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INFORMACIÓN
Titulo original: Close
Año Producción: 2022
Nacionalidad: Bélgica, Paises Bajos, Francia
Duración: 104 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Género: Drama
Director: Lukas Dhont
Guión: Lukas Dhont, Angelo Tijssens
Fotografía: Frank van den Eeden
Música: Valentin Hadjadj
FECHA DE ESTRENO
España: 25 Noviembre 2022
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Vértigo Films


SINOPSIS

Léo y Rémi comparten una intensa amistad de verano, con toda la pureza y el alborozo propios de sus 13 años. Hasta que, al volver a la escuela, los rumores que despierta su relación resquebrajan este vínculo único. ¿Son solo amigos o algo más? ¿Acaso importa? Dhont traza los efectos devastadores de los modelos impuestos de masculinidad en dos jóvenes en proceso de construir sus respectivas identidades...

INTÉRPRETES

ÉMILIE DEQUENNE, LÉA DRUCKER, KEVIN JANSSENS, IGOR VAN DESSEL, EDEN DAMBRINE, GUSTAV DE WAELE, MARC WEISS, LÉON BATAILLE

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- Festival de cine europeo de Sevilla 2022: Gran Premio, Mejor actor
-  Festival de Cannes 2022

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ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Tras la brillante acogida de su ópera prima ‘Girl’, primero en Cannes en mayo de 2018 y luego a nivel mundial, ¿cuándo tuvo la oportunidad de empezar a pensar la siguiente película como realizador?...
Después de Cannes, estuve de gira con la película durante unos 18 meses. La proyectamos por todas partes: en Toronto, Telluride, Tokio… y en muchísimas otras ciudades.
Además, la película fue seleccionada como candidata belga al Oscar en lengua extranjera, así que pasé mucho tiempo en Estados Unidos. Como primera experiencia fue muy emocionante, pero también abrumadora. Debí pasar por todos los altibajos emocionales durante ese período. Cuando llegó el momento de pasar a otra cosa, tuve que olvidarme de la película, dejarla en el pasado, como una parte de mí.
Cuando finalmente volví a casa y me senté frente a una página en blanco, fue todo un shock. Tenía que pensar en un tema del que pudiera hablar con la misma pasión y, en cierto modo, retomar lo que había empezado con ‘Girl’. Descubrí el cine a través de mi madre, que adoraba la película ‘Titanic’, y mis posteriores estudios de cine. No tardé en darme cuenta de que quería hacer películas íntimas y personales. Quería intentar explorar cosas que me inquietaban en mi infancia y adolescencia.
En ‘Girl’, mi intención era hablar de la identidad y de la dificultad de ser uno mismo en una sociedad apuntalada por las normas sociales, las etiquetas, los encasillamientos. ‘Girl’ era también una película física, que se centraba en una lucha externa e interna, y quería seguir explorando el tema de la identidad y el conflicto que surge de cómo te perciben los demás, un grupo. Sobre todo, quería hablar de un tema profundamente personal.

¿De dónde surgió la idea de contar esta historia de amistad?...
Exploré varias ideas, pero estaba un poco perdido. Entonces, un día, fui a visitar mi antigua escuela primaria, en el pueblo donde crecí. Me vinieron a la cabeza los recuerdos de la escuela de aquella época, en la que era muy difícil ser yo mismo, sin filtros. Los chicos se comportaban de una manera, las chicas de otra, y yo siempre sentía que no pertenecía a ningún grupo.
Empecé a ponerme nervioso con las amistades que tenía, especialmente con los chicos, porque era afeminado y había muchas burlas. Tener una relación estrecha con otro chico solo parecía confirmar las suposiciones que los demás tenían sobre mi identidad sexual.
Una de mis antiguas profesoras, que ahora es la directora, rompió a llorar al verme regresar allí. La reunióndel colegio fue especialmente emotiva y los recuerdos de los que hablamos no fueron todos felices.
Aún hoy sigo asimilando los dolorosos años de la escuela primaria y secundaria, sin querer parecer demasiado dramático. Así que intenté escribir estos sentimientos y expresar algo sobre ese mundo desde mi propia perspectiva.
Puse algunas palabras en el papel: amistad, intimidad, miedo, masculinidad... y de ahí surgió ‘Close’. El guion empezó a tomar forma tras las conversaciones con Angelo Tijssens (mi compañero de escritura en ‘Girl’).

