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JACQUES
INFORMACIÓN
Titulo original: L'Odyssée
Año Producción: 2016
Nacionalidad: Francia
Duración: 122 Minutos

Calificación: No recomendada para menores de 12 años

Género: Aventura, Biografía
Director: Jérôme Salle
Guión: Jérôme Salle, Laurent Turner. Basados en el libro escrito por Jean-Michel Cousteau, Albert Falco
Fotografía: Matias Boucard
Música: Alexandre Desplat
FECHAS DE ESTRENO

España: 15 Septiembre 2017

DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Vercine


SINOPSIS

En 1948 Jacques Cousteau por fin puede ver su sueño hecho realidad, dejar atrás todo para explorar, en compañía de su esposa, el mundo submarino. Navegando en su barco Calypso convertirá su vida en una odisea, le llegará la fama mundial a través de la televisión. Se pone de manifiesto además las sombras de este mito, como los diferentes conflictos con su esposa e hijos y una tragedia que años después le tocará vivir...

INTÉRPRETES

LAMBERT WILSON, AUDREY TAUTOU, PIERRE NINEY, MICHEL BUNDRED, CHLOE HIRSCHMAN, ALBERTO NICOLO', WILSON CARPENTER, DONNET DUMAS, DYLAN EDY, RICHARD LOTHIAN, IRINA MICCOLI, KEVIN OTTO

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Festivales y premiosPREMIOS Y FESTIVALES

- César 2017: Mejor sonido
- Festival de San Sebastián 2016

Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA



ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Antes de tener la idea de hacer una película sobre el tema, ¿qué significaba para ti el nombre de Cousteau?...
Me traía de vuelta a mi infancia... Crecí en el Sur de Francia, mis padres tenían una barca y, a menudo, navegábamos por todos los lugares donde Cousteau buceó en sus comienzos. Por Embiez, Porquerolles, todas esas islas en la región de Var. También recuerdo ver sus documentales en la televisión.
Desde el principio, aquél hombre y su trabajo, tenían cierto vínculo con mi propia vida.

Organizar el proyecto le llevó un largo tiempo (luego volvemos a esto) pero ¿Cómo surgió la idea por primera vez?...
Todo empezó con uno de mis hijos. Yo estaba hablando sobre Cousteau en casa y vi que mi hijo no tenía ni idea de lo que yo estaba hablando. No sabía nada acerca de Cousteau, ¡nunca había oído hablar de las películas, del Calypso, del equipo de los gorros rojos! Me parecía increíble porque, para la gente de mi generación, el Capitán Cousteau era como Jesús, uno de los hombres más famosos del mundo... Después de hablar sobre esto con otra gente, me di cuenta de que estaba cayendo en el olvido para las generaciones que ahora tienen veinte, incluso treinta años. Así que empecé a buscar qué se había escrito sobre él: en Internet, en los libros... Vi los documentales de nuevo y acabé sintiendo una tremenda nostalgia. También me di cuenta de que, aparte del film de Wes Anderson ‘The Life Aquatic’, ninguna película había abordado la extraordinaria vida de aquél hombre... Así que empecé a investigar los detalles de aquí y de allá y pronto descubrí que había muchos misterios entorno a él: se sabía muy poco de Jacques-Yves Cousteau. Él tenía un control absoluto sobre su imagen cuando se grababa a sí mismo con su tripulación, pero nunca reveló nada íntimo sobre sí mismo.

