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HELLBOY
INFORMACIÓN
Titulo original: Halloween
Año Producción: 2018
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 119 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Accion, Aventura, Fantasía
Director: Neill Marshall
Guión: Andrew Cosby, Christopher Golden. Basados en el cómic creado por Mike Mignola
Fotografía: Sam McCurdy
Música: Benjamin Wallfisch
FECHAS DE ESTRENO
España: 17 Mayo 2019
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
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SINOPSIS

La AIDP contacta con Hellboy para que se encargue de un espíritu ancestral, Nimue, también conocida como "La reina de la sangre". Niue fue la amante de Merlín durante el reinado del Rey Arturo, aprendiendo los más diversos hechizos que la llevaron a convertirse en la bruja más poderosa, Siglos atrás lograron acabar con ella pero ahora resurge de entre los muertos con la intención de acabar con el mundo tal como lo conocemos...

INTÉRPRETES

DAVID HARBOUR, IAN McSHANE, MILLA JOVOVICH, SASHA LANE, DANIEL DAE KIM,  PENELOPE MITCHELL,  BERN COLLAÇO

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LA PRODUCCIÓN...
   Quince años después de producir el primer largometraje basado en Hellboy, la exitosa serie  de cómics de Mike Mignola, los productores Lawrence Gordon y Lloyd Levin decidieron que  era hora de revisitar la franquicia. Durante esa década y media, el panorama del género de  terror-acción-fantasía había sufrido cambios drásticos. Las últimas superproducciones  basadas en cómics mostraban que el público estaba dispuesto a aceptar a superhéroes (y  antihéroes) con defectos, y relatos alternativos y no recomendados para menores. «Con el  éxito de estas producciones, vimos que teníamos la oportunidad de llevar la historia hacia  una dirección más madura: más gráfica, más visceral, más emocionante y, a nivel de  contenido, un poco más adulta. Después de todo, los cómics de Hellboy apuntan a una  calificación de “no apta para menores” y nosotros queríamos hacer algo un poco más fiel a  la obra de Mike».
   A la hora de pensar en la trama, los productores se vieron ante un mar de posibilidades.
Publicada a lo largo de más de 20 años, la serie Hellboy es la que más números editoriales  abarca bajo la dirección de una sola persona de entre todas las series de cómics que se  publican actualmente. Al final, los productores se decantaron por la compilación Hellboy, Volumen 9: La cacería salvaje1, una antología que incluye los números #37 a #44 de la serie,  como hilo central de la historia.
  Además de ser una historia épica, de acción trepidante y de alta categoría, La cacería salvaje  revela la historia del dramático origen de Hellboy. La película bebe igualmente de otros títulos  de Mignola, incluyendo una memorable escena inspirada en Hellboy en México, así como  algunos elementos escritos expresamente para la película.
  El guion es una colaboración real entre Mignola y Andrew Cosby. Mignola participó a lo largo  de todo el proceso, leyendo un borrador tras otro para asegurarse de que el guionista  permanecía fiel al personaje.
  «Lo importante para nosotros, igual que para los fans, era ceñirnos a las raíces y los orígenes  de Hellboy», comenta el productor Les Weldon. «Nadie quiere ver un Hellboy hecho por  otro —quieren el de Mike. Parecía casi como si estuviéramos haciendo una película  biográfica o histórica. El material fuente es esencial. Teníamos a Mike, y creo que eso se ha  notado enormemente».
   La participación de Mignola resultó especialmente importante porque, si bien muchas de las  escenas y de los diálogos provienen directamente de los cómics, Hellboy es más bien una  amalgama de las líneas argumentales de la serie, y no tanto la adaptación directa de uno de  los títulos. «Llevo siendo el creador de Hellboy 23 años», comenta el autor. «Hay un montón  de material, y se podría decir que soy el único que sabe cómo encajan todas las piezas. Así, el  guionista venía y me decía: “Aquí está la historia, y aquí tenemos algunos elementos, ahora  hay que ensamblarlos”. Mi trabajo consistía en decir: “Entiendo lo que estás haciendo, pero  creo que no estás encajando todos elementos como es debido”. O bien: “Necesitamos un hilo  que conecte esto y aquello”. O bien: “En lugar de esto vamos a poner esto otro”. Al final  hemos tomado elementos de muchas de mis historias y las hemos ensamblado de un modo que realmente funciona».
   Asimismo, la película amplía el marco de la obra de Mignola, trayendo el mundo de Hellboy  al pleno siglo XXI, según explica Levin. «En las historias de Mike hay siempre una clara  impresión de pasado», comenta.
   «Incluso cuando se ambientan en el tiempo presente hay una especie de sensación de  tiempos remotos o de época anterior. Al trabajar con Mike, hemos podido debatir cómo dar  a la película una ambientación y un aspecto contemporáneos, anclándola claramente en el  presente. Así, junto a los bosques y otros entornos originales extraídos de los cómics, nuestra  historia se desarrolla en el ambiente urbano del Londres actual».