¿Tenía en mente desde el principio incluir un tono “trágico”?...
No, eso vino después. Sin embargo, mi intención era hacer una película que rindiera homenaje a los amigos con los que había perdido el contacto, por mi propia culpa, porque mantuve la distancia y me sentí como si los hubiera traicionado. Fue una época confusa y pensé que era lo mejor que podía hacer.
Además, quería hablar de la pérdida de un ser querido y de la importancia del tiempo que pasamos con los que amamos. La historia se basa esencialmente en la ruptura de una relación íntima y el consiguiente sentimiento de responsabilidad y culpa. En algunos aspectos es el inicio del viaje hacia la adolescencia.
Quería hablar de esa pesada carga que llevamos cuando nos sentimos responsables de algo pero no somos capaces de hablar de ello. Léo, el protagonista, se enfrenta a este sentimiento provocado por la pérdida de una amistad muy cercana que define su identidad; quería mostrar en pantalla qué es lo que le rompe el corazón.

¿Cómo ha trabajado los personajes de Léo y Rémi, los dos chicos que protagonizan ‘Close’?...
Siento que en cierto modo soy tanto Léo como Rémi. Hay una parte de mí en cada personaje. En primer lugar, determinamos la edad de los actores, un momento muy preciso entre la infancia y la adolescencia: el comienzo de la escuela secundaria, el inicio de las preguntas sobre la sexualidad, los cambios físicos, la relación de uno con el mundo y cómo evolucionan estas cosas. El libro ‘Deep Secret’s, de la psicóloga Niobe Way, en el que estudia a 100 chicos de entre 13 y 18 años, fue una gran fuente de inspiración para mí.
A los 13 años, los chicos hablan de sus amigos como si fueran las personas que más quieren en el mundo, a las que pueden derramar su corazón y abrirse.
La autora describe cómo cada año se reunía con cada uno de los chicos y observaba cómo, con el paso de los años, los chicos se esforzaban cada vez más por plantear la noción de intimidad con sus amigos varones. Este libro me ayudó a comprender que no era el único joven gay que creció luchando con el aspecto íntimo de la amistad. En cuanto al personaje principal, Léo, quería que tuviera miedo de que los demás percibieran su amistad como algo sexual. Su amigo Rémi se enfrenta a los mismos juicios, pero no le importa y no hace nada para cambiar su comportamiento. Léo es muy importante para él, le quiere profundamente y no entiende su cambio de actitud.
Hay algo de mí en ambos personajes, aunque la forma en que tiendo a ver las cosas es más pronunciada en Léo. Rémi, en cambio, representa a las personas que intentan ser fieles a sí mismas.

Hay una sensación de continuidad entre ‘Girl’ y ‘Close’ en cuanto a la puesta en escena y la estética, en el modo en que sus películas siempre parecen estar coreografiadas. ¿El cuerpo y el movimiento son fundamentales en su trabajo?...
Sí, creo que sí. Me di cuenta durante mis estudios de cine. Mientras todos los demás estudiantes hacían prácticas en producciones cinematográficas, yo hacía prácticas con coreógrafos. Si soy sincero, no quería ser director, mi ambición era ser bailarín. Abandoné ese sueño a los 13 años porque me daba vergüenza. Cuando bailaba, me sentía juzgado y no tenía la fuerza necesaria para que no me importara lo que pensaran los demás. Sin embargo, cuando bailaba conseguía expresarme, ser realmente yo mismo.
Toda esa experiencia me dejó casi una herida física, pero a pesar de todo eso siempre he permanecido cerca de coreógrafos y bailarines. Escribir me dio otra forma de canalizar este deseo.
Me di cuenta de que me resulta más difícil expresarme a través de las palabras que del movimiento y la danza. Me interesan tanto los movimientos de mis personajes como los míos propios. Ésta es sólo mi segunda película, así que me cuestiono más, y creo que mis películas incorporan el movimiento como mi medio de comunicación. Cuando escribo, las palabras suelen traducirse en intenciones corporales.
Hay una escena donde los niños se acercan mucho en una cama. Son imágenes que rara vez podemos ver. Esta cercanía entre dos chicos es casi ajena a nosotros. Hay una escena de pelea, una lucha cuerpo a cuerpo que es prácticamente icónica en el lenguaje queer.
El sentido de la responsabilidad central de la película es también algo extremadamente físico, como una carga interna. Me atrajo el hockey sobre hielo por lo que representa en términos de masculinidad y brutalidad.
En la segunda mitad de la película, vemos que le da a Léo una razón para llevar un casco, una jaula de alambre que le cubre la cara.
Este traje era interesante porque encierra, enmascara, pesa sobre el movimiento de la persona. Para mí, el movimiento está siempre presente en el inicio de mi escritura. En mis películas, me gusta comunicar a través de los movimientos visuales e incluso del sonido.

