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FALCON LAKE
INFORMACIÓN
Titulo original: Falcon Lake
Año Producción: 2022
Nacionalidad: Canadá, Francia
Duración: 101 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Drama
Director: Charlotte Le Bon
Guión: Charlotte Le Bon. Basado en la novela gráfica de Bastien Vives
Fotografía: Kristof Brandl
Música: Shida Shahabi
FECHA DE ESTRENO
España: 22 Septiembre 2023
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Flamingo Films


SINOPSIS

Bastien, un adolescente parisino, pasa las vacaciones con su familia en una cabaña junto a un lago de Quebec. Allí se encontrará con Chloé, una chica mayor, de quien se enamorará. A pesar de la diferencia de edad y de los miedos de Bastien, desarrollan un vínculo especial. Bastien tendrá que enfrentarse a sus miedos para conseguir un lugar en el corazón de Chloé, mientras exploran su sexualidad y la inquietante leyenda del fantasma del lago...

INTÉRPRETES

JOSEPH ENGEL, SARA MONTPETIT, MONIA CHOKRI, ARTHUR IGUAL, KARINE GONTHIER-HYNDMAN, ANTHONY THERRIEN, PIERRE-LUC LAFONTAINE, THOMAS LAPERRIERE, JEFF ROOP, LÉVI DORÉ, ÉLÉONORE LOISELLE

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Festivales y premiosPREMIOS Y FESTIVALES

- Premios César 2023. Nominada a mejor ópera prima
- Festival de Cannes 2022
- Seminci de Valladolid 2022

Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
Su película se inspira en la novela gráfica Une sœur (Una hermana) de Bastien Vivès. ¿Cómo la conoció?...

Fue Jalil Lespert, actor, cineasta y amigo, quien me la regaló.
Simplemente me dijo: “Creo que esto es para ti y, si te gusta, te ayudaré a coproducirlo como tu primer largometraje”. Y tenía razón. Me pareció evidente que esta historia tan sensible y sutil tenía un inmenso potencial cinematográfico. Al principio, incluso a Bastien Vivès le sorprendió la idea de adaptarla. Estaba convencido de que la historia no podía trasladarse a la pantalla. Para mí, el verdadero reto era hacer mía la historia, que fuera una obra personal. Gracias a la colaboración con François Choquet en el guion, conseguimos darle una nueva identidad, es una adaptación libre.

Los acontecimientos de la novela gráfica se desarrollan en la costa de Bretaña. Falcon Lake se sitúa en Quebec, junto a un lago. ¿Es éste el primer paso de la interpretación?...
Los paisajes y regiones de los Laurentides, al noroeste de Montreal, me son familiares desde la infancia. Necesitaba esa familiaridad no sólo para tranquilizarme, sino también para desafiar a mi protagonista, que es francés. Me gustaba la idea de enfrentarlo a esta alteridad para exacerbar un sentimiento de aislamiento que es fiel al propio despertar emocional. Una casa de madera bastante aislada, un lago, bosques. En este escenario “básico” evoluciona un pequeño grupo de veraneantes, entre ellos los adolescentes Chloé y Bastien, que a su vez se encuentran en plenas vacaciones románticas.

Adolescentes imprudentes, rodeados por un peligro oculto. Este inicio recuerda a otras películas…
Soy una fanática de las películas de terror. Son mis primeros recuerdos viscerales del cine. Cuando era más joven, en Quebec, mis amigos y yo nos pasábamos las noches viendo películas como Scream, Sé lo que hicisteis el último verano o incluso El resplandor, muertos de miedo y de felicidad. Como dato curioso, rodé Falcon Lake en un pueblecito de las Laurentides llamado Gore. Nuestro cuartel general estaba situado cerca de un cementerio y, todos los mediodías, el equipo comía cerca de las tumbas. Era extrañamente agradable.

¿Se siente en una encrucijada de culturas?...
Soy de Quebec y anglófona por mis padres, francesa y francófona a lo largo de mi carrera y de mi vida.
Es una gran herencia, una riqueza existencial e intelectual. Sé lo que es la alteridad por haberla vivido.

Rodó en pleno verano. ¿Era necesario?...
El verano en Quebec es mágico, sobre todo en las Laurentides.
Después de meses de invierno y frío glacial, el calor trae liberación. Una liberación del espíritu y del cuerpo, una liberación de la naturaleza en todo su generoso esplendor. Lo aprovechamos al máximo, pero con la sensación de que no va a durar, de que el otoño va a llegar de nuevo con su dureza.