UN TOQUE DE OSCURIDAD...
  Para cumplir con el objetivo de trasladar Hellboy a los tiempos actuales, y dotarlo de un  enfoque más orientado hacia el terror y la calificación para mayores de edad, los  productores sabían que necesitarían a un director con la combinación adecuada de grandes  dotes para el género y experiencia para supervisar una producción plagada de personajes  espectaculares, tramas entrelazadas y costosas escenas de acción. A todos les impresionaba  el alcance y la profundidad del trabajo de Neil Marshall, desde su hábil manejo en episodios  de las exitosas series de HBO, Juego de tronos y Westworld, hasta su largometraje Descenso,  que para Levin es «una de las mejores películas de terror del siglo XXI».
   «Queríamos a un director que supiera manejar tanto el terror como la acción, y que también  se le dieran bien los personajes —concretamente, ese humor seco y un poco macabro que a  menudo desprende Hellboy—», comenta Levin. «Nuestra intención era que la película  estuviera claramente ambientada en nuestro mundo, y no tanto que fuera algo de género  fantástico con F mayúscula. El trabajo de Neil plasmaba muy bien esa idea».
   A Mignola le pareció una buena elección desde el principio. «Cuando se nos ocurrió el  nombre de Neil, al instante pensamos: “Ah, perfecto, contamos con un tipo capaz de  proporcionar una versión más oscura y más auténtica de Hellboy”. Yo estaba muy  emocionado».
   Marshall reconoce que le entraron dudas cuando se planteó por primera vez dirigir la nueva  película de Hellboy. «Mi respuesta inicial fue: “A ver, eso es territorio de otra persona, y yo  en realidad no quiero adentrarme en su terreno”. Pero poco después quedó de manifiesto  que los productores querían crear una versión nueva de la franquicia. Y dije: “Genial,  hagámoslo”».
   El director afirma que era consciente del peso de la responsabilidad de hacerlo bien de cara  a los fans, así como a Mignola y los productores. «Larry y Lloyd llevaban ya un tiempo  manteniendo viva la llama de este proyecto. Así que la pregunta era: ¿cómo podemos reinventar esto de un modo en que no nos desviemos demasiado de la obra fuente —y que  en cierto sea lo más fiel posible a ella—? Y Mike y todos los demás conectaron también con  ese concepto, de modo que dijimos: “Perfecto, vamos a darle un toque oscuro”».
   Para Marshall, eso suponía ahondar en aspectos más arriesgados de los personajes y sus  historias. «Se trata de un gran viaje emocional para Hellboy, un viaje de descubrimiento, así  que, literalmente, lo hicimos más oscuro: más sangriento, más violento. Pero no es una  cuestión de introducir cosas que no corresponden. Se trataba siempre de, en caso de duda,  acudir a las fuentes».

BUSCANDO A HELLBOY...
   A la hora de elegir a un actor con la intensidad, el humor y la simple presencia física para  interpretar al imponente personaje que da nombre al título, el equipo pensó de forma  unánime en David Harbour.
  Marshall ya era fan del actor mucho antes de que accediera a su papel protagónico como el  jefe de policía Jim Hopper en la serie de Netflix Stranger Things. «Lleva muchos, muchos  años haciendo papeles increíbles», comenta el director. «Y también sumaba puntos el hecho  de que fuera un tiarrón de metro noventa con una increíble voz, y esos ojos que te cautivan  al instante. Es un portento de la naturaleza, y puedes sentirlo en su personaje. Por eso, en  cuanto lo barajamos como opción, ya no pensamos en nadie más. Fue algo así como: “No  hay duda, es perfecto para el papel”».
   Mignola recuerda que, antes de que hubiera ninguna decisión sobre el reparto, él y su mujer  estaban viendo juntos Stranger Things. «En el momento en que David Harbour apareció en  pantalla, Christine dijo: “Ese tío debería hacer de Hellboy”. Nunca le conté eso a nadie, pero  en dos semanas me llamó Lloyd Levin para decirme: “¿Qué te parecería David Harbour para  el papel de Hellboy?” Es decir, David fue literalmente la única persona que barajamos para  esta versión de la película».
   El actor se encontraba rodando la segunda temporada de Stranger Things cuando le llamaron sus agentes preguntándole por el papel. «El proyecto aún no había recibido luz  verde», recuerda Harbour. «Aún no contaban con una productora. Se trataba sólo de Lloyd  Levin, Larry Gordon, Neil Marshall y un guion, pero parecían más que interesados en que yo  hiciera el papel».
   «Pensé: “Oh, me halaga mucho... y me asusta que hayáis pensado en mí para hacer de este  demonio furioso», dice Harbour riendo. «Pero parecía que encajaba. Era mucho más oscura  y más terrorífica de lo que suelen las películas basadas en cómics».
   Aunque se sintió interesado al instante por el papel, Harbour afirma que le preocupaba la  idea de que la franquicia sufriera un reinicio. «Detesto ese término, porque he visto a un  millón de tíos interpretar a Hamlet y me encanta la aproximación al personaje de todos ellos.
  Cada uno aporta algo singular. Yo no quería competir con lo que otros habían hecho con el  personaje en las anteriores películas. Debía ser algo completamente distinto. Y debía ser algo  en lo que pudiera destacar como actor, algo que fuera muy diferente de lo que hizo Ron  [Perlman]. Por eso, el hecho de que quisieran resucitar el proyecto con una aproximación al  personaje radicalmente distinta, fue lo que me hizo decir: “De acuerdo. Suena genial. Contad  conmigo”».
   A Harbour le atrajo especialmente la caracterización que el guion hace de Hellboy, como un  personaje lleno de defectos y contradicciones. «No me interesa interpretar a un personaje  que siempre busca hacer lo correcto», comenta. «Me gustan los personajes con  motivaciones que no siempre proceden de algo bueno, pero que pueden conducir a buenos  resultados. Me atraía este tipo atrapado entre dos mundos».
   La condición de marginado de Hellboy también le pareció interesante al actor. «Es un bicho  raro, un friqui», afirma. «Los humanos se ríen de él y le humillan, y eso me hace  identificarme porque a veces me siento así yo mismo. Creo que en cierta medida la mayoría  de nosotros siente algo así. No hay nadie “normal” de verdad en este mundo. Esa es una de  las razones por las que, a mí, y también a muchos fans, nos encanta Hellboy».
   La elección de Harbour resultó ser una decisión creativa crucial, comenta Levin, ya que el actor captó a la perfección la versión de Hellboy que los productores y el director buscaban  —y la llevó a un nivel superior—. «A lo largo del proceso de evolución, tratamos de dotar a  Hellboy de más cercanía, más autenticidad, más emoción, más empatía, así como de su  característico humor socarrón», cuenta Levin.
   «Pero no me di cuenta completamente de lo que eso significaba hasta que Harbour se  introdujo en el papel. Aquellas ideas salieron adelante mucho más de lo que imaginamos al  principio, gracias a su interiorización tan profunda de la historia y el personaje».

