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Titulo original: Mary, Queen Of Scots
Año Producción: 2018
Nacionalidad: Inglaterra
Duración: 119 Minutos
Calificación: No recomendada para manores de 12 años
Género: Drama, Biografía
Director: Josie Rourke
Guión: Beau Willimon. Basado en la novela escrita por John Guy
Fotografía: John Mathieson
Música: Max Richter
FECHAS DE ESTRENO
España: 8 Febrero 2019
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Universal Films


SINOPSIS

María Estuardo, reina de Francia a los dieciséis años y viuda a los dieciocho, que rehúsa volver a casarse a pesar de las numerosas presiones de su entorno. María prefiere regresar a Escocia para ocupar el trono que le pertenece. Sin embargo, tanto Escocia como Inglaterra están gobernadas por la persuasiva Isabel I. María, decidida a ser más que una simple representación, hace valer su derecho al trono de Inglaterra, poniendo en peligro la soberanía de Isabel...

INTÉRPRETES

MARGOT ROBBIE, SAOIRSE RONAN, GEMMA CHAN, JOEL ALWYN, DAVID TENNANT, GUY PEARCE, JACK LOWDEN, BRENDA COYLE, MARTIN COMPSTON, ISMAEL CRUZ CORDOVA, MARIA DRAGUS, EILEEN O'HIGGINS, JAMES McARDLE, BENNY BEREAL, LIAH O'PREY

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   María Estuardo, reina de Escocia, nació el 8 de diciembre de 1542. Solo tenía seis días cuando su padre falleció y ella subió al trono. Siendo aún una niña fue llevada a Francia, de donde era su madre, mientras Escocia quedaba en manos de regentes. En 1558 se casó con el delfín francés, que sería coronado como Francisco II de Francia en 1559. Fue reina consorte hasta 1560, año de la muerte de Francisco, y un año después regresó a Escocia.
   Isabel I, nacida el 7 de septiembre de 1533, era hija de Enrique VIII y Ana Bolena (a la que el Rey mandó ejecutar cuando Isabel tenía dos años). A la muerte de Enrique VIII, el medio hermano de Isabel, Enrique VI, subió al trono; le sucedieron su prima Lady Jane Grey (solo durante 9 días) y, finalmente su media hermana, la católica María, hija del primer matrimonio de Enrique con Catalina de Aragón. Isabel subió al trono en 1558.

UN RELATO HISTÓRICO DE MUJERES Y PODER...
   Basándose en la interpretación del Dr. John Guy de la vida de la reina escocesa, la película MARIA REINA DE ESCOCIA se aleja de la imagen que se ha dado de una reina débil y promiscua. El primer largometraje de la visionaria directora de teatro Josie Rourke cuenta cómo María fue traicionada por su rebelde y turbulenta corte, donde los hombres no dejaron ni un momento de tramar su caída. La historia se desarrolla contra el telón de fondo de su relación con su prima, Isabel I de Inglaterra. Ambas mujeres se comprendían, se atraían y se desafiaban, y las dos de vieron obligadas a realizar grandes sacrificios en un mundo dominado por los hombres y a pagar el precio impuesto por el poder.
   Para los productores Tim Bevan y Eric Fellner, cofundadores y copresidentes de Working Title, así como para la productora Debra Hayward, este proyecto representaba un regreso a un terreno de gran fertilidad creativa. En 1998 ya habían llevado a la gran pantalla la historia de Isabel I con Elizabeth y en 2007 con la secuela Elizabeth: La edad de oro, dirigidas por Shekhar Kapur, protagonizadas por Cate Blanchett y premiadas por la Academia de Hollywood.
   “Desde que nació el cine se han hecho películas sobre María porque es un personaje fascinante”, dice Tim Bevan. “Después de rodar las dos entregas de Elizabeth, el mundo de esa época seguía atrayéndome. Siempre pensé que María era un personaje que merecía una película totalmente suya. Además, los diez años que María vivió en Escocia fueron muy intensos, se casó dos veces, hubo dos batallas y muchos acontecimientos dramáticos”.
   Los dos productores pensaban que la historia de la vida de María y su relación con Isabel tenían un eco muy contemporáneo. “Se trataba de hacer una película acerca de dos mujeres en un mundo gobernado por hombres. Aprenden a utilizar su poder, pero una de ellas acaba perdiendo la batalla”, sigue diciendo Tim Bevan. “Nos pareció algo muy cercano al tema de la igualdad laboral y a otros problemas actuales. Son mujeres fuertes que deben luchar usando el poder, la política y el amor como armas. Algo que se podría extrapolar a las mujeres de la sociedad actual”.
   Para llevar a la pantalla un drama tan ambicioso que además requería una relación profundamente emocional, los productores fueron conscientes desde el primer momento que necesitaban a un cineasta muy especial. Como directora artística del prestigioso teatro Donmar Warehouse, Josie Rourke había puesto en escena producciones innovadoras protagonizadas por algunos de los actores de más talento del momento. Ex alumna de la Universidad de Cambridge, tenía la intuición y la visión necesarias para llevar adelante la película.
   “El trabajo de Josie en el Donmar, a pesar de las limitaciones que impone el tamaño del teatro, es impresionante por su lenguaje visual”, dice Debra Hayward. “Siempre es llamativo, y creímos factible su transición a la gran pantalla. Además, nos pareció que una historia protagonizada por mujeres debía ser contada por una mujer”.
   Josie Rourke no dudó ni un momento en aceptar. Está convencida de que debemos empezar a contar “nuevos relatos de figuras históricas para que se sepa mejor la verdad emocional, histórica y política de las mujeres”. Le entusiasmó la oportunidad artística que ofrecía contar una historia protagonizada por una mujer y la idea de trabajar con Saoirse Ronan, nominada a un Oscar®, que ya había aceptado encarnar a María. “Lo primero que me atrajo fue imaginar a Saoirse en un papel que yo conocía muy bien por mi trabajo en los escenarios”, dice la directora. “Saoirse es extraordinaria y tiene la capacidad de demostrar el poder, la ferocidad, el sufrimiento y el sacrificio de María”.
   También le gustó la idea de seguir la relación de María con Isabel. “Me apetecía mucho que dos mujeres encabezaran y llevaran la película”, dice. “La verdad, no es fácil encontrar películas con dos mujeres como protagonistas. Así, a bote pronto, me viene a la mente Carol, Mulholland Drive, Thelma y Louise… Esta película también describe la obsesión psicológica de una por la otra. La historia avanza hacia una reunión imaginada, pero María está en la mente de Isabel todo el tiempo, hurga en su conciencia, empieza a afectar a sus decisiones. Solo ellas dos pueden comprenderse mutuamente. A pesar de actuar de forma muy diferente, son las dos caras de una misma moneda. Es la película de María, desde luego, pero igual que Batman tiene al Joker, y Holmes a Moriarty, hay una figura con una intensa relación psicológica. Me entusiasmó poder conseguir eso con dos mujeres.
