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Titulo original: Rocketman
Año Producción: 2019
Nacionalidad: Inglaterra
Duración: 121 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Drama, Biografía, Musical
Director: Dexter Fletcher
Guión: Lee Hall
Fotografía: George Richmond
Música: Matthew Margeson
FECHAS DE ESTRENO
España: 31 Mayo 2019
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Paramount Pictures


SINOPSIS

Se cuenta la vida de Elton John, desde sus años como un prodigio en la Royal Academy of Music a través de su influyente y perdurable asociación musical con Bernie Taupin...

INTÉRPRETES

TARON EGERTON, BRYCE DALLAS HOWARD, RICHARD MADDEN, JAMIE BELL, KAMIL LEMIESZEWSKI, LUKE WHITE, ALISON BALL, JAMIE BACON, BENJAMIN MASON, GUILLERMO BEDWARD, EDDIE REGISTER, SAMUEL MAGEE, SOLOMON MOUSLEY

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EL NACIMIENTO DE UNA ODISEA MUSICAL...
    No debería sorprender a nadie que una película de factura convencional no sirva para narrar la historia de la vida de Elton John - simplemente, no podría abarcarla. La transformación de Elton, de Reginald Dwight, el niño prodigio del piano tímido y de clase obrera, a la superestrella de la música mundial fue tan tempestuosa, extravagante y francamente peligrosa como ilusionante y valiente. Ninguna película normal le haría justicia.
   Bienvenidos a ROCKETMAN, una odisea musical épica que difumina las fronteras existentes entre la fantasía y la realidad, combina los mundos de la música, la fama y la moda y se calza unos extravagantes zapatos de plataforma centelleantes para dar una gloriosa patada al libro de normas cinematográficas. ROCKETMAN invita al público a un recorrido sin censura alguna por la vida de un icono, durante el cual disfrutará de las mejores canciones de Elton, revisitadas y actualizadas por el joven reparto, que se muestra majestuoso tanto en lo musical como en lo interpretativo, que impulsan y dan forma a la historia.
   “La idea”, dice su director, Dexter Fletcher, “consistía en crear algo que pudiese explotar literalmente en la pantalla, una exuberante y libertina escapada cargada de imaginación, fiestas y drama”.
   En ROCKETMAN, el personaje de Elton John es interpretado por Taron Egerton, que ofrece una portentosa interpretación en la que ha grabado nuevas versiones de algunas de las canciones más famosas de John. En la película, que sigue el recorrido de Elton desde su pueblo natal inglés de Pinner a lo largo de la vía empavesada de oro de la fama, las adicciones y los desengaños amorosos, también conocemos a su madre, con quien mantenía una turbulenta relación (Bryce Dallas Howard), a su representante, que también fue su amante durante una temporada, John Reid (Richard Madden) y a su legendario letrista, Bernie Taupin (Jamie Bell), su mejor amigo y socio creativo durante más de 50 años, sin el cual John tal vez ni siquiera hubiese sobrevivido. Como dice el propio Elton, que dio carta blanca al equipo artístico y técnico de ROCKETMAN para narrar su historia: “Mi vida ha sido una auténtica locura. Los momentos bajos han sido muy bajos, y los altos muy altos. Por desgracia, no puede decirse que entre ellos hubiese muchos periodos equilibrados.”
   El productor David Furnish era consciente desde el principio de que Elton John estaba interesado en narrar una versión fantástica de su vida, algo que fuese más allá de la realidad, no de la manera en que pasó exactamente, sino en una versión fantasiosa de lo que podría haber ocurrido. “Y ese fue nuestro punto de partida para la película que queríamos hacer.”
   Para su compañero en la producción de ROCKETMAN, Matthew Vaughn, era importante encontrar la manera adecuada de narrar la historia de una vida absolutamente fuera de lo normal. Y la descubrió en su primera lectura del guión de Lee Hall. “Lee ha hecho un trabajo fantástico”, dice Vaughn, “al crear un musical que realmente no es un musical, una película biográfica que no es una película biográfica, una fantasía que se basa en la realidad y una realidad que se basa en una fantasía”.
   El joven Elton lucha con su imagen privada, su sexualidad, sus problemas infantiles y sus numerosas adicciones en la vida adulta y simultáneamente encuentra la forma de evadirse de todos ellos por medio de la música, que le lleva a hacerse con la escena mundial. Encuentra apoyo en su extraordinario alter ego escénico, aficionado a las vestimentas extravagantes y a adoptar una perspectiva sin igual del mundo, al que observa a través de unas enormes lentes de colores. En palabras del aclamado director musical de ROCKETMAN, Giles Martin, “Elton aporrea las teclas del piano como si estuviese devolviéndole los golpes al planeta.”
   El resultado ha sido una película (cuya elaboración ha requerido más de diez años) tan alejada de lo ordinario como su protagonista. “Lo que han hecho estos chicos con mi historia es simplemente asombroso”, dice John. “Es brutalmente sincera y no se muerde la lengua, y estoy deseando que el público la vea, para averiguar si, como espero, le gusta tanto como a mí”.

LOS INICIOS DE ROCKETMAN: EL DESPEGUE...

   Las semillas del proyecto se sembraron hace más de una década, en un camerino de Las Vegas. John estaba allí con su esposo, y productor de ROCKETMAN, David Furnish (el director de Tantrums and Tiaras, y productor ejecutivo del espectáculo teatral Billy Elliot The Musical), por el Red Piano Show que la pareja acababa de estrenar en la ciudad. En ese espectáculo se dieron los primeros pasos de lo que fue un largo recorrido por el interior de la historia visual de Elton John, una fantasmagoría de trajes e iconografía musical que cobraba vida en el escenario.
   “Y eso puso en marcha algo en el interior de Elton”, recuerda Furnish. “Me dijo, ‘Sería genial hacer una película sobre mi vida que reflejase ese tipo de espíritu’. No quería hacer una película biográfica más, nunca le han gustado, pero dijo ‘Tú lo sabes, mi vida ha sido tan extraordinaria que contarla como se cuenta una historia normal no le haría justicia.”
   Para dar el siguiente paso, la pareja necesitaba que alguien escribiese el guión, y sabían quién era el hombre indicado para esa tarea. En uno de esos momentos fatídicos que han dado impulso a esta producción, en 2000, John y Furnish habían asistido al Festival de Cine de Cannes y de pronto se encontraron en el estreno de una película británica de bajo presupuesto que alcanzaría grandes cotas: Billy Elliot: (Quiero bailar). (Jamie Bell, que interpretó a Billy, recuerda con claridad cómo, en la fiesta que organizaron tras el estreno, Elton John se le acercó, hecho un mar de lágrimas, profundamente afectado por la relación entre el joven Billy y su padre en la película.) Esa profunda experiencia en la costa francesa dejó una huella indeleble en John, e hizo que, junto a Furnish, se pusiera manos a la obra con el guionista de Billy Elliot, Lee Hall, para preparar la versión teatral, Billy Elliot The Musical, cinco años después.
   Por lo tanto, a la hora de decidir quién sería el responsable de escribir esta versión sobredimensionada de la vida de John, no tuvieron duda alguna sobre quién era el elegido para colaborar en la redacción. “Lee es británico y conoce de primera mano la Gran Bretaña trabajadora de los años sesenta, así como la aparición del rock and roll en los años 60 y 70, y el lenguaje y sus gentes y cómo vivían”, dice Furnish acerca del escritor. “Queríamos que se adentrase en todo eso y que representase con autenticidad el espíritu de aquella época. Pero también dijimos ‘Queremos que los números musicales sean grandes, inmensos, fantásticos’“. Esencialmente, también dieron a Hall permiso para adaptar la cronología del catálogo musical de John, para que no se sintiese obligado a emplear las canciones en el orden en que fueron compuestas, sino que emplease las que se ajustasen mejor a las “verdades emocionales” de la historia que querían contar.
   “Esta historia abarca mi vida desde antes de 1960, cuando era un niño, hasta 1990, cuando entré en la clínica de rehabilitación”, dice John. “Narra la época en la que empecé a hacerme famoso. Fue un periodo extraordinario y surrealista, y así es como quiero que sea la película. Quería que fuese divertida y no tomármela demasiado en serio, pero, por otra parte, había muchas cuestiones serias que había que abordar, como mi adicción a las drogas, y mi vida y mi educación. Teníamos que encontrar el equilibrio adecuado. Y para mí era realmente importante que la película fuese un musical, porque la música era mi vida”.

LA FORMACIÓN DE UNA ASOCIACIÓN DE ENSUEÑO...

