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ROOFMAN UN LADRON DIFERENTE
INFORMACIÓN
Titulo original: Roofman
Año Producción: 2025
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 125 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Género: Drama
Director: Derek Cianfrance
Guión: Derek Cianfrance, Kirt Gunn
Fotografía: Andrij Parekh
Música: Christopher Bear
FECHA DE ESTRENO
España: 12 Diciembre 2025
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Diamond Films


SINOPSIS

La historia del ladrón de tejados, Jeffrey Manchester, y su tiempo como fugitivo eludiendo la captura...

INTÉRPRETES

CHANNING TATUM, KIRSTEN DUNST, PETER DINKLAGE, JUNO TEMPLE, BEN MENDELSOHN, UZO ADUBA, LaKEITH STANFIELD, MOLLY PRICE, EMORY COHEN, JIMMY Q. YANG, TONY REVOLORI, MELONIE DIAZ, LILY COLLIAS, GABE FAZIO, JAVIER MOLINA, MICHAEL HARDING

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CONOCIENDO A JEFFREY MANCHESTER...
   A finales de los años noventa, Jeffrey Allen Manchester regresó de Oriente Medio, donde había servido en la 82ª división aerotransportada del Ejército. Pero, como muchos soldados, volvió a la vida real sin saber muy bien cómo encajar. Incapaz de mantener a su familia, fue rechazado por su esposa por no poder hacerse cargo de sus tres hijos: Becky, de 7 años, y dos bebés gemelos. Un compañero del ejército le sugirió que utilizara sus mejores habilidades para encontrar la manera de recomponer su vida y mantener a los suyos.
  De algún modo… lo hizo. Puso en práctica su inteligencia y su capacidad de observación para irrumpir en decenas de locales de McDonald’s® y negocios similares. Su técnica característica adquirió fama rápidamente: entrar de madrugada por los endebles tejados y robar la caja antes de la apertura, a punta de pistola, justo antes de que el dinero saliera rumbo al banco, todo ello con la intención de mantener a su familia. Así nació “Roofman”.
  Jeffrey fue finalmente detenido en 1999, en Carolina del Norte, por el agente Anthony Adkins del Departamento de Policía de Belmont, y fue condenado por robo a mano armada, secuestro y uso de un arma mortal. Recibió una pena de 45 años en la prisión de Brown Creek.
  Pero, gracias a su ingenio, en junio de 2004 Jeffrey ideó un plan para fugarse de Brown Creek, escondiéndose bajo un camión que visitaba regularmente el muelle de carga de la prisión, mientras su conductor, Charles Cummings (que en la película interpreta su propio papel), hacía el papeleo. Llegó al pueblo con la ropa de calle que había improvisado en prisión y terminó metiéndose en una tienda Toys “R” Us®, donde se montó una especie de “habitación” detrás de un cerramiento frente a la sección de bicicletas, viviendo allí durante meses. Alimentándose de estantes repletos de M&M’s y vigilando todo a través de varios vigilabebés que instaló, Jeffrey seguía de cerca el comportamiento de los empleados, y en particular del desagradable encargado, al que observaba maltratar habitualmente a su personal.
  Cansado de estar encerrado, Jeffrey finalmente empezó a salir (entrando y saliendo por una tienda Circuit City colindante y cerrada, a la que accedía por un agujero en la pared) haciendo su primera visita, a finales de octubre a la Crossroads Church, dirigida por el cálido y acogedor Pastor Ron Smith y su esposa Jan. Allí conoció a una madre de tres hijos, recientemente divorciada y de trato amable, Leigh Wainscott (hoy Leigh Moore). “Tenía buen físico y estaba muy bien arreglado”, recuerda Moore. “Era una persona muy agradable, y la gente lo acogía de forma natural”. El propio Pastor Ron afirma: “Era amable, cercano”, y empezó a involucrarse en la iglesia con regularidad. “Era un tipo corriente, no pedía nada ni necesitaba nada. Nada me hacía pensar que había algo raro”, dice Moore. “Creo que asumió el riesgo simplemente porque quería contacto humano, quería sentirse querido. Quería que lo abrazaran y volver a sentirse humano tras tantos meses huyendo”, aunque ella, por entonces, no sabía nada de eso.
Jeffrey asistía a los estudios bíblicos de los miércoles por la tarde, a los que también iba Leigh, y los dos empezaron a salir. Su primera cita fue un largo paseo por el cercano parque McAlpine Creek, en Monroe Road. “Yo acababa de divorciarme y hacía mucho que no salía con nadie. Pasábamos el rato, hablábamos, llegamos a conocernos… y a partir de ahí fue creciendo”, comparte Moore.
  Pronto conoció a los tres hijos de Leigh (en la película solo aparecen dos), de 9, 12 y 15 años, que lo adoraban, así como las visitas a su casa, en un suburbio de Charlotte cerca del Toys “R” Us® y la iglesia. “Nos divertíamos muchísimo. Era realmente una persona de corazón. Mi hija y él recorrían los pasillos de Toys “R” Us® montados en triciclos Big Wheels. Yo no tenía ni idea de que él vivía allí”, recalca Moore. Ella solía meterse con él por no tener coche, así que compró un Chrysler Concorde verde de 1999 por 5000 dólares, soltando un fajo de billetes, e insistió en ponerlo a nombre de ella: “Porque tú lo vas a conducir más que yo”, recuerda que le dijo. “No me resultaba evidente entonces, pero su cabeza no dejaba de pensar. Aunque parecía relajado, algo más estaba pasando.”
  Poco podía ella imaginar hasta dónde llegaba la historia.

LLEVANDO LA HISTORIA REAL A LA GRAN PANTALLA...
  El cineasta Derek Cianfrance comenzó su carrera en el cine independiente, ganando reconocimiento gracias a dramas emocionalmente crudos y aclamados como Blue Valentine (2010) y The Place Beyond the Pines (2012). Conocido por su narrativa íntima y centrada en los personajes, se forjó una reputación por capturar la vulnerabilidad humana con un realismo áspero. Después de hacer la miniserie de HBO I Know This Much Is True (2020), Cianfrance decidió dirigir su mirada hacia un nuevo tipo de historia, mezclando su característica profundidad emocional con el suspense de una narración de true crime y un toque de diversión nostálgica y desenfadada. “Sentía que ya había dicho lo que necesitaba decir sobre temas como la ascendencia, la herencia y el trauma generacional, así que buscaba una manera de no repetirme”, afirma. “Siempre me habían atraído las historias oscuras, pero quería divertirme haciendo una película, como las películas que me gustaban de pequeño”, siempre con gente real en la vida real. “Quería explorar un nuevo tono, donde la línea entre lo trágico y lo cómico se difuminara. No quise mirar la oscuridad con más oscuridad.”
  Jamie Patricof, productor de Hunting Lane Films y amigo de hace mucho tiempo, conocía a Cianfrance desde sus días trabajando en Nueva York en RadicalMedia a principios de los 2000, y colaboraron por primera vez en 2010 en Blue Valentine. “Su estilo era poco ortodoxo: no podías contenerlo ni controlarlo”, ríe el productor. “Ahí fue cuando empecé a comprender que su visión creativa era tan única como su estilo.”
  En 2021, el productor de Limelight, Dylan Sellers, que había encontrado y adquirido los derechos de la historia de “Roofman”, contactó a Patricof para que se la hiciera llegar a Cianfrance, sabiendo que era la persona perfecta para contar la historia de Jeffrey Manchester. “Le dije a Jamie: ‘Es una historia REAL asombrosa, con ese tipo de personaje retorcido que a Derek podría fascinarle’”, recuerda Sellers.
  Como Sellers había predicho, a Cianfrance le encantó la idea, pero con una condición: quería empezar desde cero. Patricof recuerda: “Cuando me hablaron del proyecto, supe al instante que era algo que a Derek le iba a apasionar. Se lanzó de cabeza, como siempre hace. Cuando se le mete algo creativo en la cabeza se vuelve muy intenso y no para.”
  “Había oído hablar sobre él: un tipo que había robado 45 McDonald’s®, había sido condenado a 45 años de prisión, se había escapado y después había vivido escondido seis meses dentro de un Toys “R” Us®, mientras se involucraba en una iglesia”, cuenta Cianfrance. “Y pensé: ‘Vaya, eso suena como una película divertida’. Ocurría en los suburbios, como los suburbios de Denver donde crecí. Entendía ese mundo de las grandes cadenas de tiendas. Así que quise hacer una película en clave de homenaje a ese tipo de vida”, explica. “Pero no sabía si ahí había una historia o no.”