   Con ideas tan definidas sobre cómo enfocar la vida de María, Josie Rourke pensó en el guionista y dramaturgo Beau Willimon, nominado por la Academia y que tiene en su haber Los idus de marzo, basada en su propia obra “Farragut North”, y la serie “House of Cards”. “Beau y yo llevábamos años deseando trabajar juntos”, dice la directora. “Es brillante describiendo papeles femeninos. Les imprime una gran complejidad psicológica. También es un escritor profundamente político. Entiende el precio del poder, el tema básico de la película. Creo que lo que más gusta a los espectadores de ‘House of Cards’ es que parece un drama renacentista, como las obras que giran en torno a la venganza. Hay mucha gente tramando cosas. Puede decirse que la política moderna se inventó en el periodo en que transcurre la película”.
   Lo primero que hizo Beau Willimon fue buscar material fidedigno de María Estuardo y de sus relaciones con los que la rodeaban, y lo encontró en la biografía del Dr. John Guy, María Estuardo: La reina mártir, donde explora la caída de María causada por la amenaza que representa para el trono de Inglaterra. El libro fue aclamado gracias a la nueva luz que arrojaba sobre la vida de la reina escocesa. El Dr. John Guy quiso demostrar que las personas que rodeaban a María arrastraron su reputación por el fango y defendía que no fue una reina débil ni sexualmente promiscua.
   “John Guy tiene el don de insuflar vida a la historia”, dice el productor Tim Bevan. “En ningún momento se nota la sequedad del erudito. Es un libro lleno de vida que retrata a María, reina de Escocia como persona, y cuenta la historia desde su punto de vista. A Beau y a Josie les pareció la base perfecta”.
   El autor John Guy tenía la esperanza de que el libro aportase otra perspectiva. “Me di cuenta de que si entendíamos la relación de poder entre las dos reinas, veríamos que nuestra idea de María es totalmente errónea”, explica. “María fue objeto de una campaña sistemática de descrédito cuyo autor intelectual fue el inglés William Cecil. Supo manejar a todos para que llegaran a las conclusiones que le interesaban. Pero al igual que con el escándalo Watergate, si uno se molesta en leer la letra pequeña, descubre una historia muy diferente. Me pareció importante contar la verdad porque la figura de María sufre cuando se la compara con Isabel. Las fuentes existen, basta con leerlas para obtener una nueva visión de la historia”.
   “John Guy nunca se rindió cuando se lanzó a recopilar datos y detalles”, añade Beau Willimon. “No hay nada especulativo en el libro, pude sacar numerosas conclusiones, sobre todo referentes a la vida emocional de María y de Isabel. John también me ayudó mucho; podía consultar con él en cualquier momento y me permitió tomarme ciertas libertades o condensar algunos pasajes para que el guion fluyera más fácilmente. Su ayuda fue inestimable cuando buscábamos alternativas para captar la verdad emocional y la atmósfera que llegaran al núcleo de la historia de las dos mujeres”.
   El guion de Beau Willimon recogió toda la complejidad de las dos cortes reales y de las mujeres que ocupaban los tronos. “Supo anclar la historia de forma brillante en las dos mujeres y en cómo entra cada una en la cabeza de la otra”, explica Tim Bevan. “Hay intrigas y complots, además de unos personajes muy bien descritos”.
   “Una de las cosas que más me atrajo del proyecto fue la sensación de hermandad entre María e Isabel, dos mujeres jóvenes que entendían perfectamente lo que significaba estar en la piel de la otra”, añade el guionista. “Existe un profundo vínculo entre las dos, pero también son rivales. Cada una quiere el trono de la otra y se produce un vórtice que conduce de la hermandad a la rivalidad, de un intento de lograr la paz y el afecto al arte de gobernar y a la intriga”.
   La productora Debra Hayward, que conocía bien este periodo de la historia por haber trabajado en ambas entregas de Elizabeth junto a Tim Bevan y Eric Fellner, reconoce que el proyecto la ayudó a adquirir una nueva percepción de una de las mujeres más incomprendidas de la historia. “Como todo el mundo, conocía los puntos fuertes, sus matrimonios, el nacimiento de su hijo, el encarcelamiento, la decapitación y la relación con Isabel I. Pero hasta que nos metimos de lleno en el libro de John Guy no descubrí una historia totalmente diferente, la que hemos plasmado en la pantalla. Mostramos a María bajo un nuevo prisma”.
   “Era la época del patriarcado, y por eso la historia sigue estando de actualidad”, añade Josie Rourke. “La película trata la fortaleza femenina y también del precio que tuvieron que pagar dos mujeres jóvenes por asumir una enorme responsabilidad, sacrificando gran parte de sus vidas personales para poder reinar”.

UNA REUNIÓN ENTRE DOS REINAS...
   Siguiendo la tradición de muchos escritores y guionistas que han contado la historia de María y de Isabel, MARÍA REINA DE ESCOCIA también incluye una escena con las dos reinas. Puede decirse que esta escena es el corazón de la película y la culminación dramática de la misma. La decisión de reunirlas permite dar aún más humanismo a dos formidables figuras femeninas que, al contrario que muchos piensan, no eran enemigas mortales. De hecho, deseaban alcanzar un acuerdo mutuo para seguir reinando, lo que está en total oposición con la imagen de dos mujeres luchando como rivales y ofrece una nueva perspectiva de ambas.
   No existen pruebas históricas de que se conocieran personalmente, pero fueron muchos los que imaginaron su encuentro. El dramaturgo Friedrich Schiller lo incluyó en la obra “María Estuardo”, así como Donizetti en la ópera “Maria Stuarda”. “Nos pareció que la escena era necesaria porque no se entiende realmente todo lo que han pasado María e Isabel, lo que han vivido y aguantado hasta que se miran a los ojos”, dice la cineasta Josie Rourke.
   “Cuando empecé a hablar de la película, me refería a menudo a Heat, de Michael Mann”, sigue diciendo la directora. “De algún modo, la dinámica de esta película es la misma. En Heat hay una escena inmensa con dos actores en un grandioso mano a mano”.
   El historiador John Guy añade: “María siempre decía, y en ocasiones lo hacía Isabel, que si tuvieran la oportunidad de conversar entre ellas, podrían solucionar sus diferencias. En cierto sentido fue la versión Tudor de la hermandad. Cada una en su corte se enfrentaba a las mismas situaciones, entre ellas la tensión religiosa y las conspiraciones”.