   Con el guión ya redactado, John y Furnish pasaron prácticamente diez años desarrollando el proyecto, que todavía tiene que cruzar la línea de salida. Afortunadamente, conocían a un hombre que sabía una o dos cosas sobre cómo hacer películas enormes... con enorme éxito: el director y productor, Matthew Vaughn. Se hicieron amigos mientras Vaughn dirigía a John en su apabullante cameo extendido en Kingsman: El círculo de oro, película en la que se vio al icono musical disfrutar como un niño mientras interpretaba una exagerada y descarada versión de sí mismo. “Aquello fue una versión superconcentrada de Elton”, dice Vaughn. “He llegado a descubrir sus grandes talentos, pero también es un hombre verdaderamente amable y agradable, que sabe actuar cuando se le indica”.
   Un día, tomando un café, en otra de esas trascendentales incidencias que dieron forma al rompecabezas de la génesis de ROCKETMAN, Vaughn mencionó que siempre había querido hacer un musical. “Sabía que admiraba a Elton, y a su música”, recuerda Furnish, “así que dije, ‘Mira, tenemos este guión. Me encantaría que le echaras un vistazo y me dijeras qué te parece.’“ Vaughn, un productor afamado por su habilidad para reconocer un éxito cuando lo ve, y con la capacidad de extraer todo el potencial de un proyecto, lo leyó y quedó convencido.
   “Descubrí la música de Elton John de pequeño, en la década de 1970, y todavía recuerdo la primera vez que escuché ‘Your Song’”, dice Vaughn, sobre su proceso de toma de decisiones. “Era una voz inimitable y una de las pocas canciones cuya letra me aprendía inmediatamente. Me causó una gran impresión cuando era niño. Me encanta la música, quería ser músico. Una de las razones de que esté haciendo esta película es que estaba buscando desesperadamente un musical para rodarlo. Si observas mis películas como director, se aprecia una fuerte influencia de la música, a la que doy una gran importancia y me aseguro de que quede perfectamente combinada en el montaje. Llevo mucho tiempo buscando el proyecto adecuado. Ya sabes, si quieres hacer un musical, tiene que tener una música fantástica para que puedas crear todo lo demás a su alrededor. Cuando se presentó la oportunidad de hacer ROCKETMAN, uno de los puntos fuertes fue la música.”
   Pero no solo fue que Vaughn hubiese leído el guión y hubiese disfrutado con él; era que había visto cómo podía interpretarse, más allá del texto contenido en las páginas. No solo eso, sino que supo casi inmediatamente quién iba a interpretar al propio Elton John. Después de haber convertido a Taron Egerton en un protagonista con la saga The Kingsman, Vaughn conocía mejor que nadie de lo que era capaz el actor. Y después de haber puesto a Taron a trabajar con el director Dexter Fletcher para su película sobre otro icono británico, Eddie el Águila, Vaughn sintió inmediatamente la fuerza del equipo creativo que podía ensamblar para ROCKETMAN. Sabía que Fletcher, que había debutado como actor de niño en Bugsy Malone en 1976, y que mantuvo su relación de amor con los musicales con su segunda película como director, Amanece en Edimburgo, en 2013, era la elección perfecta. También sabía que Egerton tenía un asombroso parecido físico con el joven Elton John. Y aún más, sabía que el chico podía cantar.
   Vaughn llamó a Furnish. “Si dependiese de mí, incorporaría a Taron y contrataría a Dexter.” Furnish le devolvió la llamada. “¿Qué te parece si lo hacemos juntos?”
   “Tenía sentido”, dice Vaughn ahora. Dexter y yo estábamos tratando de encontrar el siguiente proyecto que pudiésemos hacer juntos. Yo conocía a Taron, sabía que era capaz de cantar como los ángeles, y también sabía que la pieza que Taron había empleado en su audición de ingreso a la RADA (la Royal Academy of Dramatic Arts) era una interpretación de ‘Your Song’. Por lo tanto ahí había una conexión.” Furnish está de acuerdo. “Las piezas del rompecabezas empezaban a encajar entre sí. Matthew pensaba, y yo estaba de acuerdo, que la combinación de Taron y Dexter sería exactamente lo que necesitaba esta película.”
   Por supuesto, era necesario convencer de la bondad de la idea a una persona más: al propio Elton John. “Elton siempre dice, ‘Mira, yo no sé hacer cine. No es mi mundo y tengo una relación muy íntima con esta historia, así que tal vez no puedo aportar la objetividad que hace falta para evaluarlo desde la perspectiva adecuada”, dice Furnish. Lo que sabe hacer es música. Ese es su mundo. La única cuestión era si Egerton era la persona adecuada para vivirlo durante dos años.
   “Y entonces le escuché”, dice John, con una sonrisa. “Y fue instantáneo. Estaba seguro de una cosa: si alguien iba a interpretarme en el cine, tenía que saber cantar. Quería a alguien que pudiese hacer una interpretación de mí, no solo con su actuación, sino también con mi música. Encontrar a una persona que pudiese hacerlo siempre había resultado tremendamente difícil. Pero entonces conocimos a Taron Egerton. Es un fuera de serie, no hay otro como él. Es la única persona que podría haber hecho esto.”

CUANDO LA MÚSICA CONOCE AL CINE...

   La sensación de predeterminación que impulsaba a ROCKETMAN continuó a la hora de alistar a alguien con la suficiente valentía y talento como para interpretar el impecable catálogo acumulado por Elton John para un nuevo público cinematográfico. El productor discográfico y compositor Giles Martin era amigo de Vaughn desde sus años escolares. Resultó que también era amigo de John y de Furnish, puesto que el primero había trabajado con el padre de Martin, el legendario George Martin, famoso por su trayectoria con los Beatles, a lo largo de su larga y alabada carrera.
   “Sabía que Giles respetaría a Elton, pero también respetaría a la película, sin olvidarse de Dexter y Taron”, recuerda Vaughn. “Y conocía a Giles, que era una gran persona, muy sensible, que sería capaz de atender a todas las necesidades, a la vez que garantizaba una brillante musicalidad. Entonces llamé a Elton y descubrí que había vivido en la casa de George en el Caribe, en donde había grabado cuando Giles era un niño. Adoraba a Giles y pensaba que sería un perfecto colaborador. Todo empezaba a estar en orden, y los huecos empezaban a llenarse con personas que podían colaborar creativamente.”
   Para Martin, que recordaba a John de cuando había estado grabando en el estudio de su padre en Montserrat cuando él era un niño pequeño, el artista siempre ha estado presente en diferentes momentos de su vida. Cuando Martin comenzó como ayudante en Air Studios en Londres en 1989, John estaba allí, grabando con su padre. Más tarde, colaboraron en la versión de 1997 de ‘Candle in the Wind’. “Y siempre ha sido increíblemente amable conmigo”, dice Martin. “Siempre ha sido generoso con los músicos, siempre ha mostrado un gran interés por los músicos jóvenes en general”.
   Esa generosidad de espíritu se extendió al espacio creativo que John ofreció a Martin para experimentar con su música, para reformarla y convertirla en algo nuevo. “Elton dio a nuestro equipo la libertad para no limitarnos a los confines de la forma en que él siempre ha interpretado estas canciones clásicas”, dice con admiración Martin. “Quiere que ampliemos las fronteras de su obra. Quiere que la interpretemos a nuestra manera. Me dijo ‘Haz todo lo que quieras. Es tu obra.’ Su opinión siempre fue “Me muero de ganas de escuchar lo que vas a hacer. Lánzate y expláyate’. Eso nos dio un gran impulso, porque supuso que teníamos licencia para usar la música para narrar la historia de una manera original, no lineal. Y esa es la clave de la música de Elton - es completamente original, no hay nada que se le parezca. Hacer esto ha sido un enorme trabajo de ensayo y error. Cuando pensabas que habías terminado, te decías ‘Espera un minuto, esto podría mejorar si...’ Y las canciones iban saliendo poco a poco. La música es algo único, no es solo una cuestión de técnica, también tiene alma. Elton tenía formación clásica, claro está, pero no es solo eso. Puedes encerrar a un niño en una habitación y enseñarle a tocar el piano durante años, pero nunca será Elton John.”
   De entre los muchos logros de Martin, puede que ROCKETMAN sea del que más orgulloso se muestra. Lo que no es poco decir, puesto que se trata del hombre que recreó el catálogo clásico de los Beatles para el escenario de Las Vegas. “Recuerdo”, dice Martin entre risas. “Elton vino a un ensayo de la primera coreografía que estábamos preparando. Le dije, ‘Mira, solo hemos hecho una versión rudimentaria de las canciones para los números musicales...’ No quería interpretar las versiones rudimentarias de sus propias canciones al autor. Me respondió ‘Giles, si esto es lo que estás haciendo, me parece bien.’ A partir de entonces todo mejoró para mí.”
   Y es esa flexibilidad en la forma de abordar el trabajo lo que ha permitido que ROCKETMAN despegue, esquivando las convenciones y dando nueva forma a cualquier idea preconcebida que pudiera tenerse, para ofrecer algo verdaderamente novedoso, atrevido e inesperado. Fletcher dice “Lo que tratamos de decir al público es, ‘¿Creéis que conocéis la historia? No tenéis ni idea. Esto no es lo que pensáis que es.’ Es algo mucho más comprometido e interesante. Desde el primer fotograma de la película se muestra a Elton como una persona de la que no te puedes fiar en absoluto a la hora de narrar la historia de su propia vida.”
   Como recurso, nos ofrece una fascinante visión de un abanico de canciones clásicas que llevan años deleitando a personas de todos los órdenes de la vida. Como dice la productora ejecutiva de ROCKETMAN, Claudia Schiffer: “Crecí escuchando la música de Elton John en los años ochenta, he trabajado con la música de Elton John en la pasarela, y hoy en día sigo disfrutando de sus canciones. Son obras atemporales y es una maravilla llegar a comprender, por fin, qué se esconde detrás de las letras.”
   Elton John, como el propio Furnish reconoce, no es una persona a la que sea fácil complacer. Por lo tanto, que el propio Capitán Fantástico esté tan encantado de todos los aspectos de los arreglos realizados para ROCKETMAN es prueba inapelable de la calidad de todo el trabajo realizado. Egerton recibió formación vocal y afinó su técnica con el piano durante cinco meses para prepararse para el papel. Y Egerton no solo grabó sus propias versiones de las canciones tan apreciadas por el público, sino que además realizó este trabajo en los Abbey Road Studios de Londres, en el que ha sido el momento más “madre mía, mira dónde estoy, no sé si esto es real o un sueño” de toda su carrera hasta la fecha.
   “Por mi parte”, dice Egerton, “lo que siempre me ha emocionado sobre este proyecto, al margen del honor de interpretar a Elton John, era que siempre había permiso para versionar las canciones y para adaptar la trama para que fuese innovadora y diferente. Y el hecho es que la película es un musical, y las canciones no se cantan únicamente como números musicales, sino como momentos de introspección. Eso la convierte en única. Y me ha encantado. Me ha encantado hasta el último minuto. No puedo expresar lo orgulloso que me siendo de que Elton John me haya dejado versionar sus canciones de esta manera.”
   John sonríe ante el entusiasmo del equipo responsable de llevar su vida y su música a la gran pantalla con tanta pasión y compromiso, deleitado ante el producto que le han presentado. “Simplemente dejé a Taron que lo hiciera”, dice. “Dejé a Taron en manos de Giles Martin, en quien confío implícitamente porque es brillante, como su padre, y les dejé que hicieran lo que quisieran. No quería husmear a su alrededor, escuchando lo que hacían con las canciones. No fui a ninguna de las sesiones de grabación. Yo no soy así, no soy ese tipo de persona. Si confío artísticamente en alguien, le doy carta blanca para que haga lo que quiera hacer. Y ahora que he escuchado lo que han hecho... estoy asombrado.”