  Así que pidió hablar con Jeffrey, quien, desde una prisión de máxima seguridad en Raleigh, Carolina del Norte, solo podía responder personalmente a una solicitud de llamada. “Finalmente recibí una llamada de Jeff, que duró 15 minutos y fue grabada por el sistema penitenciario”, recuerda Cianfrance, el máximo permitido para un preso. “Me intrigó muchísimo su historia. Así que empezó a llamarme unas cuatro veces por semana durante los siguientes cuatro años para contármela.” Y añade: “Empezó a llamarme ‘Dr. Derek’; creo que el proceso le hacía bien.”
  “Derek es un cineasta muy singular, por la forma en la que aborda las cosas”, afirma el productor Alex Orlovsky. “Tiene una inteligencia emocional increíble y es capaz de desenterrar la verdad en cualquier momento. Es muy selectivo con las películas que hace, y cuando encuentra una que le llega de verdad, no la suelta. Es tenaz y no para hasta encontrar qué es lo que hay realmente en el centro de esa idea. No hay muchos cineastas que trabajen con ese nivel de integridad.”
  “Me acerqué a esta película como un investigador, para descubrir cuál era la verdad de esta historia”, comenta el director. “Pero aquí la verdad es subjetiva. Sé que cuando hablo con Jeff Manchester, su verdad es la suya.”
  Tras unos dos años de conversaciones con Jeffrey, se dio cuenta de que necesitaba ampliar su perspectiva y le preguntó a su protagonista con quién más podía hablar de su vida, como su familia. “Pero también había personas de la historia real que salimos a buscar”, como Leigh Wainscott, el pastor Ron Smith, la sargento Kathleen Scheimreif y, entre otros, varios guardias de prisión. A diferencia de una figura histórica, señala: “Nadie tiene una referencia clara de quién era Jeff Manchester. Así que quería que esas personas formaran parte del relato.”
  “Cuando Derek se adentró en esto, tanto en la escritura del guion como después en el rodaje, la idea era: ¿Cómo podemos contarla de forma honesta? ¿Cómo ser justo con Jeff y también con las víctimas? ¿Cómo integrar a las personas reales en la historia, si quieren afrontar o revisitar lo que ocurrió de alguna manera?”, dice Patricof.
  “Le dije a Derek que tenía una petición: cualquier forma en la que pudiera dar visibilidad a las increíbles capacidades de mis detectives, yo estaba a favor”, cuenta la sargento de Charlotte-Mecklenburg Katherine Scheimreif, que se unió a la búsqueda de Jeffrey tras su fuga de la prisión en 2004. A partir de ahí, sus detectives también se involucraron por completo. “Les dije: ‘Tenéis que dar lo mejor, porque este tipo es sincero. Quiere hacer las cosas bien’.”
  En una de sus conversaciones con Ron Smith, añade el director, “el Pastor Ron me dijo que ve el Antiguo Testamento como el libro del juicio y el Nuevo Testamento como el libro de la gracia, y que él siempre se inclina por la gracia. Me pareció una forma preciosa de acercarse a la historia de Jeff. Intenté mirar a Jeff con gracia en lugar de juicio.”
  Ese compromiso con la empatía y la complejidad humana han marcado desde hace tiempo las colaboraciones de Cianfrance. En 2003, el ejecutivo publicitario Kirt Gunn buscaba un cineasta que realizara una serie de cortometrajes con un presupuesto limitado. Consultó a Jon Kamen en RadicalMedia, quien, recuerda Gunn, le dijo: “Tengo a un tipo ahí atrás. No lo conoces, pero es genial y es el único que puedes permitirte.” Y apareció Derek con pantalones de camuflaje y una camiseta negra desgastada y agujereada. Gunn le explicó el proyecto, Cianfrance le explicó su método, y desde entonces son amigos. “Siempre ha sido mi mentor”, afirma el director. “Cada proyecto que he hecho, le enviaba el guion a Kirt para orientarme.”
  Ambos llevaban años esperando encontrar un proyecto que pudieran escribir juntos. Curiosamente, cuando en 2021 Cianfrance propuso a su viejo amigo la idea de Roofman, la historia de un tipo escondido durante seis meses en un Toys “R” Us®, Gunn le dijo: “Cuando estaba en el instituto, tenía una habitación oculta en el ático, detrás del teatro”, un apartamento secreto que se convirtió en su refugio. “Además, él y Jeffrey cumplen años el mismo día”, comenta Cianfrance. “Así que pensé: ‘Esto es sincronicidad’.”
  Gunn hizo una sola llamada a Jeffrey y quedó completamente intrigado por aquel personaje extraño y excéntrico al otro lado de la línea. Como recuerda Patricof, “Ahí empezó un viaje de tres años escribiendo juntos. Y creo que crearon un guion precioso, muy fiel a la historia de Jeff, pero que sigue siendo una película tremendamente entretenida.”
  Ambos descubrieron que tenían procesos muy distintos, pero complementarios. “Yo vengo del teatro y tengo una enorme reverencia por el lenguaje y el diálogo, por los ritmos y la musicalidad con la que habla la gente”, explica Gunn. “Y a Derek le apasiona la honestidad emocional, indagar en ella, con una naturaleza inquisitiva que desmonta escenas y diálogos hasta llegar al núcleo de la verdad emocional. Nos llevó un tiempo, pero al final llegamos a un punto en el que él decía: ‘Creo que esta escena trata realmente de este momento emocional’, y entonces yo me ponía a escribirla y volvía con algo que era exactamente lo que él había imaginado.”
  Ambos guionistas continuaron entrevistando a Jeffrey. Gunn hizo entre 40 y 50 de esas llamadas de 15 minutos, y Cianfrance más de 100. Luego se llamaban entre sí para comentar lo que habían aprendido. “Primero recopilamos las piezas que Jeff nos daba, el orden cronológico de cómo ocurrieron las cosas, intentando llegar al núcleo de por qué hizo lo que hizo, de las relaciones que tuvo, de sus arrepentimientos y del daño que causó. Y también de las aventuras que vivió”, cuenta Gunn.
  “Las acciones y las ideas de Jeffrey son grandes y explosivas, y eso abre espacio y oportunidades para el humor y la comedia de la vida real. Es extraordinario para un guionista poder coger eso y plasmarlo en un guion”, afirma la productora Lynette Howell Taylor. “Lo que hace que la película sea única son los detalles de su personaje y la forma en que tiene estas ideas enormes, extravagantes y a menudo ridículas que, cuando eres cineasta, puedes rodar de una forma que realmente muestre la absurdidad de su vida. Y ahí es donde entra en juego la genialidad cómica.”
  La investigación de la pareja, como se mencionó antes, también incluyó entrevistas con otros miembros del círculo cercano de Jeffrey, algo que tuvo un efecto notable en su enfoque. “El punto de inflexión para nosotros fue cuando hablamos con el Pastor Ron y con Leigh Wainscott”, dice Gunn. “Cada uno de ellos tenía una visión realmente única y optimista de la experiencia. En realidad estaban agradecidos de haber conocido a Jeff y agradecidos por la aventura. Y eso nos dio a Derek y a mí una perspectiva real sobre el optimismo, la redención y el perdón”, temas presentes en Roofman. “Era un auténtico personaje a lo Peter Pan, que llevaba a la gente a vivir una aventura. Y al final, aunque hubo algo de tristeza y arrepentimientos, también tuvieron la experiencia más increíble de sus vidas”, añade. “Incluso en las llamadas telefónicas, es fácil dejarte arrastrar por Jeff.”
  En cuanto a muchos de los detalles de la historia, las conversaciones de Cianfrance con Wainscott fueron inestimables. “Derek habló mucho con Leigh y fue realmente explicativo. Ella aportó una enorme cantidad de detalles que resultaron muy útiles para la película”, explica Howell Taylor. “En el centro de esta película está la relación principal entre Jeffrey y Leigh. Así que, para Derek, poder obtener la perspectiva de Leigh y la de Jeff, y trasladar esa información a los actores, fue realmente valioso. Eso es lo que crea la dinámica que se ve en pantalla.”
  Aunque podría haberlo estado, Leigh no guarda rencor hacia Jeffrey. “No estaba enfadada con él, solo me sentía triste por toda la situación… y por tener que hacerle daño. Pero hice lo correcto”, señala. “Había algo distinto sobre su mente.” Añade Scheimreif: “Era un cerebro maestro, muy inteligente. Más que la persona promedio. Ese era su don. Y su capacidad para manipular.”
  Aunque a lo largo del camino se toparon con muchas perspectivas distintas, Cianfrance explica: “Elegimos contar la película desde la perspectiva de Jeff. No es un filme desde un punto de vista omnisciente. Es en primera persona, y es el punto de vista de Jeff.” Esas innumerables llamadas telefónicas fueron cruciales. “La voz de Jeff estaba en nuestra cabeza. Y en muchos sentidos es él quien está contando la historia.” De hecho, la voz de Jeffrey está en la narración de la película. “Gran parte del voice over vino de Jeff. Muchas de esas líneas son cosas que él nos dijo realmente. Son los eventos tal y como ocurrieron en la realidad que Jeff construyó.”