   “La reunión en la película está muy lograda, es extraordinaria”, sigue diciendo. “Y de hecho, no está tan alejada de la historia”.
En 2010 aparecieron nuevos documentos entre los que había una carta firmada por Isabel en la que se dirige a María de mujer a mujer, como “hermanas reinas”. Recuerda el profundo afecto que antaño sintió por ella y cuánto le gusta la idea de que gobiernen como vecinas en la misma isla. Isabel deplora la disputa y los celos que las han separado. Termina diciendo que si María decide intentar reconciliarse con ella en el último momento, debe enviarle a uno de sus secretarios para que empiecen a hablar. “Aunque sabemos que las dos reinas jamás se reunieron, podemos afirmar que existió la posibilidad de que lo hicieran”, explica John Guy.
   Tanto Saoirse Ronan como Margot Robbie dicen que el rodaje de la secuencia fue algo inolvidable. “Estábamos de acuerdo en que era mejor no vernos durante el rodaje por el bien de nuestros personajes, e intentamos evitarnos el día que rodamos la secuencia”, explica Saoirse Ronan. “El plató estaba dividido para que Margot permaneciera a un lado y yo al otro. Cuando por fin nos vimos después de semanas de ensayos, tres semanas de rodaje por su parte y cinco años de espera para mí, empezamos a temblar. No estábamos conmovidas, era más bien una experiencia extrasensorial. Sentirme tan unida a alguien con quien solo tenía una escena significó mucho para mí”.
   “Fue uno de los momentos más memorables de mi vida como actriz. Nunca nos habíamos visto vestidas, maquilladas y peinadas para el papel hasta entonces. Era mi último día de rodaje, para mí significaba el final del viaje y olvidé completamente que estaba en un plató. Por un instante, el entorno físico dejó de existir. Todo era intenso, mágico, emotivo”.
   Esta secuencia no fue la única elección artística de Josie Rourke que daría forma a MARÍA REINA DE ESCOCIA. Estaba convencida de que la clave para un buen casting estaba en encontrar al actor idóneo para el papel sin tener en cuenta razas o ascendencias. Por eso reunió a actores muy diferentes para encarnar el pasado de Escocia e Inglaterra.
   “Durante las pruebas con algunos de los actores hubo momentos muy emotivos porque muchos me comunicaron que nunca se les había dado la oportunidad de encarnar a personajes de época”, recuerda la directora. “Están entre lo mejor de Gran Bretaña y muchos son grandes talentos del teatro clásico, han trabajado en obras de Shakespeare, pero nunca les ofrecen esos papeles para la gran pantalla. Para algunos significó cumplir un sueño. Y yo estaba interesada en trabajar con actores con tanto potencial por descubrir en la gran pantalla”.
   La visión artística de Josie Rourke también abarcaba las vidas personales de los cortesanos, sobre todo la relación de la reina con Rizzio. Históricamente hablando, Rizzio era el centro de la corte de María, y a menudo se unía a los juegos y mascaradas de las Cuatro Marías, las principales damas de compañía de la reina (interpretadas por Maria Dragus, Izuka Hoyle, Eileen O’Higgins y Liah O’Prey). Algunos de estos juegos quizá fueron demasiado íntimos dando pie al rumor de que estaba muy cerca de María.
   Sin embargo, lo que se ve en la pantalla es la relación entre Rizzio y el rey consorte Darnley. “Se sabe que Darnley y Rizzio tuvieron una breve relación sexual”, dice John Guy. “Darnley era bisexual, como estaba de moda en la época entre los jóvenes cortesanos hedonistas de Francia. Los escritores contemporáneos usaban dobles sentidos para indicar las tendencias sexuales; por eso, cuando describían a Darnley como un ‘great cock chick’ (El pollo de gran polla), lo hacían intencionadamente. Poco tiempo después de casarse con María, se hablaba a Rizzio como el ‘único gobernador’ de Darnley, o también como el hombre ‘que todo lo trabaja’. Rizzio fue el amante de Darnley e incluso se les pilló juntos en la cama”.

HABLANDO DEL RODAJE...
   Antes de que empezara el rodaje, la directora Josie Rourke insistió en que hubiera dos semanas completas de ensayos para que el reparto pudiera hacerse con las figuras históricas que debía encarnar. “Josie tenía un truco brillante para ayudarnos a meternos en el papel y unir al elenco”, recuerda Saoirse Ronan. “Debíamos pensar que éramos jóvenes enamorados por primera vez, que estábamos inseguros y que nos enfrentábamos a situaciones desconocidas. Lo llevó todo a un nivel muy humano y nos hizo olvidar que éramos reinas. Solo éramos personas que vivían emociones humanas. Fue fascinante porque tuvimos dos semanas para explorar estos sentimientos”.
   La actriz añade que tener la oportunidad de hablar con John Guy durante el periodo de ensayo fue muy útil. “Sus conocimientos de la época son literalmente enciclopédicos”, dice. “Nunca olvidaré lo que leí en su libro. Parece ser que cuando ejecutaron a María, el golpe erró y el hacha le dio en el cráneo. Fue horrible. En el momento en que, por fin, la cabeza se separó del cuerpo, estaba rezando. Los presentes dijeron que sus labios siguieron moviéndose como si rezase. Me pareció increíble. Es una perfecta metáfora de su tenacidad y de su aguante”.
   Durante el periodo de ensayo, los actores también trabajaron con el coreógrafo Wayne McGregor y la asesora de movimientos Sarah Dowling. “Basta con pensar que el 80% de nuestra comunicación no es verbal para darse cuenta de que el comportamiento físico es de suma importancia, sobre todo en una película de época”, explica la asesora. “Mi tarea era equiparar el lenguaje físico con el narrativo. Queríamos proponer opciones a los actores para permitirles que exploraran físicamente cómo decir el diálogo. El abanico es amplio, desde los bailes hasta la violencia pasando por el amor. El cuerpo nunca miente, e intentamos asegurarnos de que disponíamos del criterio correcto para mejorar la escena”.
   Margot Robbie ya había trabajado en 2016 con Wayne McGregor en La leyenda de Tarzán y reconoce que la ayudó muchísimo. “Gracias a él aprendí a adaptarme a los trajes y a los corsés. Había jurado no volver a hacer un papel que requiriese llevar un corsé porque son muy incómodos, pero me hizo cambiar de opinión. Me dijo que lo aceptara, que pensara que era una jaula que podía servirme de armadura. También que era un recordatorio para no bajar la guardia y que simbolizaba muchas cosas”.