LA BÚSQUEDA DE AUTENTICIDAD Y VERDAD...

   “Mi vida ha sido una auténtica locura”, dice Elton John. “Los momentos bajos han sido muy bajos, y los altos
muy altos. Por desgracia, no puede decirse que entre ellos hubiese muchos periodos equilibrados...”
   “Mi vida no ha sido aburrida”, dice Elton John, en una afirmación que podría considerarse un exceso de sutileza. “Lo que quería exponer en la película es el increíble precio que tiene la fama, el increíble efecto que sobre la persona tiene la educación recibida en la infancia, lo solo que puedes llegar a sentirte y lo que sucede si no abordas diligentemente lo que te ocurre, en el plano personal, en términos de adicciones y patrones de conducta. Pero a la hora de abordar estas cuestiones no es imprescindible olvidarse del humor”.
   Para Bryce Dallas Howard, que interpreta a la madre de Elton, Sheila Farebrother, fue la combinación de factores lo que la convenció inmediatamente de que quería participar en el proyecto. “Cuando leí por primera vez el guión”, dice, “me conmovió mucho, pero también me entretuvo mucho. Para mí fue un viaje de descubrimiento. Lo que más me interesó fue la idea de elevar el género de la biopic, crear una fantasía que fuese reflejo directo de los valores vitales de Elton John. Es el espíritu de la película, que representa a Elton en un gran número de estratos y formas. Es inteligente, aguda, sofisticada, ingeniosa y divertidísima. Y Elton es así.”
   No había, dicen John y Furnish, ninguna otra forma de abordar el material. Si hubiesen tratado de matizar los momentos oscuros, los buenos tiempos no habrían brillado tan espectacularmente. Si no iban a contar toda la verdad, ¿qué sentido tenía decir nada?
   “Absolutamente”, dice John. “Tenía que ser franco, tenía que decir la verdad. En este periodo de mi vida que estamos mostrando, hice más en esos 20 años que lo que la mayoría de la gente hace en toda una vida. Me comporté como un monstruo en ocasiones y fui completamente irracional, y así es la vida cuando eres un artista. Pero prefiero lanzar la versión sincera en vez de ‘¡Hay que ver qué majo era! ¡Era maravilloso!’ Sí, he sido maravilloso en ocasiones, pero también he sido la otra cara de la moneda, y es importante que esa otra cara también aparezca representada. Hay que estar a las duras y a las maduras. Las adicciones sacaron a la luz lo más oscuro de mi alma, y lo odio - por eso decidí desintoxicarme y mantenerme sobrio. El comportamiento irracional, el mal humor, la depresión, el odio hacia uno mismo, eran el resultado de no tener equilibrio en mi vida, de convertirme en un adicto esclavizado a la cocaína, el alcohol, la bulimia, el sexo y lo que fuese, y se muestra en la película. No he querido ir a lo fácil. Soy bastante sincero, en ocasiones demasiado sincero para mi propio bien.”
   ROCKETMAN narra la historia de Elton John a través del prisma de sus propias adicciones, y comienza cuando está ingresado en rehabilitación, reflexionando sobre una vida de excesos a la que ha sobrevivido por poco. Como observa Egerton, “Elton John es un icono musical, pero en ocasiones nos olvidamos de que también es una persona con una historia muy humana que contar”. Esa historia, según Fletcher, es la de una evasión; en primer lugar, Reggie trata de evadirse de su vida doméstica, después, más tarde, trata de evadirse del personaje que había creado para huir en primer lugar.
   “La música era mi aliada en momentos de conflicto, en momentos de angustia y en momentos de absoluta felicidad”, dice Elton John, refiriéndose al proceso personal. “La música siempre ha estado ahí, a mi disposición, siempre ha sido el amigo al que podía recurrir en los momentos más oscuros de depresión y adicción. Incluso en esas horas oscuras, la música ha sido mi amiga. Me ha aportado mucha alegría.”
   Ese es un mensaje, dice Bell, que, en el papel de Bernie Taupin, interpreta a la roca que siempre estaba allí para sacar a John de la oscuridad, que es muy importante. “Lo que quiere decir esta película es, ‘Tienes que ser consciente de quién eres. No te puedes engañar a ti mismo. Si lo haces, te estarás matando. Tienes que afrontar la realidad, tienes que ser quien eres.’ Y ese es un mensaje muy inspirador, dicho de una forma valiente y audaz.”

LA COMBINACIÓN PERFECTA DE PERSONAL Y MATERIAL...

