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La película, nominada a dos Independent Spirit Awards (Mejor Actriz de Reparto y Premio John Cassavetes) tuvo su premiere mundial en el Festival de Sundance donde ganó dos premios importantes: el Premio del Público y un Premio Especial del Jurado a la interpretación de su joven protagonista, Preeti Panigrahi
La película explora la contradictoria y compleja relación que la Índia mantiene con la sexualidad. El país del kama sutra es también el de la férrea moral victoriana procedente de sus tiempos coloniales. Conjugar el sexo en femenino es misión imposible en una región en la que algunas mujeres ni siquiera conocen los nombres para referirse a sus genitales, y en el que el 11% creen que la violencia de género es aceptable si se niegan a mantener relaciones con sus esposos. La directora, que estudió en un colegio similar al internado que aparece en la película, explica: "En estas escuelas las niñas son vigiladas, ostensiblemente para proteger su virtud. La sexualidad masculina sí puede expresarse, a veces con agresividad hacia las chicas; mientras que a nosotras se nos enseña a ser sumisas y a sentir vergüenza por nuestros cuerpos".
Talati reconoce que a lo largo de su vida ha conocido a muchas mujeres que se rebelaron y transgredieron estos códigos, aunque lamenta que casi nunca las vio representadas en las películas de su país: Las películas de India a menudo borran los cuerpos femeninos reales. Los senos y los traseros son hipersexualizados, pero la masturbación, la menstruación, las vaginas, etc., son tratadas con repulsión o vergüenza. Esta eliminación es parte de la forma en que se entrena a las niñas para ser invisibles en un mundo que teme su sexualidad, identidad y voz".
La directora rinde homenaje a estas mujeres disidentes a través de los personajes de Mia y de su madre Anila: "Son personajes francos y subversivos que emergen desafiantes, aunque no necesariamente triunfantes. Se supone que Mira es la chica buena, la que sigue las reglas, pero ahora quiere explorar otra identidad con este chico. Y luego está la madre. Muchas madres jóvenes son relegadas a un rol asexual, secundario en la vida, y llegan a pensar: bueno, ¿y yo qué? Conocí mujeres en mi vida que transgredían estas normas de diversas maneras, pero nunca se escribe sobre ellas", concluye Talati.