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NOTAS DE LA DIRECTORA...
   LA CASA DEL CARACOL es un viaje hacia un universo desconocido, un descubrimiento interior, una historia de amor, un cuento de misterio, incertidumbre, desconcierto, quizá una leyenda llena de sueños y pesadillas.
  Mi viaje al otro lado de la cámara ha ido en paralelo al que vive el protagonista de la película, Antonio Prieto. Como un pequeño capricho del destino, como un montaña rusa de emociones, como un aprendizaje desde dentro hacia fuera, una experiencia que me ha hecho crecer y que me ha transformado. Esa era la ruta que había marcada en mi carta de navegación y que yo desconocía por completo porque nunca conocemos el futuro pero aprendemos de él a cada instante.
  A punto de declararse el estado de alarma en España, un viernes 13 de marzo, salí por la puerta de mi instituto, donde había estado dando clases los últimos veinte años, y donde había sido muy feliz. No miré atrás, di pasos firmes hacia mi coche y, una vez dentro, suspiré y me dije a mí misma: “Vamos a por ello”.
  Igual que Antonio se aleja del camino marcado y va hacia un mundo desconocido para él donde no conoce a nadie en busca de inspiración para su nueva novela. Mi viaje guardaba muchas similitudes con el escritor de la película.
  Dejé muchas cosas atrás pero sabía que la vida solo se vive una vez y yo me iba por un buen motivo, hacer realidad algo por lo que había luchado toda mi vida.
  Lo que vino después ya es de sobra conocido por todos. 98 días de oscuridad, desasosiego e incertidumbre. Ni un solo día dejé de trabajar en LA CASA DEL CARACOL y cada vez la sentía un poquito más mía. Ni un solo día me arrepentí de la decisión tomada, aunque los nervios y la inquietud siempre estuvieron ahí.
  Siempre recordaré el día que los productores Álvaro Ariza y María Luisa Gutiérrez, a los que tanto tengo que agradecer, me comunicaron las nuevas fechas para iniciar el rodaje de la película. Todo comenzaba a moverse, todo empezada a tomar forma.
  Dirigir una película como LA CASA DEL CARACOL ha sido la experiencia más importante que he vivido en toda mi vida. No ha sido un camino de rosas, pero volvería a pasar por él una y otra vez porque he estado tan arropada y tan bien acompañada que me he sentido fuerte y segura para afrontar este reto.
  La historia de LA CASA DEL CARACOL nos lleva a conocer a Antonio Prieto, un escritor que vive una crisis personal y profesional y que decide escaparse a un pueblo aislado para encontrar la paz que necesita para volver a ser el escritor famoso que un día fue. Aquí comienza el viaje de Antonio, en el que conocerá un mundo extraño, oscuro y hostil, con personajes que se alimentan de mitos y supersticiones y que le servirán como inspiración para su novela.
  También se encontrará con Berta, la luz que ilumina la sombra negra que se cierne sobre Quintanar.
Poder trabajar con un elenco como el que tiene LA CASA DEL CARACOL ha sido realmente un regalo de la vida, una de las experiencias más intensas y enriquecedoras de todo el proceso de dirección de la película. Trabajar con Javier Rey y Paz Vega, así como con el resto de actores que iluminan con mayúsculas el cine español y peruano ha supuesto para mí una experiencia, un bagaje afianzamiento y autoconfianza en mí misma. Les doy las gracias porque hemos construido juntos unos personajes muy interesantes y, además, nos hemos divertido haciéndolo.
  Rodar en mi Málaga, junto a muchos compañeros y compañeras que estuvieron conmigo en mis primeros cortometrajes, ha sido otro regalo que me ha dado la vida. Creo que nunca voy a olvidar aquel momento en el que rodábamos una escena muy intensa entre Javier Rey y Carlos Alcántara, los dos actores estaban en estado de gracia, la iluminación era lo más precioso que había visto nunca, el equipo estaba concentrado, cada uno en su sitio, había magia en aquella ermita, había algo extraño, yo lo percibí con mis cinco sentidos y no pude evitar emocionarme.
  Mis lágrimas cayeron por dentro de la mascarilla, los cristales de las gafas se empañaron, tenía la respiración contenida porque no podía romper ese momento y solo pensaba que estaba en la ermita que me había visto crecer, a cinco escasos kilómetros de mi casa, donde tantas veces había ido con mi bicicleta, donde tantos San Isidros festejamos con mis padres, donde había sido una niña libre y soñadora y hoy, allí, en aquella pequeña ermita que había sido el sitio de mi recreo, estaba rodando mi primera película.
  Le debo mucho a LA CASA DEL CARACOL porque han sido muchos viajes dentro de uno solo, ha sido un aprendizaje, un enriquecimiento, un cúmulo de sensaciones difíciles de explicar en estas líneas.
  Gracias a todo el equipo de gente maravillosa que ha estado a mi lado y ha hecho posible hacer realidad nuestra Casa del caracol. Entrad, estáis todos invitados.

DECLARACIÓN DE LA DIRECTORA...
   “LA CASA DEL CARACOL es mi primer largometraje, la consecución de un sueño por el que he luchado muchísimos años, todas mis energías, todo mi aprendizaje acumulado, mis experiencias y mi madurez van a estar implícitos en todos y cada uno de los fotogramas de la película y, además, como decía Bernardo Bertolucci, una película es una especie de crisol donde deben mezclarse los talentos de un equipo y yo estoy rodeada de los mejores”

DECLARACIÓN DEL PRODUCTOR...
  “En los tiempos tan surrealistas que corren, dónde la incertidumbre se apodera de la visibilidad empresarial y dependemos íntegramente de la evolución de la salud mundial que no está en manos de nadie, y haciendo honor al nombre de mi empresa ESTO TAMBIÉN PASARÁ, me hace sentir feliz poner mi granito de arena para la recuperación de nuestra industria consiguiendo que LA CASA DEL CARACOL de motor tras el estado de alarma, a pesar de todos los problemas con los que nos hemos encontrado para hacerlo, teniendo en cuenta que es una coproducción internacional y que cuenta con el traslado de equipo técnico y artístico de otros países y, precisamente conseguir hacerlo en Andalucía, donde nací. También contar con un casting soñado, Javier y Paz -entre los nombres que ahora puedo adelantar, pero también todos los demás- con unos socios de lujo tanto a nivel nacional como internacional y poner todo este proyecto en las manos de una directora novel, también de mi tierra, Macarena Astorga, que, todavía no entiendo cómo nunca tuvo esta oportunidad antes.”

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