   “Dexter Fletcher se obsesionó con esta historia desde el momento en que empecé a trabajar en la película con él”, dice Bell acerca del director. “Sabía exactamente lo que quería: el tono, la dimensión, el color. Sabía lo extraordinaria, grandiosa y audaz que tenía que ser, porque comprende todas las facetas del carácter de Elton. Lo mejor de Dexter es que no tiene miedo de hacer cosas que puedan considerarse controvertidas o escandalosas. Sabe que tiene que ser así. Con esta película se juega el todo por el todo.”
   Por supuesto, podría decirse que ROCKETMAN es la película que Dexter Fletcher nació para hacer. Después de todo, este es el actor que debutó en 1976 en la película Bugsy Malone, el musical sobre la mafia de Alan Parker, director que no ha dejado de ser uno de sus héroes e inspiraciones. Treinta y siete años después, dirigía con enorme éxito su propio musical, Amanece en Edimburgo. Después está el hecho de que ya había dirigido a Taron Egerton, y que juntos habían tenido un gran éxito con otra leyenda británica, Eddie The Eagle, en 2015. ¿Se ha estado desarrollando toda su carrera, paso a paso, para llegar a este punto?
   “Es verdad que recientemente le he dicho a Furnish que podía dar la impresión de que era así”, dice Dexter Fletcher, riendo. “Esta película es muy personal para mí. Tengo una conexión muy íntima con ella. Estoy enormemente orgulloso de ella y espero que le guste mucho al público. En cuanto leí el guión de Lee Hall, me di cuenta de que sabía cómo hacerla. La trama argumental me permitía regodearme en todas mis locuras. Sabía que tenía una gran plataforma para dejarme llevar.”
   A Vaughn no le sorprende que a todo el reparto le haya encantado el proceso, ya que desde el primer momento sabía que Fletcher era la persona que se tenía que encargar de hacer esta película. “Dexter crea una atmósfera en la que Taron se siente seguro”, dice Vaughn. “Así es como trabaja. Y eso significa que podemos llegar a situaciones en las que Taron se ve forzado a dar todo lo que tiene como actor. Gracias a Dexter, Taron ha sobrepasado todos los límites y ha dado lo mejor de sí mismo.”
   La oportunidad que Fletcher ha tenido con ROCKETMAN no le ha pasado desapercibida al director, que la ha aprovechado sin titubear. “Soy consciente de que estas oportunidades se dan de ciento en viento”, dice. “Este tipo de películas no se presentan con frecuencia... en realidad puede que no se presenten nunca. La sensación que tenía era que no había barreras ni obstáculos, porque desde el principio me lo dejaron claro: ‘Haz lo que consideres que hay que hacer. Averigua cuál es tu visión.’ El ideal de cualquier persona creativa es tener la libertad de poder explorar esas cuestiones. Me propuse recurrir a todas las cosas que me parecen emocionantes, interesantes, bellas, graciosas, coloristas, imaginativas e inspiradoras, y las combiné para crear esta película. Ha sido un privilegio y un placer. Y ahora me muero de ganas de sentarme en una sala de cine y ver la película junto al resto del público”.

EL MENSAJE DE ROCKETMAN AL MUNDO...

   “Hemos tenido en todo momento la sensación de que nos interesaba ser irreverentes y asegurarnos de que el público tuviese la impresión de que estaba siendo testigo de la vida de un hombre que había pasado por momentos decididamente turbulentos”, dice Egerton, hablando del impulso que ha guiado la trayectoria de ROCKETMAN. “Pero también era muy importante contentar a los fans y hacer que Elton resultase agradable. “Es una historia humana, sin aditivos, pero también es una celebración de un gran hombre y de lo que podemos aprender de él.”
   De entre los muchos logros de la película, puede que ese sea el más significativo. Su capacidad para hacer que lo fantástico arraigue en una realidad universal. “Creo que eso es cierto”, dice Furnish. “Nuestra película trata sobre el hecho de que si no aprendes a quererte, si no llegas a ese punto en tu vida y sigues echando la cuestión al asiento de atrás del coche mientras conduces hacia delante, te acabará pasando factura. No puedes librarte de ello. Eso es lo que le sucedió a Elton, y le puede pasar a cualquiera. Puedes cambiar la forma en que te presentas ante el mundo, pero si no haces un esfuerzo íntimo y empiezas a aceptarte, nunca encontrarás la auténtica felicidad”.
   Esa celebración de humanidad, de las cosas que nos hacen a la vez individuos y parte de un todo, es un mensaje que es, podría decirse, más relevante que nunca en el mundo dividido y divisivo en el que vivimos en la actualidad. Como dice Taupin, la vida de John “nunca fue ordinaria”, y ROCKETMAN actúa como recordatorio de la necesidad de que la gente celebre sus diferencias, en vez de combatirlas.
   “Si ese es el mensaje que transmitimos, es fantástico”, dice John. “Hubo unos años en los que no fui sincero acerca de la persona que era. En eso consiste la adicción: en ser falso y mentiroso y ocultar tus huellas. Pero si haces eso, llegas a odiarte, porque te conviertes en una persona en la que ya no te reconoces.” Puede que, de la misma manera que su música ha unido a las personas durante más de seis décadas, su película haga lo mismo.
   “Cuando me di cuenta de que la sinceridad era lo más importante, no volví a tener problemas, porque fue un alivio maravilloso no tener que vivir aquella vida ni un minuto más”, dice John. “Levantarme por la mañana, pasear a mi perro, estar con gente que tiene los mismos problemas que yo, compartir esos problemas. Nunca fui un buen comunicador. Tonto de mí, pensé que la cocaína era una especie de droga que, como me hacía hablar, me ayudaba a comunicarme. Pero lo único que decía era bobadas, era todo más falso que un euro de madera. La sinceridad es la clave, sacar a la luz tus secretos más oscuros, librarte de la pesada carga que llevas toda la vida arrastrando, desde la niñez. Sacarlo al exterior. Hablar sobre ello. No estaría aquí ahora si no lo hubiese hecho.”
   En reflejo de sus propios valores, ROCKETMAN es, por lo tanto, una exploración abierta y sincera de la lucha de John, que siempre da prioridad a la verdad en vez de alejarse de los momentos más difíciles y problemáticos de su vida. Y para todos los que participaron en la película, esa fue una elección deliberada.
   “Espero que ver la vida de Elton y ver cómo es él en la actualidad lleve a la gente a darse cuenta de que la vida es un viaje”, dice Furnish. ‘No sale a la primera, no es sencillo, en ocasiones todos nos sentimos perdidos, pero siempre podemos encontrar la manera de seguir adelante. Me parece que la gente encontrará inspiración en eso.” O, tal y como lo dice Howard, “Elton John es, incuestionablemente, un icono para muchas personas, pero si hubiese una cualidad que destaca sobre todas las demás, es su autenticidad. Y su coraje. El coraje de ser auténtico. Es una persona que se expresa en términos radicales, sin disculparse por ser quien es. Me parece que su forma de ser ha hecho posible que muchas otras personas fuesen auténticas consigo mismas. Es un verdadero tesoro para todos nosotros, porque nos da permiso para celebrar nuestra forma de ser salvaje, loca, extrema e imperfecta.

LAS CANCIONES DE ROCKETMAN...