Imagino que la siguiente dificultad era escoger un ángulo desde el que contar la historia que querías mostrar, dada una vida tan secreta...
Totalmente, y tuve que hacer un duro trabajo para ello, especialmente porque durante ese tiempo estaba dirigiendo otras dos películas, ‘Largo Winch’ y ‘Zulu’. En realidad me llevó varios años conseguir un guión con el que estuviera contento... Laurent Turner, el co-guionista de la película y yo, leímos todo lo que se había escrito sobre Cousteau y luego nos reunimos con gente que lo habían conocido, porque todas las zonas grises que le rodeaban me impedían ver quién era realmente; un hombre que vivió múltiples vidas en una de sola... Primero tuvimos que hacer mucho periodismo de investigación antes de poder empezar el trabajo como guionistas. Una vez estuvo hecho, pudimos concentrarnos en hacer el guión. Pensé que era un buen guión ‑ en el sentido de que estábamos recibiendo buenas opiniones acerca de él ‑ pero yo aún me sentía algo frustrado. Sentía que era demasiado clásico en su acercamiento, demasiado biopic. Creo que fue conocer a los actores lo que me permitió desarrollarlo más a fondo. Pierre Niney, con quién quería trabajar, reforzó mi idea de darle más espacio al papel de Philippe Cousteau, uno de los hijos de Cousteau. En ese momento, la confrontación entre Philippe y su padre, pareció de pronto una buena base para la historia...
Así que escribí una versión completamente nueva, quitando la primera parte de la juventud de Cousteau. 
Esto supuso la ventaja de poder ofrecer el papel de Cousteau a Lambert Wilson, quién ‑afortunadamente‑ aceptó casi de inmediato. Reescribí prácticamente desde cero el guión en unas tres semanas. Gracias a este nuevo ángulo, de repente, tenía una idea muy clara de la historia que quería contar. Pero cabe enfatizar que eso sólo fue posible gracias al duro trabajo que Laurent y yo habíamos hecho antes, durante años.
He sido guionista en distintas películas y sé bien que, demasiado a menudo, se olvidan los autores de las primeras versiones, incluso cuando éstas son, de lejos, la parte más difícil del trabajo. Me encantó trabajar con Laurent, pero pienso que, en ese punto, durante la reescritura, necesitaba estar a solas con mi proyecto.

De todos modos, hay dos temas de la vida de Cousteau que hicieron que te lo pensaras dos veces, el hacer la película: su familia y su patrimonio...
En primer lugar, sí que es cierto que Jean-Michel Cousteau aún vive, así como los hijos de Philippe. Los conocí a todos muy pronto, para explicarlos con claridad qué quería hacer y cómo lo estaba haciendo. También les dije que aquello no sería un documental sino una película de ficción. La familia de Cousteau e incluso aquellos que habían trabajado con él no esperaban una hagiografía, ya que les dije: ‘No olviden que esta película no está hecha esencialmente para ustedes, sino para los espectadores, que no conocían a Jacques tan bien’... El estatus de Cousteau como icono, no me preocupó mucho. No es el tema de la película, aunque por supuesto, sí muestra la fama que consiguió en todo el mundo y su impacto en la protección del medio ambiente hacia el final de su vida...

Es verdad que en JACQUES haces un retrato sobre el hombre que hay detrás, mostrando sus dudas, sus errores, sus debilidades, sus contradicciones...
Sí, y eso es lo que más me sorprendía cuando hablaba con gente que jamás lo había conocido. Cómo de diferente era la imagen que tenían de él. Hay aquellos que lo quieren y están fascinados con él, y luego hay aquellos que lo odian, muchas veces sin saber mucho de él. Algunos lo confunden con su hermano Pierre-Antoine Cousteau. Jacques-Yves fue reconocido con la Legión de Honor por su trabajo en la Resistencia, aunque, en el fondo de su corazón, como Jean Giono, consideraba que la guerra era una absurdidad que apenas le interesaba. Otros, como Gérard Mordillat, lo han culpado de matar tiburones y de no haber respetado la naturaleza en lo más temprado de su carrera. Pero eso es precisamente lo más interesante de Cousteau: la evolución de su relación con la naturaleza. Es alguien que refleja perfectamente lo que es el siglo XX en cuanto a la relación del hombre con su entorno. En los años 40, él cazaba bajo el agua sin restricciones, gracias al Aqua-Lung, el regulador de buceo que inventó con Emile Gagnan, un ingeniero de Air Liquide. Luego, en los años 50, Jacques trabajó con compañías petrolíferas, ¡cogiendo muestras para encontrar futuras bases de extracción de petróleo! Pero tienes que ponerlo todo en contexto. En esos tiempos, el ser humano se consideraba un ser todopoderoso, y la naturaleza era algo que tenía que ser dominado, domesticado, explotar sus recursos sin remordimiento alguno. Nadie había pensado nunca que el planeta estaba en peligro. Más tarde, Cousteau fue una de las primeras personas en darse cuenta de ese error. Así que se convirtió en uno de los primeros ecologistas. Pero nunca trató de esconder sus errores pasados. Por ejemplo, mucha gente quería que re-editara ‘The Silent Word’ de modo que cortara las escenas más chocantes, como la masacre de tiburones. Él se negó, porque pensó que, si la película no cambiaba, era para mostrar la evidencia de los errores cometidos por el hombre en esos tiempos, él incluido.

