Título:	HABEMUS PAPAM
Tit. Orig.:	HABEMUS PAPAM
Nacionalidad:	ITALIA, FRANCIA, 2011
Dirección:	NANNI MORETTI
Guión:	NANNI MORETTI, FRANCESCO PICCOLO, FEDERICO PONTREMOLLI
Fotografía:	ALESSANDRO PECCI
Música	FRANCO PIERSANTI
Interpretes:	MICHEL PICCOLI, NANNI MORETTI, MARGHERITE BUY, RENATO SCARPA, FRANCO GRAZIOSI, LEONARDO DELLA BIANCA, DARIO CANTARELLI, RENATO NOBILE, CAMILLA RIDOLFI
Censura:	AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS
Duración:	102 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

    No son muchas las películas que se han planteado el tema de la elección del Sumo Pontífice, pero sí hay varias, algunas son simples documentales, pero entre las de ficción tal vez sea la más famosa y conocida Las sandalias del pescador (1968), de Michael Anderson.
 En Habemus Papam (2011), su director, Nanni Moretti, sorprende al plantearse una cuestión muy humana que tal vez haya sucedido alguna vez, desconocemos la historia de los cónclaves, pero que es posible, y es el miedo escénico ante la enorme responsabilidad que requiere ostentar el poder de la púrpura y empuñar el cetro de la Iglesia Católica.
 Así ocurre en este film en el que tras ser elegido el cardenal Melville, siente ese pánico escénico a la hora de salir al balcón a saludar a los fieles que pacientemente han esperado en la Plaza de San Pedro la aparición de la fumata blanca que es la señal de que hay un nuevo Papa. Acude a atenderle el mejor psicólogo, que por cierto no es creyente, pero a la menor ocasión huye por las calles de Roma y durante ese tiempo reflexiona sobre la determinación que debe tomar finalmente, mientras entra en contacto con el mundo exterior que ya tenía casi olvidado.
 Nanni Moretti, al igual que el psicoanalista, es de izquierdas y ateo, pero al parecer esas ideas no han influido a la hora de dar su versión del cónclave, de los cardenales y del mundo Vaticano en general, aunque haya algunas notas irónicas a lo largo del relato, como por ejemplo el contrate de un Papa que debe estar encerrado y huye en libertad mientras que el psicólogo queda atrapado en el interior del Vaticano organizando un partido de voleibol con los cardenales que se comportan como colegiales.
 El guion plantea esta situación con el Papa, que huye no por crisis de fe sino por miedo a la responsabilidad, como le podría suceder a un político, un jefe de estado, por ejemplo, ante el poder para gobernar una nación, aunque las situaciones posiblemente fueran muy diferentes.
 Entre los valores de esta cinta hay que elogiar la extraordinaria ambientación y decorados realizados en Cinecittá que representan los interiores del Vaticano, ya que no dejaron rodar en los lugares reales en los que suceden los hechos que se representan, como el cónclave que, aunque ficticio, se atiene a las normas oficiales para la elección pontificia. En este sentido la recreación casi documental de la primera parte tiene un gran interés y tal vez baja un poco en la segunda mitad.
 Extraordinario el trabajo de Michel Picoli.
 Ganó el Globo de oro italiano y seis Nastri d'argento.

 No son muchas las películas que se han planteado el tema de la elección del Sumo Pontífice, pero sí hay varias, algunas son simples documentales, pero entre las de ficción tal vez sea la más famosa y conocida "Las sandalias del pescador" (1968), de Michael Anderson.
 En "Habemus Papam" (2011), su director, Nanni Moretti, sorprende al plantearse una cuestión muy humana que tal vez haya sucedido alguna vez, desconocemos la historia de los cónclaves, pero que es posible, y es el miedo escénico ante la enorme responsabilidad que requiere ostentar el poder de la púrpura y empuñar el cetro de la Iglesia Católica.
 Así ocurre en este film en el que tras ser elegido el cardenal Melville, siente ese pánico escénico a la hora de salir al balcón a saludar a los fieles que pacientemente han esperado en la Plaza de San Pedro la aparición de la fumata blanca que es la señal de que hay un nuevo Papa. Acude a atenderle el mejor psicólogo, que por cierto no es creyente, pero a la menor ocasión huye por las calles de Roma y durante ese tiempo reflexiona sobre la determinación que debe tomar finalmente, mientras entra en contacto con el mundo exterior que ya tenía casi olvidado.
 Nanni Moretti, al igual que el psicoanalista, es de izquierdas y ateo, pero al parecer esas ideas no han influido a la hora de dar su versión del cónclave, de los cardenales y del mundo Vaticano en general, aunque haya algunas notas irónicas a lo largo del relato, como por ejemplo el contrate de un Papa que debe estar encerrado y huye en libertad mientras que el psicólogo queda atrapado en el interior del Vaticano organizando un partido de voleibol con los cardenales que se comportan como colegiales.
 El guion plantea esta situación con el Papa, que huye no por crisis de fe sino por miedo a la responsabilidad, como le podría suceder a un político, un jefe de estado, por ejemplo, ante el poder para gobernar una nación, aunque las situaciones posiblemente fueran muy diferentes.
 Entre los valores de esta cinta hay que elogiar la extraordinaria ambientación y decorados realizados en Cinecittá que representan los interiores del Vaticano, ya que no dejaron rodar en los lugares reales en los que suceden los hechos que se representan, como el cónclave que, aunque ficticio, se atiene a las normas oficiales para la elección pontificia. En este sentido la recreación casi documental de la primera parte tiene un gran interés y tal vez baja un poco en la segunda mitad.
 Extraordinario el trabajo de Michel Picoli.
 Ganó el Globo de oro italiano y seis Nastri d'arg