida que ve el mundo a su manera”.
El personaje mantiene su fuerza pero Harrelson le añade un toque de picardía que no estaba en las hojas, según Goldman. “Las formas como Woody y Craig han modulado su interpretación nos facilitaron a los de la sala de montaje mucho más de lo que necesitábamos. Woody dota al personaje de una calidez y accesibilidad auténticas”.
Después de años de haberse centrado en el trabajo dramático, Harrelson anhelaba una dieta más ligera, afirma el actor. “WILSON tiene auténtico patetismo además de momentos increíblemente histéricos. No es una astracanada. A decir verdad, no es tradicional en ningún sentido. Dan ha creado un personaje asombroso. La mayoría de las personas no dirán lo que piensan, pero Wilson no se comporta así. Es un personaje fascinante con muchas capas. Parte de su comportamiento es tan doloroso de contemplar que uno siente vergüenza, pero una vergüenza tan frecuente acaba haciéndote reír. Uno puede no creer las cosas que dice y hace pero, al final, se gana nuestro cariño”.
Atribuye a Johnson el mérito de ayudarle a afinar su interpretación. “Él sabe de verdad cómo hablar a los actores”, afirma Harrelson. “Craig simplemente dice lo correcto para ayudar a liberar tu mente. Si algo parece falso lo corrige inmediatamente. Pero me encanta la forma como lo hace”.
Harrelson tampoco escatima elogios para Laura Dern, que da vida a Pippi, la ex esposa de Wilson. “Trabajar con Laura ha sido una de las experiencias más sensacionales por las que he pasado”, asegura el actor. “Comprendía a los personajes asombrosamente bien y era capaz de llegar justamente al núcleo de lo que era vital en una escena”.
Wilson y Pippi habían pasado por un divorcio hostil 17 años antes y no habían vuelto a verse desde entonces. Después de más de una década enganchada a las drogas y atrapada por la prostitución, Pippi está empezando a enderezar su vida. “Desde que se alejó de Wilson, ha llevado una vida agitada”, dice Johnson. “Pippi tiene un temperamento volcánico y, sin embargo, también tiene mucho corazón y mucha humanidad. Cuando Wilson regresa a su vida, él es una fuerza desestabilizadora para ella. Hace falta alguien como Laura para sacar a relucir tanto las partes volátiles y peligrosas de Pippi como sus componentes hermosos y humanos. En el rostro de Laura nunca sucede una sola cosa. Vemos la gama completa de emociones. Podemos ver el cambio de las circunstancias en uno o dos segundos. Ésa es una rara habilidad para un actor y algo que resultaba fundamental para hacer de Pippi alguien a la que el público aceptara”.
Aunque el guión se ciñe estrechamente a la novela gráfica, Clowes, según Dern, permitió a los actores llenar algunos de los espacios en blanco. “Woody y yo pudimos profundizar un poco más en nuestros personajes”, explica. “Wilson y Pippi han evolucionado un poco respecto de quiénes eran en el libro. Ella es tremenda, pero intenta muy en serio recobrar su compostura, lo que significa dejar las drogas, que realmente han acabado hundiéndola. Tiene que ir paso a paso, mantener un techo sobre su cabeza, conservar un auténtico empleo y tratar de impedir que su temperamento la domine”.
La actriz se sintió emocionada por el deseo de Wilson de encontrar a Pippi y volver a estar junto a su amor verdadero. “También le apena el no tener ya una familia, así que cuando descubre que ella dio a luz a la hija de ambos después de que se hubieran separado, se obsesiona con llegar a conocer a su hija pequeña. Cuando finalmente se reúnen con su hija, Claire, resulta sorprendente ver la semejanza que existe entre los gestos y el temperamento de ella y los de ellos. Reconocen que, a decir verdad, ella tuvo suerte al no estar junto a ellos, pero igualmente ven que ella también lleva en un interior una parte de ellos que la convierte en una persona directa y sincera”.