LA REINA DE SANGRE RENACE...
   El Hellboy que interpreta Harbour es un ser mitad demonio de imponente estatura con piel  roja, cuernos recortados y cola. Por ello, los creadores eran conscientes de que debían  encontrar a una actriz extraordinaria que interpretara a su poderosa némesis, Nimue, la  Reina de Sangre.
  «Para enfrentarse a algo así, necesitas a alguien de la talla de Milla Jovovich», comenta  Marshall. «Milla es toda una presencia en sí misma. Puedes notarlo en cada una de las  palabras que dice, cada uno de los momentos en que aparece, cada una de sus miradas. Es  impresionante, es divertido trabajar con ella y es capaz de hacer una actuación totalmente  electrizante».
  La actriz nacida en Ucrania, cuya interpretación más conocida sea tal vez su papel  protagonista en la superexitosa saga Resident Evil, afirma que se sintió rápidamente  fascinada por la difícil situación de su personaje. «Lo que me hizo conectar fue pensar que  ella está convencida de aquello que defiende —y justo después la desafían y la traicionan—.
  Su posición es válida, pero es derrotada. Por eso, me apasionó y quise saber cómo se  desarrollaba su historia».
Para preparar el papel, Jovovich compró ediciones de tapa dura de varias colecciones. «Las  ilustraciones son fantásticas», afirma. «Vi lo hermosas que eran, y cuánta emoción y alma  había en las historias, y pensé: “Guau, con esto se podría hacer algo realmente bueno”».
   Para Hellboy, Nimue es algo más que una simple hechicera con poderes sobrenaturales. Se  da cuenta de que tiene una estrecha conexión con su pasado. «Como rival, representa un  increíble desafío para él por las cuestiones que le plantea en torno a quién es él realmente,  qué hace aquí, y en qué podría convertirse», apunta Levin.
  «En lo que respecta a comprender su identidad, es como si la tuviera a ella a un lado y al  profesor Broom al otro».
Nimue aprovecha esa conexión —y las dudas e inseguridades del propio Hellboy— para  intentar seducirle y que se una a ella, comenta Jovovich.  «Ella le dice: “Eres uno de los  nuestros”. Quiere saber por qué él trata de vivir como un humano y que le acepten esas  personas que le odian y le temen. Le dice: “En mi mundo podrías ser un héroe”. Quiere que  su fuerza se incorpore a su reino, hacer que sea el reino de ambos».
   Harbour reconoció la profesionalidad de Jovovich, así como su sólida comprensión del mundo fantástico. «He disfrutado mucho trabajando con Milla», dice. «Entiende cada aspecto de esta  forma de arte y sabe cómo extraer lo mejor de la obra. Es algo que va más allá de la actuación  —ella siempre piensa en un enfoque más amplio—. Y es agradable y simpática. Me permitió moverme en mi papel de apasionado y rarito, conectando con él. Fue magnífico».

UN PADRE DIFERENTE...
   Para el papel del padre adoptivo de Hellboy, el erudito y quisquilloso profesor Trevor  “Broom” Bruttenholm, los productores recurrieron al reconocido actor británico Ian  McShane. Aunque tal vez se le conozca sobre todo por su papel de Al Swearengen, el dueño  de un saloon fronterizo en la serie de HBO Deadwood, por el ganó un Globo de Oro®,  McShane ha aparecido en cientos de películas y series de televisión a lo largo de una carrera  que abarca más de cinco décadas.
  «La elección de Ian McShane nos permitió, con la ayuda de Mike Mignola, acercarnos al  profesor Broom con un poco más de complejidad que en los cómics», comenta Levin. «Ian  aportaba al papel su propia increíble presencia: es enérgico y robusto, ingenioso y cómico, y  sabe bien qué es lo que da mejor resultado. Hubo muy buena química entre David y él, lo cual permitió un gran aprovechamiento en términos creativos».
   McShane disfrutó con la complejidad y la hondura con las que se describe en el guion la  cercana, aunque compleja relación que tiene Hellboy con su padre. «Es como si se tratara de  ellos contra el mundo», comenta el actor. «Su pasado ha sido bastante movidito. Hellboy no  se crió jugando al Monopoly con su padre —más bien, éste le enseñaba a luchar contra  monstruos de cinco ojos y acabar con ellos con un vaciador de melones».
   Broom ha intentado preparar a su hijo para el inevitable día en que tenga que valerse por sí  mismo, cuenta McShane. «Le ha protegido, pero, cuando se marche, Hellboy tendrá que ser  un humano completo y preparado —para hacerse con el mundo de los humanos, y también  con el de monstruos-humanos—».
   McShane se mostró más que dispuesto a sumergirse en las escenas de acción de la película,  descartando la posible opción de que su personaje se hubiera mantenido al margen: «No  quiero parecer decrépito», bromea. Y pese a que McShane aportó su marca personal al  papel, el actor también homenajeó a su predecesor, su difunto amigo y respetado  compañero de profesión John Hurt, haciendo su papel como un «pequeño homenaje a  John».
  El actor afirma haber disfrutado con los elementos fantásticos de una película en que  conviven humanos con demonios. «Actuar frente a un hombre de dos metros, rojo y con  cuernos es bastante divertido, pues David es un buen actor, que justo resulta ser un tío de  dos metros, rojo y con cuernos. Ya sabes, perfectamente normal y perfectamente  razonable».