Durante ese tiempo de hedonismo a ultranza, ¿permanece la inquietud?...

Quiero mostrar que esta naturaleza y toda su belleza pueden ser inquietantes al mismo tiempo. Las aguas de los lagos son maravillosas, pero son aguas oscuras, a veces tibias. Siempre vi el baño en un lago como una experiencia de doble filo: la alegría de chapotear pero nunca sin una ligera ansiedad. Nunca sabemos lo que hay en el fondo, en el fondo más profundo. Y esta sensación puede llegar a ser increíblemente turbadora. Esto es lo que creo que nos desconcierta cada vez que tenemos la infame sensación de “deja vu”. Este es el hilo conductor de Falcon Lake: No sabemos lo que ocurre en el fondo, pero tenemos la sensación de haberlo vivido ya.

¿Cómo organizó esta permeabilidad entre la sensación de ambigüedad que destilan los paisajes y la compleja caracterización de los dos personajes principales?...
Desde mi punto de vista, Chloé necesitaba impresionar a Bastien no sólo con su belleza e insolencia, sino también con su extrañeza y oscuridad. Tiene la sensación de no pertenecer a ningún grupo, ni familiar ni de amigos. Su fascinación por las historias trágicas y los fantasmas son elementos singulares que la aíslan y muestran la soledad que siente en secreto.
Bastien, por su parte, es un chico de 14 años que navega por una zona crepuscular en la que el niño sigue ahí mientras se va formando la silueta del adulto. Es en este campo de juego de los intermedios donde Chloé y Bastien se conocerán, se comprenderán y se amarán.

Uno de los puntos fuertes de Falcon Lake es su capacidad para traducir en imágenes lo que pasa por sus cabezas…
Probablemente porque yo misma viví esos momentos de duda tan específicos de la adolescencia, tanto desde el punto de vista sexual como existencial. Es una aventura única, crucial y a veces dolorosa como lo son estos tiempos de metamorfosis y transición. En el cine, la adolescencia es un tema estimulante, siempre que no se ceda a la seriedad o incluso a la melosidad.

¿Es Falcon Lake también una comedia?...
A veces, sí. Demasiada seriedad me molesta. Falcon Lake es una comedia adolescente en la que todas las bromas están permitidas, incluso las que van más allá del límite. Hay una escena en la que uno de los chicos de la banda sale del lago gritando porque algo le ha tocado y ha intentado tirar de él hacia el fondo. Pero esta creciente angustia se difumina rápidamente al convertirla en una broma. Dice que algo le ha tocado las pelotas. Me encanta la palabra “bolas”, me hace reír a carcajadas.

¿Cómo eligió a sus dos actores para los papeles principales de Chloé y Bastien?...
No diré que me gustan porque en realidad me encantan. Vi a Joseph Engel en Un hombre fiel, de Louis Garrel. Entonces era muy pequeño, tenía unos 10 años. Tras descubrir a este niño secreto, intenté convencer a sus padres para que lo dejaran conmigo en Canadá durante un mes… Y eso llevó algún tiempo. Casualmente, Joseph tenía 14 años durante el rodaje, es decir, en plena fase de vacilación en la que las acciones y los comportamientos empiezan a contradecirse e incluso a desafiarse. Con su cuerpo, su sensibilidad, lo dio todo: un adolescente en todo su esplendor pero impregnado de la inteligencia emocional de un adulto. Generalmente, en las películas de adolescentes, los personajes masculinos son un poco ridículos, pasivos y desagradables. Yo quería un chico que fuera guapo, problemático y divertido.
Para el personaje de Chloé, la búsqueda me llevó más tiempo. Sara Montpetit respondió a una convocatoria de casting que recibió más de 400 solicitudes. Enseguida me di cuenta de que sería la Chloé ideal: nada de fingimiento y una cierta despreocupación, totalmente inconsciente de su belleza. A pesar de tener 18 años en el momento del casting, pude sentir que llevaba consigo una sabiduría y una inteligencia desconcertantes.
Luego supe que había interpretado el papel de Maria Chapdelaine en la película homónima de Sébastien Pilote.