   Elton John explica su increíble procedimiento de trabajo con Bernie Taupin y los cineastas revelan
cómo han tomado sus canciones clásicas y han logrado que parezcan “completamente diferentes”.
   “Hay ciertas cosas que han ocurrido en mi vida que cuando las veo con perspectiva pienso que deben haber sido una intervención divina” dice John, con una sonrisa. “La primera cosa fue que decidiese dejar la banda con la que estaba (Bluesology) y quisiese hacer algo diferente. Yo era un regordete que no tenía mucha confianza en mí mismo, pero estaba tan harto de hacer cabaret, de tocar para gente a la que la música no le interesaba nada... ... que respondí al anuncio del New Musical Express. Cuando lo pienso ahora me pregunto de dónde sacaría el valor para hacerlo. Pienso, “con lo tímido que era entonces... ¿cómo demonios hice aquello?’“
   El anuncio del que habla es, como ha pasado a formar parte del folclore musical, el mismo al que había respondido un joven que trabajaba en una granja de pollos en el norte de Inglaterra, llamado Bernie Taupin, y en él se invitaba a la gente a presentarse para un puesto de compositor en Liberty Records. John recibió la llamada en primer lugar y fue a reunirse con un hombre llamado Ray Williams. John le dijo a Williams que sabía escribir música, pero que era incapaz de escribir letras. “Así que Ray Williams se echa hacia atrás y coge un sobre sin abrir de una pila de sobres que había en su mesa. Podía haber sido la carta de cualquiera”, dice John ahora. “En cualquier caso, me lo dio para ver si las letras que había dentro del sobre, cualesquiera que fueran, podían servir. Muy emocionado, cogí el tren de vuelta a Pinner, abrí el sobre y pensé ‘Estas letras son muy buenas’. Podía haber sido cualquier sobre... pero fue el de Bernie. “Es mi mejor amigo; tenemos una relación que dura ya 50 años. Aquel sobre podía haber sido el de cualquiera, y las letras podían haber sido una porquería. No puedo dejar de pensar, ‘¡Dios mío! ¿Me ha tocado la lotería con esto?’”
   El resto, como suelen decir, es historia: John y Taupin forjaron una sociedad de creación musical (el primero la música, el segundo las letras) que ha dominado la escena musical mundial durante seis décadas. En un momento, el éxito de la pareja fue tan intenso que sus grabaciones representaban el 4% de los discos vendidos en cualquier lugar del mundo. En la actualidad, con ROCKETMAN, donde aparecen 23 de las canciones que han escrito juntos, sus canciones clásicas están siendo versionadas de nuevo, para un público completamente nuevo, y serán cantadas por un elenco completamente nuevo.
   “Con Bernie todo son novedades, porque nunca sé qué me va a mandar”; así describe John el asombroso proceso productivo del dúo. “No hablamos del tipo de canción que vamos a escribir. Nunca sé qué voy a recibir. Así que cuando lo recibo, siempre es emocionante. Siempre hemos hecho lo mismo, desde la primera letra. Nuestra forma de escribir es desconcertante, él crea el escenario para la canción y yo lo acabo. Nuestras canciones se crean muy rápidamente. No sé cuánto tiempo le cuesta escribir una letra, porque nunca se lo he preguntado. Pero cuando recibo la letra, si se me queda pegada rápidamente y pongo las manos sobre el teclado y me lanzo, la mayoría de las veces no me cuesta mucho hacerla. A veces me ha dado letras que me encantan, para las que he tratado de escribir melodías, y simplemente no he podido hacerlo. No se me ocurre ningún motivo que lo explique. Pero lo acepto. Bastante suerte tengo con aquellas para las que sí he podido escribir la música. No sé de qué manera ocurre. Es extraordinario. Pasa lo mismo cuando estoy tocando en el escenario. Mis manos se mueven pero yo no les digo dónde tienen que ir.”
   En su condición de productor ejecutivo de ROCKETMAN, John tuvo una gran influencia en la elección de actores, tanto para su personaje como para el de Taupin, y no podría haber quedado más satisfecho con los resultados. “Taron [Egerton] es un ser humano excepcional. Verdaderamente extraordinario. Y lo que hace en esta película es simplemente increíble,” dice John acerca de su protagonista. “Y contar con Jamie Bell en la película es también una de esas cosas que te dejan sin palabras. Hace años, cuando asistí al estreno de Billy Elliot, la película, me conmovió mucho. La escena final, cuando Billy ha crecido e interpreta El Lago de los Cisnes y su padre va a verle... Mi padre nunca hizo eso. No quiero que se me malinterprete, he arreglado mis diferencias con mi padre y todo está bien, pero en aquel momento la interpretación de Jamie me afectó mucho emocionalmente. ¡Y ahora me está afectando otra vez en la historia de mi maldita vida! Y es maravilloso.”
   Por supuesto, fuesen cuales fuesen sus capacidades como actores, quien quiera que fuera elegido también tendría que hacer frente a la nada desdeñable tarea de cantar sus propias versiones de algunas de las canciones más famosas que se han escrito. “En cuanto le conocí me di cuenta de que Taron sabía cantar”, dice el productor musical de ROCKETMAN, Giles Martin. “Le había conocido a través de Matthew (Vaughn), antes de que Dexter se uniese al proyecto. Nos sentamos en el estudio y empezamos a trabajar. Es un ser humano especial. Nunca había visto a un cantante que se interesase tanto por el proceso, por comprender qué necesitas hacer, y que a la vez se diese cuenta de que cantar es algo que tiene que hacerse desde el fondo del corazón. Ya sabes, puedes sacar de Gales al chico, pero los galeses son grandes cantantes.”
   Martin, junto con el elenco, el director y los productores, ha organizado las canciones de ROCKETMAN de una forma que no solo encaja con la narrativa que presenta la película, la forma en que el joven Reginald se convirtió en el icono Elton John, con todo lo bueno y lo malo que esa metamorfosis pudiera traer consigo, sino que también reajusta sus indelebles melodías, así como los significados subyacentes.
  “Me parece que los verdaderos seguidores se van a sorprender por la forma en que las canciones fueron escritas para contar una historia pero, en función de la forma en que las hemos colocado en la película y de la forma en que las hemos usado, acaban contando una historia completamente distinta”, dice Furnish sobre el método diferente que se ha usado en esta producción. “Me parece que muchas personas van a ver la película y van a reaccionar diciendo, “¡Madre mía!, nunca había entendido así esa canción.”
   Basada en una absoluta libertad creativa, cuando Martin se sentó con Vaughn y luego con Fletcher para comentar su filosofía general, “Dexter me dijo, ‘Cuando arranque la música, queremos transportarnos a otro lugar”, dice Martin. “‘Queremos que todo salte por los aires cuando empiece la canción. No queremos que las canciones estén sujetas al suelo.’“ Y así nació un musical como nunca se ha visto otro igual.
   “Quisimos hacer un musical desde el principio”, dice Fletcher. “La idea era abordarlo de esa manera, aprovechar el asombroso talento de Taron, y usar las canciones para que la película y la narración avanzasen sin interrupciones. Eso significa que la canción cobra vida de una forma radicalmente diferente. No había ninguna idea predefinida sobre la forma en que íbamos a usarlas. Estas canciones estaban a nuestra disposición de la misma manera que lo estaba el diseño de escenarios, como el diseño de vestuario o como el diseño de iluminación. Y tener en el proyecto a alguien como Giles, que comprende cómo funciona esa visión, que aporta todo lo que sabe para llevarlo a buen puerto, es la guinda del pastel.”
   “Era una forma de trabajar que me resultaba enormemente atractiva, porque da un gran margen de maniobra para ensayar cosas, para plantearnos cómo podemos adoptar enfoques musicales alternativos”, dice Martin. “Te da un motivo para probar cosas con la música de Elton. Las canciones se convierten en una especie de motor de lo que ocurre en la historia. Es como si un mundo alternativo se abriese ante nosotros. Este proceso se pone en marcha con la grabación de una maqueta con la nueva versión de la canción. Taron, o Richard o Jamie o quien sea, van al estudio, graban la guía vocal, que después llevamos al escenario. Y después, o sustituyen la pista vocal en el escenario, cuando la cantan en directo, o actúan en playback sobre la pista vocal. Después yo escribo la partitura de la canción basándome en lo que hemos desarrollado. Podríamos decir que es casi trabajar en orden inverso al normal.”
   Los resultados son asombrosos. Pero no podríamos haberlo logrado sin los hombres que compusieron inicialmente las canciones, los Elton John y Bernie Taupin reales, que han dado a la producción absoluta libertad para manipular sus creaciones.
   “Eso es lo más asombroso de todo”, dice Martin. “Para algunas personas estas canciones son tan icónicas que son prácticamente objetos sagrados. Pero no estamos cambiando las canciones porque sí. Y lo mejor de Elton es que es un verdadero artista. Quiere que los demás amplíen las fronteras de su obra. Ha cantado estas canciones en innumerables ocasiones, las ha escuchado cientos de veces, Le resulta estimulante descubrir nuevas versiones - y a mí me parece que todos hemos logrado algo verdaderamente extraordinario.

TARON EGERTON ES ELTON JOHN...

