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NOTAS DE LOS DIRECTORES...
   Siempre soñamos con que “LA LLAMADA” se convirtiera en una película, pero nunca pensamos que ese sueño se pudiera hacer realidad.
Estrenamos “LA LLAMADA”, la obra de teatro, en el hall del Teatro Lara de Madrid en mayo de 2013 con poco más de mil euros en el bolsillo y un equipo de gente que tenía muchísima fe. Muchísima fe en el texto, en el proyecto y en nosotros. Estrenamos como un musical pequeño, underground, inspirado en otros musicales como “The Rocky Horror Picture Show” o “Hedwig and the Angry Inch”. Ambos espectáculos tuvieron inicios muy similares y crecieron poco a poco gracias a los fans hasta llegar a la gran pantalla. Nosotros podemos decir, orgullosos, que nos ha pasado lo mismo. Ahora, ese pequeño musical está a punto de estrenarse en el cine. Y ha sido, en parte, gracias al público que, día a día, ha llenado el teatro y que ha repetido y repetido. A los llamaders.
  Y decimos en parte porque si hay alguien que ha conseguido que este sueño se haga realidad son las actrices que hicieron suyos los personajes desde el primer día. Gracias a Belén Cuesta, Macarena García, Anna Castillo y Gracia Olayo, que han hecho que Milagros, María, Susana y Bernarda sean personajes no solo míticos sino también personas de carne y hueso.
  Esto es algo que se respiraba en el rodaje. Era increíble ver cómo ellas sabían lo importantes que eran para el proyecto, cómo sentían que habían conseguido juntas llegar hasta ahí. Esto se traducía en un nivel de compromiso, pasión y talento en ebullición como pocas veces hemos visto. “LA LLAMADA” es muchas cosas, pero sobre todo es un grupo de actrices descomunales en estado de gracia. Esto es algo que nos dijo Almodóvar, nuestro ídolo número uno y mayor inspiración, después de ver la película. Dijo: “Habéis tenido muchísima suerte con las actrices que tenéis. Porque uno puede escribir la locura que quiera, pero ahí tiene que estar un grupo de actrices dando la cara, haciendo el texto divertido, emocionante y creíble.” Tenía, como siempre, toda la razón. Y nuestras chicas hicieron eso y mucho más. Así que a ellas les daremos siempre las gracias.
  Otra parte del milagro que es esta película se llama Enrique Lavigne. Enrique, uno de los mejores productores de cine de España (para nosotros el mejor), se acercó a nosotros una noche después de una función en el teatro. Compró todo el merchandising de la obra y nos dijo unas palabras que sonaban a predicción: “Hola, soy Enrique Lavigne y vamos a convertir “LA LLAMADA” en una película maravillosa”. Al principio no sabíamos si estábamos preparados para dirigirla, incluso nos reunimos con distintos directores de cine. Pero en este proceso nos dimos cuenta de que no había nadie que supiera más de los personajes, las situaciones, el humor, la emoción y el tono que nosotros. Nos dimos cuenta de que teníamos toda la película en la cabeza.
  Fue entonces cuando Enrique nos dijo que teníamos que rodarla nosotros. Y así, como lo harían Susana y María, nuestras protagonistas de “LA LLAMADA”, al grito de Lo hacemos y ya vemos, nos embarcamos en la increíble aventura de dirigir nuestra primera película. Por eso decimos que Enrique es el mejor. Porque supo ver antes que nosotros lo que éramos capaces de hacer.
  Después de Enrique se sumaron a la aventura RTVE, DeAPlaneta y un grupo de productores alucinantes: José Corbacho, Kike Maíllo, Toni Carrizosa y Jorge Javier Vázquez. Gente a la que admiramos muchísimo y de la que hemos aprendido infinidad de cosas en este proceso. Gente, sobre todo, generosa. Y que ha creído en nosotros siempre.
