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CRITICA
Por: PACO CASADO
Herbert Ross es un director joven del cine americano que tan solo lleva media docena de años haciendo películas de largo metraje y que cuenta con seis títulos en su filmografía.
Comenzó como coreógrafo de películas como "La rebelde" de Robert Mulligan y "Funny Girl" de William Wyler. Después hizo "Adiós Mr. Chips" (1968),"T.R. Baskin" y "A date with a lonely girl" que no se han visto en España, "La gatita y el búho" (1970) que llegó a nosotros mutilada, "Sueños de seductor" (1971) con Woody Allen, quien era prácticamente el film y ahora nos llega "El fin de Sheila".
En esta película Ross se plantea un caso policiaco sin intervención de la policía, donde los propios protagonistas han de buscar a los culpables.
La primera mitad de la película transcurre de forma normal y a partir de ahí se complican las cosas con las múltiples versiones de los hechos que dan cada uno de los personajes.
Ross ha tenido la habilidad de exponerlos de forma ordenada y clara gracias a poseer un guion inteligente que si bien complica las cosas, al menos lo hace con inteligencia, aunque abuse un poco de los diálogos dado la reducida capacidad de espacio de que dispone ya que casi toda la acción se desarrolla en un yate, con algunas salidas a exteriores.
El desarrollo de la trama argumental se sigue con interés y la solución no abusa de la truculencia como es habitual hoy en día, aunque no deje de lado ciertos convencionalismos.
Largometraje discreto, hecho con cierta dignidad, consiguiendo un producto comercial con el atractivo de la buena lista de actores que posee.
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