   ¿Por dónde empiezas cuando te han seleccionado para interpretar a una de las personas más famosas del planeta? No solo eso, sino una persona respecto de la que todo el planeta tiene una idea fuertemente arraigada. ¿De qué manera, dicho de otro modo, encuentras a la verdadera persona que se esconde bajo todas esas gafas, lentejuelas, caprichos y tiaras?
   “Esa era una pregunta que no dejaba de hacerme”, dice Taron Egerton, el actor sobre cuyos hombros cayó la responsabilidad de este desafío. “Así que acabé por preguntárselo a él”.
   Inicialmente, John invitó a Egerton a su casa, para tomar un curry y charlar. Poco después, él le mostró sus memorias, que nunca se han publicado. Después le dejó ver todos los trajes. Y después, bueno, después le contó toda la verdad.
   “No había nada de lo que no se pudiera hablar”, dice John, acerca del proceso que siguieron los dos para llevar la historia de su vida a la gran pantalla. “Eso forma parte de la sobriedad y del aprendizaje para ser franco. No hay nada sobre lo que no puedas hablar y la comunicación lo es todo. Estaba convencido de que si Taron me iba a interpretar, tenía que saberlo todo. Y él estaba deseando adquirir ese conocimiento. Así que hablamos, como amigos. No fue como un proceso de investigación. Creo que por eso Taron ha sido tan brillante en este papel, porque se ha fraguado una estrecha amistad como consecuencia del proceso.”
   Para Egerton, estas conversaciones tuvieron una doble ventaja. “La primera es que tenía la impresión de que no había nada que no pudiera preguntarle”, dice. “La segunda es que me di cuenta rápidamente de que él quería conocerme y quería formar parte de mi vida. Así que toda la experiencia de interpretarle se convirtió en algo muy personal, casi desde el principio. Y hay algunas similitudes entre nosotros. Lo que más me llama la atención es que, simultáneamente, puede tener una personalidad arrolladora, e imponerse a cualquiera que esté presente, pero, en ocasiones, también es la persona más vulnerable que conozco, y tengo la misma impresión sobre mí. Tengo la impresión de que soy una persona que puedo ser muy vulnerable y sentir las cosas muy intensamente. Creo que comparto la misma fortaleza de carácter, pero también los mismos desequilibrios emocionales y las mismas flaquezas.”
   John asiente con la cabeza. “Es la inseguridad sobre quiénes somos. Al ser personas creativas, creo yo, sufrimos la inseguridad y el deseo de demostrar algo, de convertirnos en alguien diferente a la persona que somos. Y me parece que las personas más creativas, no solo los actores, sino los músicos, los pintores, cualquier artista, experimentan ese proceso. Es bueno, porque las dudas significan que no se nos ha subido el éxito a la cabeza. Si no tienes dudas, no avanzas.”
   Dicho lo cual, no había ninguna incertidumbre en absoluto en el cerebro del hombre que les reunió por primera vez. John y Furnish visitaron al productor Matthew Vaughn para comentar cómo podrían acabar por rodar la película de este guión que habían tenido parado durante más de una década. Y cuando Vaughn lo leyó, no tuvo ninguna duda.
   Taron Egerton, el actor al que había descubierto y dirigido en la película de 2014 Kingsman: Servicio secreto y al que había dirigido en su secuela, Kingsman: El círculo de oro, y de cuya película Eddie el Águila, dirigida por Dexter Fletcher, había sido productor, simplemente era Elton John. Sobre eso, a Vaughn no le cabía ninguna duda.
   “Principalmente, para interpretar a Elton tienes que cantar, y Taron es un cantante fantástico”, dice Vaughn, sobre su proceso mental. “Pero, y esto también es importante, es muy vulnerable y sensible, como Elton. Es muy obstinado, en el buen sentido, y Elton también lo es. Así que tenía todos los instrumentos. Soy muy instintivo cuando elijo el reparto, y cuando leí el guión al único que veía en el papel era a Taron. Es lo que me dijo el instinto, y salió bien.”
   Hay que decir que “salió bien” es quedarse corto. Por decirlo en pocas palabras, Egerton no interpreta a Elton John en ROCKETMAN; Se transforma en él. “Lo mejor de Taron como actor es que tiene una vulnerabilidad que en ocasiones casi se puede tocar; no tiene que fingirla”, dice Fletcher. “Y eso es esencial cuando se está interpretando a una persona sobre la que se tiene la impresión de que está recubierto por una coraza. Lo que quiero decir es que Taron puede interpretar las situaciones y los personajes más difíciles y complicados, y seguir manteniendo un aire de soledad, una sensación de que necesita a alguien o algo. Cuando Taron hace escenas como esa, no parecen menores ni egoístas o despreciables. Siempre parece que tienen el origen en una carencia. Y cuando consigues que tu público comprenda que esta persona, sea cual sea su comportamiento, se está comportando de esa manera porque necesita algo o a otra persona, el resultado es enormemente positivo. Ah, y además, canta como los ángeles...”
   La capacidad de Egerton para cantar las canciones de Elton John ya se había contrastado anteriormente, puesto que su interpretación de “I’m Still Standing” en el éxito de animación ¡Canta! no había pasado inadvertida para el público mundial. Sin embargo nada ha preparado al público para sus interpretaciones en ROCKETMAN. Después de que el propio Elton John le diera permiso para hacer lo que quisiera, no simplemente una imitación, sino para convertir en propias estas canciones clásicas, Egerton da una vida completamente nueva a canciones que han sido adoradas durante generaciones, para lo que frecuentemente grababa sus propias versiones antes de mandarle las pistas a John para que diese su aprobación. Aprobación que era feliz y rápidamente otorgada.
   Sus logros son extraordinarios, incluso para ojos y oídos inexpertos. Sin embargo, para sus compañeros de reparto y su director, la interpretación de Egerton es algo absolutamente fuera de lo normal. “Taron ha hecho un esfuerzo sobrehumano en esto”, dice Bell. “Participa en todas las escenas. Es un papel que intimida, porque tiene una parte dramática muy intensa, de vida o muerte, pero también tiene los elementos de baile y canto. Lo que ha hecho es milagroso. Su voz como cantante es imponente. Ya era buena antes, pero la fortaleza que exhibe su voz en la actualidad es destacable. Es una verdadera transformación, no una imitación. Esa es la distinción importante. Es su propia versión, su concepción que cómo y quién es la persona a la que interpreta. Y da vida a las partes de Elton que únicamente existían en el ámbito privado, y saca esas partes a la superficie en sus canciones. Lo suyo es una hazaña arrolladora.”
   Egerton, dice Fletcher, no solo era la persona indicada, sino la única persona para el trabajo. “Tiene este instrumento increíble, su voz, que le encanta usar”, dice el director. “Pero no puedo imaginarme a nadie más que hubiese experimentado esa transformación física. Es una situación imponente para un actor, asomarte al abismo, para afrontar tus temores, y después hacer lo que tienes que hacer. Y Taron ha hecho eso, superando las expectativas más desbordantes.”
   “Es difícil expresar con palabras lo que todo esto ha significado para mí”, dice Egerton. “La experiencia de interpretar a Elton ha sido verdaderamente estimulante para mí, en mi vida personal. Junto a eso, estaba la cuestión de llegar a conocerle. Me siento muy afortunado. No me dio ningún consejo sobre el modo de interpretarle, y ha estado muy presente como apoyo, pero en ningún momento me he sentido supervisado, ni ha tratado de orientarme en ninguna dirección. Sabe, por todo lo que ha pasado en la vida, que tienes que dejar espacio a los demás para que den lo mejor de sí mismos. Me ha dejado hacer, y le estoy eternamente agradecido por ello. Me enorgullece poder decir que a lo largo de este proceso, Elton John se ha convertido en un amigo”.

JAMIE BELL ES BERNIE TAUPIN...