  Por estrambóticos que fueran algunos episodios de la vida de Manchester, los cineastas sabían que el público aún así encontraría a su personaje cercano. “Jeff es alguien con quien, en muchos aspectos, la gente puede conectar. Estuvo en el ejército. No podía llegar a fin de mes y llegó a un punto de desesperación tratando de mantener a su familia y ser padre”, comenta Patricof. “Eso lo llevó por un camino delictivo, algo que evidentemente nunca es aceptable. Pero creo que la gente, especialmente hoy, puede entender cómo si no puedes poner comida en la mesa o tener un techo sobre tu cabeza eso puede llevarte a lugares muy oscuros. Así que, por un lado, espero que la gente pueda ver eso en Jeff. Y por otro, que también pueda ver que las acciones tienen consecuencias.”
  Había tanto material extraordinario que el dúo de guionistas tuvo que decidir qué dejar fuera. “Había demasiadas historias fantásticas para caber en una sola película”, admite Gunn. “Así que se convirtió en una cuestión de seleccionar y decidir qué piezas del rompecabezas encajaban para contar esta historia.”
  Mientras tomaban decisiones difíciles sobre qué anécdotas incluir, el equipo creativo descubrió que lo más complicado de ajustar era el tono. “Son muchos géneros a la vez. Es una película de crimen. Es una historia de amor. Es una comedia. Tiene todos esos elementos y fluye entrando y saliendo de esos distintos géneros a medida que avanza”, explica Howell Taylor. “Derek es un maestro uniendo todo eso, y el diseño de producción, el vestuario, el peinado y el maquillaje forman parte del proceso. Todo alimenta ese equilibrio delicado entre estos géneros cinematográficos.”
  También había muchas cosas que rozaban lo increíble, aunque en una película sobre Jeffrey Manchester casi parecían tener sentido. Cianfrance señala: “Hubo momentos en que mirábamos la historia y decíamos: ‘Esto es un relato de no ficción, pero resulta inverosímil incluso como ficción’.” Como cuando hizo estallar la consulta de su dentista para deshacerse de las radiografías que podían señalarlo como autor de los robos. “Jeff es el tipo más listo-tonto que conocerás en tu vida”, dice Gunn. “En muchos sentidos es un maestro a la hora de entender cómo funcionan las cosas, las personas y la arquitectura, y dónde están las vulnerabilidades y los puntos débiles. Pero cuando se trata del sentido común básico para encajar en situaciones con otras personas, no lo tiene. Comete errores enormes y evidentes que hieren a la gente que quiere.” Se convirtió en una cuestión de caminar por la cuerda floja “entre mostrar a una persona compleja, imperfecta, adorable y excéntrica, y cómo creó momentos de alegría, pero también causó daño y generó felicidad. Fue divertida, increíble, terrible y peculiar… como todos nosotros.”

CASTING...
  Derek Cianfrance había sido durante mucho tiempo admirador del actor Channing Tatum y, a finales de 2006, después de ver su interpretación junto a Robert Downey Jr. en A Guide to Recognizing Your Saints, de Dito Montiel, se reunió con él. En aquel momento, el director seguía intentando poner en marcha Blue Valentine. “Le di mi guion, lo leyó y se reunió conmigo, y me dijo: ‘Me encanta tu guion, pero no creo que yo sea este tipo’. Nos dimos la mano y dije: ‘Quizá más adelante. Nos volveremos a ver.” Por entonces, Tatum aún no era padre, así que sentía que no podía interpretar correctamente al personaje.
  Diecisiete años después, en 2023, mientras estaba en pleno proceso de escritura de Roofman, Cianfrance empezó a pensar en actores para interpretar a Jeffrey Manchester y, una vez más, contactó con Tatum. Los dos se reunieron para un largo paseo por Prospect Park, cuatro o cinco horas de caminata. “Simplemente dimos un paseo largo por el parque, conectamos y pasamos el rato”, recuerda Tatum. “Ni siquiera hablamos de películas o proyectos, solo de la vida.” Cianfrance añade: “No le dije a Channing nada sobre Jeffrey Manchester ni sobre lo que estaba haciendo. Pero tenía la sensación de que él tenía que ser el tipo. No quería proponérselo. Así que volví a escribir mi guion y pasé otro año pensando que cada palabra que saliera de la boca de Jeff iba a ser pronunciada por Channing, y empecé a visualizarlo como la persona en el papel. Y, gradualmente, y casi sin esfuerzo, la voz de Jeff se convirtió en la voz de Channing en mi cabeza. A partir de ahí, el guion prácticamente empezó a escribirse solo.”
  Un año después, a comienzos de 2024, le envió el guion a Tatum y le preguntó si quería hacerlo. “Derek me dijo: ‘He escrito esto, y lo he escrito para ti. Es algo en lo que he estado pensando. Espero que te guste y quieras hacerlo’”, recuerda el actor. “¿Te imaginas lo aterrador que es eso? ‘¿Cómo que escribiste algo para mí?’ Pero lo leí y me encantó. Me encantan las películas de Derek. Tiene un tono muy particular, suyo… Es un alma profundamente sensible, pero siempre curiosa sobre lo que se esconde bajo la superficie.”
  Gunn también sintió que Tatum era la elección perfecta para interpretar a Jeffrey. “Channing tiene un corazón y una bondad genuinos, y una experiencia vital que aporta la complejidad de la vida y el dolor de la vida, el sufrimiento, la alegría y cualidades infantiles, esa facilidad y destreza.” Su compañera de reparto, Kirsten Dunst, coincide: “Me impresionó mucho la dedicación de Channing. No creo que haya hecho nunca algo como esto. Y creo que transferir tus propios traumas y experiencias de vida a algo, es exactamente lo que se supone que debemos hacer como actores. Él realmente fue a lugares donde no había estado antes en una película.”
  Su formación como bailarín también le da cierta gracia al moverse por los espacios de Toys “R” Us® y al escapar de prisión. “Hay una elegancia en la forma en que se mueve por esos lugares”, señala la actriz. “No hay nada como Channing Tatum en una tienda de juguetes”, añade Cianfrance. “Es como el papá payaso más triste posible. Es un acto de equilibrio entre lo triste y la comedia trágica, algo que Channing maneja muy bien.”
  “Channing afrontó este papel con un compromiso increíble, una entrega feroz para encarnar a Jeffrey en todos los sentidos. Además, está la transformación física. Perdió una enorme cantidad de peso para interpretar a Jeffrey. Se comunicaba con él regularmente para comprenderlo de verdad. Se sumergió por completo en este papel”, añade Howell Taylor.
  Cianfrance comparte: “No hay otro actor en el planeta que pudiera haber interpretado este papel. Channing nació para interpretar a Jeffrey Manchester.” Los tres construyeron realmente al personaje juntos, con la ayuda del propio Jeffrey. El actor y Jeffrey, al igual que los guionistas, mantuvieron innumerables conversaciones telefónicas para que Tatum pudiera conocer bien a su personaje. “No sabía qué esperar al hablar con él”, comenta. “Algunos días hablábamos de él, otros simplemente hablábamos de mí. Y hablar con Jeff era realmente fácil: de alguna manera, él te cuida en la conversación. Controla y ayuda a que el proceso avance.”
  Aunque, apunta que, “Estamos contando la historia de un tipo que es mentiroso, un poco estafador. Y no puedes salir realmente de eso. Pero sí tiene partes de su vida que quiere mostrar, porque arrastra muchos remordimientos por el daño que ha causado. Una de las primeras cosas que me dijo fue: ‘Debo estar aquí dentro. Merezco estar aquí dentro’. Sabe que ha hecho cosas mal y que es responsable de ello.”
  Una cosa que el director dejó clara y que el actor comprendió profundamente fue “Le dije a Channing desde el principio: ‘Me interesa tu traducción de Jeff’”, cuenta Cianfrance. “‘No estamos creando una figura histórica a la que tengas que parecerte o hablar exactamente igual. Quiero que hagas la versión más honesta para ti: tu versión de Jeff’.” Tatum coincide y añade “Le dije a Jeff: ‘Es una mezcla de ti, de mí y de Derek’.” Continúa, “Cuando interpretas a una persona real, es al cineasta a quien escuchas. Porque ellos tienen que contar la historia, y tú tienes que estar en la misma sintonía. Yo solo soy un vehículo para ayudar a manifestar la verdad que el cineasta está tratando de encontrar. Todo lo que puedo hacer es estar al servicio de eso y dejar que fluya.”