¿Al final del día, le cogías cierto cariño a Cousteau?...
Sí, claro... Pero por encima de todo, al igual que todos los que trabajaron con él, siento admiración por Cousteau.
Fue un hombre que vivió multitud de vidas diferentes, que superó obstáculos increíbles, que demostró un verdadero coraje muchas veces. Un hombre altamente creativo y a la vez un gran director artístico, porque fue lo suficientemente talentoso como para escoger los gorros rojos, los trajes negros con rayas amarillas para su tripulación... Esos hombres sintieron mucho cariño hacia Simone, su esposa “La Pastora”, la jefa del Calypso, pero hacia el capitán sentían admiración...

Un proyecto tan grande, rodado en sitios opuestos de todo el planeta, necesita un buen presupuesto. ¿Cómo fue la búsqueda de financiación?...
¡Fue un infierno! Fue, de lejos, la película más difícil de financiar que he hecho... Para una película francesa supone, sin duda, un enorme presupuesto, ¡pero las películas siempre necesitan más dinero! Tengo que decir que ‘JACQUES’ ha sido el resultado de la inversión de todos, lo que significa que todos hicimos un esfuerzo en lo que se refiere al dinero: los actores primero, pero también los productores, y yo, por supuesto. Todos queríamos que esta película se hiciera. Había una broma interna durante toda la película: ‘Hacemos esto por el planeta!’ ¡Puedo asegurarte que nadie hizo esta película por dinero! De hecho, en el final del rodaje, no teníamos suficiente dinero como para rodar algunas escenas bajo el agua que eran realmente necesarias, incluyendo una con un tiburón. Mis cuatro productores, Nathalie Gastaldo Godeau, Marc Missonnier, Philippe Godeau y Olivier Delbosc, lo entendieron y me dieron su apoyo, tomando un riesgo de financiación notable. Me gustaría darles las gracias, ya que esto no sucede muy a menudo.

¿Crees que, gracias a esta película, Cousteau será conocido por todo el mundo?...
¡Cousteau ya es conocido por todo el mundo! Y lo ha sido durante mucho tiempo! Él no necesita esta película.
El tema es que, para la gente joven, no resulta tan familiar como lo es para sus padres y abuelos. Así que la película permitirá que una nueva generación lo descubra. ¡Lo que está muy bien! Y no sólo en Francia, porque la película se ha vendido en muchos otros países.

El rodaje ha tenido lugar en muchos países diferentes: Croacia, Sudáfrica, la Antártida, Las Bahamas... ¿Cómo has escogido esos parajes naturales para vincularlos con la vida de Cousteau?...
La primera parte de la película, tiene lugar en lo que yo llamo un ‘paraíso perdido’: un sitio de la costa Mediteránea que no tiene una localización concreta y que ya no existe en Francia. Las islas croatas se parecen a lo que fue nuestra costa sur en los años 40... Era un lugar que yo no conocía y que nos dio escenarios preciosos, aún en estado natural. Rodé ‘Zulu’ en Sudáfrica y encontré un barco, que no era una réplica exacta del Calypso, pero era del mismo tipo y periodo de tiempo. Eso resultó una buena razón para volver, y también porque es un país fantástico para los cineastas, ya que tiene muchos paisajes distintos y técnicos muy competentes. En cuanto a la Antártida, fui muy persistente para ir allí, primero por razones artísticas, porque allí hay escenarios que no existen en ningún sitio del mundo, pero también por razones simbólicas, porque representa la batalla final de Cousteau, cuando consiguió con éxito que los líderes mundiales firmaran una moratoria en 1998, que congelaba la explotación industrial de los recursos de la región hasta 2048...