UN HOMBRE DE ACCIÓN...
   Los creadores de la película se desviaron en parte de las fuentes al introducir al Comandante de la AIDP2, Ben Daimio, reconoce Levin. «En el universo de Mignola, Daimio y Hellboy no  llegan a aparecer en la misma página, pero su introducción en la historia parecía estar bien  integrada, pues es un personaje genial y en cierto modo un reflejo de Hellboy».
   Daimio, un taciturno y reservado ex soldado convertido en agente, es en muchos aspectos lo  diametralmente opuesto a Hellboy. «Tiene algo de misterioso», afirma Levin. «Hellboy  también tiene una historia que no conocemos, pero podemos ver claramente lo que él es.
  Ambos personajes se complementan, lo cual aporta una interesante textura a la película».
Este papel lo interpreta Daniel Dae Kim, que durante ocho años participó en la exitosa serie  policíaca de CBS Hawai 5.0, y durante siete años en la serie de ABC Perdidos.
   Tras leer el guion, Kim tuvo una charla con Marshall por Skype. «Hablamos sobre el  personaje, sobre cómo lo veía Neil, y cómo quería filmarlo. Al final, esas cuestiones son las  más importante. Creo que Neil conocía mis trabajos, y yo los suyos, así que en realidad fue  simplemente cuestión de ver si nuestras sensibilidades encajaban. Y así era».
   Kim fue elegido para el papel pocos días antes de que comenzara el rodaje y, tras un viaje de  30 horas, llegó al estudio, en Bulgaria, justo antes de su primera escena. «Fue todo muy  rápido», comenta. «Suponía un reto, pero también fue estimulante. David y yo somos  actores de teatro de Nueva York los dos, y él tiene una generosidad espontánea y una  curiosidad con las que me identifico. Todo parecía muy natural, lo cual no es habitual en  situaciones de este tipo».
   El actor califica de «viscosa» la dinámica entre Hellboy y Daimio. «Son compañeros, pero no  siempre comparten el mismo punto de vista», explica. «Por eso, ambos tardan un tiempo en  desarrollar una relación de equipo».
  Aunque Kim y su personaje son bastante distintos, el actor dice admirar muchas de las  cualidades de Daimio. «Me gusta que sea un hombre de acción. Tiene un pasado militar, y  no suele pensar en los obstáculos; piensa en los objetivos. El incidente que tuvo con el  jaguar le marcó y cambió por completo su vida. Hay muchos personajes que le dan vueltas a  las cosas, y a mí me lo han achacado en mi vida real. Pero Damio sabe dejar a un lado los  problemas y los traumas y centrarse en la misión. Y eso no es malo».
   Para su sorpresa, el equipo le pidió a Kim que rebuscara entre sus destrezas aprendidas en la  escuela de interpretación y desempolvara su mejor acento británico. «Gran parte de la  película está ambientada en Londres, y Broom es británico, por lo que parecía que ese era el  universo que querían crear», explica. «Cuando estaba en la escuela me hacía ilusión  aprender received pronunciation [pronunciación del inglés estándar], pero en aquel  momento me preguntaba: “Siendo un actor asiático-americano, ¿alguna vez me pedirán  actuar con acento británico?” Pues vivir para ver: Hellboy».
   Kim, que nació en Corea del Sur y se crió en Estados Unidos, afirma que para él es un  privilegio interpretar a uno de los primeros héroes de cómic de origen asiático que se hayan  visto en la gran pantalla. «Tiene mucha importancia para mí, ya que en mi infancia no había  muchos papeles de asiático-americanos visibles en la televisión o en las películas que me  sirvieran de referentes. Muchos de los héroes de cómics fueron creados en los cincuenta, y  en esa época la diversidad no era tan importante. Por tanto, la cuestión es cuándo veremos  a más actores no blancos interpretando a héroes de cómics».

LA MEDIUM...
   Hellboy consigue también, para luchar contra Nimue, el apoyo de su joven amiga Alice  Monaghan, a quien salvó la vida cuando ella era un bebé. El papel lo interpreta la  prometedora actriz Sasha Lane, cuya explosiva interpretación en el largometraje American  Honey, ganador del Premio del Jurado en Cannes, cautivó a los productores.
   «La prueba de casting de Sasha fue increíblemente conmovedora», afirma Levin. «Tenía una  gran actitud, emoción, singularidad y cercanía. Queríamos que Alice ampliara su personaje,  que tuviera voz firme. Sin duda Sasha hizo más grande el papel —tuvimos mucha suerte de  poder contar con ella en el reparto—».
   La fuerza del personaje fue un factor importante a la hora de que Lane decidiera aceptar el  papel. «Lo que realmente me atrajo de Alice es que claramente no es la típica damisela en  apuros», comenta Lane. «Es más bien ella misma. Tiene una energía muy positiva y ha  atravesado muchas dificultades».
   Lane también se sintió interesada por la evolución del personaje de Hellboy. «Me gustaba la idea de que este es justo el momento en que Hellboy tiene que enfrentarse a sí mismo. En  cierto modo juzgamos a Hellboy por lo que vemos, pero a menudo no llegamos a ver todo su  interior, todo lo que le ha pasado. Este es su verdadero momento».
   La conexión entre Hellboy y Alice es un componente más de la historia, apunta la actriz. «No  es que sea romántico, pero sin duda son una especie de almas gemelas. Por ser quienes son,  y por lo diferentes que se sienten de todos los demás, podrían sentir la tentación de elegir el  camino fácil —el camino oscuro—, pero en lugar de ceder luchan juntos sin descanso».