   De todas las canciones que se muestran en ROCKETMAN, puede que la más significativa sea la que nunca se ha oído con anterioridad. Es la que suena al final de la película; una composición completamente nueva, titulada “I’m gonna love me again”, de una de las asociaciones más duraderas, exitosas y apreciadas de la historia de la música.
   En la canción, Elton John y Taron Egerton cantan juntos, pero aunque esta asociación vocal es digna de admiración, es la que existe tras su creación la que, en última instancia, se celebra con la película ROCKETMAN. Después de 50 años trabajando juntos, más unidos de lo que nunca han estado, “I’m Gonna Love me Again” no es sino el más reciente éxito instantáneo fruto de la asociación de Elton John y su letrista y colaborador, Bernie Taupin.
   “Lo que existe entre ellos es una especie de maravilloso y armonioso matrimonio, que ha perdurado con éxito contra todo pronóstico”, explica Bell. “En la película vemos cómo se conocieron, y son dos almas solitarias, por decirlo de alguna manera, que se encuentran la una a la otra, y forjan una amistad que dura toda la vida.”
   Y hay que tener en cuenta que fue una amistad que estuvo muy a punto de no producirse. Tal y como se indica en ROCKETMAN, la unión de los dos hombres que han dominado las listas de éxitos musicales durante seis décadas tuvo lugar por absoluto azar.
   “Se conocieron por pura suerte, una reunión que tuvo lugar de manera aleatoria en una oficina en 1967, a la que Elton fue para hablar sobre su capacidad como compositor de canciones”, dice Furnish. “Elton dijo, ‘Puedo escribir la melodía, pero no soy capaz de hacer la letra, y alguien llamado Ray Williams cogió un sobre, sin abrir (Taupin, al igual que John, había respondido a un anuncio en el New Musical Express en el que ofrecía un trabajo de compositor en Liberty Records) que estaba sobre la mesa y se lo dio a Elton, diciendo ‘¿Por qué no intentas ponerle música a esto?” Así es el destino. Mágico. Eso es lo que ocurre cuando todo en el universo se alinea para crear cosas muy especiales.”
   En aquel momento, los dos jóvenes estaban desesperados por avanzar en sus carreras. John estaba tocando en el circuito de los clubs con cena-espectáculo, con una banda llamada Bluesology. “Simplemente me parecía que la música era algo más que tocar para gente que no estaba interesada en ella y que lo que realmente quería era comer fish and chips o pollo con patatas”, recuerda. Taupin había dejado de ir al colegio a los 15 años y se moría de ganas de dejar su trabajo en una granja de pollos en el norte de Inglaterra.
   “Bernie solo tenía 17 o 18 años cuando conoció a Elton”, dice Bell, sobre el momento que cambió para siempre la historia de la música. “Bernie se había convertido en una especie de joven problemático que había acabado trabajando en una granja de pollos, de la que no veía la manera de escapar. Se sentía atrapado. Leyó el anuncio en la revista musical y contestó diciendo algo así como, “Soy poeta y he escrito algunas letras de canciones, por si les interesa”. Incluso hay quien dice que no envió la carta; tal vez la tiró a la basura y su madre la sacó y la envió, o la dejó en la repisa de la chimenea y su madre la echó al buzón, o algo así. Pero lo que verdaderamente importa es la gran fortuna que tuvieron tanto Bernie como Elton de encontrarse, por pura casualidad, y dar ambos con una persona que les comprendía, que sabía lo que les pasaba.
   Esa comprensión, como explica Fletcher, no solo les ha mantenido unidos, sino que ha logrado que uno de los dos siga con vida. “Bernie es en realidad un ancla firmemente asentada, que sujeta la amarra”, dice el director, “y eso ha impedido que Elton saliese volando hacia la estratosfera y se perdiese para siempre.” O, en palabras de Bell: “Bernie siempre ha sido una especie de roca para Elton, porque siempre ha sabido quién era. Por su parte, Elton era una persona que siempre estaba tratando de conseguir algo, una identidad, una personalidad, un personaje que sirviese de alter ego, un ligue, una carrera profesional, o drogas o lo que fuese. Bernie era la constancia hecha persona. ‘Sé quién soy, y soy tu amigo’“.
   Para Fletcher, Bell siempre fue su primera elección, el director estaba seguro por lo “inherentemente agradable que es y por la tranquilidad, seguridad y sinceridad que transmite”. Y fue una elección con la que John y Furnish, que habían conocido a la joven estrella cuando tenía solo 13 años de edad, en el estreno en Cannes de la película con la que debutó, Billy Elliot, estuvieron encantados.
   “En la fiesta tras la película, Elton se acercó a mí y al director”, recuerda Bell de aquella primera reunión. “Estaba todavía tembloroso y suspirando, porque la película le había tocado la fibra sensible. Era la primera superestrella que conocía. Y dado que es una persona que ha tenido que hacer frente al éxito y a la fama a una edad muy temprana, Elton parece que siempre está muy interesado en eso, en averiguar cómo consigue la gente hacer frente a la fama y el éxito. ROCKETMAN trata de eso. Elton John es un superviviente. La suya es una historia excepcional.”
   Para narrarla, Bell comenzó por telefonear al verdadero Taupin, para presentarse. Taupin le invitó a cenar a su casa. “Es lo que hay que hacer cuando se interpreta a una persona (real), ponerse en contacto y decir, ‘Esto es lo que tengo pensado hacer’. Así que cogí el coche y me fui a verle en Santa Barbara. Fue muy generoso con su tiempo. En aquel momento, realmente, estaban escribiendo éxito tras éxito, creo que consiguieron colocar tres álbumes seguidos en el número uno, cosa que nadie había logrado anteriormente, algo que ni siquiera se habían planteado en su momento. Bernie también tenía sus presiones y sus demonios, pero creo que saber quién eres en tu interior hace que sea más fácil abordarlos. Bernie solía decir que Elton era su mejor amigo, la persona más adorable del mundo, pero que a veces también podía convertirse en un auténtico hijo de Satanás.”
   Este conocimiento íntimo de su relación fue muy útil para Bell a lo largo del rodaje de la película, durante el cual tuvo que esforzarse mucho más que en cualquier otro momento de su carrera. En una actuación en la que, al igual que Egerton, no solo actúa, sino que también canta, es Bell quien canta ‘Goodbye Yellow Brick Road’, una canción que grabó en Abbey Road, para una escena que muestra un momento en el que la asociación creativa estuvo muy cerca de concluir.
   “La turbulencia interior con la que Elton ha tenido que vivir a lo largo de toda su vida hace que todo le resulte tremendamente exigente”, dice Bell. “Por ese motivo, contar con alguien como Bernie, que siempre está ahí y que es constante, lo es todo. La forma en que Elton habla sobre Bernie es enternecedora. Su vínculo es muy profundo. Es un hecho contrastado que Elton en una ocasión se insinuó a Bernie, y Bernie reaccionó diciendo “Sabes que te quiero mucho, pero eso no va a pasar”. Lo que más me gusta de Bernie es que no juzga. Acepta a Elton como es. E incluso cuando a Elton se le empiezan a ir las cosas de las manos, con los trajes y todo eso, no deja de decirle que él no necesita hacer algo así. Realmente cree en la capacidad de Elton. Y cuando Elton se pone a cantar al piano y produce una gran felicidad en la gente, Bernie lo aprecia. En la película, Bernie siempre está tratando de reorientar a Elton hacia la sencillez. Por eso ha sido siempre tan importante para él.”

RICHARD MADDEN ES JOHN REID...

   “Si Bernie es el corazón de la relación de Elton con la música”, dice Fletcher, “entonces la otra cara de la moneda es John Reid - una persona maquiavélica, una especie de Mefistófeles que representa toda esta magia y locura de una forma completamente diferente.”
   En la vida real Reid fue el primer novio estable de John, además de ser su representante durante 28, frecuentemente turbulentos, años. En ROCKETMAN está interpretado por Richard Madden, el actor escocés de 32 años de edad que se hizo famoso con su interpretación de Robb Stark en Juego de Tronos y con el éxito mundial de la BBC del año pasado, Bodyguard. “Le dimos el papel a Richard justo antes del lanzamiento de Bodyguard”, dice Furnish. “Pero cuando le vi allí (antes del estreno), me pareció que hacía una interpretación impactante, fascinante. Tenía ese fuego interior escocés, esa sensualidad que encajaba perfectamente con la forma en que se retrataba a John Reid en la película.
   Reid y John se conocieron a finales de los años sesenta, a través de amigos comunes, justo antes de que John hiciese su asombroso debut en la legendaria sala de LA, The Trobadour. “Fue un auténtico flechazo y una relación auténtica”, dice Madden. “Y eso era importante para mí, establecer esta relación real entre los dos, porque sin ella era muy fácil convertir a John (Reid) en un villano de opereta, un malo que solo quería manipular a Elton. La forma en que he tratado de interpretar el papel muestra que siente una gran admiración y respeto por él, y que reconoce su talento y su capacidad desde muy al principio. Ese es el origen de su auténtico flechazo. A medida que pasa el tiempo, se va convirtiendo más y más en una relación de negocios y John (Reid) entonces sí que se convierte en una especie de malvado, por lo menos así es como yo le interpreto a él en esta versión de la historia. Pero queríamos que todo tuviese un origen auténtico, queríamos partir de una verdadera intimidad que espero que hayamos sido capaces de captar. Nuestra interpretación cinematográfica es que John Reid da a Elton una gran confianza, a la hora de salir y mostrarse tal y como es, y en una relación con un hombre”.
   Ese sentimiento es reconocido en gran medida por Furnish, que, en su condición de productor y marido de Elton John, conoce muy bien la trascendencia de la relación en aquel momento. “John Reid fue una persona muy importante en la vida de Elton”, dice Furnish. “Fue la primera relación que tuvo Elton. Cuando conoció a John Reid, Elton era virgen. John fue el primer hombre del que se enamoró y con el que tuvo una relación. Se convirtió en el siguiente representante de Elton en aquella época, y consiguieron un éxito extraordinario juntos. La relación personal pasó, pero la relación profesional se mantuvo. Tuvieron que enfrentarse a muchos desafíos en el proceso, y la película los saca a la luz y cuenta lo que pasó, tal y como pasó, esencialmente.”
   O, en palabras del propio Elton John: “Tuvimos suerte con Richard. John Reid era un escocés muy carismático, y con una personalidad muy marcada. Richard es un escocés muy carismático, y con una personalidad muy marcada. Los dos nacieron en el mismo lugar de Escocia. Yo tengo mucha fe en el destino, y en el modo en que el universo da vueltas a todo y hace que la gente se cruce en su camino. Me encantan los escoceses; tienen un gran encanto, que es por lo que me enamoré de John, su sensualidad. Pero por otra parte estaba la brutalidad de su personalidad de Glasgow. Tal y como lo interpreta Richard, puede ser tierno y un malnacido.”
   Para un actor, este tipo de dicotomía de los personajes es la razón por la que se levantan por la mañana, un hecho que Madden no pasó por alto, que disfrutó con la dualidad de su personalidad. “Es muy difícil tratar de clasificar a John Reid, saber dónde colocarle, porque las personas que le conocen con las que he hablado tienen opiniones muy diferentes sobre él”, dice, refiriéndose a su investigación del personaje. “Algunos dirían, ‘Es la persona más terrorífica que puedes encontrarte’. Y otros dirían, ‘Es la persona más divertida que conozco. Es la típica persona con la que siempre querrías ir de copas’. Sin embargo, el hilo conductor en todos esos relatos es que era un hombre de negocios muy inteligente. Conocemos por los periódicos las historias de sus juicios y los problemas que tuvieron posteriormente en su vida, y cómo acabó todo, pero como actor, tu instinto te lleva a tratar de hacer algo bello y que le guste al público. Hay muchas cosas de John Reid que no son muy agradables. Es muy divertido interactuar con esos elementos.”
   En pre-producción, Fletcher fue a visitar a Reid, y descubrió que “lo increíble sobre estas personas, Elton, Bernie y John, es que llevan entre nosotros mucho tiempo, y entienden cómo funciona la nueva narración de la historia de Elton. No es un documental, sino una fantasía con toques intensificados. Y ellos son lo suficientemente inteligentes para entenderlo”.
   Para Madden, el elemento de fantasía acentuada también trajo consigo un nuevo conjunto de habilidades; uno que al principio le aterraba, pero que acabó aprendiendo a amar. Al darse cuenta en la primera lectura del guión de que “Oye, oye, hay más tiempo durante las canciones que durante las escenas para contar esta historia; hay que narrar la historia a través de las canciones y el baile, más que a través de la actuación convencional”, el actor tuvo que trabajar mucho con el director para descubrir un nuevo ritmo, para aprender a narrar una historia de una forma diferente.
   “Nunca había hecho algo así”, dice Madden. “Estaba muy atemorizado. Hacía una de esas escenas intensas, íntimas, dramáticas con Taron y, de un momento a otro, con un chasquido de dedos, empezábamos a rodar una canción con coreografía. Es difícil salvar la brecha, pero he trabajado con Dexter y Adam Murray, que es un coreógrafo impresionante, y hemos intentado poner en práctica esos pasos de baile, así que cuando interpreto las canciones y canto y bailo en directo, no estoy pensando en el baile, estoy pensando en la interpretación del personaje”.
   Madden recapitula su experiencia en ROCKETMAN con auténtico orgullo, en especial el número ‘Honky Cat’, entre él y Egerton, que “abarca tres años de la relación en una canción” y que exigió a Madden más rapidez en los pies que nunca. “Tienes que hacer mucho trabajo de interpretación”, dice, “para abarcar todos esos ritmos y movimientos”.
   Pero a pesar de todas las canciones y los bailes, puede que los momentos más íntimos fueran los que mayor huella dejaron en Madden. “Ya sabes”, dice, “creo que todos tenemos la noción de un Elton John extravagante. Sin embargo, mientras interpretaba a John Reid he descubierto, junto a la interpretación de Taron, a una persona normal”.