¿Los directores de cine sois conscientes de cuán afortunados sois de rodar en lugares como estos por una razón visual?...
¡Por supuesto: poder hacer esta película ya era un golpe de suerte increíble! De hecho, todos nos sentimos un poco deprimidos al acabar... JACQUES fue toda una aventura, en todos los sentidos, nos cambió a todos, artística y personalmente. Las probabilidades de disfrutar de esa experiencia eran terriblemente pequeñas.
En la Antártida, por ejemplo, fuimos al final del rodaje y tuve que alertar al equipo: sólo estaremos 12 de nosotros, más un doctor y un piloto de drones, viviendo en las condiciones más duras. Los actores y los técnicos compartían cabinas de 5 metros cuadrados, a dos personas por cabina... ¡Y estábamos juntos las 24 horas del día! Fue muy distinto a las condiciones de un rodaje normal... Pero esta parte del mundo es increíblemente bella, ¡y nos gustó tanto que nadie se quejó! A parte del día en que sufrimos una tormenta enorme con vientos de 140 km/h, cada uno de nosotros estuvo muy contento de cada minuto de viaje.

También hay imágenes increíblemente bonitas en la película, como los bailes de tiburones o ballenas...
Sí, aquellos fueron momentos completamente únicos, de locos... Recuerdo, también en la Antártida, que pasamos una noche en una larga bahía llamada Paradise Harbour, el viento finalmente había cesado y el mar se volvió completamente en calma a causa de las temperaturas extremadamente bajas. Era la una de la mañana y el sol, que nunca se pone en tales latitudes en esa estación, estaba muy bajo en el horizonte.
La luz era sublime. ¡Fue imposible para de rodar, incluso después de 16 o 17 horas sin parar! Fue un espectáculo único, de una belleza impresionante, bastante indescriptible, que intentamos captar con la cámara... Es uno de los últimos lugares totalmente vírgenes que quedan en nuestro planeta, y nosotros sólo pasábamos por allí: fue un momento muy poderoso. Y mencionabas los tiburones... con eso pasó lo mismo.
¡Cuando te ves a ti mismo cara a cara con un tiburón tigre de cuatro metros y medio, es la misma sensación loca, emotiva y alucinante!

Hablemos sobre tus actores, empezando con el Capitán Cousteau, Lambert Wilson...
Me encantó trabajar con Lambert, de hecho es probable que trabajemos juntos de nuevo muy pronto... Él es un actor que tiene todo lo que me gusta de muchos anglo-sajones: una mezcla de talento, humildad, y respeto por el equipo. Es un hombre con una gran inteligencia moral y de una enorme generosidad... Cousteau fue un personaje bastante duro pero Lambert es muy amable y conseguí que actuara en escenas muy crudas sin que su personaje resultara odioso. Él desprende ese aura de bondad... Me siento muy afortunado de haberlo conocido y en seguida supe que era el actor ideal para interpretar a Cousteau...

Con una transformación física espectacular para parecerse a Cousteau...
Lo vi sufriendo continuamente durante el rodaje: comiendo y bebiendo casi nada, manteniendo una severa dieta y acabando en los huesos... Lambert estaba hambriento todo el tiempo, pero ése era el precio que quería pagar para convertirse en Cousteau. Hay que añadir que, al principio, tampoco tenía la misma morfología que Cousteau: fue su delgadez, su cuerpo lánguido, lo que creó esa ilusión.

Hay un personaje en la película que el público general podrá conocer mejor por primera vez: Simone, la primera mujer de Jacques, la verdadera alma del Calypso. Audrey Tautou la encarna a la perfección...
El personaje de Simone es esencial para la historia. Y Audrey, que es una actriz fantástica e inteligente, lo entendió desde un principio. También me dijo, cuando nos conocimos, que sentía mucha cercanía hacia Simone. Y es verdad que tienen muchas cosas en común. Primero son las dos muy francesas, independientes, un poco rebeldes, a veces algo bocazas pero esencialmente muy modestas. Otra cosa en común es su habilidad para encontrar su lugar en un mundo muy masculino. Había muy pocas mujeres en nuestro equipo y Audrey lo encajó perfectamente, completamente cómoda sentada en una larga mesa con una docena de hombres! Y como a Simone, a Audrey le encanta el mar, es una verdadera marinera. La miré durante la tormenta en la Antártida: el viento superaba los 80 nudos y ella estaba completamente serena.
Siempre he tenido la impresión que interpretar a Simone fue algo casi evidente para ella.
Audrey también me impresionó con su técnica y con las emociones que era capaz de manejar, de reproducir las cosas de una manera completamente cuidada, después de múltiples tomas, controlándolas, pero sin que nosotros notáramos la técnica que hay detrás.

