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NOTAS DEL DIRECTOR...
   Empecé a configurar la película en la víspera de mi boda. Estaba leyendo un libro sobre viajes titulado El caballero del salón, de Somerset Maugham. En dos de sus páginas, Maugham describe un encuentro con un inglés residente en Birmania. Este hombre había huido de su prometida a zonas lejanas de Asia antes de ser encontrado y embarcarse en un matrimonio próspero. Básicamente, era una historia que jugaba con estereotipos universales: la obstinación femenina se sobreponía a la cobardía masculina.
  El viaje del novio seguía la ruta del “gran tour”. A principios del siglo XX, el “gran tour” asiático, que comenzaba en una de las ciudades indias más importantes del imperio británico y terminaba en el lejano oriente (China o Japón), era el viaje más cotizado de la época. Muchos viajeros europeos se aventuraron a ello y algunos escribieron libros sobre su experiencia.
  Al adoptar el enfoque genérico del prometido fugitivo que sigue la ruta del “gran tour”, decidimos no empezar a escribir el guion hasta haber hecho el “gran tour” nosotros mismos. Grabamos el viaje en 2020 y creamos un archivo de imágenes y sonidos. Después de visionar todo este material de archivo, escribimos el guion. Al contrario de lo que sucede normalmente en películas en las que se trabaja con material de archivo, las imágenes que usamos pertenecen al presente y no al pasado. El resto de la película, el rodaje en el estudio, que tuvo lugar en Lisboa y Roma, refleja el pasado. La historia se desarrolla en 1918.
  Los dos personajes principales de la película cubren todo el amplio territorio porque van entrecruzándose. Edward huye de su prometida, Molly, y Molly persigue a su prometido, Edward. En esencia, la película se construye con las aventuras que viven Edward y Molly durante su viaje. Estas muestran la interacción virtual que hay entre ambos en la sinfonía de un desfase causado por otras personas durante el camino y por el estallido del caos en el mundo.
  Tal y como sucede en las comedias de enredo americanas de los años treinta y cuarenta, la mujer es la cazadora y el hombre, la presa, pero a ambos personajes los separa el espacio y el tiempo de la película. Con el cambio del enfoque masculino al femenino, esta comedia se convierte en un melodrama.
  Hay varios “gran tours” en este largometraje. Por un lado, está el tour geográfico que se observa en las imágenes de la Asia contemporánea, que casan con el viaje que siguen los personajes en la Asia imaginaria rodada en el estudio. Por otro, está el “gran tour” emocional que viven Edward y Molly, cada uno a su manera: ambos se mueven en un territorio emocional, que es igual de vasto que el que recorren físicamente. Por encima de todo, está el tour inmenso que reúne lo que está dividido: países, géneros, épocas, realidad e imaginación; el mundo y el cine. Invito encarecidamente a los espectadores a adentrarse en este último “gran tour”. Creo firmemente que el cine va de esto.

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