BRYCE DALLAS HOWARD ES SHEILA FAREBROTHER...

   Hablando de presentaciones de personajes en la pantalla, a ver qué opinan de esta: “Está el pequeño Reggie Dwight en pantalla y empieza a cantar, y ustedes (el público) se encuentran en la infancia de Elton John en Pinner, Inglaterra, en la década de 1950”, dice Bryce Howard Dallas, comentando su interpretación de Sheila Farebrother, la madre de Elton John en su primera escena de ROCKETMAN. “Es un número musical y el pequeño Reggie está cantando ‘The Bitch is Back’, y entonces aparezco yo. Yo soy la zorra.”
   Es posible que la actriz de 38 años de edad se haya hecho famosa luchando contra Tyrannosaurus Rex en la saga de películas taquilleras de Jurassic World, pero según Vaughn, esta película, sin duda, le ha planteado el reto más exigente al que ha tenido que hacer frente en pantalla.
   “La madre es un personaje esencial”, dice Vaughn, sobre la verdadera Farebrother, que desgraciadamente falleció en 2017. Howard descubrió que la evolución entre el amor maternal y una madre complicada con tendencias narcisistas que amaba a Elton pero también le hacía daño, era algo difícil de conseguir. “Las actrices a las que hacíamos pruebas no podían hacer las dos cosas a la vez. Era muy complicado - o se mostraban demasiado maternales, o se mostraban demasiado malévolas. Pero Bryce es una actriz fantástica y comprendió el papel y cómo conseguir el equilibrio. Es una línea muy fina.”
   Si la elección de la canción con la que se presenta parece cruel, lo cierto es que según Howard nada podría ser más ajustado a la realidad. “Explica la forma de ser de Sheila”, dice, simplemente. “Ves a Elton cuando era niño, como Reggie Dwight, y el tipo de vida que vivía, la dinámica en su familia a medida que crecía y cómo eso dio forma a la persona que es, y a su música. Sheila tenía una relación muy tóxica con el padre de Elton. Mantenían una relación conflictiva, y cuando finalmente se casaron, Elton ya tenía seis años de edad. Cuando la gente piensa en Elton John, piensan en el Elton John icónico, pero tuvo unos orígenes humildes y turbulentos. Fue criado por su madre y su abuela en Pinner, y cuando su padre acabó yendo a vivir con ellos, la distancia entre ambos era tremenda.”
   Cuando se quiere ser auténtico, lo que pasa es que en ocasiones hay que aprender a estar a las duras y a las maduras. “Sheila básicamente parece Liz Taylor, así que en cada escena lleva un vestuario diferente, cosa que es fabulosa”, dice Howard. “Es divertido adentrarse en el drama de las prendas y en la diversión de la moda, tener permiso para explorar esa dimensión y seguirla, en especial si se tiene en cuenta que la película está hecha de una manera en la que no se respeta tanto la literalidad de los hechos y no se trata de imitar el aspecto que tenía todo el mundo en esta foto o en aquella. Ese no es el objetivo de esta película, el objetivo es dar espectáculo.”
   Para Fletcher, “es evidente que las mujeres, la madre y la abuela, de la vida de Elton John son muy importantes. Está sobradamente contrastado que estas mujeres fueron grandes influencias en sus años formativos. Yo necesitaba un personaje femenino que arrancase con fortaleza desde el principio, y en el momento en que ves a Bryce, comprendes exactamente quién es esta persona y sus múltiples niveles.”
   O como dice la propia Howard: “Sheila era increíblemente carismática y tenía una insaciable ansia de victoria, sabía cómo granjearse el favor de la gente. Tenía la capacidad de ser absolutamente terrorífica, muy egocéntrica, egoísta, y una progenitora tremendamente narcisista, consumida por lo que no tienen, o por aquello de lo que sentía que se habían visto privados. Así que la dinámica entre Elton y Sheila no era maravillosa, y Elton lo intentó de verdad, aunque siempre ha dicho que su madre en todo momento apoyó sinceramente su música.”
   De la misma manera que la relación de Elton John con su madre tuvo altibajos, que oscilaban entre el apoyo y la separación, el amor y la pérdida, también los tuvo la relación de Howard con Sheila, un personaje al que en ocasiones encontró difícil de interpretar, y aún más difícil de comprender. “Dicho lo cual”, siempre había estado interesada en una película de época como esta. “Esta película me ha dado la oportunidad de exhibir un vestuario apabullante, así que, atento todo el mundo, ¡que me quiten lo bailado!”

GEMMA JONES ES LA ABUELA IVY...

   No es la primera vez que Gemma Jones interpreta a personajes maternales de iconos británicos. Lo que pasa es que los años van pasando, y los papeles van cambiando con ellos. Y podría decirse que en ROCKETMAN, Jones, cuyos papeles más conocidos hasta el momento eran el de Madame Pomfrey en Harry Potter y el de madre de Bridget Jones, en tres largometrajes cada uno de ellos, ha encontrado el que tal vez sea su papel más icónico.
   “Elton amaba a su abuela sobre todas las cosas”, explica Vaughn sobre el significado del papel de Jones. “Era de ese tipo de abuelas que haría lo que fuera por su nieto”.
   Es una dedicación a la que todos los aficionados a la música de John deberían estar francamente agradecidos, porque fue el interés que puso Ivy en nutrir el talento natural que veía en el joven Reggie lo que le permitió salir de un difícil entorno familiar para convertirse en la superestrella global que conocemos hoy en día.
   “Creo que Ivy percibe la diferencia de Reggie”, dice Jones. “Sabe que es sensible, y que tiene un enorme talento musical, desde una edad muy temprana. Anteriormente había recibido formación en música clásica y podría haber seguido ese camino, pero Ivy le buscó un profesor de piano y promovió su educación musical”.
   Jones no habló con John sobre la relación que tenía con su madre antes de interpretar a la madre de ella, “pero a juzgar por el guión, que John había aprobado, Ivy era una persona muy cercana para él. De hecho, se encargó de cuidarle y criarle en muchas ocasiones. Elton tuvo una relación muy difícil con su madre, y también su abuela la tuvo con su hija.”
   Para Jones, sin embargo, algunas relaciones son más sencillas de comprender. “Conocía a Dexter Fletcher desde que era un niño actor”, dice. “Los dos estábamos en la Royal Shakespeare Company cuando él tenía 14 o 15 años. Era un jovencito muy atrevido entonces, y en realidad, no ha cambiado gran cosa. Es muy divertido, dinámico y entusiasta. Es la persona perfecta para dirigir a este grupo, dado que Elton John atraviesa algunos periodos oscuros en su vida... pero esta película es, básicamente, una celebración de la alegría”.

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