  Hemos intentado hacer una película honesta. Una película divertida y emocionante. Que fuera algo así como una explosión de confeti. Una película de verano como la que nos hacían soñar en los 90, con una premisa loca y atrevida pero de corte clásico, cercano, que dé la vuelta y sea capaz de hablar de nosotros mismos. Porque nosotros nunca quisimos hablar de religión, de Dios ni de monjas. Es solo un marco pop en el que hablar de las cosas que más nos importan. Es un canto a la libertad. Un empujón para tener el valor de ser tú mismo. Habla de lo importante que es cambiar, crecer, sin hacer caso a lo que te dicen los demás.
  Para conseguir lo que queríamos en este rodaje ha sido fundamental la labor del equipo. Si el cine ya es en sí mismo un trabajo en grupo, aquí mucho más. Hemos intentado encontrar un equipo de personas que fueran fans de “LA LLAMADA” y que compartieran con nosotros los mismos valores y las mismas ganas de disfrutar. Hemos tenido la grandísima suerte de poder debutar junto al talento de un equipo muy inspirador. Migue Amoedo, nuestro director de fotografía, vino a casa cada día durante meses y juntos creamos la imagen y textura de la película y desmenuzamos nuestra historia plano a plano. Él ha sido nuestros ojos y nos ayudó a confiar y a seguir nuestra intuición. Roger Bellés, director de arte, fue un amor a primera vista. Sentimos una conexión brutal con él. Roger vistió los decorados, construyó una cabaña en mitad del campo, llenó la imagen de costumbrismo, calidad y humor todo armónicamente conjuntado de la manera más natural y familiar. Y creó un mundo de fantasía cercano y realista. Es un genio. Ana López es nuestra vestuarista en todos los proyectos que hacemos, desde “LA LLAMADA” en el teatro pasando por Paquita Salas. Con una mirada nos entendemos. Sylvie Imbert maquilló a las chicas y nos llenó de alegría a todos. Y Pilar Robla, directora de producción impecable, para nosotros la gran revelación, nos enamoró con su trabajo diario y su manera de ser.
  Y Leiva… Leiva creó la banda sonora más bonita que hemos escuchado jamás. Sobra decir que trabajar con Leiva es un privilegio que nunca soñamos que pudiéramos tener.
  ¿Quién se iba a imaginar que debutaríamos con un equipo así?
“LA LLAMADA” es un regalo en todos los sentidos. Un regalo lleno de alegría, emoción, música y fuerza. Una carta de amor al momento más importante de nuestras vidas. Y esperamos que así lo reciba el espectador.

NOTAS DE LOS PRODUCTORES...
  La responsabilidad de adaptar una obra musical de éxito continuado durante dos años en Madrid, Barcelona, Moscú, México... al cine es muy grande. El primer reto es valorar qué necesidad hay de trasladar su texto al lenguaje de la imagen y sobretodo desarrollar un lenguaje tan directo con el público que no desmerezca el instrumento de la inmediatez teatral. Conformar una narrativa propia indisociable de la imagen, recrear todas aquellas historias en off que disparan la imaginación, sin traicionar la unidad de tiempo y acción, enriqueciendo una propuesta que ya funciona como una maquinaria de relojería en escena.
  Mi primera impresión al asistir por primera vez al musical en el Teatro Lara de Madrid, en pleno Barrio de Malasaña, fue pensando en una audiencia de nicho, moderna, culta, hipster, que se movería entre los 20 y los 40 años. Nada más lejos de lo que me encontré en la sala, cruzando generaciones, edades (nietos con abuelas), condición sexual (heteros con sus novias, segmento gay), geografía social (estudiantes y jubilados), espectador de teatro en muchos casos iniciado… En todos los casos la sala era una fiesta y así día tras día en los últimos dos años de exclusividad colgando no hay entradas.
  Las reseñas y críticas TODAS positivas, las corrientes de opinión cómplices con un musical religioso en un contexto laico, el torrente de energía positiva que ha arrastrado el evento, estrenado en España pero con constantes peticiones de adaptaciones internacionales... me han hecho plantearme seriamente la posibilidad de estar ante un fenómeno con un componente popular, que se mueve en una formulación cercana a los modelos de franquicia Disney en territorio local por ejemplo, con personajes y estereotipos universales y contenidos de fácil traducción a otras audiencias.
