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CRITICA
Por: PACO CASADO
La productora American International es una de las principales abastecedoras de producciones para el gran número de salas que existen en los Estados Unidos para la población de personas de color.
Generalmente lo que se exhibe en dichos locales son películas de serie B de bajo coste y corto presupuesto.
Son films realizador en un par de semanas, como si se tratara de un capítulo de serie televisiva, y a veces están hechos en el tiempo récord de dos días.
Son centenares de cintas las que esta productora lleva a cabo cada año.
Algunos exhibidores de estas grandes cadenas de salas prefieren a veces comprar incluso subproductos de terror españoles, ya que les salen hasta más baratos que el alquilar alguna de esas películas norteamericanas.
Posiblemente sea el personaje de Drácula el que más predicamento tenga dentro del género de terror.
En un breve prólogo se nos explica cómo Drácula transforma en vampiro a un antiguo príncipe africano, que acude en la Transilvania de 1870 a pedirle ayuda.
A partir de aquí el nuevo servidor comienza a hacer de las suyas, al igual que su señor.
Este estadista del siglo XVIII, maldecido con el nombre de Blacula, es finalmente sepultado en el castillo del propio Drácula.
Doscientos años después unos decoradores se llevan el ataúd a Los Angeles, donde despierta con una insaciable sed de sangre humana y se dedica a perseguir a una linda chica negra que tiene un cierto parecido con la que fue su esposa, muerta hace muchos años de la que se ha enamorado.
Dentro de este tipo de producciones de consumo, pero con un poco de más de inteligencia y calidad, aunque no con muchos más medios, se produjo hace dos años este Blacula, título original de 'Drácula negro' (1972).
En este caso no hace más que trasplantar el mito creado por la novela de Bram Stocker a un personaje de raza negra.
No obstante hay algunas variantes, ya que este Drácula de color es más enamoradizo e incluso su rostro se transforma como si se tratara del hombre lobo, saliéndole pelos en el rostro.
Película realizada con corrección por William Crain quien tras hacer un episodio de televisión debutó en el largometraje con esta historia, volviendo de nuevo a trabajar en la pequeña pantalla.
El film no ofrece nada nuevo que no conozcamos a través de las muchas versiones que hemos visto sobre este mismo tema que tiene aparte de esta novedad, el interés de estar ambientada en la moderna ciudad de Los Angeles en la actualidad.
Tiene una correcta interpretación destacada de William Marshall como Blacula y de la guapa Vonetta McGee.
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