   Las secuencias de baile son obra de Wayne McGregor. “No son auténticos bailes del siglo XVI”, dice. “Josie no quería que fueran bailes de época. La mascarada es una serie de bailes para componer la historia de Diana y Acteón tal como se contaba en el Renacimiento. Queríamos narrar el mito físicamente en poco más de dos minutos. Los otros bailes son inventados, basados en el ritmo de la pavana, un baile lento, al estilo de una procesión, pero con un lenguaje físico muy diferente. Empezamos a trabajar con los actores para encontrar algo en su carácter físico que encajara con la manera en que querían interpretar el papel. Esa fue la base a partir de la que trabajamos. En vez obligar al actor a adaptarse al baile, preferimos encontrar un método para dejar que su cuerpo surgiera a través del baile y nos contara algo”.
   Josie Rourke y Beau Willimon dieron mucha importancia a los idiomas que se hablaban en las dos cortes. Le pidieron a Saoirse Ronan que hablara con marcado acento escocés cuando querían dar a entender que María y los demás hablaban en escoces de las Tierras Bajas, el idioma principal de la corte escocesa. En otros momentos, María y sus damas de compañía hablan en francés por los muchos años que estuvo en Francia. Saoirse Ronan aprendió francés para la película, y a la directora Josie Rourke le gustaba la idea de que el francés fuera el idioma privado de María.
En total se hablan cinco idiomas en la película: inglés con acento británico en la corte inglesa e inglés con acento de las Tierras Bajas en la corte escocesa; francés con algunos modismos típicos de la época, para lo que la directora consultó con un experto en el Renacimiento; latín, cuando María reza al principio de la película; la frase en italiano que pronuncia Rizzio y, finalmente, un joven soldado de las Tierras Altas se expresa en gaélico escocés.
   Saoirse Ronan aprovechó el periodo de ensayo para pulir el acento escocés de María. “Hablo con un marcado acento escocés en toda la película, y cuando no hablo en escocés, lo hago en francés”, dice la actriz. “María casi nunca hablaba en inglés británico. Quería que el acento de María, a pesar de notarse, fuera algo más suave. Me quedé encantada cuando David Tennant, que es escocés, me dijo que mi acento era muy bueno. Me ayudó mucho estar rodeada de actores escoceses, Jack Lowden, James McArdle, Martin Compston”.
   Los productores y Josie Rourke sabían que era importante rodar en decorados naturales de Escocia e Inglaterra siempre que fuera posible. La catedral de Gloucester sirvió para rodar los patios y pasillos de Hampton Court. La cripta de la catedral hizo las veces de la celda donde encierran a María antes de su ejecución.
   “Es curioso, pero Braveheart no se rodó en Escocia a pesar de ser una de las grandes historias del país”, dice la productora Debra Hayward. “Pero nosotros sí estábamos decididos a rodar allí, aunque representaba un reto llevar a un equipo técnico de ese tamaño, actores con ropa de época, caballos, carros y armas a algunos decorados realmente alejados. María recorrió Escocia y pernoctó en muchos castillos. Queríamos recrear sus movimientos, además de situar la película espiritual y geográficamente en su país de origen”.
   “Si se hace una película acerca de María, reina de Escocia, hay que rodar en Escocia”, añade el productor Tim Bevan. “El paisaje escocés tiene mucho que ver con la forma de ser de María Estuardo. En contraste, queríamos que el mundo de Isabel fuese mucho más interior y nunca la vemos en el exterior. Siempre está en un decorado formal, en una corte ordenada, mientras que el mundo de María tiene una textura mucho más terrenal”.
   Rodar la película fue una experiencia reveladora para Josie Rourke. “Físicamente se convirtió en una experiencia extraordinaria, emocionante, me llenó de energía. Nunca había contado una historia en un entorno al aire libre”, reconoce la directora. “Queríamos rodar todo lo que pudiéramos en Escocia. Mostrar a María en su entorno y lo que este significa para ella. A medida que avanza la historia, empieza a entender mejor y a amar a su país, y para eso debía ver con sus propios ojos los paisajes épicos. Escocia es un país extraordinario, a la altura de la historia y de lo que le ocurre a María. Queríamos mostrar al país en toda su gloria”.
   Escocia es famosa por la belleza de sus agrestes paisajes, pero también por una meteorología de la que nadie puede fiarse que creó algunos problemas durante el rodaje. “Para que fuera factible, acordamos rodar hiciera el tiempo que hiciera”, explica Josie Rourke. “Pero una mañana no podíamos ver nuestra mano si extendíamos el brazo. Eso nos hizo perder unas horas. Nunca había visto caer la lluvia lateralmente. Es una sensación extraña y no particularmente cinematográfica, pero funcionó. Rodar en exteriores produce una cierta euforia. Y si sale bien, no hay nada comparable”.
   Saoirse Ronan está de acuerdo: “Bastaba con estar en Glen Coe en las Tierras Altas para sentir la energía, era increíble. Maria está conectada a la tierra, siente que es parte del mundo que la rodea. Fue asombroso intentar transmitir esa sensación rodando en Escocia”.
   El diseñador de producción James Merifield se encargó de construir decorados en los estudios Pinewood que estuvieran a la altura de los maravillosos paisajes escoceses. “Se me ocurrió casi inmediatamente que la forma de ampliar la película era abrazar el extraordinario paisaje escocés”, dice. “Por ejemplo, el decorado del palacio de Holyrood en Pinewood está construido a una escala épica. Es muy alto y ancho, parece salir de la misma tierra. Asimismo, el magnífico patio de la catedral de Gloucester debía tener su equivalente en la alcoba de Isabel. Nada podría ser peor que una yuxtaposición entre el decorado natural y el plató. La transición debe ser perfecta, no puede notarse”.
   El diseñador se inspiró en el imponente castillo Blackness, cerca de Edimburgo. “Me sorprendió que fuera tan orgánico”, dice. “Toda la arquitectura parece salir de la roca, y acabé construyendo decorados que dan esa impresión. Quería que María viviera en un espacio orgánico, vivo, que respirase”.
   El rodaje fue mucho más llevadero gracias a la camaradería que nació espontáneamente entre las actrices, los actores y la directora Josie Rourke. “Saoirse y Margot han alcanzado la cima del arte de la interpretación”, dice la cineasta. “Es mi primer largometraje, pero se esforzaron en entender lo que quería obtener de una escena y pusieron su arte a mi disposición, fue asombroso. Me sentí muy inspirada por su madurez y generosidad”.
   Margot Robbie solo tiene elogios para la directora. “Es muy inteligente, intuitiva y perspicaz”, dice. “No se puede pedir más a una directora. Le importa mucho lo que hace, estudió a fondo los personajes y sus relaciones, lo que me permitió entender muchas cosas. Lo sabía todo y se había preocupado de entrar en la psique emocional de los personajes”.
