Título:	DOG POUND, LA PERRERA
Tit. Orig.:	DOG POUND
Nacionalidad:	CANADÁ, FRANCIA, 2009
Dirección:	KIM CHAPIRON
Guión:	JEREMIE DELON, KIM CHAPIRON
Fotografía:	ANDRÉ CHEMETOFF
Música	BALMORHEA, K'NAAN, NIKKFURIE
Interpretes:	ALEXANDER CONTI, ADAM BUTCHER, SHANE KIPPEL, MATEO MORALES, SLIM TWIG, TAYLOR POULIN, DEWSHANE WILLIAMS, LAWRENCE BAYNE
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18AÑOS
Duración:	91 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

      El cine carcelario con frecuencia ha dado mucho juego, tanto en el cine americano, que es donde más se ha prodigado, como en otras cinematografías.
 Hay una variante que es la de los correccionales juveniles, que son como cárceles menores, a la espera de juicio o de cumplir la edad reglamentaria para pasar a los centros de adultos.
 En este último apartado se enclava esta producción 'Dog pound. La perrera' (2009) que nos llega con evidente demasiado retraso, tras pasar por el Festival de cine independiente de Tribeca (Nueva York) donde logró el Premio al mejor nuevo director.
 Tres jóvenes delincuentes, Butch, Davis y ╡ngel, tras cometer diversos delitos, son internados en el centro de detención Enola Vale, Montana (EE.UU.) a la espera de pasar a disposición judicial para cumplir condena y tras ello poder reinsertarse en la sociedad.
 Como suele ocurrir además del sometimiento y la disciplina a la que les obligan los guardias del establecimiento, tendrán que enfrentarse con la violencia a que son sometidos por los compañeros que imponen su ley, pero como mandan las reglas no escritas, no se puede denunciar a los que les han agredido.
 No obstante buscarán el momento para tomarse la revancha, imponiendo también sus normas y haciéndose respetar para poder sobrevivir.
 Se trata de la dramática historia de estos tres jóvenes en un territorio hostil donde se impone la ley del más fuerte como una forma de ser respetado.
 El guion no ofrece nada nuevo que no hayamos visto ya en anteriores producciones de este género, con escenas de un realismo impresionante y aterrador en ocasiones, con personajes estereotipados, a veces poco perfilados, de los que apenas conocemos los antecedentes familiares en breves pinceladas y con muchos lugares comunes.
 A lo largo de la cruda trama de este drama carcelario se da la tragedia, la violencia, la sodomía, la huelga de hambre y la rebelión final de todos los internos debido a la muerte de uno de ellos.
 Ante estas duras escenas cabe la pregunta de si la fórmula es la mejor en esa especie de jungla animal donde se impone la supervivencia y la degradación en lugar de la regeneración de esos jóvenes privados de libertad.
 Kim Champion mantiene el ritmo a pesar de su casi inexperiencia en la dirección ya que se trata de su segundo largometraje de este director francés, que debutó con el film de terror Sheitan (2006), con una puesta en escena algo tosca.
 La interpretación corre a cargo de chicos jóvenes, actores amateurs, inexpertos y prácticamente desconocidos para el público español, que improvisan algunos diálogos y casi otro tanto sucede con los adultos que incorporan a los guardianes del claustrofóbico centro en el que se desarrolla casi toda la historia, salvo el inicio y el flash back de la narración erótica de uno de ellos.

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