Falcon Lake es la historia de dos deseos en barbecho que muy poco a poco se van encontrando...
Nada de amor a primera vista. Tres años separan a Chloé y Bastien. A esa edad, es una distancia inmensa. Ella es casi una mujer, él acaba de convertirse en adolescente. Con mucho cuidado, se acercan, se prueban y se buscan. Para decirlo un poco más solemnemente, Falcon Lake es es una pequeña investigación sobre el deseo. ¡Hay fuego en el lago!

También eres actriz. ¿No le apetecía ponerse delante de la cámara e interpretar un papel en su película?...
Admiro a quienes son capaces de actuar en dos frentes distintos: la dirección y la interpretación. Para mí estos dos ejercicios de mando y control no son compatibles.
Aunque aprendí a dirigir actuando y estando en el plató, ponerme detrás de la cámara realmente me dio una nueva confianza. Sin entrar en pensamientos de terapia barata, creo que por fin superé mi síndrome del impostor. Odio verme en pantalla, es casi una fobia.

Has rodado en 16 mm. ¿Por qué esta elección a lo vieja escuela?...
La materialidad de la impresión aporta una estética más sutil y sorprendente que el digital, donde todo parece demasiado equilibrado, a veces soso. Además, con la impresión no se pueden hacer muchas tomas y te obliga elegir la mejor del lote por razones económicas. Esto conlleva una cierta disciplina que hay que tener en el plató, ya que hay un material físico que respetar.

¿Le ayudó esta disciplina?...
Como todos los cineastas, quería un poco más de tiempo para rodar. 26 días de rodaje no es mucho. Trabajamos entre dos olas pandémicas, con la gravedad del mundo exterior en la mente de todos, pero afortunadamente también con un poco de despreocupación. El equipo tenía esa energía de campamento de verano, con algunas parejas formándose mientras estábamos allí. Pero no fueron unas vacaciones para mi director de fotografía, Kristof Brandl, y para mí. Estábamos luchando contra el tiempo, contra la luz, contra la metereología... Sin ceder nunca para que no faltara nada, hasta el más mínimo detalle. Por ejemplo, los objetos de la casa parecen haber estado allí desde siempre, cuando los ha colocado nuestro maravilloso maestro de atrezzo Alex Hercule Desjardins.
Pero esta movilización permanente imponía un ritmo muy estimulante. Teníamos que actuar rápido, ya, y hacerlo bien.

¿Cuál fue la mayor exigencia en la fase de edición?...
Depurar. Con la montadora, Julie Léna, eliminamos muchas escenas de diálogo en favor de silencios, planos estáticos que son obviamente silenciosos, pero igual de significativos. Planos robados, momentos de la naturaleza. El lago, las nubes, el bosque. En dos momentos clave hay un plano de un árbol muerto, exactamente igual que en Un lugar en el sol, de George Stevens.
Con la plena implicación del director de fotografía, Kristof Brandl, para quien Falcon Lake es también su primer largometraje, hubo un acuerdo tácito para buscar en los paisajes emociones y colores que reconocemos pero que también podrían desviarnos. Kristof también creció en los Laurentides y yo sabía que teníamos la misma sensibilidad hacia los espacios en los que rodábamos.

El sonido y la música de la película también se encuentran en este estado intermedio: a la vez presentes y discretos…
Con Séverin Favriau y Stéphane Thiébaut, queríamos que el sonido contara el mundo de la película, pero también su mundo oculto. Hay sonidos casi eléctricos de cigarras y pájaros que sólo se oyen en Quebec. Zumbidos, bajos...
También está el mundo de los padres, de los adultos, que es ruido de fondo. Como cuando eres adolescente.
La música de fondo es algo inútil para mí. Música triste para una escena triste… ¡me aburre! Gracias al talento de Shida Shahabi y Wilhelm Brandl, la música es a veces ominosa, a veces alegre, siempre atenta a la ambigüedad general, agridulce…

¿Qué palabra resumiría Falcon Lake?...
Melancolía, es una de mis palabras favoritas. Esta melancolía que experimenté en el momento más álgido de mi adolescencia, y que aún me persigue, es un refugio seguro para mí, que me ayuda a seguir adelante. No debemos luchar contra la melancolía, sino domesticarla para convertirla en una aliada. Una amiga para toda la vida contra la tristeza.

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