¿Fue complicado encontrar a los dos jóvenes actores protagonistas?...
Llámalo destino o suerte, pero poco después de escribir la primera escena de la película conocí a Eden (que interpreta a Léo) en el tren que iba de Amberes a Gante. Estaba charlando con sus compañeros y me di cuenta de que tenía algo increíble, una gran capacidad de expresión. Hablé con él y le invité a hacer una prueba para el papel. Me reconoció porque fue a la misma escuela de danza que Victor Polster (que protagonizó ‘Girl’).
Durante el proceso de casting conocimos a muchos chicos. Seleccionamos a 40 y los hicimos audicionar por parejas. Había algunas combinaciones increíbles, pero cuando vimos a Eden y a Gustave (que interpreta a Rémi) actuar uno frente al otro, supimos que tenían una conexión especial.
Consiguieron sumergirse en la emoción de las escenas, pero luego salieron rápidamente de ella. Eran infantiles y, sin embargo, abordaban sus papeles con madurez. Fue una pareja fantástica.

¿Cómo formó estas dos familias y por qué eligió una historia en un escenario campestre con campos de flores?...
Vengo de un pequeño pueblo en medio del campo, a veinte minutos de Gante. Ese es el mundo en el que crecí, corriendo por los campos. La granja de flores está basada en la de mi pueblo. Me pareció importante que los campos de flores transmitieran una fragilidad que contrasta con el mundo del hockey sobre hielo.
La familia de Léo trabaja en este entorno colorido que proyecta una noción particular de la infancia, y es un paisaje que cambia con las estaciones. Cuando llega el otoño, se cortan las flores, un acto bastante violento, y los colores desaparecen. El cambio de estación también crea una clara ruptura entre los colores de la infancia y los tonos marrones y negros de la tierra. Quería destacar estos contrastes para transmitir el proceso de duelo de un niño.
Después del invierno, las flores se replantan y los colores vuelven, anunciando la esperanza y la promesa de que la vida continúa. Escribimos la escena final muy pronto porque desde el principio queríamos utilizar el color como recurso estético.
En cuanto a la creación de las familias, todo surgió de una sola imagen que tenía en mi mente al principio del proceso: una madre y su hijo en un coche, incapaz de expresar lo que siente. La escena estaba todavía bastante borrosa en mi mente, pero sabía que tenía que haber cierto grado de tensión. Recuerdo que cuando era joven vi la película de terror ‘El buen hijo’, protagonizada por Macaulay Culkin en el papel de un niño con tendencias psicopáticas. Esta película me inspiró y me dio la idea para el personaje de Sophie, la madre de Rémi, y también la de Léo, partiendo de la premisa de que una de ellas está al tanto de su amistad, ya que es en su casa donde los dos chicos pasan el rato, mientras que con la otra hay más distancia. El personaje del hermano mayor es muy significativo para mí, sobre todo en la segunda parte de la película.
Las dos madres están escritas como personajes bastante reservados. Émilie Dequenne y Léa Drucker interpretan a mujeres fuertes que permanecen estoicas, mientras que es al padre al que vemos desmoronarse cuando ocurre la tragedia.

