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La película israelí "Ha-hov" (La deuda), dirigida por Assaf Bernstein y producida por Eitan Evan, se estrenó en 2007 y fue nominada a cuatro premios de la Academia de Cine Israelí.
El productor Eduardo Rossoff se dio cuenta inmediatamente de que era la película perfecta para un remake en inglés, por su doble trama basada en secretos del pasado.
Seis meses después, los productores presentaron el guión al director John Madden. Le pareció “una historia muy visceral, donde había mucho en juego, tanto emocional como moralmente, con unas caracterizaciones muy estudiadas.
John Madden estaba convencido de que el casting del trío de jóvenes agentes aportaba mucho al thriller. “Quedaba por desarrollar la química entre ellos”, dice. “Para esta película, además de ensayar los diálogos, hubo que ensayar un componente físico muy especial”.
El rodaje se realizó en orden cronológico, empezando con las escenas del piso franco, durante tres semanas. Eso permitió a los actores conservar la tensión acumulada durante los ensayos entre el cautivo y los captores.
El diseñador de producción Jim Clay dice: “El piso franco se inspira en una serie de cuadros de Francis Bacon en los que plasmó los últimos y desesperados momentos de su amante. Los había visto en la Tate Gallery poco después de que John Madden me mandara el guión. Me pareció que tenían mucho que ver con Vogel: es un prisionero atado en una habitación, se enfrenta a la verdad y al abismo de la muerte. Intentamos recrear esa atmósfera en el decorado, con las paredes oscuras y enmarcando la solitaria figura de Vogel. El director de fotografía Ben Davis lo consiguió a la perfección”.
Después de Londres, el rodaje se trasladó a Budapest para las escenas exteriores de Berlín Este a mediados de los años sesenta. El equipo llegó a la ciudad al final de un invierno especialmente duro y pudo aprovechar el ambiente gélido y la humedad que lo inundaba todo, así como la clara luz invernal. Pero los rodajes nocturnos pusieron a prueba la resistencia de todos, actores y técnicos.
La mayoría de los decorados naturales estaban cerca de una zona céntrica, e incluían los exteriores del piso franco, la clínica de Vogel y una recreación de parte del Muro de Berlín. Jim Clay deja claro que “no se trata del Muro de Berlín icónico que todo el mundo conoce. Es un tramo hecho a partir de bloques de cemento, construido en los sesenta, que divide el barrio en el que está el piso franco”.
Seis semanas después, el equipo se desplazó a Tel Aviv, convirtiéndose en una de las escasas producciones internacionales autorizadas a rodar en Israel en los últimos años.
Tel Aviv en los noventa debía contrastar fuertemente con Berlín Este en los sesenta. El director de fotografía Ben Davis se esforzó en mostrar la ciudad.
En Israel se rodó en el panorámico hotel Dan Acadia, al lado del Mediterráneo; la presentación del libro se filmó en Herzeliya, donde también estaba la oficina de producción, y en el aeropuerto internacional Ben Gurion.
Una vez terminado el rodaje en Israel, el equipo regresó a Budapest para rodar las escenas ucranianas en Lipot, un imponente e intranquilizador hospital a las afueras de Budapest.