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NOTAS DEL DIRECTOR...
   Mientras otros niños veían dibujos animados y aventuras familiares, mi madre, una cinéfila, me introdujo a las obras de Hitchcock a una edad muy temprana.
  También era un lector voraz, y me sumergí en las obras de Edgar Allan Poe, Sir Arthur Conan Doyle y Julio Verne. Los oscuros relatos de misterio que se convertían en elaboradas pesadillas en mi vívida imaginación eran el combustible de mi creatividad.
  Escribí mis propias historias de terror y lo macabro, convirtiéndolas en cómics dibujados por mí, radionovelas y películas caseras para los gritos y el terror de los niños del vecindario.
  Cuando me di cuenta, a los 12 años, de que podía tomar todo lo que amaba de las historias retorcidas y los personajes oscuros y convertirlo en una forma de arte y entretenimiento a través del cine, supe que tenía que convertirme en director de cine.
  Tuve la inmensa suerte de cumplir mi mayor sueño en la vida.
En mi carrera, he hecho diferentes tipos de películas de terror y thrillers, de menor y mayor escala, incluso experimentando con el humor.
  Lo que siempre me ha atraído es la oportunidad de explorar el lado oscuro de la vida, ir a lugares extraños y prohibidos y sorprender al público con algo inesperado. Todos tenemos nuestros propios miedos y fobias, formulados por nuestras primeras experiencias en el mundo: la oscuridad acechando fuera de nuestras ventanas, la sensación de ser vulnerables al entorno y no tener el control del desenlace de una situación amenazante. A lo largo de la historia de la literatura y el cine, la sexualidad también ha sido un ingrediente inseparable de estas fantasías y pesadillas aterradoras. Al final, todo se reduce a la supervivencia del más apto, a derrotar la muerte y superar nuestros peores temores.
  La desaparición del cine como experiencia teatral ha sido predicha década tras década desde la invención de la televisión en la década de 1940. En el panorama actual del entretenimiento, el desafío de atraer al público a los cines puede ser mayor que nunca. Los miles de películas ofrecidas a través de servicios de streaming cada noche han elevado el listón para que el espectador promedio reúna a sus amigos o familiares, se suba al coche, aparque, compre las entradas, gaste dinero en bebidas y aperitivos, y sienta que el esfuerzo vale la pena en comparación con quedarse en casa en el sofá, navegando por las opciones.
  Pero, sea cual sea el futuro de la distribución teatral, creo que el argumento más fuerte para la experiencia de ir al cine puede hacerse con las películas de terror.
  Creo que las personas han sido atraídas por películas oscuras y aterradoras durante más de 100 años por la simple razón de que todos queremos sentir algo cuando consumimos entretenimiento. Y todos buscamos la experiencia terapéutica de enfrentar nuestros peores, más oscuros y secretos temores en el ambiente seguro de una sala de cine.
  Podemos gritar, llorar, taparnos los ojos o incluso reír ante las escenas incontrolables y amenazantes que se desarrollan ante nosotros. En una sala de cine, todo es una experiencia colectiva. Estamos junto a nuestra familia, amigos o desconocidos, confesando nuestros miedos más profundos en el altar de la pantalla grande, y nada malo puede sucedernos. Después, podemos salir ilesos, debatir nuestra experiencia, compartir opiniones, reírnos de ello y sentir el alivio. Como despertarse de una pesadilla y saber que todo está bien.
  Hay algunas películas de terror clásicas que me han acompañado a lo largo de los años. Empezando con Psicosis y La semilla del diablo, continuando con Amenaza en la sombra, El Resplandor y Alien, algunas películas reescriben las reglas y te sorprenden con un enfoque nuevo que te entretiene más allá de tus expectativas.
  Cuando vi Los extraños, de Bryan Bertino, hace más de 15 años, no tenía idea de qué esperar. La película me sorprendió al eliminar cualquier tipo de historia de fondo o razonamiento detrás del concepto aterrador de la invasión de hogares. Este era el peor escenario de pesadilla de todos realizado. Liv Tyler y Scott Speedman en sus roles eran las víctimas de los brutales asesinos solo porque estaban en casa esa noche. Un acto de violencia completamente aleatorio, terrorífico y sin sentido.
  Esta película se ha quedado en mi mente como una de mis películas de terror favoritas. Tan simple, pero tan aterradora.
Cuando me enviaron el guion de STRANGERS: CAPÍTULO 1, me sentí eufórico e intimidado al mismo tiempo. ¿Qué podría hacer con este clásico para dar a los fanáticos originales la misma emoción que originalmente compartí con ellos y, al mismo tiempo, ofrecerles a ellos y a la nueva generación de espectadores algo fresco y sorprendente? Mi primera pista llegó cuando abrí el archivo del guion y, en lugar de las usuales 95 páginas, el guion tenía 278 páginas.
  Esto no era una película de terror ordinaria. Esto no era un remake, ni una precuela o secuela del original. Esta era una oportunidad increíble para hacer algo completamente innovador.
  Esta era una enorme saga de terror, dividida en tres capítulos. Los productores querían centrarse en lo que sucedió básicamente al día siguiente, cuando terminó la película original de 2008. Así que empezamos con el Capítulo 1, que es realmente como el primer acto de una película normal. No queríamos rehacer lo que todos pensábamos que era una gran película, mientras que la esencia de la historia tenía que basarse en circunstancias similares para construir el arco lógico de la historia de todo el viaje. Hicimos varios cambios y personalizamos el Capítulo 1 para servir a nuestra gran historia de tres capítulos.
  Nuestros tres capítulos de Strangers llevan a la audiencia a un viaje inesperado a las mentes de los perpetradores de crímenes violentos sin sentido y sus víctimas.
  Buscamos mucho y arduamente a nuestra reina del grito. Cuando hablamos con Madelaine Petsch (Riverdale), quedó claro rápidamente que no solo poseía el talento para interpretar convincentemente a nuestra protagonista, sino que su inteligencia, fortaleza, vulnerabilidad y resistencia eran ingredientes sin los cuales no podríamos hacer la película. Ella se convirtió en nuestra cómplice, y nunca flaqueó a lo largo de la ardua tarea de lo que en esencia eran tres películas filmadas simultáneamente. Su compromiso brilla en el centro de nuestra saga de tres capítulos.
  Froy Gutierrez (Teen Wolf, Cruel Summer) fue otro hallazgo afortunado para nosotros. Un joven y excepcional actor con pasión por su oficio.
La química de Madelaine y Froy es el motor de STRANGERS: CAPÍTULO 1, y de los capítulos que siguen.
  Elegir a los “extraños” fue tan importante como la selección del resto del elenco. Estos no son hombres o mujeres enmascarados y robóticos. Son personajes complejos cuyos movimientos, expresiones y actos reflejan los hilos y temas más profundos de las tres películas. Estoy orgulloso de decir que encontramos actores que seguirán sorprendiendo al público con sus personajes a lo largo de todo el viaje hacia la creciente oscuridad y el miedo.

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