A pesar de las evidentes imperfecciones de ambos personajes, Dern se sintió cautivada por la solidez del amor entre Wilson y Pippi después de tantos años. “De mucha formas, la suya es la historia de amor más perfecta de todas en las que he tenido el privilegio de participar”, afirma la actriz. “Su vivo deseo de ser mejores, de nunca rehuir la verdad y de ser responsables de sí mismos es admirable. Como actriz, encuentro interesante dar vida a un personaje al que sea fácil juzgar y que, sin embargo, también sea alguien al que uno aspire a ser. Ella es complicada y esquiva. Ésa es la clase de narración que siempre deseo ver”.
Claire, la hija a la que renunció Pippi, es interpretada por la actriz, residente en Atlanta, Isabella Amara. Amara, que recientemente encarnó una versión más joven de Melissa McCarthy en ES LA JEFA, fue descubierta en una extensa búsqueda de talento. “Es un papel verdaderamente difícil”, explica Skalski. “Ella es una adolescente que no acaba de saber cuál es su lugar en el mundo, y en cuya vida se mete esta pareja de locos”.
Johnson buscaba dos cualidades en la actriz a la que diera el papel de Claire. “Tenía que partirnos el corazón y hacernos reír”, explica. “Isabella consigue ambas cosas. Claire es una marginada en su instituto y atraviesa una época verdaderamente dura. Wilson la asusta al principio pero después empieza a hacerse una idea de por qué ella es como es”.
Claire comparte el cáustico humor de Wilson y su resistencia a transigir. Su sinceridad sin ambages intrigó a Amara. “Simplemente no le importa lo que nadie piense”, afirma la joven actriz. “Siempre permanece fiel a sí misma y se asegura de hacerse entender. Cuando leí el libro, lo que destacaba para mí era cuánto se parece a Wilson. Él tiene un carácter muy directo, incluso cuando ello supone actuar con brutalidad”.
Claire se tropieza por primera vez con sus padres naturales, Wilson y Pippi –después de que ellos le hayan seguido la pista–, en un centro comercial, cuando ella está siendo acosada por un grupo de otros chicos y Wilson la defiende. “Claire está sola y muy deprimida”, dice Amara. “Sólo quiere que la amen y sus padres adoptivos nunca están cerca. Cuando Wilson llega a su vida, le parece algo grande. Él le da todo su amor y su completa atención, por extraño que resulte”.
Trabajar con Woody Harrelson fue una experiencia fantástica, dice Amara. “Hace reír a todos realizando improvisaciones que simplemente nadie se espera. Es difícil ceñirse al personaje porque lo que uno quiere es reír. Woody se mantiene fiel a quién es Wilson en el libro pero lo eleva a una altura completamente nueva. Es extravagante y divertido, pero también aporta al personaje una profundidad auténtica”.
La tercera mujer importante en la vida de Wilson es Shelly, interpretada por Judy Greer (LOS DESCENDIENTES), que cuida de su perro y es su confidente. En sus momentos más bajos, ella está a su lado y, a medida que la película avanza, crece el papel que desempeña en la vida de Wilson. “Judy está maravillosa como Shelly”, dice Skalski.” Wilson y Shelly sacan a relucir lo mejor de cada uno y Judy convierte a Shelly en una cariñosa y sensata compañera para él”.
Greer asegura que quería tanto lograr el papel que escribió a Johnson una carta sobre sus ideas para el personaje. “Cuando entramos en la sala para mi prueba, yo sólo quería saber cómo concebía él a Shelly”, dice la actriz. “¿Era un bicho raro marginado o una chavala súper abierta, campechana y hippy? ¿Es estúpida? ¿Es inteligente? ¿Es solitaria? ¿Está contenta? Estudiamos superficialmente muchas ideas sobre ella. En esencia, ella es todo lo que Pippi no es. Shelly es muy protectora y maternal. Tiene mucho de cuidadora y es alguien a quien Wilson podría verdaderamente encontrar útil en su vida”.