  Interpretando a Leigh, el interés romántico de Jeffrey en la película, es la maravillosa Kirsten Dunst. Cianfrance ya se había reunido con la actriz cuando la consideró para un papel clave en su película de 2016, The Light Between Oceans. “No funcionó”, recuerda el director, “pero siempre la tuve presente como alguien con quien quería trabajar.” Cuando estaba escribiendo el guion de Roofman, señala: “Me reuní con la verdadera Leigh, y tenía esa especie de gracia, corazón y humor… y la primera persona que me vino a la mente fue Kirsten.” La directora de casting Bonnie Timmermann comenta: “Cada vez que le hacía una sugerencia a Derek, él volvía a Kirsten.” El director contactó con la actriz, le envió el guion, y, “Ella escribió de vuelta y dijo: ‘Oh, Dios mío, me encanta esto’. Su corazón estaba exactamente en el mismo lugar que el corazón de Leigh en la película.”
  “He sido gran admiradora de Derek desde hace mucho tiempo”, reflexiona Dunst. “Y me encanta su proceso con los actores y la forma en que ama a los actores. Realmente lucha por las interpretaciones y quiere la esencia más real en la escena; no se preocupa tanto por las palabras.
  Quiere que las cosas se sientan vivas. Y a mí también me gusta ese tipo de actuación; quería formar parte de ello.” En cuanto a la historia en sí, dice: “El guion era muy agradable y estaba muy bien escrito, y las circunstancias se sienten creíbles. Ni siquiera sabía que era una historia real cuando lo leí. Simplemente se sentía como el tipo de película que realmente quería ver, algo que ya no se hace mucho: sobre personas reales.”
  Aunque sí habló con Cianfrance sobre la verdadera Leigh y vio un video de ella que él le compartió, Dunst señala: “Eso realmente no afectó mi interpretación, porque no es una persona conocida, alguien cuyo modo de hablar o aspecto el público tenga totalmente identificado. Yo hice mi propia versión del personaje. Pero lo que permanece de ella es el profundo amor que tenía por Jeffrey.”
  Su interpretación en la película es increíblemente real, haciendo que tanto su actuación como la de Tatum resulten profundamente cercanas. “Cuando la ves, cuando estoy trabajando con ella,” dice Tatum, “es tan natural… ella es simplemente tan buena. Hay una magia que está ocurriendo y que ni siquiera sabes que está ocurriendo contigo. Estás simplemente en su aura, siendo cautivado por quién es ella como ser humano.” Ella logró esto, dice, “manteniéndome un poco en la oscuridad. No releí el guion muchas veces. Quiero ser inocente como actriz y como persona ante lo que me está sucediendo.”
  “Hay un misterio en su vida interior como personaje que no está en la superficie, que no se muestra de inmediato,” afirma Gunn, “pero puedes intuir que hay secretos e historias en su pasado que quieres conocer, y Kirsten aporta esa profundidad como nadie más. Es una clase magistral de vida interior, de los misterios que hay detrás de lo que ves en pantalla.”
  “Leigh es un personaje realmente interesante. La razón principal es que ella es alguien a quien le están mintiendo durante la mayor parte de la película. Y, aunque hay tanta verdad en su relación y en lo que sienten el uno por el otro, todo eso se sostiene sobre una mentira. Así que Derek realmente quería encontrar a una actriz que no se sintiera como una víctima, que tuviera fortaleza, alguien por quien no sintieras lástima y que pudiera cargar con el peso de sus propias decisiones. Y Kirsten es una de las mejores actrices con las que he trabajado. Tiene una profundidad infinita. Puede navegar en papeles tan distintos,” dice Howell Taylor. “Ella aportó esa suavidad y esa diversión, pero también mucha fuerza. Y creo que Kirsten posee una fortaleza, como ser humano. Y eso es lo que realmente aportó a Leigh.”
  Sobre su personaje, Dunst comparte: “Es una mujer sureña con carácter, que tiene dos hijos, está divorciada y ha encontrado comunidad en su iglesia, donde está muy involucrada. Simplemente intenta hacerlo todo como madre soltera, y lo consigue.” Su relación con Jeffrey, dice, “es una verdadera sorpresa en su vida, algo muy inesperado. Cuando se conocen por primera vez, ella está intrigada. Es una química natural que sucede. Lo último que piensas cuando estás saliendo con alguien es que la persona que estás conociendo es un fugitivo de la cárcel. Pero ella empieza a juntar pequeñas pistas. Cuando sientes algo por alguien, no quieres fiarte de tu intuición, pero esa intuición sigue existiendo. Sabe que algo no encaja, pero a veces tendemos a enterrar las cosas porque no queremos conocer la verdad. Y eso es lo que ella hace, porque está enamorada de él.”
  Las jóvenes actrices Kennedy Maeve Moyer y Lily Collias interpretan a las hijas de Leigh, Dee y Lindsay, respectivamente. “Esa es el alma de nuestra película,” afirma Cianfrance, “esa dinámica familiar: Kirsten, Lily, Kennedy y Channing.”
  Collias le fue recomendada al director por Timmermann, quien, tras ver su trabajo en Good One (2024), inmediatamente se la señaló a Cianfrance, de cuyas películas ella ya era fan. “Vi Blue Valentine a una edad en la que probablemente no debería haberla visto,” ríe la actriz. “Mis padres la estaban viendo en el salón, y yo me colé y fingí que estaba dormida… pero no lo estaba. Era demasiado joven para entender lo que ocurría, pero recuerdo la sensación que tuve al verla: pura tristeza. No podía creer que sintiera algo así siendo tan pequeña. Eso demuestra lo increíble que es Derek como cineasta y narrador.”
  Cianfrance quiso que las tres actrices, la madre y sus dos hijas, se prepararan, no ensayando, sino pasando tiempo juntas como una pequeña familia. “Quería que hiciéramos cosas juntas,” recuerda Dunst. “Fuimos a comprar al supermercado, hicimos una cena para Derek y Emory Cohen, salimos a pasar el rato, fuimos a los bolos. Simplemente tuvimos experiencias de vida en común, construyendo una amistad, jugando a ser madre e hijas. Y creo que eso siempre ayuda, no solo para generar comodidad, sino para crear un pasado compartido y aprender cómo se mueve cada una en la vida real.”
  Respecto a la relación de Jeffrey con las niñas, Cianfrance comenta: “Él trae una especie de magia. Es como un unicornio que entra en la vida de las personas”, aunque le lleva un tiempo encontrar su lugar. “Creo que la confusión que Jeff experimenta en la película es que se pierde en lo que significa ser padre. Piensa que ser padre significa ser proveedor y dar cosas. Y eso es muy común. Así que creo que el tiempo que Jeff pasa con esta familia es algo completamente nuevo para él, una oportunidad de aprender y crecer. Y ellas llegan a quererlo por ello.”
  Aunque, como se mencionó al principio, la verdadera Leigh trabajaba en el negocio automotriz, mientras que nuestra Leigh, por supuesto, trabaja en Toys “R” Us®, donde Jeffrey la ve por primera vez. Observa la actitud despreocupada de su jefe, Mitch, y empieza a hacer cosas a espaldas de él para ayudarla.
  Mitch está interpretado por el querido y galardonado actor Peter Dinklage. Aunque se consideraron varios actores para el papel, Timmermann señala: “En cuanto mencioné el nombre de Peter a Derek, se iluminó. De inmediato tomó un avión a Los Ángeles para cenar con él.”
  Dinklage, como muchos de los magníficos actores del elenco, tomó un personaje que en el guion era bastante mínimo y lo convirtió en algo real y vivo. “Peter Dinklage es uno de esos actores que aporta una presencia teatral clásica,” dice Gunn, “entra en un plano y toma la escena, llena el espacio con su presencia de una manera rica y sorprendente. Es un gerente que no trata bien a sus empleados, impulsado por los objetivos del negocio, pero también es un ser humano con un montón de matices. Cuando vimos lo que le aportó al personaje, floreció en eso que habíamos imaginado, con todos los niveles que necesitábamos.” Cianfrance añade: “Peter fue un sueño hecho realidad. Se convirtió en Mitch de una forma preciosa.”
  “Es difícil interpretar al “tipo malo””, comenta Tatum. “Pero él lo hace de una manera tan auténtica… Puede encarnar a ese tipo de personaje de bigote retorcido sin necesidad de retorcerse el bigote. Le quieres de una manera extraña, pero a la vez quieres que le ocurra algo malo.”
  Interpretando a Steve, el compañero de armas de Jeffrey, está LaKeith Stanfield, uno de los actores favoritos de Cianfrance. “Vimos a muchos actores”, explica Timmermann, “pero en cuanto Derek lo conoció, supo que LaKeith era el personaje. Nadie más se le acercó siquiera”.
  La química en pantalla entre Stanfield y Tatum fue palpable desde el principio. “Channing admira muchísimo a LaKeith, y ese tipo de admiración hacia alguien generó una dinámica de poder muy interesante”, explica el director, subrayando cómo ese respeto implícito moldeó su relación en escena. Tatum añade: “LaKeith es una persona increíblemente poderosa, alguien con quien es muy fácil estar en una escena. ¡uería escuchar cualquier cosa que tuviera que decir”.
