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SINOPSIS
La memoria del poeta late en silencio en el número 3 de Velintonia. La casa en la que vivió el Premio Nobel Vicente Aleixandre, por la que pasó lo más granado de la poesía en español del siglo XX, abre sus puertas tras 40 años de clausura. El que fuera su hogar durante más de medio siglo encierra entre sus paredes el florecimiento de la Generación del 27, con Federico García Lorca sentado al piano, la elegancia de Luis Cernuda y los abrazos agrestes de Miguel Hernández...
INTÉRPRETES
VICENTE ALEIXANDRE, ANTONIO DE LA TORRE, MONA MARTÍNEZ, ANA FERNÁNDEZ, MANOLO SOLO, MIGUEL RIVERA, MARCOS RICARDO BARNATÁN, DIONISIO CAÑAS, GUILLERMO CARNERO, ANTONIO COLINAS, JAVIER LOSTALE, ROSA MARÍA PEREDA, JAIME SILES
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El filme logra, tras cuarenta años de clausura y abandono, abrir nuevamente las puertas de Velintonia y reunir a los últimos amigos del Nobel, hoy octogenarios, los novísimos Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Marcos Ricardo Barnatán, Antonio Colinas, Javier Lostalé y Jaime Siles— que, con sus recuerdos, y junto a las lecturas de los actores Antonio de la Torre, Ana Fernández, Mona Martínez y Manolo Solo de escritos y cartas del propio Aleixandre, Lorca, Neruda, Miguel Hernández o Carmen Conde, reconstruyen la historia coral de este lugar de peregrinación, pero también, refugio e isla de libertad, para cuatro generaciones de escritores. Este ejercicio colectivo de recuperación de una memoria viva, a punto de desaparecer, encuentra en el documental un testimonio único que urgía ser contado.
Durante más de hora y media, el documental abre de par en par las puertas de Velintonia para reconstruir, con la palabra del poeta y de sus amigos, un oasis de amistad, concordia y creación que marcó la historia de nuestra literatura. Allí se leyeron por primera vez los Sonetos del amor oscuro de Lorca, se escucharon las voces de Miguel Hernández o Pablo Neruda, y germinó la “Academia de Brujas” de Carmen Conde, primera académica de la historia en España. Fue, además, refugio de jóvenes escritores en tiempos de dictadura: un espacio de libertad en medio de la represión.
Con una sensibilidad alejada de toda nostalgia fácil, Velintonia 3 rescata del olvido la historia coral, íntima y literaria, de un lugar que fue santuario para varias generaciones de poetas. También recupera la vida y obra de un creador único que actuó como conector, amigo y mentor. Es un testimonio irrepetible de la literatura española, construido a partir de las voces de quienes lo habitaron siendo jóvenes y que hoy, en la vejez, lo evocan con lucidez. De ahí la urgencia de este filme, que como una cirugía emocional detiene el tiempo y salva del silencio lo que estaba a punto de desaparecer.
El filme no solo rescata el pasado: también activa el presente. Una nueva generación de poetas —Raquel Lanseros, Juan Gallego Benot, María Alcantarilla, Izara Batres, Marina Casado, Andrés París o Laura Rodríguez— participa en la dimensión performativa del documental, resignificando el lugar desde una mirada contemporánea. La re-poetización del espacio se completa con las intervenciones de Llorenç Barber y Montserrat Palacios, que convierten la casa en un instrumento vivo, mientras el Cedro Libanés del jardín sigue en pie como símbolo de resistencia. La compositora malagueña Isabel Royán es la autora de la banda sonora, inspirada en los sonidos de la propia casa, mientras La casa número 3, canción del grupo MAGA y la única dedicada Velintonia, cierra el documental con una emocionante interpretación acústica de Miguel Rivera.
NOTAS DEL DIRECTOR...
El hallazgo casual de una grabación acústica del grupo Maga en Velintonia —la casa del Nobel Vicente Aleixandre— despertó mi curiosidad por un lugar donde aún late la memoria de uno de nuestros grandes poetas y de todos los que lo visitaron. Aquella canción, La casa del número 3, y las imágenes de abandono, llenas de silencio, pero también de muescas de vida, se instalaron en mi pensamiento. El poeta olvidado empezó a ocupar mis días: me rodeé de libros propios, prestados y heredados, sobre él, sus contemporáneos y quienes lo estudiaron.
