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SINOPSIS
Gira alrededor de las deudas pendientes que mantenemos en vida y la importancia de los sentimientos que desarrollamos en ella. Un film donde poesía y drama se entremezclan en esta obra provocando un torrente de emociones, tiernas, ofensivas, pero sobre todo reales...
INTÉRPRETES
KITI MANVER, DANI MURIEL
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NOTAS DEL DIRECTOR...
La apuesta de llevar a la gran pantalla Las heridas del viento, mi texto teatral más personal, surge con el sugerente propósito de adaptar al cine un exitoso montaje con la misma propuesta estilística, los mismos actores, la misma energía y el mismo tono narrativo.
Desde su estreno, la producción española de esta obra ha estado en todas las ternas de premios del sector, algo sin precedentes: Premio Ceres, Premio de la Unión de Actores y Nominada a los Max. ¿Las claves? Un texto universal, un elenco en estado de gracia y una dirección basada en la verdad y la palabra. Sería injusto no añadir la valentía de una actriz que, invirtiendo el rol de género establecido, acepta el reto de afrontar un protagonista, Juan, de sexo opuesto al propio. Y a la luz del reconocimiento de premios y crítica a su interpretación, la decisión no pudo ser más acertada. Nadie más que una actriz como Kiti Mánver, con su calidad artística y su andrógina feminidad, consigue no interpretar magistralmente un personaje homosexual como Juan, sino ser Juan.
Con estos mimbres, del mismo modo que surgió la necesidad de apostar por una producción teatral propia tras los éxitos de las foráneas, nace ahora el convencimiento de fijar cinematográficamente esta historia usando las mismas claves de su éxito precedente: mismos actores y misma apuesta de dirección.
La interpretación:
Uno de los pilares de esta película que hacen que sea un valor seguro en cuanto a su calidad es poder contar con el reparto original de la obra teatral: Kiti Mánver y Daniel Muriel. Ellos son, sin duda, los mejores Juan y David con los que se puede contar.
Kiti Mánver ha creado un personaje imborrable. Prueba de ello son los reconocimientos que ha obtenido hasta la fecha por crítica y público (Premio Ceres, Unión de Actores y Nominada Premio Max 2014). Una mujer que encarna a un homosexual irónico y doloroso que nos arrastra irremediablemente a los abismos de la condición humana, un hombre atrapado en su dolor pero al mismo tiempo el mejor ejemplo de espíritu de superación que se pueda imaginar.
Daniel Muriel, por su parte, asume con brillantez el papel del hijo perdido, aporta sinceridad y talento sin costuras a un personaje que en otras manos hubiera podido perder en esa descarnada batalla por conocer la verdad. Dos actores de altura. Contar con ellos aporta las garantías suficientes para conseguir un material cinematográfico de primer orden.
El estilo:
La versión cinematográfica de Las heridas del viento surge con claros referentes cinematográficos: Amor de Hanneke, Dogville de Lars Von Triers o La huella de Milo Tindle son ejemplos claros de propuestas estilísticas similares convertidas en grandes películas, clásicos del cine incluso, gracias a la visión intransferible de un director que fue clave para convertirlas en éxitos, perdiendo el miedo a filmar guiones que de forma peyorativa tildan rápidamente como teatrales por la mera razón de que están sustentados por diálogos de un lenguaje elevado o tramas que transcurren entre contadas localizaciones y personajes.
La fotografía:
'Las heridas del viento' es, desde su concepción, una historia clásica, con reminiscencias estilísticas a un tiempo pasado que entronca con el sentido mismo de lo que se cuenta: la vida pasada de un padre que se creía conocer. Por eso mismo, y porque estamos ante una historia presidida por los interiores y la luz artificial, hemos decidido que el formato de rodaje sea en un rotundo blanco y negro, atmosférico, denso, con con luces y muchas sombras, desdibujando los límites de unos personajes que no consiguen presentarse realmente como son frente a nosotros y que lo hacen a media luz, a media oscuridad.
La música:
La música es un elemento narrativo con protagonismo propio, aunque sólo se concrete en cuatro temas de la maravillosa cantante Mina: “La música e finita”, “Vorrei que fosse amore”, “Questa canzone” y “La banda”.
Rafael, el padre de nuestro protagonista, coleccionaba música italiana. Ése es uno de los nexos de unión con su imposible amante Juan, la pasión por estas baladas tremendas y emocionales.
GALERÍA DE FOTOS
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