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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos seguros que si se hiciera una estadística acerca de los géneros más tratados por el cine americano, el Oeste se llevaría la palma, sin duda.
Sigue siendo, a pesar del paso de los años, fuente inagotable de temas, que se vuelven a tratar una y otra vez, con ligeras variantes o con formas nuevas para los espectadores actuales.
Los directores norteamericanos que podíamos llamar clásicos, se niegan a renovar el género del western, conservando así la llama sagrada de un cine que es como la propia vida para el hombre americano, representante en muchos aspectos de su idiosincrasia.
George Seaton es uno de esos realizadores que seguirán siendo clásicos hasta la muerte.
Posiblemente esta falta de cambio sea porque entre otras cosas tan sólo es capaz de realizar lo que tiene mejor aprendido, lo que sabe hacer mejor y eso no pasa de ser para él un mero oficio artesanal, capaz de llevar a cabo felizmente un gran espectáculo como recordarán lo fue 'Aeropuerto' (1970), pero sin esa chispa, ese toque de genio que falta a última hora en sus películas.
Y si alguna vez George Seaton quiere sacar los pies del plato y jugar a ser un director moderno, como en esta ocasión, estropea el film, porque no sabe hacerlo.
Para ello, para parecer moderno, George Seaton usa y abusa sin medida de los flash backs a través de los cuales nos va dando la imagen y medida de la historia entre estos dos amigos a que hace referencia el título español de la cinta.
Una vez más se lleva a cabo el consabido y trillado tema de la amistad entre dos hombres, Chuck Jarvis y Billy Massey, que, tras separarse, cada uno milita a un lado de la ley.
Fueron amigos desde la infancia y hoy están doblemente enfrentados: ambos están enamorados de la misma mujer, Kate, uno vive fuera de la ley y el otro es el sheriff encargado de perseguirlo.
Entre ellos es inevitable, por causa del destino, llegar al duelo del fatal enfrentamiento.
George Seaton lo lleva a cabo con cierta elegancia, pero eligiendo la solución más fácil y cómoda.
La película está realizada con oficio, pero de una forma bastante sosa y sin que despierte excesivo interés en el espectador, con un trabajo correcto de los dos principales intérpretes masculinos, Rock Hudson y Dean Martin.
Aceptable la fotografía en Technicolor de Ernest Laszlo.
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