CREANDO EL UNIVERSO...
   A la hora de diseñar el aspecto visual de la película, los cómics de Mignola proporcionaron a  los creadores una guía ilustrada del universo de Hellboy. «Mike es un increíble creador de  mundos», afirma Levin. «Esta es una magnífica oportunidad de trasladar su visión a la  pantalla. Por eso en todo momento hicimos referencia a lo que había en los cómics».
   Para llevar a cabo la transformación de Harbour en Hellboy, los productores sumaron al  equipo al diseñador de efectos de maquillaje Joel Harlow, ganador del premio Oscar® —y del  Emmy®—. Durante la preproducción, Joel trabajó con un equipo de cuatro veteranos  diseñadores para crear cada centímetro del personaje, desde las puntas cercenadas de los cuernos hasta el extremo de la cola, utilizando como referencia principal los dibujos de Mignola. «La estructura de la cara de Hellboy se basaba siempre en las ilustraciones de Mignola», comenta Harlow.
   «La mandíbula, las cejas y la estética angulosa fueron nuestro punto de partida. Pero, para  hacer más reales los diseños, tratamos de pasar del mundo del cómic al mundo real.
  El resultado es quizá aún más terrorífico, porque ya no es un dibujo animado. Tiene pelo en el  pecho, los brazos, la espalda y la cola, y cicatrices —su cuerpo es comparable al de un  luchador de artes marciales mixtas—. Queríamos que su mano derecha del Juicio Final fuera  diferente a la de cualquier versión anterior. Y en esta película vemos también los cascos de  las patas de Hellboy. Para cada aspecto del diseño del personaje, Mike nos dio directrices en todo momento».
  Harlow también se encargó de crear el aspecto de todas las criaturas no humanas de la  película, incluyendo a la Reina Nimue y su monstruo-esbirro Gruagach (al que pone voz  Stephen Graham), así como brujas cadavéricas, gigantes, y numerosos habitantes y  moradores nocturnos de un Infierno que amenaza con arrasar nuestro actual planeta. Al  mismo tiempo, Harlow y su departamento supervisaron la creación y elaboración de una  extraordinaria variedad de estéticas menos demoníacas, desde la cara de Ben Daimio con sus  cicatrices hasta el semblante de Merlín. El estudio de creación de efectos morfológicos  especiales que Harlow tiene en Los Ángeles contaba con un equipo de 35 personas, de las  cuales siete viajaban al estudio de rodaje para continuar con el diseño y la supervisión de las  elaboraciones. Cada día, Harlow, junto con un asistente, confeccionaba el aspecto de Harbour  en dos fases: primero, una máscara integral y, después, un traje para cubrir todo el cuerpo.
  «Yo me presentaba allí totalmente afeitado, me ponía una camiseta de tirantes especial, y  empezaban a maquillarme», relata el actor. «Me ponían un poco de loción en la cara y una  calva artificial en el pelo, encolándola para dejarla adherida, y entonces elaboraban las orejas.
  Después de eso, yo me ponía los auriculares, me recostaba y me ponía a escuchar música».
A continuación, y durante más o menos una hora, se colocaban las distintas capas: un  casquete con imanes para fijar los cuernos, silicona líquida para la cara, encolamiento y  adhesión de los bordes, cicatrices, y maquillaje en la mano izquierda (la única parte de piel  del actor visible en el personaje).
  Una vez completadas las elaboraciones de la cabeza, otro asistente se encargaba de ponerle  el traje a Harbour. Se crearon seis trajes que se iban rotando, para poder ir reparándolos y  reinsertándoles el pelo desprendido —en todo momento había, por lo menos, uno de ellos  listo para usarlo en rodaje—.
  «Fue la parte más extraña del proceso», recuerda Harbour. «Me impregnaban los brazos con  lubricante y me introducía en aquel traje, que me cubría todo el cuerpo y se abrochaba con  cremallera por la espalda».
   A continuación, se añadían la cola y la mano derecha del Juicio Final. Se ligaban los bordes de las piezas y se añadía el pelo —patillas, mosca y peluca—. Se adherían los característicos  cuernos, aplicándoles un poco de sangre. Finalmente, un especialista en lentes de contacto  le echaba a Harbour unas gotas en los ojos —un proceso que había que repetir, cada vez que  se ponía las lentillas, cada veinte minutos, con un límite máximo de cuatro horas— para  evitar la abrasión de las córneas, y le colocaba las lentillas amarillo- anaranjadas.
   Todo el proceso de confección duraba, de principio a fin, unas dos horas, más otra media hora al final del día para quitar todo excepto el maquillaje rojo de la mano izquierda, que  permaneció así durante todo el rodaje. Eso evitó que Harlow y su equipo tuvieran que volver  a maquillar la mano cada uno de los más de 60 días de producción. «Al final acabé yendo por  ahí con una mano roja», comenta Harbour riendo. «Como si fuera, no sé, David Bowie, o  alguien que hubiera tenido un accidente».
   Marshall afirma que rara vez veía a Harbour sin su maquillaje durante la filmación. «Yo veía  llegar al estudio a Hellboy, vivía dentro de ese personaje hasta que se iba al final del día»,  cuenta el director. «Las pocas veces que veía a David sin maquillaje tenía la impresión de que  llevaba siglos sin verle. Pero después me acordaba: “Ah, claro, llevas aquí todo el día”. Se convirtió en su personaje, es lo que era cada vez que aparecía en el estudio».