  Sobre el personaje, Cianfrance señala, “Todos tenemos amigos que quizá no nos tratan tan bien como nosotros a ellos: Steve es ese tipo de personaje, frustrado por la forma de ser de Jeff. Ve a Jeff cometiendo errores a lo largo de su vida juntos. Es uno de esos amigos que solo intenta que Jeff le haga caso, y si lo hiciera, probablemente le iría mejor en la vida. Para Steve es muy frustrante que Jeff no pueda seguir instrucciones sencillas. Es una dura relación de amor”.
  La novia de Steve está interpretada, como Dinklage, con una creatividad realista increíble, por Juno Temple. “Es otro ejemplo de una gran actriz que llega y construye un personaje completo partiendo de la nada”, afirma Cianfrance. “Siempre habíamos querido trabajar juntos, pero no sabía qué papel podía ofrecerle”. Los dos se reunieron en el Chateau Marmont y, “Le dije: “Está Michelle, la novia de Steve. En el guion aún no hay mucho de ella, pero si quieres construirla, me encantaría”. Ella volvió con la idea de que Michelle era una peluquera con grandes ambiciones, que soñaba con tener su propio salón algún día, y que trabajaba con Steve desde la habitación de un motel. De pronto, su personaje y su relación con Steve cobraron vida. Es simplemente maravillosa”.
  El acogedor Pastor Ron está interpretado por el actor Ben Mendelsohn, ganador de un Emmy®, que ya había aparecido en The Place Beyond the Pines en 2012, y con quien Cianfrance llevaba años queriendo repetir colaboración. “Ben es una de las luces más brillantes que tenemos, una persona encantadora”, dice Cianfrance. “Suele interpretar villanos, y yo no lo veo así para nada. Además, quería que cantara, así que canta una canción de Randy Newman”.
  “Nadie con quien haya trabajado jamás trabaja como Derek”, dice Mendelsohn. “Es capaz de tener claras las ideas que quiere, pero a la vez sabe adaptarse dentro de la escena. Y saca a relucir la parte más lúdica de un personaje: la escena no va de ser excesivamente preciosista con las palabras. Puede decirte: “Hazme una toma estilo Fozzie Bear”, ¡y entonces yo hacía una toma estilo Fozzie Bear! Nunca tienes la oportunidad de hacer algo así. Él sigue excavando, y eso es inspirador para mi. Y además trabaja con los mismos colaboradores principales, de película en película. Eso crea un entorno de trabajo muy estable”.
  Acompañándolos, como Eileen, la esposa del Pastor Ron, está nada menos que Uzo Aduba, quien, junto a Mendelsohn, capturó de inmediato la autenticidad de la pareja real. “Cuando la conocí, no tenía idea de que pudiera cantar”, señala Cianfrance. “El Pastor Ron en la vida real solía tener una iglesia de rock and roll que él mismo creó, y allí tocaban canciones pop, con Ron cantando muchas de ellas. Pero cuando conocí a Uzo, me di cuenta de que sería mejor cantante que Ben. Hay una canción navideña que me encanta, la versión de Mahalia Jackson de ‘No Room at the Inn’, y queríamos hacerla. Cuando Uzo vino a cantar, fue como si el fantasma de Mahalia Jackson estuviera en la sala. Me dejó sin palabras”. El impacto de su interpretación se sintió claramente en el rodaje. “Cuando ella y Ben estaban en escena, todas y cada una de las personas en esa sala estaban completamente absortas”, recuerda Tatum.
  También aparecen en la película varias personas a las que no reconocerás. En los años previos a su primer cortometraje como estudiante, “Brother Tied”, en 1998, y su primer largometraje narrativo comercial, “Blue Valentine”, doce años después, Cianfrance pasó su tiempo haciendo documentales como una forma de contar historias. “Empecé a darme cuenta de que había una falta de control interesante que tenía como cineasta”, recuerda. “No tienes una segunda toma. Así que, cuando volví a hacer largometrajes narrativos, empecé a combinar un enfoque y personajes documentales dentro de esos mundos ficticios”, como doctores, policías, jueces para escenas judiciales y más. “Si estás haciendo una escena en un tribunal, probablemente quieras a un juez real allí para ayudar a guiar la historia”.
  Le encanta llenar sus películas con algunas de esas personas reales, y “Roofman” no es la excepción. De hecho, cuenta con muchas personas de la vida y de la historia real de Jeffrey Manchester, ya sea interpretando versiones de sí mismos, como el camionero Charles Cummings, mencionado antes, o policías o jueces o personas clave interpretando… a personas. El Pastor Ron Smith aparece detrás del mostrador de una casa de empeños, comprándole videojuegos a Jeffrey; la sargento Katherine Scheimreif, quien arrestó a Jeffrey en la vida real después de que se fugara de prisión, es “Sally” en el “singles brunch” de Red Lobster, interrogando a Jeffrey sobre su supuesto trabajo encubierto; el oficial Anthony Adkins, quien arrestó originalmente a Jeffrey en 1999, aparece en un coche patrulla con Leigh al final de la película. Y, si prestas atención, la verdadera Leigh Wainscott (Moore) aparece brevemente con un pequeño papel.
  “Eso es algo muy característico de Derek, una de sus señas de identidad en su panorama cinematográfico”, explica Gunn. “Aunque no estén interpretándose a sí mismos, aporta una autenticidad real y una honestidad emocional propias del lugar, del momento, algo que quizá un actor no podría lograr”.

LEVANTANDO A ROOFMAN DEL SUELO...
  Los productores Alex Orlovsky y Jamie Patricof llevaban haciendo películas juntos desde Point&Shoot, en 2003, y poco después también con la productora Lynette Howell Taylor. Hacia 2006, los tres empezaron a trabajar con Cianfrance para sacar adelante Blue Valentine, continuando su colaboración con el cineasta en su siguiente película, The Place Beyond the Pines, y en otros proyectos.
  Tras un inicio con otra compañía que terminó abruptamente, Patricof llamó a su viejo amigo Orlovsky, quien en 2021 se había incorporado a High Frequency Entertainment, para preguntarle si él y sus compañeros allí, incluido el productor Duncan Montgomery, querrían sumarse y hacer realidad Roofman. “Jamie me llamó a las nueve de la noche, lo cual era raro, y me contó todo sobre esta película que sonaba fascinante. Llamé a Duncan y le expliqué todo, y nos pusimos de acuerdo de un día para otro”, con Howell Taylor uniéndose también al equipo de producción, junto con Dylan Sellers de Limelight.
  “Normalmente hacemos películas indie pequeñas, muy centradas en el director, no grandes películas comerciales”, explica Montgomery. “Pero esta era única, porque teníamos a un director con talento, pero además era comercial y accesible, con todos estos grandes personajes, un diálogo estupendo, mucha emoción… todo lo que nos gusta. Y también por Derek, por la forma en que trata a los personajes y a los actores. Todo tiene muchas capas, no encaja en una cajita. Sabe cómo atraer al público con una premisa básica, un tipo que entra a robar en McDonald’s®, va a la cárcel, se escapa y se esconde en un Toys “R” Us®, pero lo hace de un modo que conmueve a la gente a través de las historias y la emoción de estos personajes. Para nosotros fue una decisión obvia decir ‘sí’”.
  “El público va a tener la misma experiencia viendo la película que tuve yo leyendo el guion. No sabía nada de Jeffrey Manchester, no sabía nada de la historia. Así que hice ese viaje increíble, atravesando este conjunto de acontecimientos extraordinarios con este personaje. Terminé el guion, llamé a Derek y le dije: ‘Esto es una locura. Solo puede ser una historia real. Algo así no podrías inventártelo’”, cuenta Howell Taylor. “Esto se siente como hacer el tipo de cine que ya no se hace. Y eso me entusiasmaba muchísimo”.
  Desde el principio, Cianfrance sabía que quería rodar la película en Carolina del Norte, específicamente en Charlotte, donde tuvo lugar la historia real. “Lo enfoqué esencialmente como un investigador, investigando la verdad, la verdad emocional”, afirma. “Se trata de ir a la comunidad donde ocurrió todo, con la gente a la que le ocurrió. Este era el mundo en el que vivía Jeff. Y sentí que necesitaba volver a los fantasmas de aquel lugar y de aquella época, y contar la historia en ese mundo”.
  “Hay un nivel de autenticidad no verbalizado cuando puedes rodar en los lugares reales”, dice Dunst. “Ensayamos en lo que hoy es una iglesia, pero que solía ser la verdadera tienda Toys “R” Us® donde ocurrió todo, y rodamos en la iglesia donde Jeffrey y Leigh se conocieron de verdad.
  Eso añade otra capa a todo, te hace sentir que realmente estás ahí. Y creo que los espectadores pueden percibirlo inconscientemente”.