Necesitaba ir más allá: visitar la casa y encontrar en ella al Aleixandre, no solo al poeta, sino a aquel que fue capaz de crear un refugio y punto de encuentro para multitud de escritores a lo largo del siglo XX, puente entre generaciones y nexo con quienes vivían lejos, incluso en el exilio. En mi búsqueda contacté con la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, que lleva más de 30 años luchando por rescatar la casa como auténtica Casa de la Poesía. La primera visita a la casa, entonces en venta, guiada por su presidente Alejandro Sanz a modo de antiagente inmobiliario, guardián de la memoria, fue decisiva: cada huella y objeto contaban una historia.A partir de ahí surgieron los primeros trazos de una historia de muchas historias. La investigación me llevó a descubrir cómo Velintonia fue hogar de tertulias y encuentros con figuras como Lorca, Neruda, Miguel Hernández o Carmen Conde, y testigo de generaciones sucesivas que renovaron la poesía española como los novísimos, hoy en la última etapa de sus vidas. Se hacía urgente, recuperar estos testimonios vivos, a punto de extinguirse.
Velintonia 3 nunca fue solo la historia de un lugar, sino de una persona y de todos los que pasaron por allí para conversar y compartir. Es la memoria compartida de un espacio utópico de libertad creativa y pensamiento, que aún hoy inspira. El documental se concibe como una creación coral, uniendo a escritores amigos del propio Aleixandre, a una nueva generación de poetas y a artistas sonoros que dialogan con la casa y su historia, reivindicando lo que fue e imaginando lo que podría ser. Para mi no es solo una película: es una acción artística y social que busca recuperar la Quimérica Velintonia frente a su deterioro, recordando que no basta con proteger un edificio; hay que devolverle su condición de mito, de lugar vivo y generador de pensamiento, tal como Aleixandre lo soñó. La película actúa como premonición, como motor de conciencias de lo que fue y de lo que podría ser.
LOS PERSONAJES...
Velintonia 3 rescata del olvido la historia coral, íntima y literaria, de un lugar que fue santuario para varias generaciones de poetas. También recupera la vida y obra de un poeta único que actuó como conector, amigo y mentor de todos ellos. Es un testimonio irrepetible de la literatura española, construido a partir de las voces de quienes habitaron ese espacio siendo veinteañeros y que hoy, octogenarios, lo evocan con lucidez. De ahí la urgencia de esta película que, como una cirugía emocional precisa, detiene el tiempo y salva del silencio lo que estaba a punto de desaparecer.
Durante más de hora y media, el documental abre de par en par las puertas de Velintonia para reconstruir, con la palabra del poeta y de sus amigos, un oasis de amistad, concordia y creación que ha dejado una huella indeleble en la historia de nuestra literatura. Allí se leyeron por primera vez los “Sonetos del amor oscuro” de Federico García Lorca, se escucharon las voces de Miguel Hernández o Pablo Neruda, y germinó la llamada “Academia de Brujas”, impulsada por Carmen Conde, primera académica de la historia en España. Fue, además, lugar de acogida para jóvenes escritores durante la dictadura: un espacio de libertad y formación en tiempos de represión.
La historia coral de la casa del Nobel, como metáfora de su propia vida, se recupera a través de los testimonios y recuerdos de la última generación de escritores y amigos del poeta que conocieron Velintonia en su esplendor: Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Marcos Ricardo Barnatán, Antonio Colinas, Jaime Siles, Javier Lostalé, Rosa Pereda y Dionisio Cañas —muchos de ellos reconocidos con el Premio Nacional de Poesía o el Nacional de Narrativa—. Así, la película adquiere un valor incalculable como archivo vivo y necesario.
Para devolver la palabra a Aleixandre y a sus compañeros de generación, Velintonia 3 incorpora las lecturas de actores y actrices de la talla de Antonio de la Torre, Ana Fernández, Manolo Solo y Mona Martínez, quienes dan voz a cartas, poemas y textos originales.
La película no solo rescata el pasado, sino que activa el presente: una nueva generación de poetas participa en la dimensión performativa del documental, resignificando el lugar desde una mirada contemporánea. Figuras como Raquel Lanseros, Juan Gallego Benot, María Alcantarilla, Izara Batres, Marina Casado, Andrés París o Laura Rodríguez —algunos de ellos galardonados con el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández, el Premio Loewe o el Premio Adonáis— contribuyen a cerrar un círculo poético que atraviesa décadas y transforma la casa en un espacio de continuidad viva.
Esta re-poetización de un espacio olvidado se completa de la mano de Llorenç Barber, pionero del arte sonoro en España, y de la soprano mexicana Montserrat Palacios. Todo ello, a los pies del Cedro Libanés del jardín, símbolo del renacer de la casa tras la Guerra Civil. La música se crea, de este modo como parte de la historia sumándose la compositora Isabel Royán también al reparto capturando los sonidos de la casa vacía y habitada por estos “nuevos inquilinos” para incorporar estos registros a la banda sonora de la película. El film incorpora también al músico Miguel Rivera como parte de la memoria coral de la casa, como creador de la única canción dedicada a Velintonia.
GALERÍA DE FOTOS
https://www.cineymax.es/estrenos/fichas/121-v/187913-velintonia-3-2025#sigProId46f71c2d76