Hablemos de los dos hijos de Cousteau, empezando con Pierre Niney, que encarna a Philippe, un personaje importante, alrededor del quel pivota el final de la historia...
Conocí a Pierre antes de que la película ‘Yves Saint Laurent’ se estrenara, después de verlo en ‘Comme des frères’ de Hugo Gelin. Le ofrecí el rol de Philippe, que en aquél momento era un papel más pequeño y él aceptó... Así que Pierre estuvo ligado al proyecto desde el principio, en un punto en que Adrien Brody y luego Romain Duris, estaban considerándose para el papel de Cousteau. ¡Él fue muy fiel al proyecto, pese a todas las dificultades! De hecho, estábamos juntos durante final del rodaje, a bordo del barco que nos llevaba por la Antártida y nos abrazamos. Habíamos estado hablando sobre JACQUES durante tanto tiempo, especialmente en aquél viaje final y allí estábamos, al final, lo habíamos hecho! Pierre es un actor maravilloso que tiene algo muy importante: un verdadero sentido de la narrativa, lo que los americanos llaman ‘storytelling’.
Creo que sabrá cómo usarlo cuando empiece a dirigir películas, lo que seguro que hará algún día...
Es un don que ya tiene como actor, consiguiendo entender con un sentido especial qué momentos o frases necesita para enfatizar, para permitir al espectador entender la historia o la emoción que su personaje está sintiendo en ese momento particular. Él tiene esa habilidad, esa madurez a pesar de su juventud. Aunque tiene 27 años... ¡ya no es tan joven en realidad!

El otro hijo de Cousteau es Jean-Michel. Un papel más pequeño pero crucial en la última parte de la película, que interpreta Benjamin Lavernhe...
Descubrí a Benjamin en ‘Radiostar’s’ y me encantó su actuación. He estado siguiendo su trabajo desde entonces. Cuando necesitaba encontrar un actor para el papel de Jean-Michel, pensé en él y me alegró mucho que aceptara porque no era un papel muy grande. Pero es fundamental para la historia. Me gustó la idea de qué él actuara como opuesto a Pierre: ellos habían trabajado juntos en la Comédie-Française, en ‘The Italian Straw Hat’ y, de hecho, en la vida real son casi como hermanos.

Así que hay esos cuatro personajes principales, pero a su alrededor, conseguiste crear una tripulación con un aspecto físico y expresión extremadamente creíbles...
En la primera parte de la película, vemos ‘Les Mousquemers’, un trío compuesto por Jacques Yves Cousteau, Philippe Tailliez y Frédéric Dumas, quiénes hicieron las primeras películas submarinas a principios de los cuarenta. En la película, Laurent Lucas y Olivier Galfione interpretan a esos hombres. Necesitaba buenos actores y, como tú dices, también a hombres que parecieran buzos reales en sus trajes. Laurent y Olivier también trabajaron duro con su físico para conseguirlo... En cuanto a la tripulación del Calypso, sobretodo hice castings con actores sudafricanos: hombres que vivían en Cape Town pero que lo habían oído todo sobre Cousteau y que estaban muy motivados para sumarse a la aventura. Les di páginas y páginas de historias y fotos del barco y de los hombres que navegaron en él. Cada uno tenía una descripción de su personaje y del rol que jugaba a bordo, incluso aquéllos que no tenían diálogo. Por eso creo que, en pantalla, sentimos cómo la tripulación evoluciona y cómo cada uno sabe qué trabajo es el suyo... Ser un marinero es, en definitiva, un modo de vida.

