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EL PROYECTO...
'Las hijas del trueno' nos aproxima al desconocido y misterioso mundo del cultivo y la cultura de la trufa negra en España.
Algo misterioso desde siempre, una actividad casi residual, pero en constante crecimiento y de la que España es el primer productor mundial. Algo muy desconocido, casi exótico, pero que dejará de serlo en muy poco tiempo. Un producto excepcional que viene de las zonas más despobladas y frías, una actividad sostenible que es más una forma de vida que una forma de ganarse la vida. Las trufas, desde siempre, llamaron la atención por sus singularidades, percibiéndose a menudo como elementos enigmáticos, envueltos en un halo de secreto y dotados de un particular magnetismo, a las que llegaron a atribuirse los orígenes y propiedades más sorprendentes.
Conocida y consumida desde la antigüedad, el documental trata de conocer la realidad de su cultivo y su consumo. Conocer el entorno de productores y perros, muy alejados del concepto de agricultor, reivindicar un cultivo respetuoso con la naturaleza, de conducta caprichosa, cuyo fruto no se ve, se recoge de uno en uno y depende del olfato y habilidad de los animales.
A ese mundo desconocido y caprichoso es al que quiere acercarse este documental. Un mundo de personas. De personas quizá diferentes. Infectadas por la pasión que produce el mundo de la trufa, por el contacto diferente con la tierra y los animales.
El documental se cuenta a sí mismo. No hay un hilo cronológico, ni geográfico, ni una voz de narrador. Poco a poco vamos conociendo protagonistas de los que poco importa su nombre y cuya actitud y conversación, en la suma, nos van dibujando un ecosistema de personas, quizá un poco alejadas de la vida común, quizá “bichos raros” incluso en el mundo rural.
En este ecosistema tan peculiar nos interesa lo natural, lo robado, lo que pasa detrás de la cámara, lo que no está preparado, ni guionizado, en definitiva, las personas, no las declaraciones a cámara. No se buscan las entrevistas ni los bustos parlantes, sino la conversación informal entre los protagonistas. Unos nos llevarán a otros. Así, descubrimos cómo funciona el cultivo de la trufa, pero ese no es quizá, el objetivo principal de este documental y sí el compartir la vida con un grupo de personas cuyo camino en la vida es cuanto menos diferente.
Los personajes principales son la tierra y los árboles, sin cuya colaboración la trufa no es posible. Ellos configuran el paisaje. El paisaje como concepto, con el que los truficultores y sus perros establecen una conexión difícil de entender desde la ciudad. Un vínculo que no se puede explicar con palabras y quizá sí, entenderlo desde la emoción y las sensaciones que pretende trasmitir el documental a través de su narrativa.
También son personajes principales Feli y Javier, truficultores en Ocenilla, Soria. Que no sólo cazan trufa en su plantación ayudados de sus 10 perros y de su cerdita Bulla. También tienen un vivero, donde micorrizan encinas (de una en una) para que cuando crezcan se desarrollen en simbiosis con el hongo de la trufa. Y Tomás y Zuriñe, truficultores en Briongos, Burgos.
O Sacha Hormaechea, fotógrafo antes que cocinero y alma de Sacha, restaurante de referencia en Madrid, que junto a el fotógrafo Pablo Gil nos ayudará a retratar a la trufa en los créditos y en el punto de partida del documental.
O Fetén Fetén el grupo musical castellano que pone la música, pero que también pone pie a tierra en una plantación trufera para entender esa misteriosa relación entre la tierra, los árboles, los perros y sus dueños en busca de la trufa.