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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción de esta historia comienza con la fuga violenta de la prisión del gángster Ralph Cotter, un hombre que corrompe a todas las personas que tiene en su entorno.
Ayudado por una mujer, Holiday Carleton, hermana de otro prisionero, se evade de la cárcel y no ha hecho más que salir, enseguida da un nuevo golpe, en el que durante el mismo muere un hombre.
La falta total de escrúpulos de Ralph le lleva a cometer toda una serie de robos.
Puesta la policía en alerta tras los delitos, inicia una gran operación para conseguir localizar y apresar al fugado.
'Corazón de hielo' (1950) es una versión de la interesante novela escrita por Horace McCoy, de la que ha extraído el guion Harry Brown.
Es sumamente interesante esta película dirigida por Gordon Douglas, de cuyo argumento no se desprende la más ligera acción positiva, plasmada con un buen guion en el que se nos presenta a una serie de tipos de la peor catadura moral.
El protagonista es un cínico asesino paranoico, que está rodeado de unos cuantos sujetos de su misma ralea y faltos de sentimientos, algunos de ellos son altos cargos de la policía que deben estar encargados de velar por que se cumpla la ley, pero que en su lugar son arrastrados a cometer robos y crímenes.
En realidad no hay en toda la historia un sólo personaje que se le note un leve respeto por la vida humana.
A lo largo de la trama sólo se observa la más descarnada infracción de las leyes.
James Cagney, el principal protagonista, se adapta maravillosamente a su personaje y le da todo el realismo necesario con una actuación realmente prodigiosa.
Las dos mujeres de esta historia, Barbara Payton y Helena Carter, representan los dos únicos personajes que denotan alguna bondad y rectitud en su comportamiento.
Los demás actores están muy acertados en sus respectivas actuaciones.
En resumen, un film que descuella artísticamente al tiempo que denuncia el ambiente de homicidios e injusticias que se observa en esta historia.
En definitiva un vigoroso exponente de cine negro, en una cinta bien contada, que resulta muy atractiva para el espectador.
Fenomenal como de costumbre James Cagney y antológica la bofetada que le da a Barbara Payton que no tiene nada que envidiar a la que Glenn Ford le da a Rita Hayword en 'Gilda' (1946).
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