Su entusiasmo y su natural simpatía no tardaron en conseguirle el papel. “Judy Greer es, dicho simplemente, un tónico en forma de persona”, dice Johnson. “Resplandece de humanidad y eso es lo que Shelly necesitaba. Sabemos que cuando Wilson está con ella, se encuentra en buenas manos”.
La película consigue evitar los numerosos estereotipos que a menudo surgen en relatos sobre hombres inmersos en crisis de madurez, explica Greer. “Este hombre es un maniático y un cascarrabias, pero sigue buscando el sentido de su vida, y tratando de aprender cómo amar. Woody da al papel una inocencia de niño, lo que resulta encantador a más no poder. Otro actor podría haber transmitido una cualidad más áspera. En su máximo nivel de rareza, incluso cuando Wilson odia la vida y a la gente, parece muy vulnerable”.
Hasta los papeles más pequeños de la película están en manos de actores experimentados que se comprometieron con el proyecto basándose en la calidad de la creación literaria de Clowes. “Dan realizó un trabajo extraordinario con todos los personajes, lo que facilitó la tarea de atraer a actores de la misma calidad”, explica Johnson. “Es raro ver papeles menores tan bien concebidos. Excelentes actores nos hicieron un gran favor metiéndose en papeles de menor entidad”.
La película está poblada por un elenco que incluye a Cheryl Hines, Margo Martindale y David Warshofsky, así como a numerosos actores locales de la renombrada escena teatral de Mineápolis.
Hines, más conocida por su interpretación de la sufrida Cheryl David en “Larry David”, ofrece una interpretación valerosamente desagradable en el papel de Polly, la mojigata hermana de Pippi. Instalada en la seguridad de una cómoda casa de las afueras junto a su esposo y sus hijos, Polly es incapaz de ocultar su disgusto por la vida de su hermana ni por Wilson. “El mundo de WILSON es objetivamente complicado”, dice Hines. “Y los personajes no lo son menos. A mí me fascinaba que Polly y Pippi hubieran crecido juntas. Tuvieron idénticas experiencias formativas, pero Polly consigue llevar una vida convencional de urbanización y Pippi se aparta del buen camino. Mi personaje es totalmente pasivo agresivo y se erige en juez con el menor pretexto, pero creo que también es posible entender el porqué de sus sentimientos”.
Hines cree que en la película hay alguien con el que todos se pueden identificar. “Y eso permitirá al público reírse de cosas que quizá piense que no son materia de risa”, afirma. “Craig ha basado la acción en una situación muy auténtica. Creó para ella un tono singular. Sin duda que la historia contiene tragedia, pero el público se va a unir al viaje. No siempre será cómodo, pero nunca dejará de ser entretenido”.
MUDANZA A LAS CIUDADES GEMELAS...
WILSON estaba originalmente ambientada en Oakland (California), donde Daniel Clowes ha vivido muchos años. Situó toda la acción de la película en un perímetro de cinco manzanas alrededor de su casa, para poder ir andando al plató cada día. Sin embargo, resultó que los realizadores decidieron trasladar el rodaje al centro del país: a la zona de Mineápolis-St. Paul.
“Cuando nos dimos cuenta de que, por motivos presupuestarios no íbamos a poder rodar en Oakland, emprendimos la busca de una ciudad norteamericana de tamaño mediano, progresista y aburguesada”, explica Johnson. “Estábamos pensando en un lugar al oeste del Misisipi y miramos sitios como Seattle, Portland y Denver. El mundo de Wilson es único. Se ven muchos restaurantes, apartamentos y tiendas de época que ahora están siendo reformados. Las lavanderías automáticas están desapareciendo y las cafeterías artesanales están ocupando su lugar. Mineápolis-St. Paul tenía todo lo que andábamos buscando. Los barrios, los lagos, los restaurantes y las tiendas ya estaban en el relato, así que todo resultó de primera”.