   “Josie fue genial. Todavía me cuesta creer que sea su primer largometraje”, dice Adrian Lester. “Tenía muy claro lo que quería y sabía comunicarlo. La fotografía, el vestuario y el maquillaje nunca se alejaron de su visión. Es asombroso y se palpa al ver la película. Basta con congelar cualquier fotograma para ver un cuadro renacentista. Disfruté aún más porque era la primera vez que trabajaba en una película de época”.
David Tennant también admira la visión y liderazgo de la directora. “Creo que Josie es una increíble narradora”, dice. “Sabe cómo describir a los personajes y abrir las escenas. En las películas de época siempre está el peligro de que se conviertan en un puñado de hombres gritándose. Pero está claro que no era la perspectiva de Josie”.
   Saoirse Ronan y Margot Robbie también se ganaron el respeto de sus compañeros. Hablando de la primera, Ian Hart dice: “Creo que nunca había trabajado con una actriz tan buena. Tiene algo único. Puede ser increíble ver trabajar a alguien que realmente sabe lo que hace. Y ella es así, tiene un don maravilloso”.
   Ismael Cruz Cordova está totalmente de acuerdo: “La mayoría de mis escenas son con Saoirse. Fue una experiencia maravillosa que me enriqueció mucho. También tuve ocasión de verla trabajar con otros, es fantástica. Creo que acabé siendo mejor actor gracias a ella”.
“Saoirse es una de las mejores actrices del momento”, añade Jack Lowden. “No creo que haya ninguna que la supere a pesar de su juventud. Era capaz de meterse en la piel de la reina sin pensarlo, de pronto se hacía vulnerable. No interpretaba gracias a la ropa y el trono, se convertía en el ser humano que fue su personaje”.
   Guy Pearce reconoce que el trabajo de Margot Robbie le impresionó. “Margot es encantadora”, dice. “Siempre está tranquila, tiene un gran sentido del humor. También es muy sincera sobre lo que sabe y no sabe. Me gustó mucho trabajar con ella, ver cómo se metía en el papel y pasarlo realmente bien”.

EL DISEÑO DE LOS PEINADOS Y EL MAQUILLAJE...
   La diseñadora de vestuario Alexandra Byrne estaba muy familiarizada con el vestuario de la época isabelina. “Crecí en Stratford upon Avon, rodeada de las obras de Shakespeare”, confiesa la diseñadora, ganadora de un Oscar® por su trabajo en Elizabeth: La edad de oro. “Me parece una época maravillosa porque me permite ser históricamente correcta, pero a la vez tampoco se sabe todo y mi interpretación puede ser creativa”.
   Alexandra Byrne se ocupó de las dos entregas de Elizabeth, pero tuvo muy claro desde un principio que quería algo diferente para MARIA REINA DE ESCOCIA. “Fue una reacción instintiva cuando leí el guion”, recuerda. “Debía ser diferente porque se trataba de otro recorrido. Josie me dijo que mi instinto estaba acorde con el suyo y empezamos a trabajar a partir de esa idea”.
   “La estructura de la película se basa en imágenes de ambas cortes, por lo que las reinas siempre se ven en el contexto de la otra”, explica la diseñadora. “Pensé que el estilo de Isabel sería estratégico, con eso quiero decir que debió ser la primera persona en darse cuenta de la importancia de las relaciones públicas. María me daba la sensación de ser más pragmática. Un poco como si tuviera unas cartas y se preguntara cómo conseguir ganar la partida”.
   La diseñadora se centró sobre todo en el vestuario de las dos reinas, pero no por eso dejó de lado los atuendos masculinos, a los que imprimió una sensación algo más contemporánea. “Quería que los hombres del siglo XVI fueran sexy y busqué telas que mejoran con el uso”, dice. “Al igual que un vaquero favorito, la ropa del siglo XVI debía amoldarse al cuerpo por el sudor y la lluvia. Eso me llevó a la tela vaquera. Además, aportaba un toque moderno a la ropa dentro de la narración de época. La mayoría de actores masculinos llegaban a las pruebas de vestuario un poco nerviosos por la idea de vestirse al estilo isabelino, convencidos de que deberían llevar zapatillas, pantalones bombachos y leotardos. Me divertí mucho viéndoles relajarse con prendas de tela vaquera y empezar a pavonearse”.
   “En mi caso, el vestuario me ayuda a construir el personaje”, dice Ismael Cruz Cordova. “La estructura de la prenda obliga a mantenerse recto, pero no es incómoda porque la tela vaquera se adapta a la forma del cuerpo. En muchas ocasiones, el vestuario de una película de época es rígido e incómodo, pero estas prendas nos permitían movernos libremente e incluso aportar un toque algo más contemporáneo”.
   La estilista y diseñadora de maquillaje Jenny Shircore, ganadora del Oscar® por Elizabeth, colaboró con Alexandra Byrne. “Siempre es fantástico trabajar con ella”, dice. “Los diseños de Alex son brillantes, sabe darles un toque moderno y atrevido, lo que nos permitió jugar con los peinados y modernizarlos un poco, especialmente para María. Decidimos que los hombres escoceses serían más barbudos, acorde con el entorno en que viven. La corte inglesa tiene un aspecto más cuidado”.
   Jenny Shircore se esmeró mucho con el maquillaje de Margot Robbie para que reflejara las marcas dejadas por la viruela. “La viruela deja marcas en la cara de Isabel y eso nos permitió tomar un camino muy diferente al escogido para Cate Blanchett en Elizabeth”, explica. “Queríamos dejar claro que se trataba de Margot Robbie, desde luego, pero que realmente era el personaje”.
   Margot Robbie reconoce que el vestuario, el peinado y el maquillaje ayudan a meterse en la piel de un personaje, pero su experiencia en MARÍA REINA DE ESCOCIA fue especial. “Es fantástico trabajar con Jenny Shircore y Alex Byrne, no solo porque son premiadas diseñadoras, sino porque ya habían explorado el personaje en las dos entregas de Elizabeth. Lo sabían todo sobre la reina, y eso nos permitió ir un poco más allá y tomar otra dirección”.
   “Poseen una documentación enorme”, añade la actriz. “Alex Byrne se molestó en documentarse acerca de los monstruos marinos, ya que en esa época se creía en su existencia. Luego los incorporó al vestuario de Isabel; cada detalle tenía una razón de ser y servía de algo. Al saberlo, cada vez que me vestía, todo cambiaba. Del mismo modo, los peinados y el maquillaje de Jenny me ayudaron mucho porque me permitían ver la transformación de mi personaje. Pude construir el arco emocional por el que pasa”.