ROJO DE IRA...
   Para Harbour, las escenas de acción de Hellboy han sido las más intensas de su carrera. Tras  acabar con la segunda temporada de Stranger Things, el actor emprendió un inmersivo programa de entrenamiento de diez semanas con el fin de prepararse para las exigencias  físicas del papel. «Tampoco podía adelgazar demasiado», comenta. «Tenía que seguir  comiendo mucho porque las prótesis que llevaba estaban adaptadas a la figura que tenía  entonces. Pero sí que gané mucha más fuerza, flexibilidad y energía. Eso sí, una vez  empezamos dije; “¡Joder, esto es mucho más de lo que pensaba que tendría que hacer!”».
   Markos Rounthwaite, veterano coordinador de especialistas de acción, que ha trabajado en  películas como Misión imposible: Protocolo fantasma o Zombieland; Double Tap, entre otras  muchas, diseñó una serie de escenas de pelea, intrincadas y un poco heavys, entre Hellboy y  varias criaturas sobrenaturales con mal genio. «Los combates son una locura», comenta  Harbour. «Tienes de verdad la sensación de estar matando cosas, gigantes o monstruos, y de  que están rodando cabezas. Todo ello tiene que ver con el hecho de que Hellboy es una  máquina de matar, una auténtica arma».
   Al no tener nunca claro qué o a quién se va a encontrar, Hellboy trata de estar preparado  para lo que sea. Pero a veces las cosas no salen según lo planeado o simplemente tiene que improvisar, comenta Harbour. «Hablé mucho con Mike sobre qué eran todas esas cosas que  hay en el cinturón que lleva puesto. Mike decía que, como agente de lo paranormal, va a  tener que enfrentarse a todo tipo de criaturas —vampiros, brujas—. Por eso, lleva cosas  como ajos o balas de plata. Pero en realidad, en cierto modo, no sabe lo que hace. A lo mejor  lanza una ristra de ajos a alguien y después se da cuenta y dice: “Vaya, no ha funcionado”.
  Pero él llega y se pone manos a la obra, y se hace a la idea de que tendrá que patearle el culo  a alguien. Simplemente recurre a lo que mejor convenga en el momento».
   La épica batalla de Hellboy contra los gigantes, una de las escenas más elaboradas y llenas de  acción de la película, resultó especialmente dura para Harbour. «Tengo que ir por ahí  corriendo con las prótesis y ese aparatoso traje, rodando por el suelo, tirando a otros tíos de  los caballos, dando puñetazos», recuerda. «No paraba de sudar bajo la máscara, y el sudor sólo podía salir por algunas partes del traje, como los ojos, por debajo de las cejas, por fuera  de los cuernos o por la nariz. Se me quedaba la cara blandurria de todo el sudor que me  salía. Acababa con tanto calor que tenían que llevarme a una carpa con aire acondicionado y  desabrocharme el traje. Me quedaba ahí sentado jadeando como un perro, tratando de coger  aire fresco. Después abrochábamos el traje, volvíamos, y otra vez de nuevo».