La película cobró vida a lo largo de un intenso período de rodaje de 37 días, desde el 21 de octubre hasta el 12 de diciembre de 2024. Sin embargo, reunir al equipo creativo detrás del filme fue casi algo instintivo para Cianfrance. Volvió a contactar a la mayoría de los jefes de departamento de Blue Valentine, de hacía 15 años, para que se unieran a él una vez más. “Simplemente me interesaba volver a juntar a la banda”, comenta. Entre ellos estaban los productores Patricof, Orlovsky y Howell Taylor, el director de fotografía Andrij Parekh, la diseñadora de producción Inbal Weinberg, la diseñadora de vestuario Erin Benach, los montadores Ron Patane y Jim Helton, el compositor Christopher Bear, además de otros más. Patricof señala: “Es un testimonio del trabajo de Derek que todos hayamos podido seguir cerca de estas personas y que Derek realmente las valore como colaboradores. Derek tiene un estilo de hacer cine muy particular, con un punto de vista muy fuerte, y para él es fundamental contar con gente que conoce y en la que confía, que pueda llevarle la contraria en distintas áreas para hacer la película lo mejor posible. Realmente valora la opinión de todos, seas un asistente de producción, un productor o el jefe del estudio. Todo el mundo tiene voz. Siempre está abierto a buenas ideas”.
  El director de fotografía Andrij Parekh ha trabajado con Cianfrance desde que ambos se reunieron en los años previos a la producción de Blue Valentine, y han seguido grabando juntos en varias de las otras películas del director. “Hemos trabajado juntos innumerables veces, tanto en publicidad como en largometrajes. Básicamente crecimos juntos en el cine”, reflexiona Cianfrance. “Además, él también es un director ganador de un Emmy®”, por su trabajo en Succession. “La razón por la que tiene éxito es que también ama a los actores. Y cuando rueda una película, está mirando las interpretaciones. Le gustan tanto como a mí”.
  “Yo solo busco la verdad con la cámara”, dice Parekh. “Cuando filmo, quiero que la cámara desaparezca y simplemente experimentar una interpretación”. Una de las formas para conseguir esto es simplificando el set, algo que aprendió en su época de estudiante en la NYU. “La forma en la que a Derek y a mí nos gusta trabajar es eliminando el aparato cinematográfico: deshacernos de todo el equipo y centrarnos únicamente en las interpretaciones y en los actores”. La iluminación, explica, también queda en un segundo plano respecto a lo que ocurre delante de la cámara, iluminando los sets a menudo con solo un único foco. “Para mí, la interpretación lo supera todo. Es increíble lo que se puede lograr cuando lo reduces todo a lo esencial”.
  Ambos querían asegurarse de que, para el público, Roofman se sintiera como una película de época, y parte de ello se logró rodando en película de 35 mm en 2-perf, en lugar de utilizar la cinematografía digital tan común hoy en día. “Eso era muy importante para los dos”, dice Cianfrance. “La historia transcurre en 2004, y sentía que los formatos digitales actuales no representarían adecuadamente la textura de 2004”.
  “Somos puristas del celuloide. Si podemos rodar en película y es apropiado, los dos lo preferimos”, afirma Parekh. “Lo digital permite la dejadez, la falta de atención. No cuesta nada poner la cámara a grabar: parece que está siempre grabando. La película, para mí, es íntima por naturaleza. El foquista está en la cámara, el director de fotografía está en la cámara o en el monitor junto al director, no metido en una carpa. Es una sensación colectiva de hacer una película juntos”.
  El equipo rodó con una clásica Arricam (a veces con el propio Parekh operando la cámara), usando lentes Leica Summilux-C prime, “Son mi bala mágica”, dice sobre ellas. Al rodar en 2-perf de 35 mm, el director de fotografía señala que “nos permitió grabar en película desde un punto de vista económico y artístico, y su grano y textura se asemejan al metraje estándar en 3-perf. Y con una relación de aspecto nativa de 1:2.39, se siente como el formato cinematográfico perfecto”. Aunque llevó a su foquista, Riley Keeton, desde Los Ángeles, disfrutó enormemente de trabajar con el magnífico equipo de cámara local disponible en Charlotte. “Tienen una industria cinematográfica local muy sólida. El jefe de maquinistas Eric Jones y su equipo, eran locales y aportaron muchísimo oficio y destreza a la película. Es un lugar fantástico para rodar”.
  Al igual que Parekh, la diseñadora de vestuario Erin Benach abordó cada personaje con un ojo puesto en la autenticidad, el humor y el detalle de época. Explica que, para el vestuario de Jeffrey, “queríamos reflejar la era de principios de los 2000, así que referencias como Britney Spears, Los Sims y Alf eran un guiño a aquella época. Pensamos en qué podría encontrarse alguien en la caja de objetos perdidos de un Toys ‘R’ Us® en 2004”. Esos looks informales de “objetos perdidos” contrastaban con la ropa más arreglada que Jeffrey llevaba para los brunches. Con Leigh, explica: “Encontrar esas siluetas y proporciones de principios de los 2000 fue divertido: hicimos esta película antes de que la moda Y2K actual explotara, así que tuvimos que rebuscar en vintage auténtico para encontrar los vaqueros de cintura baja y pernera recta. Nos reímos muchísimo en las pruebas de vestuario porque ambas recordábamos haber llevado todo eso”. En general, los diseños de Benach anclan la historia en un mundo vivido y reconocible al instante.
  La diseñadora de producción Inbal Weinberg lleva casi 20 años trabajando con Cianfrance, realizando cuatro películas juntos, empezando por Blue Valentine. “Habiendo colaborado con Derek en varios proyectos, sabía que la autenticidad es un valor que él aprecia enormemente. Además, esta vez estábamos contando una historia autobiográfica, lo que significaba que teníamos una responsabilidad con las personas y los hechos implicados”, explica Weinberg. “Derek siempre busca crear un mundo para sus actores que les permita sumergirse por completo en su universo, como si estuvieran en un documental”.
  Los sets, por tanto, suelen construirse en localizaciones reales, como en este caso, con todo funcionando de verdad, incluso el acceso a internet y las líneas telefónicas cableadas. “Todo tiene que funcionar. Ese es un nivel de autenticidad poco habitual en el cine, donde normalmente puedes permitirte trucos. Pero Derek no trabaja así”, comenta Weinberg.
  El apartamento de Leigh, por ejemplo, era un tipo de apartamento que todos conocemos, pero que no suele verse en las películas. Pero Cianfrance quería que viéramos una vida verdaderamente normal. “Queríamos que el espacio se sintiera cálido y acogedor, para mostrar que Leigh se esfuerza por crear un hogar amable para sus hijas”, dice Weinberg. Hay cosas en la nevera, una cocina completamente funcional, armarios, cajoneras y roperos. “Desarrollamos cada personaje”, desde la inocencia de la pequeña Dee, la rebeldía de Lindsay, hasta la madurez de Leigh, todo ello reflejado en las habitaciones del apartamento.
  La investigación para una película de época como esta, y una que transcurre exactamente en el lugar donde tuvo lugar la historia, requiere estudiar material documental y noticiarios, algo útil dado que los delitos de Jeffrey llenaron la prensa, además de informes policiales y documentos judiciales. Weinberg añade: “Pero luego tenemos que llevarlo un paso más allá, porque a veces la vida no es cinematográfica”, y en ocasiones se necesita elevar ciertas cosas para que resulten más entretenidas en pantalla.

LA RECONSTRUCCIÓN DE TOYS “R” US®...
  El set más complicado de construir fue el de la tienda Toys “R” Us® en la que vive Jeffrey y donde transcurre buena parte de la historia. Allí se rodaron 11 días, pero muchísimo más tiempo, esfuerzo y presupuesto se dedicó a crear la tienda, ya que la compañía había cerrado en 2018 y no existían locales en funcionamiento.
  Weinberg y su equipo recorrieron el país buscando un antiguo Toys “R” Us®, pero la mayoría ya habían sido demolidos, remodelados o estaban en un estado deplorable. Como se mencionó, la tienda real donde ocurrieron los hechos, en el sureste de Charlotte, se había convertido en una megacadena religiosa. Milagrosamente, el equipo encontró una justo a las afueras de Charlotte, en Pineville, a unos 16 kilómetros al oeste de Matthews (donde estaba la original). El edificio estaba vacío, desmantelado y sin uso. “Era un precioso viejo Toys ‘R’ Us®, como una isla solitaria”, recuerda Cianfrance. “Lo había comprado una empresa sueca de muebles para convertirlo en una tienda, pero aún no habían empezado las obras.”
  “Había estado abandonado durante años”, añade Weinberg. “Cuando lo tomamos, no era más que una caja de hormigón completamente desnuda.” Para empeorar las cosas, el sistema eléctrico había sido vandalizado: ladrones habían robado gran parte del cableado de cobre, dejando la instalación prácticamente inexistente. “Así que no solo tuvimos que diseñar la tienda; también tuvimos que restaurar su infraestructura para que fuera funcional durante el rodaje.”