   “La ropa obliga a adoptar otra postura por el corsé, el peso de la falda, las joyas”, explica Saoirse Ronan. “Mi forma de andar en la película se debe al vestuario. Alex y Jenny habían trabajado en Elizabeth, conocen el periodo a la perfección y querían hacer algo diferente sin que fuera ridículo. Las prendas y los peinados son fieles a la época, pero con un toque añadido que me gustó”.
   “Aunque María tenía el pelo castaño, se decidió que sería pelirroja para acentuar el contraste entre Isabel y ella”, añade. “La ropa de María va cambiando de color para reflejar la trayectoria de la joven reina. En la playa, al llegar a Escocia, lleva un vestido azul claro, pero los colores oscurecen a medida que avanza la historia”.
   David Tennant también explica que el maquillaje le ayudó a construir su personaje. “El aspecto de John Knox es muy característico”, dice. “Hay una famosa estatua suya en medio de Edimburgo, de niño siempre la veía. Algunos detalles no pueden evitarse, como la larga barba y las túnicas que llevaba. Es la marca del personaje. Si un personaje tiene un aspecto característico, no hay más remedio que aceptarlo, y eso se traduce en pasar un par de horas en la silla de maquillaje mientras te colocan una barba postiza. Pero siempre sirve para realzar la autenticidad del personaje. El público decidirá si interpreto a la barba o la barba me interpreta”.
   La atención al detalle también se trasladó a los numerosos figurantes. “Ningún extra lleva el mismo traje”, dice Alexandra Byrne. “Los uniformes no existían y no quería que parecieran uniformados”, dice la diseñadora. “Tanto en la corte escocesa como en la inglesa veremos unas 25 prendas diferentes que encargamos a fábricas de Polonia, Inglaterra e India”.
   Laura Solari se ocupó de los peinados y del maquillaje de los figurantes. Para ella, lo peor fue el mal tiempo. “Tuvimos que usar maquillaje resistente al agua para luchar contra el mal tiempo escocés porque hubo días que no paró de llover”, explica. “Volvían a maquillaje con las barbas despegándose y el pelo totalmente liso porque estaban empapados. Solo nos quedaba secarlos, pegar barbas y rizar pelos”.
   Con más de doscientos figurantes en numerosas escenas, además de un importante reparto, Solari debió organizar a su equipo con precisión militar para que todos estuvieran listos a tiempo. “Calculé que necesitábamos veinte minutos por persona”, dice. “Llegaban en dos turnos desde las cinco de la mañana. Cada sesión nos llevaba tres horas entre pelucas, maquillaje, barbas y bigotes. Conseguir un aire isabelino lleva tiempo. En cuanto a los escoceses, algunos extras enseñaban las rodillas porque llevaban kilts y había que ensuciarlos para que encajaran con los trajes”.
Uno de estos extras era el mismísimo John Guy. “Me lo pasé realmente bien”, recuerda. “Mi personaje se llama ‘Obispo 1’. No tenía un nombre concreto porque no se sabe qué obispo casó a María y a Darnley. Es extraño, pero ningún documento histórico lo menciona. Estoy en la escena del banquete, a un lado de la mesa principal. No me lo habría perdido por nada del mundo”.

INSUFLAR VIDA A LA HISTORIA...
   Hace años que la actriz irlandesa Saoirse Ronan se comprometió a interpretar a María Estuardo; de hecho, firmó el contrato cuando tenía 18 años para una versión totalmente diferente. “Siempre he sentido una conexión con Escocia y su historia, quizá porque hay muchas similitudes entre la historia de Escocia y la de Irlanda”, dice la actriz, que ahora tiene 24 años. “La idea de encarnar a una reina que representa tanto para el pueblo escocés y con una historia semejante me atrajo desde el principio. Como intérprete me parece un papel brillante y siempre supe que era afortunada por haberme escogido. No tenía la menor intención de abandonar, estaba convencida de que era cuestión de tiempo”.
   Tim Bevan y Eric Fellner conocen a Saoirse Ronan desde que empezó a trabajar, ya que en 2007 produjeron Expiación. Más allá de la pasión. La película la catapultó a la fama y fue nominada a un Oscar® por el papel de Briony Tallis. “Estaba seguro de que Saoirse, como actriz, tenía todo lo que necesitaba para el retrato de María, reina de Escocia”, dice Tim Bevan. “Sobre todo porque tiene acero dentro. La única otra persona que conozco con acero dentro es Cate Blanchett cuando rodó Elizabeth. Conocemos a Saoirse desde que era una niña, trabajó en Expiación. Más allá de la pasión. Hemos seguido la evolución de su carrera. Saoirse es asombrosa, se convierte totalmente en el personaje que interpreta. Está muy bien que hayamos tardado unos años en hacer la película porque ahora está en la edad perfecta para el papel”.
   Encontrar a otra actriz que captara la atención del público igual que Saoirse Ronan como María fue crucial. La cineasta Josie Rourke tuvo claro desde el principio que Margot Robbie era la persona ideal. La actriz australiana fue muy aplaudida en éxitos de crítica y comerciales como El lobo de Wall Street, antes de ser nominada a un primer Oscar® por el papel protagonista de Tonya Harding en la película Yo, Tonya. La directora escribió personalmente a la actriz explicándole por qué quería que interpretara a Isabel I de Inglaterra.
   Pero Margot Robbie no estaba del todo segura de poder interpretar a un personaje tan icónico. “Me sentí realmente intimidada por la idea, sobre todo porque la última actriz que fue Isabel en la gran pantalla es la que más admiro, Cate Blanchett”, reconoce Margot Robbie. “Josie me explicó que en este caso debía interpretar a Isabel de muy joven. Cuando conseguí dejar de pensar en ella como una reina y solo la vi como una mujer, pude identificarme y comprenderla. Pero asumí con absoluta ingenuidad que su vida había sido fácil, a pesar de una infancia bastante traumática. Su vida tampoco fue fácil cuando subió al trono. Pasé bastante tiempo con John Guy, que me lo explicó todo en detalle y me contó cosas personales y más íntimas de la vida de Isabel”.
   “Me entusiasmó la idea de trabajar con Josie, Saoirse y Debra”, añade Margot Robbie. “Una directora, una protagonista y una productora. El papel me daba un poco de miedo, pero el proyecto me pareció una oportunidad asombrosa”.
   Además de las dos reinas en las que se centra el relato, Josie Rourke y los productores también incluyeron a muchos más actores para encarnar importantes papeles históricos, como Moray, el medio hermano de María, que gobernó Escocia los años anteriores al regreso de esta a su país. Moray no se alegra mucho de ver a su hermana en Escocia después de la muerte de su marido en 1561.