COLORES DE CÓMIC...
   Para la producción de Hellboy fue necesario el trabajo de unas 1200 personas, entre reparto y  miembros del equipo; tres unidades de rodaje en localizaciones de Reino Unido y Bulgaria, y más de 20  escenarios en los Estudios Nu Boyana en la capital búlgara, Sofía. El gigantesco y vanguardista estudio  cuenta con múltiples decorados, que en la película recrean sitios de Reino Unido y México, así como 10  instalaciones de sonido completamente equipadas.
   El diseñador de producción Paul Kirby y el director de fotografía Lorenzo Senatore trabajaron con  Marshall para confeccionar una paleta basada en los cómics de Hellboy. «El material original que creó  Mike Mignola tiene una paleta luminosa», apunta Kirby. «Cuando se ve a Hellboy, él es lo único rojo  que hay en la imagen. Cuando no sale, hay otra cosa roja —fuego, el vestido de la Reina de Sangre—.
  El resto son colores terciarios más apagados. En el diseño procuramos tener todo eso en cuenta».
El enfoque de Kirby, en términos generales, giraba en torno a la creación de escenarios de apariencia  básicamente realista, que contrastaban marcadamente con los elementos y personajes sobrenaturales  de la película. «Creo que, cuando la fantasía tiene una base un poco más realista, parece más extraña,  en cierto modo», explica. «Es como si vieras un gigante o un monstruo en tu casa. Es el contrapeso de  algo que está fuera de lugar lo que da la impresión de extrañeza, de terror».
   Kirby pone como ejemplo la visita de Hellboy a las profundidades del Club Osiris, donde le informan  de la misión de cazar gigantes. «Empieza siendo como una casa de campo inglesa», explica. «Hay  armaduras expuestas, fusiles, mosquetes, espadas. Luego, según te vas adentrando, las rarezas van en  aumento. Van apareciendo objetos de ocultismo. Y entonces, aún más adentro, vemos cabezas de  trofeo de las cacerías. Combinamos formas humanas y animales, como una calavera con patas de  araña. En una escala de rareza del uno al diez, eso sería un doce».
   En ocasiones, trasladar las ilustraciones bidimensionales del cómic al mundo tridimensional del cine requería ingeniosas modificaciones. Un ejemplo sería la delirante casa de Baba Yaga,  una bruja del folclore eslavo que aparece a lo largo de los cómics, generalmente para  provocar o torturar a Hellboy. «En la leyenda, así como en las ilustraciones de Mike, se trata  de una pequeña casa que va caminando con patas de gallina», comenta Kirby. «Pero lo que  queda bien en las páginas de un cómic no siempre queda bien en la pantalla de cine. Para  Mike, lo más importante era que tuviera la misma cualidad que la TARDIS, la máquina del tiempo de Doctor Who, en el sentido de que fuera más grande por dentro que por fuera. Pero  cuando la casa, yendo por el bosque, se dirige hacia Hellboy, queríamos que hubiera  sensación de verticalidad para apreciar cómo se acercaba. De modo que al final hicimos que  fuera como una torre que se elevaba sobre él a medida que se movía, para después posarse  en el suelo y convertirse en la puerta de entrada a la guarida de Baba Yaga».
   De todos los complejos escenarios de la película, Kirby afirma sentir más orgullo del entorno  creado para la climática escena entre Hellboy y Nimue, situada en Pendle Hill, donde tuvieron  lugar los juicios de brujería más famosos de Inglaterra, en el siglo XVII. «Algunas escenas  pueden imaginarse los espectadores que están rodadas en estudio, pero, cuando ves a  Hellboy sobre una colina con la Reina de Sangre, no te imaginas que ese paisaje haya sido  creado en estudio», comenta. «A veces, quieres mostrar un diseño, sabiendo que la gente lo  verá y lo reconocerá como tal. Pero, otras veces, quieres que el diseño sea invisible. No  quieres que la gente se esté preguntando: “¿Es real ese árbol? ¿Es real esa roca? ¿Eso está  hecho en estudio?” Simplemente deseas que disfruten de la historia».
   Weldon se deshace en elogios ante el impresionante despliegue visual creado por Marshall,  Kirby y Senatore, con la ayuda de cientos de profesionales de producción locales. «Hemos  tenido uno de los mejores equipos del mundo para esta película», comenta el productor. «En  Bulgaria contábamos con técnicos y artistas maravillosos, capaces de dar vida a este  sofisticado mundo de imaginación. Hay un sinfín de capas a nivel visual y artístico. Recuerdo  estar viendo una escena en el monitor, la de la tumba del Rey Arturo. En la pantalla parecía  totalmente como una viñeta del cómic que había cobrado vida. La colaboración y los  resultados han sido asombrosos».

AUNQUE EL DEMONIO SE VISTA DE SEDA...
   Como es lógico, las primeras conversaciones entre Marshall y la diseñadora de vestuario  Stephanie Collie, durante la fase de preproducción, se centraron en encontrar el vestuario  ideal para el personaje central de la película. «A Neil le gustó mucho algo que incluí en mi  catálogo de referencia —la idea de que el abrigo de Hellboy evocara a los pistoleros del viejo  Hollywood», recuerda Collie. «Me imaginaba a Hellboy liándose a golpes en un abrigo tipo gabardina y la tela moviéndose fluidamente con él. David es un tipo grande, y aún más con el traje. Suponía un reto crear algo que se adaptara a su figura, por lo que hubo que hacer muchos ajustes para dar con la silueta adecuada».
   En homenaje a las ilustraciones de Mignola, la diseñadora incorporó un alambre flexible en el cuello y la solapa del abrigo para conseguir la forma adecuada y fijarla. «En los cómics, el  abrigo muchas veces está arrugado y el cuello queda un poco desigual al resto», explica.
  Collie tomó como inspiración el hecho de que la acción de la película se desarrolle en  diferentes épocas, incluyendo el siglo VI, la década de 1940 y el tiempo actual. «Lo que nos motiva a los diseñadores es tratar de transmitir una serie de cosas —el personaje, la época, la  historia— a través de una prenda», comenta. «Lo que a mí me choca de los cómics es que son  un poco atemporales. Una representación muy realista de un vestido moderno delataría  rápidamente la época».
   Para crear el vestuario de Nimue, Collie voló a Los Ángeles para reunirse con Jovovich.
«Probamos diferentes cosas para captar la esencia de su personaje, algo que pudiera cambiar  con su evolución, su estado de ánimo y el punto en que se encontraba de su recorrido»,  explica Collie. «En cierta manera, cuando aparece por primera vez en la película, es una  inocente —son las circunstancias y el hecho de que la traicionen lo que la transforma—. Su  vestido es muy simple, creado a partir de metros y metros de seda teñida de un efecto  sombra, con una parte oscura en el dobladillo que se funde con el color carne de la parte  superior. El efecto es como de invisibilidad, que era lo buscábamos». «Además, Milla lleva  una bonita peluca, lo cual —junto con los zapatos que en realidad no llegamos a ver— da la  impresión de que está flotando. Con el viento artificial y su movimiento parece que está  levitando. Decidimos que conservara ese vestuario durante todo su recorrido».
  Jovovich cuenta que le entusiasmó todo del aspecto de su personaje. «Me encantó el  vestuario que Stephanie diseñó. Paul Pattison, que es un increíble especialista de maquillaje,  creó el diseño del maquillaje y el peinado. La larga peluca sirve un poco de guía para el aspecto de Nimue, y Paul y yo coincidimos en que debía tener una apariencia fantasmagórica,  etérea, como resplandeciente, así que básicamente me rociaron con espray plateado. Han pasado 1500 años en el momento de mi regreso, por lo que soy una especie de monstruosidad cadavérica y putrefacta. Yo lo llamo el “look vertedero” —como algo mohoso que encontrarías en la basura—. Pero según va aumentando mi poder, empiezo a recuperar
mi belleza».
   Según Collie, el primer vestuario que se prueba un actor suele ser el que gana, aunque  habitualmente se prueban —y se descartan— otros diseños para confirmar la decisión. «Para  el personaje de Daniel, encontré unas botas grises geniales, unos vaqueros a capas, una  camisa y una chaqueta impermeable. Se lo probó y al instante dijo: “Sí, lo tenemos”. Tres  cuartos de lo mismo ocurrió con el traje de años cuarenta de Ian. Se probó la primera de las  opciones y dijo: “Lo tenemos, querida, éste es”. Con Daniel sí que probamos más diseños,  pero, con Ian, cuando le ofrecí otras opciones, dijo: “No hace falta. Está perfecto”. De modo  que sólo tuve una imagen de su aspecto para mostrar, ¡y por suerte les pareció bien a todos!».
   Para el vestuario del Profesor Broom correspondiente al tiempo actual, McShane le pidió a su  sastre favorito del Soho que le diseñara un traje de pana de tres piezas. «Es simplemente  perfecto», afirma Collie. «Tratándose de un hombre nacido a principios del siglo XX que deja  de envejecer en los años cuarenta, no hay razón por la que hubiera de pasar a ser moderno  de repente. Se habría quedado con un traje de la forma y el estilo propios de los cuarenta.
  Para acompañarlo utilizamos una serie de camisas sin cuello».