  El siguiente dilema fue quién puede enfrentarse a esta adaptación. Junto a los autores y directores Javier Ambrossi y Javier Calvo, valoramos opciones de directores establecidos con éxitos a sus espaldas fans absolutos de “LA LLAMADA” (si algo tiene esta obra es aparejado un fenómeno fan...). Llegué a la conclusión que era una Obra personal y que nadie conocía mejor a los personajes y su universo que ellos, unos autores superdotados que se habían enfrentado a todos los obstáculos y a decisiones críticas con criterio y mucha frescura narrativa.
  Tras una traducción delicada y rigurosa al lenguaje de la imagen, una producción compleja constreñida a las dificultades que nuestra cinematografía le otorga a las películas de primeros realizadores, llega la película, allá donde termina la obra teatral, allá donde comienza el musical en Technicolor, nuestro LA LA LAND en el Campamento LA BRÚJULA. Quiero destacar además del cuarteto de actrices y todos los actores y pequeñas partes, el equipazo técnico, en el que se codean clásicos como Sylvie Imbert con Roger Bellés y Migue Amoedo, Tamara Arévalo… todos están espléndidos y son parte de este viaje, así como mis socios productores e inversores privados que ha permitido que opere el milagro.
  Tras tres años de vicisitudes desde que Jimina Sabadú me llevara a ver la Obra en el Lara y conociera a los Javis en el puesto de venta de merchandising, llega la película de “LA LLAMADA” para ser consumida por un espectador distinto al del teatro, con una mirada más melancólica que el musical, con sus diálogos celestiales y supurando surrealismo y provocación… con sus actrices y actores secuestrados por el mundo único creado por sus autores.
  No hay nada que me guste más que una primera película con tanta energía.

SOBRE EL FENÓMENO DE “LA LLAMADA”...
  “LA LLAMADA” comenzó como una pequeña obra underground en el hall del Teatro Lara y poco a poco fue creciendo hasta convertirse en un fenómeno teatral inaudito en la escena española. Los hitos hablan por sí solos. Cuatro años en activo y más de 300.000 espectadores. La legión de fans de “LA LLAMADA” repite una y otra vez la experiencia y hacen suyas las frases más icónicas de la obra y las canciones que componen su banda sonora.
  La obra ha conquistado también a la crítica, consiguiendo el galardón de Mejor Espectáculo del Año según El País. “LA LLAMADA” arrasó en los Broadway World Spain de 2013, donde consiguió 11 premios incluyendo Mejor director artístico, Mejor actriz (Macarena García), Mejor actriz de reparto (Belén Cuesta) y Mejor musical de pequeño formato. Ese mismo año Macarena García ganó el Fotogramas de Plata a Mejor Actriz de Teatro, y Belén Cuesta y Richard Collins Moore fueron nominados a los premios a Mejor Actriz de Reparto y Mejor Actor de Reparto en los Premios de la Unión de Actores. Premio que al año siguiente fue nominada también Gracia Olayo. Belén Cuesta ganó en 2014 el Premio a la Mejor Actriz de Reparto en los Premios del Teatro Musical.
  Multitud de figuras de la cultura como Andreu Buenafuente, Juan Antonio Bayona, Mario Vaquerizo, Adriana Ugarte, Inma Cuesta y Santiago Segura entre muchos otros se han rendido a los pies de “LA LLAMADA”.
  La obra se ha representado en más de 30 ciudades en España y el mundo. De la mano de INK Teatro y Claudio Sodi, “LA LLAMADA” llegó con gran éxito de crítica y público a México en 2015 donde se estrenó en el Teatro López Tarso para después realizar una gira por diferentes teatros del país. Javier Calvo y Javier Ambrossi viajaron a México para dirigir ellos mismos la obra. El elenco de la obra estaba compuesto por actrices muy conocidas allí: Laura Zapata, Tessa Ia, Natasha Dupeyron, Alexis de Anda y Federico di Lorenzo.
  La obra se estrenará este año en Argentina y próximamente en Colombia. El fenómeno también llegó hasta Moscú, donde se ha representado en dos ocasiones.