  Lo que lo convirtió en el set más complejo fue el requisito de Cianfrance de que todo en la tienda fuera plenamente funcional. “Todo tiene que operar, nada puede ser falso o efímero. El set tiene que ser un parque de juegos para los actores, para que puedan moverse con total libertad, coger cosas y usar lo que quieran”, afirma el director.
  El departamento recopiló miles de fotografías de tiendas Toys “R” Us® de la época, planos originales y organigramas, y estudió imágenes archivadas para reproducir con precisión características arquitectónicas, parrillas de iluminación y patrones del suelo. “Nuestro departamento de arte incluso estudió antiguos vídeos de formación de empleados de Toys ‘R’ Us®, para poder copiar sus sistemas de inventario”, explica Weinberg. Se tuvo que recrear absolutamente todo: suelos, estanterías, señalizaciones, material de exposición y hasta las etiquetas de precio, diseñadas por el equipo gráfico, impresas y producidas para toda la tienda.
  Y luego estaban los juguetes. Llenar la tienda de productos fue una misión arrolladora y sin fin, que comenzó investigando los catálogos de Toys “R” Us® de 2003 y 2004, para saber exactamente qué productos habría en las estanterías en ese momento. “Hicimos una hoja de cálculo detallada de los productos reales que estaban disponibles en aquel entonces”, cuenta Weinberg.
  Encontrar esos artículos implicó localizarlos en tiendas de segunda mano, contactar con coleccionistas locales o buscarlos por todo el país: desde codiciadas muñecas Barbie® hasta figuras de acción específicas. Algunos juegos de mesa clásicos podían comprarse al por mayor, pero muchos otros artículos tuvieron que ser reproducidos por el departamento de arte.
  “Teníamos literalmente una pequeña fábrica de empaquetado dentro del departamento”, explica. Los diseñadores gráficos rediseñaron y reimprimieron cientos de cajas de la época, que los decoradores del set tuvieron que montar después. Y no bastaba con un ejemplar de cada cosa. “Derek insistía en la libertad total para los actores”, señala Weinberg. “Cada estantería tenía que estar llena en profundidad; si un actor tomaba un artículo, debía quedar aún abundante inventario detrás. Fue una empresa monumental.”
  “Todo era real. No puedes comprender lo que se siente a menos que realmente camines por una de esas tiendas… Espero que la gente sienta la magia de entrar en esa juguetería en la película. Es algo que tienes que experimentar. Incluso las baldosas del suelo eran exactamente iguales. Fueron muy específicos con todo”, añade Tatum, riéndose.
  Los juguetes fueron donados posteriormente a organizaciones benéficas, aunque resultó ser difícil evitar un poco de “desaparición misteriosa” por parte del equipo… incluso del reparto. “No se lo digas a nadie”, confiesa Dunst, “pero yo me robaba cosas para mis hijos. Robé unos pijamas que mis hijos adoran. Y Swedish Fish and Friends, que mis hijos nunca habían visto antes.”
  Hubo que contratar a electricistas externos para restaurar el cableado que alimentaba cientos de luces fluorescentes, y los propios eléctricos de la producción reemplazaron exactamente el tipo de iluminación tenue y fría que había en las tiendas de la época. También se instaló un sistema de cámaras de seguridad CCTV antiguo, completamente funcional, que es una parte fundamental de la historia. Grababa y reproducía imágenes en directo en el set, permitiendo que los actores reaccionaran a ellas en tiempo real.
  La “habitación” de Jeffrey también se construyó con una atención minuciosa al detalle, a partir de una exhaustiva investigación que incluía informes policiales donde aparecía listado todo lo que contenía. El equipo rastreó esos objetos y los colocó en las estanterías, dándole a cada uno su propia “historia de origen”. Otros elementos fueron añadidos porque Channing Tatum sintió que su Jeffrey los habría puesto allí. “Mientras preparaba sus primeras escenas en la habitación, él y yo recorrimos juntos la tienda, eligiendo cosas que le gustaban”, explica Weinberg. El resultado, dice, “fue una cueva extraña pero entrañable de un hombre-niño, donde una mezcla de recuerdos infantiles convivía con armas y equipo esencial.”
  Filmar en el set de la tienda fue extraordinario para todos, tanto el equipo como el reparto. “Muchos de nuestros miembros del equipo se emocionaron al entrar en nuestra tienda por primera vez”, cuenta Weinberg. “Fue precioso ver las reacciones, especialmente cuando encontraban en las estanterías sus juguetes favoritos de la infancia.” Tatum reflexiona: “Recuerdo ir a un Toys ‘R’ Us® de niño y que me dijeran: ‘Puedes elegir una cosa’. Y pensabas: ‘Dios, ¿qué hago ahora?’. Estabas en el Valhalla. Había posibilidades infinitas. Y esto se sentía exactamente igual. Nunca tienes esa sensación en un set de rodaje.
  El espacio era como a una tienda real de la época. Podías girar la cámara hacia donde quisieras. No había un sitio equivocado para filmar. No puedes entender lo que se siente si no estuviste allí dentro. Yo solo quería pasar todo el tiempo posible en ese lugar.”

CAPTURANDO LA AUTENTICIDAD...
  Derek Cianfrance no trabaja con los actores como la mayoría de los directores. “Cada vez que contrato a un actor, hago que acepten un conjunto de dos reglas”, explica. “Primero: pueden hacer todo lo que quieran. Y la segunda regla: tienen que hacer todo lo que yo les pida.”
  Estas dos reglas, como se ve en la película, dan lugar a interpretaciones excepcionalmente crudas, impulsadas por el experimentado reparto de Roofman. “Eso es lo que Derek quiere de sus actores”, dice Dunst. “Es la razón por la que sus películas se sienten tan auténticas. Quiere gente que realmente se ponga en los zapatos del personaje, que lo haga increíblemente real.”
  Una forma en que lo consigue, señala, es que “nunca hago ensayos en el sentido tradicional, cuando estamos ensayando una escena. Intento crear situaciones para la gente”, como las cenas y actividades que Dunst y su “familia” de jóvenes coprotagonistas realizaron. “De hecho pasaron mucho tiempo en el apartamento antes de rodar. Todos tenían sus habitaciones, podían pasar tiempo en ellas, cocinar juntos, lavar los platos juntos. Cosas familiares y humanas que construyeron sus relaciones en pantalla.”
  En el set, Cianfrance difumina la línea entre preparación e interpretación, rodando a menudo durante los ensayos sin avisar al reparto. “A veces no les dice a los actores que estamos filmando los ensayos”, cuenta Dunst. “Aunque no salga bien, puede haber una mirada o algo que revele muchísimo sobre el personaje. A mí me resulta muy liberador.” Según el director de fotografía Parekh, “todo es una Toma Uno”, especialmente por la manera en que Cianfrance fomenta la improvisación. “Es una forma hermosa de trabajar. Yo lo llamo ‘teatro filmado’. Es como una mentalidad de documental. Y obliga a todos a estar realmente alerta, desde mi punto de vista, con el enfoque y el encuadre, porque estamos capturando escenas sin ensayos reales. Obliga al equipo a pensar y a dejarse llevar por el instinto. Me encanta trabajar así.”
  Ese espíritu de apertura y espontaneidad se extiende mucho más allá del trabajo de cámara. Del mismo modo que se anima al reparto a permanecer presente en el momento, también se les da libertad para moldear el propio guion. “Puede que hayamos pulido mucho el guion”, dice Gunn. “Pero luego vemos escenas donde algunos actores meten sus propias palabras, dan su propio enfoque… a menudo mejor de lo que Derek y yo escribimos. Sus personalidades moldean realmente esas escenas.”
  El director también puede provocar a los actores para obligarlos a crear. “Me hacía cosas para descolocarme”, se ríe Tatum, “porque sabe que llego preparado para hacer la escena de una forma concreta. Entonces podía decirme: ‘Ahora quiero que hagas toda la siguiente toma como Buster Keaton. Haz una toma muda, di todo lo que está en la escena, pero solo en tu mente. No lo digas. Luego sigue con la escena.’ Y después decía: ‘Ahora hazlo como si fueras Jerry Lewis.’ Así es Derek.”
  Cianfrance también solía tenderle “trampas” a Tatum. “Sabía que yo venía con un plan. Veía el ensayo. Y entonces, “por ejemplo, durante una de las primeras escenas en la que Jeffrey intenta servir café a los policías en el autoservicio de un McDonald’s® que está robando, “sabía que yo ya había pensado de antemano dónde estaba todo y qué tenía que hacer. Así que pegaba los vasos entre sí para que no pudiera separarlos, o movía los portavasos literalmente al otro lado de la habitación de donde acababan de estar… y luego se iba. Hacía esto todos los días, en cada escena, para que yo tuviera que arreglármelas. Era precioso, pero agotador. Era un ejercicio constante, pero daba como resultado tomas increíbles.”