MÁQUINAS DE MATAR...
   Bajo la dirección de Kirby, Dirk Buchmann, del departamento de arte, supervisó la creación de  las armas y otros accesorios que aparecen en la película. En total, Buchmann y su equipo de 20 artistas crearon unos 600 objetos especiales de atrezo.
  Después de crear varios modelos 3D para el cañón de la mano de Hellboy, el equipo se  decantó por uno cuyo diseño se inspiraba en un revólver austriaco de hace 140 años, a partir  del cual el artista de armas creó una versión de acero totalmente funcional. El arma  resultante pesaba casi tres kilos y disparaba balas de fogueo reales del calibre 38. El arma de  Daimio es una versión ultragrande de una Derringer Colt de hace 150 años.
   El cinturón de Hellboy —que contiene objetos que podrían resultar mortales para un ser  sobrenatural, entre ellos un rosario—, fue una adaptación de varios diseños conceptuales.
  Buchmann también supervisó la creación de las mochilas de los cazagigantes del Club Osiris,  generadores portátiles que descargan fuertes corrientes eléctricas en los cuerpos de sus  enormes presas por medio de unas lanzas a las que están unidas. La espada Excalibur es una  réplica casi exacta de la que dibujó Mignola, según explica Buchmann. «Presenta algunos  retoques, pero básicamente está tomada tal cual de los cómics».

MÁS ALLÁ DEL DESTINO – Y LAS COLAS – ...
   Con su rica mitología, su fascinante trama y su espectacular diseño visual, Hellboy evoca un  amplio abanico de ideas y emociones para los miembros del reparto y del equipo.
  Al actor Daniel Dae Kim le conmovió el modo en que la película explora el destino y la  redención. «¿Qué son el cielo y el infierno? ¿Por qué tipo de cosas se nos debe castigar? ¿Qué podemos hacer para ir más allá de nuestro destino?», medita.
  «Para mí, todo eso son preguntas interesantes, y son las preguntas que se hacen tanto  Hellboy como mi personaje. Aunque también creo que, dado el clima cultural que hay hoy,  Hellboy podría ser una pequeña vía de escape, y eso no está tan mal».
   Mignola se asombra de la longevidad de su personaje y manifiesta su gratitud hacia los fans  por su continuado interés en las aventuras de Hellboy. «Me siento increíblemente  afortunado», afirma el autor. «Por haber creado, no ya un superhéroe tradicional, sino un tío  rojo con cola que proviene del infierno. Ver la aceptación que ha tenido este personaje  durante estos 25 años es algo genial».
  Como persona encargada de capitanear, junto a su socio de producción Lawrence Gordon, la  presencia de Hellboy en la pantalla durante cerca de dos décadas, Levin siente la emoción de  que esta nueva entrega presente a Hellboy a través de un nuevo prisma. «Y ello es en gran medida gracias a la actuación de David Harbour», comenta. «Es un personaje mucho más  empático de lo que nadie esperaría».
   Marshall coincide: «David ha ofrecido una genial versión del material original. Me encantaría  ver cómo el público sale con la impresión de haber visto una película original de Hellboy».
   ¿Y qué hay de Harbour? Él quiere que la gente sepa que tener cola claramente no lo es todo  en este mundo. «La cola es un grano en el culo», dice. «Recuerdo un día en el rodaje, en que  acabábamos de hacer una escena aparatosa, con peleas y especialistas de acción, y yo estoy  reventado, y los de las cámaras me dicen: “Hum, oye, tu cola...” Tengo que lidiar con la mano,  tengo que lidiar con el traje, ¡tengo que lidiar con todo! ¡¿Y pasa algo con mi cola?! Sé que  todos pensáis que querríais tener cola. En serio. No, no querríais tener cola.»

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