   “Al comienzo de la película, Moray es el regente y espera que María no sea más que una marioneta”, dice el actor James McArdle. “Se ha esforzado en conseguir la paz y la estabilidad, el pueblo le quiere. No esperaba que María llegase con tanta vitalidad y energía; y tampoco contaba con que su hermana fuera inteligente y pragmática. Es un personaje político, astuto, brillante incluso, y le cuesta controlar los sentimientos que le despierta su hermana. Moray es hijo ilegitimo y necesita reafirmarse. Sabe que él es la persona idónea para gobernar”.
   Pero María no tiene intención de ser una figura decorativa. Está decidida a gobernar y a seguir siendo católica. Ahora bien, sabe que debe actuar con prudencia, por lo que promete respetar todas las religiones e incluso reconocer a su prima, la protestante Isabel, como reina de Inglaterra. María pide heredar el trono inglés si Isabel muere sin descendencia. Es una idea brillante, una oferta de hermandad, pero los hombres que rodean a Isabel, en especial su principal consejero, Cecil (Guy Pearce), se proponen impedirla como sea.
   Las decisiones que toma María no tardaron en molestar a los hombres más poderosos de su corte, entre ellos Lord Maitland, al que encarna Ian Hart. “Maitland equivalía a un secretario de Estado, el puesto más alto de la corte escocesa”, explica el actor. “Él mandaba en el país en ausencia de María. Había un regente, pero gobernaba por mandato del Parlamento. María llegó con otras ideas. El autor John Guy describe mi carácter como el Maquiavelo escocés. Desde luego, no es un ser simpático, pero su familia tenía poder. Debía de ser una persona inteligente si consiguió salvarse cuando todos cayeron, no cabe duda de que era astuto”.
   Otro poderoso enemigo de María era John Knox, el líder de los protestantes escoceses, al que da vida David Tennant. “Había dedicado su vida a erradicar el catolicismo, por lo que llega a la corte de María con grandes reservas porque ella trae el catolicismo a Escocia y también porque no era un entusiasta de las mujeres en el poder”, explica el actor, hablando de su personaje. “Mirando hacia atrás, da la impresión de ser un dinosaurio sin pulir, pero estaba convencido de que Dios le apoyaba”.
   Los hombres de las dos cortes especulan sobre si María volverá a casarse. En Inglaterra, Cecil presiona a Isabel para que escoja un marido y dé un heredero al trono. William Cecil cree que el regreso de María a Escocia hace aún más necesario que Isabel se case porque teme que María tenga un hijo antes que ella. Pero Isabel se resiste; sabe que cualquier marido intentará dominarla y hacerse con el trono. Le basta la relación íntima que mantiene con el cortesano Dudley (Joe Alwyn), y este sabe que Isabel nunca se casará.
   “Robert Dudley e Isabel crecieron y sufrieron juntos”, explica Joe Alwyn. “Ambos estuvieron encerrados en la Torre de Londres al mismo tiempo y conocieron la adversidad cuando eran muy jóvenes. El amor de Robert por Isabel es más fuerte que cualquier cosa y siempre le será leal”.
   “Me impresionó su sentido del bien y su lealtad”, añade el actor. “Creo que todo el mundo sabía que eran amantes. No sé si había otras mujeres en su vida, pero ella era la favorita. Pasaba mucho tiempo en su alcoba, lo que causaba fricciones con otras personas”.
   En Escocia, María sintió un gran afecto por el músico David Rizzio (Ismael Cruz Cordova), y prefería su compañía a la de los nobles, lo que intranquilizaba a la corte. “David Rizzio empieza como un simple músico en la corte de María, reina de Escocia, pero no tarda en convertirse en su confidente y mano derecha”, explica Ismael Cruz Cordova. “Rizzio tiene algo de gato, no es de un solo color, posee un aura de misterio, mucho encanto y coquetea descaradamente. Es un espíritu rebelde adelantado a su época”.
   William Cecil le pide a Lord Randolph (Adrian Lester), entonces embajador inglés en Escocia, que le sugiera a María que se case con un súbdito inglés, lo que permitiría a Inglaterra controlar sus decisiones. María descarta la sugerencia con mucha sabiduría política y estilo. Lord Randolph queda impresionado y declara que María es “temible”.
   “Un papel secundario solo merece la pena si el personaje afecta a la trama y si tiene la oportunidad de equilibrar tensiones en la historia”, dice el actor. “Al leer el guion, supe que tenía la oportunidad de hacer ambas cosas. La posición de Thomas Randolph entre las dos reinas no era nada cómoda. Debía seguir las instrucciones de una y, al mismo tiempo, esforzarse en obtener el favor y manipular a la otra, respetando siempre a María en su posición de reina”.
   Al recibir el informe de Lord Randolph, Isabel I decide que Robert Dudley debe casarse con María. Este no está de acuerdo, pero la reina le explica que así podrían controlar la corona escocesa. María rechaza a Dudley e insiste en reunirse con Isabel, tal como habían quedado, para hablar seriamente de la posibilidad de reconocer a María como heredera si falleciera Isabel. Esta cae enferma de viruela y cancela la reunión. Al enterarse de una posible enfermedad fatal de Isabel, la reina de Escocia acepta casarse con Dudley siempre que sea nombrada heredera de la corona inglesa.
   Isabel I sobrevive a la viruela, y Maria encuentra otro pretendiente, Lord Darnley (Jack Lowden), un noble inglés, católico y de linaje escocés que también tiene derecho a reivindicar el trono inglés. Si se uniesen en matrimonio, dos católicos y dos pretendientes al trono inglés representarían una amenaza muy clara para Isabel I. Los ingleses intentan impedir la unión. Moray también está en contra y deja la corte en señal de protesta, amenazando con una rebelión. A pesar de todo, María se casa con Darnley, pero no es el esposo ideal. Quiere dominar a María y ser rey de Escocia.
“Darnley era uno de los pretendientes de María, reina de Escocia, pero también un heredero al trono de Inglaterra”, explica Jack Lowden. “Heredará una inmensa propiedad en Escocia porque su padre es escocés, aunque él nació en Yorkshire, Inglaterra. Darnley es ambicioso, no se queda escuchando y suele ser el centro de atención. Estaba convencido de su habilitad política, pero también tenía vicios, el sexo, la bebida y, sobre todo, el hambre de poder”.
   “Ahora mismo hay mucho talento entre los jóvenes actores británicos”, dice la productora Debra Hayward. “Sabemos que hemos tenido mucha suerte al encontrar actores para los papeles masculinos. Joe Alwyn, James McArdle y Jack Lowden son los tres mejores actores de su generación en Gran Bretaña”.