  De hecho, en varias escenas clave de la película, el director ponía al actor en la situación sin guion. “Trabajo mucho poniendo a mis actores en situaciones y dejando que improvisen porque conocen a su personaje, conocen su historia. Quiero que naveguen la escena como lo harían en la vida real. “Por ejemplo, al principio de la película, cuando Jeffrey es sentenciado, Tatum explica: “Me mantuvo en una celda real, como en la que Jeffrey habría estado. Llegué al set y no ensayamos nada. Me pusieron esposas, puestas por policías de verdad, no policías de película, sino los mismos que habían tratado con Jeffrey en su día y me metieron en un cuarto pequeño, sujetándome, agarrándome, diciéndome qué hacer. Y yo no sabía qué hacer. No sabía adónde iba ni qué estaba pasando. Y de repente abren la puerta, me sacan a la sala, y ahí mismo hay un juez delante de mí y es un juez real interpretando al juez. Y, otra vez, no ensayamos la escena. Derek intenta que todo sea nuevo y fresco, porque quiere la autenticidad de verte resolver la situación, porque así es la vida.”
  Cianfrance también se aseguró de no permitir que Tatum y Dunst se conocieran antes de filmar su primera escena juntos, en la que los dos personajes se encuentran por primera vez en un “brunch para solteros” en un Red Lobster, sentados con una mesa llena de mujeres de la iglesia. “Ambos estaban increíblemente nerviosos por conocerse”, recuerda el director, “igual que sus personajes. Era una cita a ciegas. Y entre el naturalismo de Kirsten y el humor y sentido de la comedia de Channing, resultó ser la pareja perfecta en pantalla. Forman una pareja cinematográfica maravillosa.”
  Reunir interpretaciones tan variadas, a menudo capturadas en múltiples tomas, requiere habilidad y talento. Por suerte, en Roofman, Cianfrance trabajó con dos montadores a los que conoce desde hace décadas. Él y Jim Helton se conocieron en 1992, cuando ambos hacían cortos estudiantiles en la Universidad de Colorado, antes de mudarse a Nueva York y curtirse en documentales. El montador Ron Patane conoció a la pareja en 2001, y los tres trabajaron en varios proyectos antes de montar juntos Blue Valentine.
  Con tal cantidad de material, y el trasfondo documental de los editores, Helton dice: “Siempre buscamos ‘momentos capturados’, cosas que se sientan reales. El oficio cinematográfico sigue muy presente, pero está al servicio de los actores, en lugar de que los actores estén al servicio de un plano.” El truco está, señala, “en hacer que todo parezca deliberado. En algunos casos, una toma muy larga está pensada solo para obtener un momento muy breve en el montaje, pero aporta al actor una experiencia esencial. Otras veces puede tratarse de un plano secuencia elaborada. No estamos ejecutando el guion, lo estamos ampliando, explorando las interpretaciones y afinando la historia.”
  Explorar cada toma para encontrar la verdad de la escena, señala Patane, “puede ser bastante extenuante. Derek lanza una red muy amplia para capturar momentos. Pero siempre existe el esfuerzo de asegurarnos de que cada piedra se ha levantado, para poder sentirnos seguros de haber encontrado la mejor versión de la película y no haber dejado ningún camino sin explorar.”
  Un recurso del que Cianfrance y sus montadores hacen uso con frecuencia son los maravillosos montajes que vemos en Roofman. “Han formado parte de todas las películas en las que hemos trabajado con Derek”, explica Helton. “Viene con el territorio y nos resulta algo instintivo.” Como forma narrativa, señala, “muestran tanto el paso del tiempo como la compresión del tiempo”, utilizándolos para mostrarnos, por ejemplo, la vida de Jeffrey durante meses, escondido en su habitación y en la tienda de Toys ‘R’ Us®, o para construir secuencias en las que el personaje, mediante la voz en off de Tatum, nos guía a través de ensamblajes de fragmentos que quizá originalmente estaban concebidos como escenas completas, pero para las que ya no hay tiempo.
  “El primer montaje de la película duraba más de tres horas”, relata Patane. “Así que los montajes nos permitieron conservar los hitos narrativos sin perder ritmo, además de ofrecer un respiro respecto al diálogo, dar oportunidades para la voz en off y crear dinámicas dentro de la película.” Pero, de nuevo, como grandes narradores que son, los dos y con las aportaciones del director, se ocupan de hacerlo siempre con rigor, siempre al servicio de la historia que Cianfrance quiere contar. “Los montajes nos dieron más libertad para narrar la historia y pasar las páginas del cuento, permitiéndonos incorporar material que de otro modo quizá habríamos tenido que eliminar.”
  El broche narrativo de la película es su maravillosa banda sonora, a cargo del compositor Christopher Bear, colaborador habitual de Cianfrance. Su enfoque, explica, nació de conversaciones con su amigo, el director. “Aunque hay elementos de thriller criminal, de fuga y evasión, en realidad es una historia profundamente humana, con Jeffrey Manchester en su centro. Así que tenía sentido abordar la música desde la perspectiva de Jeffrey.”
  La interpretación de Channing Tatum influyó directamente en las composiciones y arreglos de Bear. “Identificamos distintas facetas de su personalidad que Channing interpreta con tanta sensibilidad como por ejemplo a el Jeff estratega, el Jeff amante, el Jeff contemplativo, el Jeff juguetón”, que desarrollamos temas para cada una de esas cualidades. “Dejé que las interpretaciones guiaran la música, para que nunca diera la sensación de que es la banda sonora la que le dice al espectador cómo sentirse”, algo que solo los mejores compositores para cine dominan de verdad, como Bear en esta película.
  La banda sonora, grabada principalmente en el propio estudio de Bear en Los Ángeles, está liderada en gran parte por un clarinete bajo, interpretado de forma exquisita por el experimentado músico de sesión Jon Natchez. “Es un intérprete maravilloso, que aporta una enorme expresividad a estas partes tan importantes”, comenta el compositor. “Son arreglos simples, en su mayoría con Jon y un piano”, con la mayoría de los demás instrumentos interpretados por el propio Bear, “en lugar de recurrir a una orquestación exhaustiva. Hay algo a la vez juguetón y reflexivo en el clarinete que sentíamos que resonaba de verdad con el personaje de Jeff.”

LA VERDAD ESTÁ EN EL MEDIO...
  Roofman nunca absolverá a Jeffrey Manchester de sus crímenes ni logrará que salga de prisión, señala Alex Orlovsky. “Pero sí ofrecerá una perspectiva, lo humanizará un poco y hará que sus decisiones resulten más comprensibles. Mucha gente en la periferia de su vida lo acogió en su comunidad, y él tocó sus vidas en pequeños modos.” Dunst afirma: “Y está hecho de una forma tan real, que te hace reír, te hace llorar, donde todo se siente muy asentado, de modo que no parece que estés viendo a actores. Parece que estás viendo a personas conectando en la vida real.”
  Cianfrance consigue sin duda crear una película que equilibra corazón y humor con tensión y suspense, creando un mundo cercano que te mantiene implicado tanto en los personajes como en lo que está en juego. “El hecho de que sea una historia real es la única razón por la que pudimos hacer esta película”, dice Cianfrance. “De lo contrario, habría resultado demasiado inverosímil. Tardamos un momento en asumir, mientras rodábamos, lo loca que era, por la constatación del ingenio de Jeff y del valor que tuvo para llevar a cabo algunas de las cosas que hizo.”
  “Siempre supimos que Jeff entendía el daño que causó y que hizo sufrir a la gente. Y lo lamentaba profundamente”, afirma Gunn. “Así que para nosotros se trató de caminar por la cuerda floja: mostrar a esta persona divertida, magnética, traviesa y atormentada. Creo que lo seguimos de forma muy honesta a lo largo de este viaje.”
  “Espero que la gente pueda ver que Jeff, en el fondo, es una buena persona, y que intentaba hacer cosas buenas. Era una persona llena de conflictos. Espero que la gente empatice con las familias de la película, con las personas reales como Leigh y sus hijos, que realmente se vieron afectadas por esto”, afirma Patricof. “Pero, al mismo tiempo, Leigh aún hoy tiene palabras amables para Jeff. Así que será una experiencia agridulce para el público. Espero que rían, espero que lloren. Espero que se emocionen.”
  Hay una línea sencilla en el guion que resume ese viaje para Tatum. “Jeff dice: ‘He tomado malas decisiones, eliminé otras decisiones, y con lo único que me quedé fue con malas decisiones’”, cuenta el actor. “Mucha gente puede identificarse con eso, yo desde luego sí.”
“Esta es una historia real contada por alguien increíblemente brillante para mentir”, añade Tatum. “Así que, ¿qué más se puede hacer sino intentar encontrar la verdad en medio de todo eso? Solo puedes encontrar la verdad que sea tuya.”

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