A diferencia de trabajar partiendo de un guión específicamente encargado o de una adaptación de una novela tradicional, los dibujos originales de Clowes proporcionaron a Johnson guiones gráficos ya confeccionados para la película. “Teníamos la plantilla lista para empezar”, dice el director. “El guión presenta muchas diferencias respecto de la novela gráfica, pero muchas cosas, como la gama de colores, salieron directamente del libro. Es vistosa pero discreta”.
Trabajando con el fotógrafo Frederick Elmes, cuya labor en clásicos nada convencionales como TERCIOPELO AZUL y CORAZÓN SALVAJE le ha hecho legendario en la industria cinematográfica, el director intentó recrear en la pantalla la sensación de una novela gráfica, encuadrando las tomas de una forma que creara una sensación de primer plano. “Ver trabajar a Fred fue fenomenal”, dice Skalski. “Él pinta con luz. Mirando el monitor, nos quedamos simplemente anonadados”.
El diseñador de producción Ethan Tobman creó más de 50 escenografías independientes para la película. “Siempre tuve la sensación de que esta historia giraba en torno a la desaparición de los Estados Unidos de los años setenta y ochenta, y en torno a un hombre que tiene problemas de comunicación. Siempre que fue posible jugamos con la idea de que los escaparates de las viejas tiendas, las lavanderías automáticas, los estudios de karate y las peluquerías están transformándose repentinamente en la Cafetería Gibraltar o el Laboratorio del Aceite de Oliva Orgánico”.
Johnson dio al equipo técnico instrucciones precisas sobre el aspecto que él quería que tuviera la película. “Craig es uno de los directores más interesantes con los que jamás haya trabajado”, afirma Tobman. “Está muy concentrado. Llega a sus propias conclusiones sobre cosas tan pequeñas como un estilográfica o tan grandes como todos unos exteriores. También reunió un equipo fantástico. Todos nosotros colaboramos estrechamente para calibrar un aspecto que captase el sentimiento contenido en la novela gráfica. Con anterioridad, todos estábamos ya de acuerdo sobre el uso del color, así como sobre la textura y la forma, a fin de hacer que todo fuera un tanto excéntrico hacia la izquierda; un poco más Wilsoniano, por así llamarlo”.
El apartamento de Wilson está intrincadamente decorado y colmado de pistas de su personalidad. El diseñador de producción trajo cinco camiones llenos con 4.000 libros y, al menos, 35 cajas de revistas, chapas de botellas, latas de cerveza, cerillas, botes viejos y desvencijados juegos de mesa. “Tuvimos que organizarlo todo de una forma tal que sólo tuviera sentido para Wilson”, dice Tobman. “Woody disfrutó a lo grande decorando el plató conmigo. Diría, empleando el clásico acento de Woody: ‘Lo estamos petando, tío; vamos a espachurrarlo’”.
El diseñador de vestuario Christopher Peterson descubrió una profusión de pistas visuales para la ropa de los personajes en los dibujos de Clowes. “El reto consiste en permanecer fiel al propósito original de lo que Dan creó”, observa. “Pero siempre quedaba margen para enredar”.
El diseñador y el director decidieron que Wilson sería exactamente lo opuesto de lo chic. “Sus prendas son utilitarias”, explica Johnson. “Lleva un par de pantalones caqui con pliegue que compró en el centro comercial hace 25 años. Los conserva hasta que se vuelven, literalmente, imposibles de llevar. Añadamos la misma chaqueta, la misma camisa barata comprada en el mismo sitio, algunos zapatos cómodos y anticuados y ya tenemos su uniforme. Él cree que la moda es lo más ridículo del mundo y probablemente se despacharía a gusto sobre el particular con quien se tropezara con él en una cafetería”.
Peterson dice que la descripción inicial que hizo a Harrelson del guardarropa del personaje como “de época” dio lugar a un pequeño malentendido. “Creo que Woody esperaba un estilo emblemático de época más en la onda, más cuidado”, explica el diseñador. “Pero esto es de época en el sentido del mucho tiempo que hace que Wilson lo tiene; en realidad es simplemente viejo. Pude obtenerlo de tiendas de segunda mano, además de comprarlo en Wal-Mart y Target, para crear al tipo desastrado que es Wilson”.