¿Has estado en contacto con la familia de Cousteau?...
Sí, por supuesto. ¡Con cada uno de ellos, creo, en algún momento! Jan, la viuda de Philippe, visitó el set, de hecho. La conocí tres o cuatro años atrás en Washington, donde ella vive. Comimos juntos, ella empezó a contarme su vida y la de su marido, que murió cuando ella estaba embarazada de su segundo niño...
Mientras la oía hablar o al verla llorar tras casi 40 años después de la muerte de su marido, pensé que la historia de su vida y de su amor era tan bonita, que decidí hacer el papel de Philippe más importante en la película... Philippe Cousteau tenía las características de un verdadero héroe de cine, incluido su trágico final. Pero sí, conocí a toda la famlia Cousteau, o a casi toda. Cuando miro la cantidad de números de teléfono con el nombre Cousteau en mi agenda de contactos, ¡veo que tengo más que de mi propia familia!

Mencionaste el Calypso: hablemos un poco más de este barco que está en el centro de la película y que es mucho más que una pieza de attrezzo... prácticamente un personaje en sí mismo...
¡Rodar en un barco es un infierno! Una pesadilla de principio a fin. Todo es complicado. Los ingleses tienen un dicho muy bueno (yo que he tenido un barquito pequeño, puedo confirmarlo): hay dos días buenos cuando tienes un barco, el día que lo compras y el día que lo vendes! Pero a la vez, quiero mucho ese barco que vi un día, años atrás. El director de producción Laurent Ott hizo un trabajo fantástico a bordo. Igual que Matias Boucard, mi director de fotografía, con quién trabajaba por primera vez, y para quién JACQUES era su segunda película... Creo que la elección del equipo es realmente importante para un director. Siendo honesto, no podría haber llevado esta difícil aventura sin todos los jefes técnicos que me rodeaban, con muchos de los cuáles he trabajado durante años y me han seguido por todo el mundo. Stan Collet, mi montador, Brieuc Vanderswalm, mi primer ayudante, Carine Sarfati, que ya estaba conmigo en mi primera película ‘Anthony Zimmer’.

¿Llevastéis ese barco con vosotros en la Antártida?...
No porque, para empezar, allí no puedes navegar con barcos de madera porque la madera no resiste a la presión del hielo. De hecho, esto casi mató a Cousteau y a su tripulación a bordo del Calypso, que era también de madera y, por ello, no estaba adaptado a las condiciones extremas de la Antártida. ¡Y yo no soy tan atrevido como Cousteau! Fuimos con un barco que estaba técnicamente autorizado, pero también ecológicamente, un imperativo para poder navegar en una zona tan protegida como la Antártida.
¡Gracias a Cousteau, de hecho! Pero todos los planos de Cousteau en la Antártida fueron añadidos digitalmente a posteriori. Y lamentablemente, también tuvimos que añadir peces de forma digital en las escenas del Mediterráneo porque eran de especies que han ido desapareciendo en los últimos 70 años...

Y aquí estás, en el final de esta largo viaje que tu y el Capitán Cousteau habéis hecho durante años. ¿Cómo ves JACQUES ahora?...
Lo que me hace más feliz es ver que la película ha conmovido a aquellos que ya han podido verla, de la misma manera que a mí me tocó. Recuerdo el momento en el que acabé el esbozo final del guión, escrito del tirón durante tres semanas. Había trabajado sin parar durante horas y horas y empecé a llorar... Este es el estado en el que estaba cuando escribí las últimas páginas. Espero que esa emoción sea compartida por los espectadores porque JACQUES es una película que habla de temas muy simples, que son esenciales para la mayoría de nosotros, como nuestra relación con la naturaleza que nos envuelve o las complicadas relaciones familiares que a veces la vida daña. Debo añadir que esta aventura me cambió a mí también como persona. Ya era bastante sensible a las cuestiones ambientales, pero me hizo volver más comprometido...
Biodiversidad, calentamiento global... Son temas cruciales para los años que vendrán. Hablamos mucho de ellos pero hacemos muy poco.
Y por último, ¡el rodaje fue tan complicado que acabó dándome una fuerza increíble! Seguro que es la influencia de Cousteau que nos afectaba: tuvimos esa loca habilidad de hacer posible cosas que el resto creía imposibles... Bueno, al fin y al cabo, creo que, haciendo esta película, seguimos su ejemplo.

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