¿Cómo desarrolló estos personajes, especialmente con las actrices?...
Hay una escena de la cena que es fundamental y pensamos que sería interesante que uno de los padres perdiera el control emocional. Vi a Léa Drucker en ‘Jusqu’à la garde’. Es una actriz auténtica que me parece increíblemente conmovedora. La conocí en 2019 en los Premios César. Me pareció tan amable, tan dulce, ¡y luego subió al escenario y pronunció ese poderoso discurso de aceptación! Supe que realmente quería trabajar con ella. Cuando elegimos a Eden para interpretar a Léo, enseguida me di cuenta del parecido y de la elegancia natural que ambos tienen en común. Era el momento ideal para que formáramos equipo.
Émilie Dequenne me parece tremendamente conmovedora en cada una de sus interpretaciones. Irradia una gran humanidad y se sumerge completamente en los papeles que interpreta.
Durante los tres años que tardé en escribir el guion, conocí a muchas madres que habían perdido a un hijo. Una de ellas -con la que solía pasear y que me hacía muchas confidencias- escribió una carta extraordinariamente abierta sobre cómo se sentía tras la muerte de su hijo. Esta carta describía cómo se sentía prisionera de su sentido de la responsabilidad y de su incapacidad para hacer el duelo. Es una historia muy parecida a la de Léo; hay un claro paralelismo. En las películas estamos acostumbrados a ver a las mujeres llorar y gritar de dolor, pero aquí todo estaba interiorizado. Sentí una conexión con el relato personal de esa madre, y esto fue la clave para desentrañar el personaje interpretado por Émilie, que es experta en expresar emociones fuertes.
Sin embargo, a lo largo del rodaje, le pedí que no mostrara nada, que lo guardara todo. Estoy muy orgulloso de su actuación, porque tengo la impresión de que transmite mucho bajo la superficie, pero sin caer nunca en el patetismo. Me ha enseñado mucho sobre la dirección de actores, ha entendido el más mínimo matiz, ¡es increíble! Y como empezó muy joven en la película Rosetta, sabe lo que se siente al ser una joven adolescente en un plató, así que fue brillante a la hora de guiar a nuestros jóvenes actores. Me ayudó muchísimo a dirigir a Eden en las escenas que compartieron, y le estoy realmente agradecido por ello.

Ya ha mencionado en esta entrevista que le costó desprenderse de su primera película, pero no parece haber dejado de lado a su equipo, y muchos de ellos también trabajaron en ‘Close’...
Tenemos el mismo coguionista, director de fotografía, montador, compositor de la partitura, ingeniero de sonido... Para mí era muy importante, casi una obviedad. Estoy orgulloso de lo que conseguimos con ‘Girl’, que también es una especie de documental sobre nuestro grupo, sobre todos nosotros. Me sentí menos seguro al hacer esta segunda película. La primera vez, no sabía nada de la industria del cine; nunca había conocido a un periodista ni había mostrado una película a un público, así que apenas había presión.
Alguien me explicó una vez muy bien esta sensación: cuando te lanzas en paracaídas por primera vez, saltas porque no tienes ni idea de lo que te espera. La segunda vez, tienes mucho más miedo porque sí lo sabes. Por eso era muy importante para mí estar rodeado de mi “familia cinematográfica” para esta segunda película, con un equipo en el que podía confiar implícitamente, gente que es mi amiga en la vida y que me permite cometer errores. Estos lazos alimentan nuestra colaboración.

¿El título de la película, ‘Close’, pretendía implicar a la vez intimidad y encierro?...
Mi decisión de llamar a la primera película ‘Girl’ fue una declaración que sentí que tenía que hacer. En cuanto a ‘Close’, era una palabra que aparecía con frecuencia en el libro Deep Secrets: “amistad íntima”.
Es una palabra inevitable para describir la relación íntima entre estos dos chicos. Es esta intimidad escudriñada la que cataliza los trágicos acontecimientos de la película. Cuando perdemos a alguien, intentamos buscar la intimidad con la persona que se ha ido. Nos vemos abocados a una especie de lucha filosófica. La palabra evoca con la misma facilidad la noción de estar confinado, de llevar una máscara, la incapacidad de ser uno mismo. La primera propuesta para el título de la película – ‘We Two Boys Together Clinging’ - es el título de un cuadro de David Hockney inspirado en un poema de Walt Whitman y que representa la hermandad entre dos hombres. “Aferrarse” es una palabra especialmente expresiva¡ para el deseo de aferrarse con fuerza a alguien.

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