Si bien la imagen de Wilson es fiel a la novela gráfica, Pippi se nos presenta muy distinta en la pantalla. Peterson colaboró estrechamente con Dern a fin de desarrollar una apariencia exclusiva del personaje. “Pippi, tal y como fue dibujada, es anticuada, sosa, triste y retraída. Pero Laura quería algo que evocara su historia. Estudiamos el momento en que su aspecto se detuvo en el tiempo. ¿Cuándo pensaba ella que estaba en la onda? Decidimos que fue durante la época de las mujeres roqueras de mala uva de los años ochenta y noventa; la época de personas como Chrissie Hynde y Debbie Harry, con un poco de Courtney Love para que no faltase de nada”.
Para Claire, Peterson halló un equilibrio entre lo contemporáneo y lo nostálgico, haciendo alusión a la música Goth de la generación del milenio así como a la estrafalaria originalidad de una heroína de una película de John Hughes de los años ochenta. “A Isabella no le daba miedo ponerse prendas absurdas de todo tipo”, dice el diseñador. “Se nos ocurrieron el sombrero y las gafas y acabó siendo algo así como Molly Ringwald vestida toda de negro”.
Jon Brion, músico, autor de canciones y compositor, quizá más conocido por sus colaboraciones con el realizador Paul Thomas Anderson, aportó una partitura singular y perfectamente idónea para la película.
“Lisa y llanamente, no existe mejor compositor cinematográfico; en especial, cuando se trata de películas poco convencionales de tonos inhabituales”, dice el director. “Su trabajo en EMBRIAGADO DE AMOR me hizo entrar en éxtasis. Ésa es una de las partituras más raras, más encantadoras y más bellas de todos los tiempos. Pensé que él sería perfecto para esta película, pero ni en un millón de años imaginé que lo hiciera”.
Los realizadores buscaban una partitura que equilibrara todas las facetas de la equívoca psique de Wilson, lo “salado y lo dulce”, tal y como Johnson dice. “También queríamos que transmitiera una cierta sensación de vuelta al pasado”, prosigue. “Wilson es un tipo que se siente incómodo en el mundo moderno. Cuando Jon y yo no dimos cuenta de que los dos éramos grandes admiradores de Henry Mancini, eso nos inspiró para crear un sonido que tiene un poco de jazz y otro poco de romántico, con un guiño a las películas clásicas de cabriolas”.
Al final, compuso una serie de tres temas musicales que reflejasen la nostalgia de Wilson por la relación humana, su actitud de “yo solo contra el mundo”, propia de un cascarrabias, y su naturaleza dulce, casi romántica. “El primer tema es una especie de estilo de jazz para marginados de la sociedad, para los momentos en que está solo”, afirma Johnson. “También hay un tema de ‘amor’ clásicamente romántico para cuando está con Pippi, y un tema ‘paternal’, satisfecho, para cuando está relacionándose con Claire. Estos temas aparecen y reaparecen en diversas formas durante toda la película y ayudan a dar vida al retrato completo del maniático, mordaz y adorable Wilson”.
Fijándose en la película completa, Johnson confía en que los aficionados al cine verán un poco de sí mismos en personajes a los que, de otra forma, podrían haber eliminado como a bichos raros. “Tengo una gran esperanza en Wilson al final de la película”, afirma el director. “Él anda buscando una relación y eso es algo con lo que todos nos podemos identificar. Su odisea tiene como objetivo hallar su lugar en el mundo de tal forma que él y todos los que le rodean puedan sentirse cómodos. Wilson está aprendiendo ahora el modo de dejar que la gente entre en su vida, lo que, en mi opinión, es una parte muy importante de aquello que busca, incluso si eso pudiera suponer no decir todo lo que se le pasa por la mente cada segundo de cada día. Hay una parte del guión hacia el final de la película en la que él dice algo parecido a: ‘Queremos que la gente nos ame por quienes somos en realidad, pero eso es imposible porque todos somos tan insoportables’”.