   María no tarda en descubrir que su marido está más interesado en Rizzio que en ella, y que su esposo y su mejor amigo la han traicionado. Su matrimonio es inexistente y el reino peligra. William Cecil convence a Isabel I de que apoye una rebelión encabezada por Moray contra María Estuardo.
   El papel de William Cecil, el principal consejero de Isabel I durante 40 años, atrajo a Guy Pearce. “Era un político sutil y delicado, pero implacable cuando hacía falta”, dice el actor. “Su objetivo principal era que ella siguiera en el trono, aunque también quería alejar a toda costa el catolicismo de la monarquía inglesa. La relación entre Cecil e Isabel empezó mucho antes de que ella fuera reina, podría compararse a una relación entre padre e hija. Además, era un hombre respetado y un marido afectuoso. Creo que Isabel admiraba su ética y su habilidad como político”.
   Asistida por el leal comandante Bothwell (Martin Compston), María lidera las tropas escocesas y ataja la rebelión, venciendo a su medio hermano Moray. María es carismática, eficaz, y sabe unir a protestantes y católicos para que defiendan su causa.
   A continuación, María decide tener un heredero, ya que eso le daría derecho al trono inglés si Isabel fallece sin hijos. Obliga a Darnley a dejarla embarazada. El embarazo le confiere más poder y se lo quita a Darnley. Cuando nazca su hijo, no tendrá necesidad de tenerle como marido. También le permite dominar a los hombres de la corte, cuyo resentimiento crece a medida que aumenta el poder de la reina.
   John Knox y Lord Lennox, el padre de Darnley, están decididos a hacer caer a la reina escocesa. Lennox se reúne con Moray, que ha huido, y junto con Maitland y Knox lanzan el falso rumor de que la reina tiene una relación adúltera con Rizzio. Convencen a Darnley de que es verdad y firma un acuerdo con otros cuarenta lores para matar a Rizzio.
   Rizzio es asesinado brutalmente delante de la reina embarazada de siete meses mientras está en sus aposentos. Ponen a María bajo arresto domiciliario y Moray regresa para gobernar el país. María es lo bastante hábil como para manipular a Darnley y derrota esta segunda rebelión. Con la ayuda de Bothwell vuelve a levantar un ejército obligando a someterse a su hermano y a Maitland.
   Da a luz a Jacobo, heredero al trono de Inglaterra y de Escocia. En un gesto de hermandad y de genio político, escribe a Isabel y le pide que sea la madrina de Jacobo. Esto hace que Isabel considere la posibilidad de nombrar heredero a Jacobo, a pesar del enfado de William Cecil.
   María perdona a Isabel, a Moray y a Darnley. A pesar de que sus consejeros y Bothwell le piden que exilie a Darnley, solo le condena a vivir en otro lugar bajo guardia permanente.
   Es entonces cuando empieza la tercera trama contra María. Maitland manipula a Bothwell y le hace creer que María necesita un marido fuerte. Bothwell trama matar a Darnley y secuestrar a María para obligarla a casarse con él. Entretanto, Knox y Maitland implican falsamente a María en el asesinato de Darnley y la tachan de ramera por haberse desposado con Bothwell.
   “Lord Bothwell fue el tercer marido de María”, dice Martin Compston. “Históricamente era su protector, pero acabó secuestrando a María para obligarla a casarse con él porque también quería ser rey. Me gustó su desprecio por todos los conspiradores, por las puñaladas traperas y los traidores. Bothwell se presenta tal como es”.
   La reputación de María queda destruida. El rumor que ha hecho correr Knox ha entrado en la imaginación del pueblo, y la reina no puede levantar un ejército para vencer a Maitland y a su hermano Moray, que ha vuelto a alzarse en su contra. Es más, Moray ha secuestrado al pequeño Jacobo y tiene intención de gobernar como “protector”, al igual que hizo en ausencia de María.
   “La película va mucho más allá de la decapitación de una reina”, añade el actor James McArdle. “Sigue siendo relevante y contemporánea gracias a temas universales como la familia, el amor y la traición. Examina a dos líderes femeninas enfrentándose al patriarcado, a la misoginia y al chauvinismo que les rodea”.
   Seguimos a María en su huida a Inglaterra. Para una de las grandes escenas de la película, el guionista Beau Willimon y la directora Josie Rourke imaginaron una reunión entre las dos reinas. Cuando se ven por primera vez, María le pide a su prima el apoyo militar necesario para desplazar a los hombres que le han vuelto a robar el trono. Isabel lucha con su conciencia. Siente una profunda fraternidad con María, pero no puede desafiar a los poderosos lores protestantes. El sentimiento de superioridad de María hace que se declare reina de Inglaterra delante de Isabel. Esta se va y empieza el largo encarcelamiento de María en Inglaterra.
   Beau Willimon considera que esta escena es la “verdad emocional” de la historia. Se basa en las numerosas cartas que intercambiaron las dos reinas, en especial una descubierta por el Dr. John Guy cuyo contenido demuestra que la fraternidad entre ambas se mantuvo incluso durante el cautiverio de María.
   En la última escena, Isabel I firma la orden de ejecución de su prima. Se han descubierto unas supuestas cartas escritas por María en las que urde una trama contra la vida de Isabel. María es ejecutada por traición en 1587. Vemos la escena a través de lo que Isabel imagina. A medida que la reina inglesa envejece hasta llegar a la imagen que todos conocemos, María sigue siendo la joven reina a la que Isabel vio por primera vez hace más de veinte años. El reinado de Isabel duró casi 45 años. María fue decapitada y alcanzó la inmortalidad como una mártir, un icono, y como la madre de Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, el primer rey que unió a los dos países.
   “Es muy fácil sentirse atraído por esta historia”, dice Margot Robbie. “Lo más importante son los personajes. Nos olvidamos rápidamente de que pertenecen a la realeza y solo los vemos como personas. Además, la política de género es un tema de actualidad. Es interesante explorar un mundo diferente, una época distinta de la que quizá no se sepa mucho, pero también es importante conectar y ver las cualidades humanas de los personajes. Es una historia conmovedora e importante”.
   “María me ha tocado como pocos personajes lo han hecho”, reconoce Saoirse Ronan. “Me ha hecho más fuerte. Siempre debemos tomar decisiones difíciles, pero es muy tranquilizador ver que alguien joven con una posición tan importante tiene las mismas dudas que cualquiera. El hecho de que sea reina no significa que no se sienta vulnerable y pase miedo. María aceptaba la responsabilidad y buscaba un camino propio. Interpretar a un personaje semejante fue realmente inspirador”.

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